Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Donde crecen las rosas azules. por Yuuki Yuu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Publicado anteriormente en la cuenta "Yukii Matsumoto" (que también me pertenece) 

Dedicado siempre a la misma persona. 

Donde crecen las rosas azules.


 


 


 


 Se lo había jurado a sí mismo. Se lo había repetido una y otra vez durante ocho años, desde que había comenzado a sentir cierto interés por las personas de su mismo sexo.


 


"Sólo estaría con quien fuese capaz de darle una rosa azul"


 


 Años atrás habría sido algo realmente imposible, lo sabía, pero al día de hoy conseguir una no requería de un esfuerzo tan grande. Sólo era cosa de contactar con algunas personas (quizás fuera del país) esperar a que le entreguen la tan afamada flor y pagar una cantidad de dinero un poco alta, pero que valía la pena para estar con aquel muchacho. Sin embargo, nadie se había dignado a cumplir esa sencilla petición al lindo muchacho de ya 20 años.


 


 Universitario estudiante de música, responsable, alegre, inocente y casto. De aspecto envidiable, exceptuando su estatura. Cualquiera desearía estar con él, y de hecho pretendientes no le faltaban, sin embargo ninguno, absolutamente ninguno se había atrevido a hacer el esfuerzo si quiera de conseguir aquella hermosa flor. Así es como le daban a entender al muchacho, conocido como Ruki, que no querían nada serio con él. 


 


 Así había sido desde los 12, cada vez que alguien se le confesaba, Ruki le pedía una rosa azul, el chico o chica le miraba con cara rara e incrédula y simplemente interpretaban aquella simple frase como un "no quiero estar contigo".


 


 Como supondrán entonces, nuestro lindo muchacho nunca en su vida había tenido un novio, ni si quiera había dado un beso. Exceptuando aquel tierno rose de labios realizado en su niñez con un chico que nunca más había visto.


 


 Con veinte años jamás había tenido el placer de conocer esas sensaciones que el amor te brinda. Jamás había conocido los celos, ni esos momentos cursis por los que todos pasamos al estar enamorados. Nunca había tenido deseos de robar hasta un trozo del cielo con tal de ver una sonrisa en esa personita especial. Tampoco sabía lo que era sufrir por amor.


 


 No conocía nada de eso. Y dudaba llegar a conocerlo, ya que al paso que iba lo más probable es que terminara en una iglesia recitando la palabra de Dios y escuchando los pecados de las personas.


 


 Afortunadamente al año de haber entrado a la universidad conoció a un muchacho, dos años mayor que estudiaba lo mismo que él. Era raro, pero lindo y divertido. A la semana de haberle conocido supo que tocaba bajo, y que era excelente en ello, compartían gustos musicales y tenían un sueño en común.


 


 Muy a menudo se reunían en la casa del otro para practicar, Ruki cantando y Reita apoyándole con el bajo. Algunas veces solo conversaban y escuchaban música, relajándose y olvidándose un poco del estrés causado por la universidad. Otras solo jugaban entre ellos y reían por horas.


 


 Así nació una linda amistad. Al cabo de unos meses ya se tenían plena confianza y prácticamente sabían todo el uno del otro. Reita sabía la maña que tenía Ruki con respecto al romance y Ruki sabía lo poco selectivo que era Reita en el mismo ámbito, razón por la cual el rubio mal teñido había resultado varias veces dañado.


 


 El tiempo fue pasando rápidamente y para Ruki fue realmente inevitable no sentir algo por ese hombre dos años mayor. Y cómo no hacerlo, si era encantador, siempre se preocupaba por hacerle reír, consiguiéndolo en su mayoría de las veces. También estaba al pendiente de su estado de salud y de ánimo. Era casi comparable con una madre, claro que no tienes sentimientos así por una madre, ni tampoco sientes esas molestas, pero encantadoras mariposas en el estómago a cada que se te acerca.


 


 En lo que a Reita respecta ya estaba enamorado de ese chico de baja estatura, por ello su preocupación, por ello la atención que siempre le prestaba al inocente muchacho. Por ello esperó pacientemente a que se cumpliera exactamente un año de conocerse para poder ofrecer sus sentimientos al castaño. Al hacerlo obtuvo la respuesta que suponía, y suave y tierno le dijo:


 


-"Dame una rosa azul y... saldré contigo”.


 


 Aquella frase que tantas veces fue pronunciada, ahora sonaba tan dulce y tierna, casi deseosa de que le cumplieran aquel capricho, pero más que eso, estaba deseosa de ser cumplida por el simple hecho de que el dueño de aquella frase deseaba salir con el bajista, lo deseaba y anhelaba como nunca anhelo y deseó algo en su vida.


 


 Y entonces el rubio tomó de la mano al joven vocalista y lo llevó caminando en completo silencio hasta su casa. Al llegar le hizo entrar, y pasar a un patio trasero totalmente desconocido para el menor, pero antes de hacerle entrar Reita le susurró suavemente al oído:


 


-No te daré una rosa azul...


 


 Abrió la puerta y le dejó entrar al lugar sin dar tiempo para que respondiera.


 


 De inmediato los ojos del joven muchacho se llenaron de lágrimas, y su boca se mantenía entreabierta.


 


-Te daré todas las que quieras.- Volvió a susurrar contra su oído, abrazándole por la espalda, pegándose a él.


 


 En aquel patio Reita estuvo cultivando por varios meses las rosas azules para tenerlas listas el día que decidiera confesarse al menor. El lugar estaba plagado, completamente plagado de esas rosas, y vaya que costó trabajo conseguirlo. Fueron muchos días y horas dedicadas a ese jardín, pero todo el esfuerzo valía la pena para ver la expresión de sorpresa y felicidad del menor.


 


 Y entonces, sólo entonces Ruki pudo estar seguro de que Reita sí era la persona indicada, esa con la que quieres pasar el resto de tu vida, aquella con la que conocería todas esas lindas y cursis sensaciones que trae el amor, conocería los celos y el lado más oscuro de éste, y también conocería el infinito placer del sexo, de hacer el amor con quien amas.


 


-Supongo que con todas estas rosas podré tenerte a mi lado el resto de la vida.


 


 Al escucharle, Ruki asintió ligeramente y se volteó para verle al rostro. En ese mismo instante dio su primer beso, o el segundo si toman en cuenta el beso de su niñez.


 


-Ah, y tienes que saber algo. Yo fui tu primer beso.


 


 Y Ruki supo que no podía ser más feliz en la vida. Su primer amor era él. Reita, el mismo niño que le robó su primer beso y que ahora volvía a ser el único en tocarle los labios.


 


  Ahora podía entender por qué siempre pedía una rosa azul. En el fondo, estaba esperando encontrarse de nuevo con el niño que hace años le había regalado un lindo dibujo de una rosa mal coloreada de azul y que luego le había dado un beso como "cobro del regalo". 


 


 Porque Reita era el único capaz de cultivar y regalar ese tipo de rosas... El único.

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado~ 

*Cambié de cuenta porque me vi en la necesidad de hacerlo, sin embargo no quería dejar este One-shot sin publicar en mi nueva cuenta, al igual que otros como "Ame" o "Shiroki Yuutsu", entre otros. 

Hasta la próxima~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).