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Inocente Pecado [HunHan] por Laura Carreon

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Notas del capitulo:

Acá subido el capítulo uno de este fanfic! Los estaré subiendo seguidos para evitar más problemas :c 

Sé que no tendré sus comentarios de vuelta pero no queda de otra T-T 

Su espalda golpeó una vez más contra la cama pero ésta vez no tuvo tiempo de protestar cuando el mayor sujetó sus piernas para colocarlo de lleno sobre la superficie acolchonada gracias a las sábanas. Sintió como le jalaba los pantalones hacia abajo  de manera violenta; la ventana estaba cerrada pero esto no impidió que sintiera una repentina corriente de aire causándole frío.

Se encogió intentando apartarse. ¿Qué clase de juego era eso? No podía comprender nada. Cuando observó que Luhan le quitaba los zapatos sin si quiera preguntarle si quería, se tensó.

 

— ¡Luhan, hyung! Yo no  me quiero bañar ahora. Lo haré después de jugar. —exclamó inocentemente, retorciéndose en su sitio; se inquietó un poco cuando el chino lo giró de golpe haciendo que su rostro chocara sobre las sábanas, haciéndole doler la carita por el golpe. Gimió de dolor y con una de sus manos se talló la mejilla y apretó los ojos. Nadie le había tratado de ese modo antes, se sentía desconcertado y herido.

¿No se suponía que ahora iban a jugar?

—No seas tonto, no te vas a bañar. —le gruñó. Sehun intentó moverse para poder observar al otro pero una mano sobre su espalda le impidió cualquier acción, estaba apretando muy fuerte pero eso no parecía importarle. Le empujó hacia delante y se subió sobre la cama o eso pensó el menor  cuando sintió que la cama se hundía detrás de él. —No grites, Sehun. Si gritas pierdes.

Iba a preguntar porque, pedir una explicación porque no entendía el juego, pero repentinamente sintió que su ropa interior ya no cubría su cuerpo y sus mejillas se enrojecieron completamente; y entonces sintió algo presionando contra esa parte íntima de su cuerpo que nadie jamás había tocado, ni siquiera él. Entrando así de golpe, sin consideración alguna, haciéndole gritar de dolor y derramar lágrimas sin poder contenerse. Movió sus brazos a los lados intentando zafarse pero la fuerza que Luhan ejercía sobre su cuerpo era mucho mayor. Las manos del otro se movían sobre su cuerpo, tocando sin permiso, haciéndole llorar aún más. Se mordió el labio hasta sentir dolor y abrió la boca en busca de aire. La cama se movía con fuerza y su cuerpo rebotaba sobre esta, mientras el mayor le sujetaba cerca. Sehun tenía miedo, no sabía que estaba pasando.

— ¡H-hyung… sácalo, m-me lastimas! —pidió con la vista borrosa debido a sus lágrimas. — ¡E-eso n-no va ahí, m-me duele!

—Te dije que no se vale gritar o perderás el juego, Sehunnie. —le regañó. Le tomó por las caderas y lo giró, ahora ambos se miraban de frente. Sehun tenía toda la carita roja debido a su llanto, quiso escapar de nueva cuenta, ignorando las palabras de su hyung. Sehun no quería jugar a eso. Su hyung era malo. Luhan le penetró de nueva cuenta haciéndole gritar otra vez, apretó los ojos sintiéndolos arder por las lágrimas contenidas. Balbuceaba en voz baja, atropellándose con sus propias palabras. Luhan lo ignoraba, necesitaba follar, si. No pensó jamás que lo estuviese haciendo con otro varón pero necesidades eran necesidades, o eso creía él, por supuesto.

— ¡Luhan…p-por favor!

 

Sehun estaba seguro de que la polla de su hyung no tenía que estar ahí, le estaba haciendo daño. Ese no podía ser un juego, no era divertido. Comenzó a chillar esperando que así éste se hartara y lo dejara libre, pero no resultó. Luhan se inclinó sobre él y le besó mientras sus manos acariciaban toda porción de piel que encontraba, era suave y pálida, muy bonita. El delgado cuerpo de Sehun perdía fuerzas, si antes pateaba y gritaba, ahora estaba más manso, cansado de luchar sin obtener éxito. Luhan lo estaba partiendo en dos, le dolía todo el cuerpo. Sólo pudo llorar quedamente  mirando la pared. Los labios de Luhan recorrían toda su cara, besando de manera descuidada, metiendo su lengua en la boca ajena, explorando aquella cavidad virgen que le resultaba vagamente tentadora. ¿Por qué Sehun era tan bonito? Él no era una niña, no podía ser bonito.

Luhan no deseaba estar ahí. La idea de dejar a sus amigos en Beijing para pasar todo el verano con unos mocosos tontos no le resultaba alentadora; pero había tenido que obedecer a sus padres a regañadientes. Tenía que buscar  como divertirse. Sehun sería esa diversión. Ambos ganarían. Se sintió incapaz de pensar, su interior era tan estrecho que le hacía delirar; empujaba una y otra vez, cada vez más dentro, más fuerte. No supo cuanto tiempo paso hasta que finalmente alcanzó su esperado orgasmo y le soltó.

Los brazos de Sehun tenían marquitas rojas al igual que sus piernas debido a la fuerza  que Luhan había empleado al sujetarle; se olvidaba que su piel era muy pálida y sería difícil no ver aquellas imperfecciones. Se dejó caer sobre la cama mientras se ponía los pantalones de nuevo, el niño estaba hecho un ovillo hipando con los ojitos cerrados. Cuando Luhan le puso una mano sobre la pierna, saltó asustado y se apartó. El mayor sólo sonrió.

—No puedes decirle esto a nadie, Sehunnie. —advirtió en tono un tanto burlón al haberlo llamado Sehunnie, el niño abrió los ojos con platos y se le quedó mirando sin comprender. —Será nuestro juego secreto. Sólo de nosotros dos ¿Sí?

Sehun comenzó a llorar otra vez. Luhan odiaba que los niños lloraran, le ponía de mal humor.

—P-pero y-yo no quiero jugar a eso… t-tú me hiciste daño, m-me dolió mucho… —se negó abrazándose a sí mismo. Luhan se acercó a él y tomándole del mentón, le volvió a besar.

—Ya lo sé, pero después ya no va a doler. Hasta te va a gustar, es divertido. —soltó una risita ahogada y se puso de pie, acomodándose la ropa.

—Y-yo no quiero jugar otra vez… y-yo quería jugar fútbol con hyung.

Luhan lo tomó de las axilas para ponerlo de pie pero el niño se tambaleó incapaz de sostenerse sobre sus piernas, quejándose de  que le dolía “ahí abajo” y haciendo muecas de dolor. El mayor lo alzó en sus brazos y se abrió paso hacia el pequeño bajo que tenían en la habitación, ambos tendrían que darse una ducha para eliminar las evidencias de sus actos.

—Si tú juegas conmigo otra vez, yo jugaré futbol contigo, Sehun— le propuso a sabiendas de que el niño inocente no se iba a poner a sus tratos. —, pero si no lo haces no voy a ser muy bueno contigo ¿Entiendes? Ni contigo ni con Baekhyun. Si tú no haces esto por mí, no seré un buen hyung.

 

+

 

Luhan se sentía conforme consigo mismo, manipular a Sehun había sido mucho más fácil de lo que creyó, al poner a Baekhyun en peligro, su hermano mayor no pudo negarse. Él no tenía intenciones de tocar a Baekhyun, después de todo era todavía muy pequeño para esas cosas. Sehun por otra parte era mucho más maduro y más inteligente. Además era jodidamente bonito con esos labios rojizos y esas mejillas pálidas que se sonrojaban ante cualquier cumplido. Sehun era una buena diversión, al menos lo sería durante los siguientes meses hasta que él pudiera volver a China y conseguir chicas lindas de su edad.

Luhan no era una mala persona, de cierto modo Sehun le gustaba.

Se sentó a la mesa ya caída la noche y  cuando sus padres habían regresado de comprar. Baekhyun recién despertaba y había corrido hasta sentarse junto a su hermano dedicándole sonrisitas tiernas para que le pasara los platos de comida para servirse. Sehun apenas y le hacía caso, parecía muy distraído y no se detenía a mirar a Luhan en ningún momento. Afortunadamente para él, los adultos no notaron nada extraño y él se mantuvo tranquilo disfrutando de su comida.

— ¿Qué les parece si mañana vamos de paseo? Hay un museo interactivo cerca del parque y estoy segura de que les va a encantar. —propuso la madre de Sehun completamente emocionada.

—A mí me parece estupendo. —aceptó la madre de Luhan, sonriente. — ¿Qué dices tú, cariño?

—Por mí no hay problema. —contestó el hombre animado.

 

Sehun seguía sin integrarse  a la conversación, golpeando su plato con su tenedor de manera distraída mientras  su hermanito cuidaba que no se cayera nada de su plato para no ensuciar. Al escuchar que los adultos no se oponían Baekhyun sonrió ampliamente.

— ¡Sí, yo quiero ir! —gritó encantado. — ¡Vamos, Sehun hyung! ¡Podemos jugar mucho ahí!

Todas las miradas se volvieron hacia él, incluso Luhan que le miraba expectante. Baekhyun se había colgado de su brazo, apoyando la cabeza sobre su hombro haciendo aegyo para convencerlo. Sin embargo, la mirada sombría de su hermano mayor no se veía fácil de derribar. Nuevamente nadie lo noto. Nadie excepto Luhan, desde luego.

—Yo no quiero ir. Ya estoy grande para esos lugares, mamá. —se limitó a responder sin apartar la mirada de su plato.

—Pero… ¿Por qué, cariño? A ti te encanta ir a los museos, no lo entiendo. —mencionó su madre un tanto desconcertada.

Luhan se aclaró la garganta ruidosamente.

—Yo puedo quedarme con él si quieren. La verdad es que eso de los museos tampoco me gusta mucho… ya encontraremos algo que hacer ¿Está bien?

Sehun se tensó al escuchar las palabras de su hyung. No. No podían dejarlos solos a ambos.

Por favor, mamá di que no…

—Bueno… siendo así, no veo el problema. Confío en que Luhan puede cuidar bien de él en nuestra ausencia. —dictó su madre. Sehun sintió ganas de llorar. Si su madre supiera…

Baekhyun chilló y se cruzó de brazos.

— ¡Yah! Yo quiero que Sehunnie vaya conmigo, no quiero ir solo. —masculló molesto, aunque tenía apenas siete años no hablaba muy bien todavía y se trataba algunas veces en palabras difíciles, lo cual lo hacía sonar un poco gracioso, como en esa ocasión; los mayores se echaron a reír ante su berrinche.

—No te preocupes, Baekkie. No tardaremos mucho, y la próxima vez él puede ir con nosotros ¿Sí?

El niño no pudo hacer nada más que conformarse. A él no le gustaba salir sin su hermano, le gustaba que lo cuidara y que le tomara de la mano para no perderse. Sehun era algo así como su sombra desde que ambos estaban en pañales.

Una vez que hubieron terminado, todos se pusieron de pie dispuestos para ir a dormir. Baekhyun le dio un beso en la mejilla a su hermano antes de meterse en su habitación y apagar las luces para irse a dormir. Sehun se metió en la suya casi temblando pues Luhan ya estaba ahí dentro. Sus pies avanzaron inseguros sin mirar hacia su cama. El corazón le latía con fuerza, asustado.

 

—Yah, Sehunnie…—le llamó. El niño no volteó y se dispuso a alzar las sábanas de su cama para acostarse. Luhan se sentó sobre la suya, mirándole. —Te estoy hablando, Sehun-ah. — El niño no le hizo caso y se metió en su cama colocándose las sábanas hasta la barbilla. —Eh, no me ignores, tonto. —bramó molesto al notar que el otro no se había dignado si quiera a mirarle. Se puso de pie y se encaminó hacia la otra cama subiéndose sobre esta encima del pequeño cuerpo del niñito de cabellos castaños y despeinados contra la almohada. Éste apretó los ojos y las manos en torno a las sábanas.

—Q-quiero dormir… déjame. —pidió en una especie de balbuceo, asustado. Luhan le alzó la cabeza y dejó un rápido beso en sus labios.

—Hoy te dejaré, porque mañana cuando estemos solos quiero jugar contigo, Sehun-ah. Y no te puedes negar o Baekhyun pagará las consecuencias. —se rió de la falsa amenaza al notar que Sehun estaba a punto de llorar  y sin más se acomodó en su cama y se durmió abrazando el pequeño cuerpo de Sehun contra el suyo. 

 

 


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