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Desde que te vi por Haku1008

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!!!

pues el cap. trata basicamente del viaje de Fye hacia el hogar de Kuro ^^ pero en el siguiente viene su reencuentro

Cap. 8# Monte Paraíso

 

 

5 años después…

 

-pero Fye ¿por qué no quieres que te acompañe? Necesito estar junto a ti para darte mi apoyo en esos momentos difíciles; piénsalo

-no conoces a mi marido, Ashura- dijo el rubio mientras miraba la alianza que brillaba en su dedo anular –quiero manejar la situación a mi modo

-pero si no le has visto desde hace cinco años ¿cómo puedes decir que le conoces?

-es verdad, pero no creo que haya cambiado mucho- cinco años hacia que duraba aquel matrimonio, pero parecía que hubiese pasado más tiempo, su madre había fallecido dos años después de que cayó en aquel mal, le había avisado a Kurogane Nomishita por carta, pero no obtuvo respuesta y se quedó con la amarga certeza de que no le interesaba lo que pudiera ocurrirle.

Los años habían dejado huella en Fye; su bien formada figura de joven ahora era una notable figura de hombre, aunque claro no perdió su toque sutil; y también mentalmente, la vida al lado de Lady Yuko le había hecho cambiar, ya no era aquel adolescente atolondrado y ambicioso, permitió que Lady Yuko lo guiara y le enseñara cuales eran sus nuevas obligaciones y la forma de cumplirlas, así como la etiqueta social y el buen gusto.

Era bastante tímido al principio, pero poco a poco fue haciendo sentir su presencia en los salones más aristocráticos del condado. Su refinamiento de nuevo no pasó desapercibido, sin darse cuenta, se fueron tejiendo justificaciones para explicar las circunstancias insólitas de su matrimonio y comenzó a recibir invitaciones para comidas y festejos. Aprendió a montar, a jugar tenis y a responder de manera ingeniosa a todas las preguntas relacionadas con su pasado.

Abecés había ocasiones en las que llegaba a olvidarse de que estaba casado.

-Fye

Se volvió sonriente para mirar al hombre que había pronunciado su nombre, Ashura no lograba entenderlo, no podía comprender que aquella cuestión tenía que manejarla con cautela, hacía cinco años que Kurogane había afirmado que nunca le daría el divorcio, pero un matrimonio tenía que consumarse para que fuera valido y estaba seguro de que le asistía todo el derecho para pedir la anulación, y no le parecía lo más conveniente viajar con su prometido para pedirle a su marido que le liberara de su compromiso

-Ashura, lo siento mucho, pero tengo que ir solo

-¿hasta Brasil?- dijo Ashura exasperado –amor ¿por qué no se comunican con él tus abogados?

-porque quizá no conteste o se niegue a aceptar mi solicitud

-no lo creo, Fye; parece que no tiene interés en el asunto

-es inútil, Ashura, tengo que ir, cuando me vea de nuevo, cuando se dé cuenta de lo mucho que eh cambiado…

-¿has cambiado? ¿Qué quieres decir con eso?

-no, nada- sonrió –deja de preocuparte, estaré de regreso en una semana

-¡una semana!

-dos como mucho

Ashura se acercó a él y le tomó por los hombros con fuerza, sus labios se abrieron anhelantes y sus manos ardientes acariciaban su espalda… de pronto Fye se apartó bruscamente

-¡por Dios, Fye!- murmuró Ashura, desilusionado -¿qué te sucede? Cada vez que trato de acercarme un poco a ti, me rechazas

Fye se estremeció angustiado, no deseaba hablar del tema, además, aquello no era del todo verdad, algunas veces le había besado con pasión y Fye lo había permitido, solamente cuando trataba de acariciar su cuerpo era que le envolvía un sentimiento de repulsión; le recordaba aquella ocasión con Shougo… pero estaba seguro que con el tiempo lograría superarlo.

Ashura suspiro –está bien, esperare- dijo comprensivo, creía que la actitud de Fye se debía a que quería esperar hasta después del matrimonio.

La puerta se abrió dando paso a Lady Yuko

-Ashura, que gusto saludarte

-lo mismo digo- dijo el joven amablemente, Ashura era un hombre de buena familia quien se había hecho de su propia fortuna a base de su esfuerzo, esto le tenía en alta estima para Lady Yuko –bueno, me retiro, volveré más tarde para salir a cenar, Fye

-si, cuídate

-lo hare- dijo dejando un dulce beso sobre la frente del rubio, luego se despidió de Lady Yuko con un beso en la mano –con su permiso

-hasta luego, Ashura- se despidió la dama, luego le observaron partir -¿le has comunicado a Ashura tus planes?

-¿te refieres a mi viaje a Brasil? ¿crees que debo ir?

-naturalmente ¿qué opina Ashura?

-insiste en venir conmigo- respondió Fye en un suspiro

-pero no se lo vas a permitir ¿verdad?

-no lo sé ¿tú qué harías?

-no dejaría que me acompañara por ningún motivo- afirmó

-tienes razón- coincidió Fye –ya de por si será difícil

-¿tú crees?

-eso creo- dijo apretando los labios, recordando el temperamento de su “marido” -¿qué opinas?

-mn, nunca se sabe cómo va a reaccionar ese muchacho

-mmm ojala estuviera enterado de algunos detalles de su vida

-¿qué quieres saber? Él te hablo de su familia ¿no es así?- dijo mientras tomaba asiento en uno de los sillones

-sólo me dijo que su padre había muerto y que su madre se había casado de nuevo, es todo, me dejo su dirección (para la correspondencia) pero no tengo idea de dónde puede estar ese lugar llamado Santa Magdalena

-hm, estamos en las mismas condiciones, apenas si conocí a su padre cuando vino a encargarme a Kurogane, y a su madre menos la conocí aún, me parece que se llama Tsuki, pero si la viese ahora no podría reconocerla

-mmm…- se quedó pensativo por unos momentos, divagando en su mente –crees que tenga alguna mujer o… a otro- murmuro distraídamente

-¿Kurogane? No lo creo- dijo Lady Yuko muy segura –en una época estuvo empeñado en entrar en el seminario; quería ser sacerdote

-¿sacerdote?- dijo Fye incrédulo -¿Kurogane, sacerdote?

-bueno, te diré que su padre era muy religioso- dijo quedándose pensativa –y Kurogane es muy parecido a su padre- murmuro

-me parece imposible

-pero en todo caso, me parece que sería inoportuno que Ashura te acompañara ¿cómo podrías hospedarte en casa de tu esposo junto con el hombre que pretende ocupar su sitio?

-Kurogane nunca ha ocupado un sitio en mi vida y tú lo sabes bien, nunca estuve a “solas” con él después de la boda y además no voy a hospedarme en la casa de Kurogane, me quedare en un hotel

-¿en Santa Magdalena? No creo que ahí encuentres ni uno

-¿cómo que no? En todas partes hay hoteles, y en todo caso de que no, me quedare en Rio

-¿ah, si? ¿y tienes idea de lo lejos que está Santa Magdalena de Rio?

-nop, ¿tú sabes?

-u.u no, pero sospecho que no muy cerca- la dama se retiro

Una vez que estuvo solo Fye se dirigió a la biblioteca de la casa, busco en ésta mapas de Brasil, pero por más que busco no pudo localizar en éste a Santa Magdalena, de manera que no podía saber si estaba o no muy distante de Rio.

Se sintió inseguro por un momento pero luego se animó a sí mismo, seguramente habría servicio de ferrocarril entre Rio y Santa Magdalena y podría utilizarlo para llegar solo, porque de ninguna manera tenía intenciones de enterar a Kurogane de sus planes hasta el día después de su salida de Japón para así evitar que Kurogane se opusiera a su viaje.

Al día siguiente Fye visitó a la agencia de viajes dónde Touya Kinomoto (su mejor amigo) era empleado, así que fue con éste directamente

-¿qué, otras vacaciones?- preguntó Touya bromeando, Fye sonrió y negó con la cabeza

-voy a Brasil a pedirle el divorcio a Kurogane

-vaya- dijo Touya sorprendido

-quiero viajar el viernes

-bien… ¿así que vas en busca de tu libertad? me imagino que quieres casarte con Ashura

-mhm- dijo inseguro al ver la expresión seria de su amigo -¿Touya?

-…- éste suspiro –sabes bien que Shougo nunca fue santo de mi devoción y Ashura… se le parece tanto…

-no es verdad, Ashura es mucho más maduro, tierno y sincero

-… dime Fye ¿estás enamorado de él?

-… si

-eso debería bastarte entonces- dijo resignado comenzando a escribir algunas cosas y revisando los vuelos hacia Brasil en el ordenador

-T-Touya- llamo Fye inseguro y tímido

-¿si?- dijo sin mirarle

-¿c-crees… crees que soy… frígido**?

-…- Touya le miró –esa es una pregunta extraña

-b-bueno, es que, tú sabes… desdé aquello con… Shougo yo no…

-bueno, sería normal que… ¡¡alto!! ¿tú… no has…?- dejo la pregunta en el aire provocándole un sonrojo al rubio

-b-bueno, Kurogane y yo nunca… ni con Ashura

-¿me estás diciendo que aún eres virgen?- dijo sorprendido

-¡¡no hables tan alto!! O////O

-lo siento, es que, bueno, creí que Ashura y tú, pues “ya”…

-tú y Yukito si lo han hecho ¿cierto?

-muchas veces- dijo sin poder evitar una sonrisa al recordar a su prometido retorciéndose y gimiendo bajo su cuerpo –sabes, no creo que seas “eso”, en algún momento pasara- le sonrió

-gracias, Touya

 

°°°°°°|||°°°°°°°°|||°°°°°°°°°°||°°°°

 

El día de su partida había llegado, Touya y Yukito fueron a despedirle y desearle un buen viaje, ambos eran una bonita pareja feliz sobre todo: enamorada

Lady Yuko y Ashura también estaban ahí, éste último se despidió con un dulce beso

-te estaré esperando

-lo sé- le sonrió

Lady Yuko le deseo mucha suerte y después Fye abordo el avión

 

El rubio había llegado hasta Panamá sin incidentes, pero el avión que lo llevaría a Rio sufrió una avería en uno de los motores y tuvieron que regresar al puerto de partida. Fye había pasado ocho horas en el aeropuerto panameño hasta que pudo tomar el siguiente vuelo. Cuando llego a Rio de Janeiro estaba tan fatigado que no se detuvo a mirar la belleza de la bahía de Guanabara, ni la de los Dos picos o el Corcovado siquiera, sólo fue directo a su habitación de hotel para poder tomar un relajante baño y poder dormir.

A la mañana siguiente, después de un sueño reparador y de una vigorizante zambuila en las famosas playas de Copacabana tuvo que enfrentarse a la triste realidad, y es que, Santa Magdalena estaba a 900 Kilómetros de distancia de Rio, además de que no había transporte aéreo ni ferroviario, y a menos que prefiriera navegar en un pequeño barco por mar y por rio durante ocho días, la carretera era el único medio de acceso.

En la agencia de viajes del hotel le recomendaron reiteradamente que no hiciese el viaje solo, era mejor que alquilara los servicios de un chofer competente…

Ahora se arrepentía de haber permitido que lo convencieran, el coche avanzaba bamboleándose por la tortuosa carretera montañosa, su estómago se contraía cada vez que se asomaba para mirar las hondonadas (terreno hondo) y los precipicios. Dentro del coche el ambiente era fresco a causa del aire acondicionado pero, los rigores de la travesía mantenían su cuerpo cubierto en sudor.

Había momentos en los que se lamentaba haber llegado tan lejos, pero sabía que si en aquel momento decidiera arrepentirse seguramente se iba a sentir frustrado y deprimido. El viaje en general había sido un desastre y aunque no era supersticioso, en esta ocasión sentía que el destino no estaba de su lado.

Suspiro hondo y se recostó en el respaldo del asiento cerrando los ojos, se sentía muy débil a causa de la fatiga del viaje y del malestar estomacal que le había obligado a pasar la noche anterior en el hospital de una misión (de los llamados misioneros religiosos, si gustan que les explique más avísenme ^u^), pero se consolaba al pensar que pronto llegaría a su destino.

El chofer le miro, sonriente, y Fye no pudo más que admirar su increíble resistencia.

-Nen tempo, senhor- le dijo –dentro de una hora estaremos en Santa Magdalena

-¿una hora?- exclamó consternado, ignoraba si podría controlar su estómago por tanto tiempo –de acuerdo, gracias

-hum

Respiro hondo, pensar que su viaje por carretera se había prolongado 5 días más en vez de tres ¿cómo había podido imaginarse que volvería a Japón dentro de una semana? Siete días habían pasado desdé que salió de Nipón y todavía estaba en camino.

Por fin, el coche se acercó a un valle muy grande en pleno altiplano, se veían mantos de follaje que todo lo cubrían, menos los elevados picos, ásperos y grises, la llanura que se extendía por delante era como un inmenso mar de hierba con unos cuantos árboles frondosos y pequeños valles surcados por los causes de los ríos. Pero aquí, el camino resultaba todavía más difícil de transitar.

Fye observaba como pastaban el ganado que tanta prosperidad le daba a aquella parte del país. Santa Magdalena era una aldea muy pequeña y Lady Yuko tenía razón al sospechar que ahí no había ningún hotel, muy a su pesar el rubio estaba comenzando a aprender la diferencia que había entre la vida rural y la urbana.

Algunos de los habitantes de la aldea tenían un origen africano, mientras otros eran de descendencia portuguesa, las viviendas eran de adobe, muy sencillas y se agrupaban por secciones.

La llegada del rubio causo expectación, varias personas se asomaban para observar al insólito (poco común) visitante.

El chofer detuvo el coche frente a una pequeña tienda, a uno de los postes había amarrado un burro y a Fye le llamo la atención pues nunca había visto uno tan cerca.

-¿se va a quedar aquí?- preguntó el chofer asombrado

-quisiera que averiguase dónde vive el señor Nomishita

-¿Nomishita? ¿señor Nomishita?- pronunció con lentitud

-si, por favor- suplicó con la mirada

-bien

El chofer descendió del coche y Fye lo hizo también, busco en sus bolsillos y encontró una pastilla de menta, se acercó al animal para ofrecérsela, pero de pronto el animal se alejó dando tumbos, alguien le había ahuyentado, el rubio se volvió indignado para protestar pero no lo hizo al encontrarse a una bella mujer de piel blanca, figura delgada, largo cabello negro y sobre su cabeza un ancho sombrero de fina paja. Antes de que Fye pudiera decir nada la mujer comenzó a hablarle en su mismo idioma perfectamente.

-perdóname- le dijo con amabilidad –pero el burro esta infestado de moscas y no creo que ésta sea la mejor  forma de darte la bienvenida a mi país, Fye

-¿conoce mi nombre?

-¿y quién más podría llegar aquí por carretera? ¡que alegría, Fye! Mi hijo se pondrá muy contento al saber que por fin has llegado

-¿su hijo?- exclamó incrédulo –entonces, usted es…

-Tsuki Clow, la madre de Kurogane

Fye se puso nervioso, consciente de que su ropa estaba arrugada y llena de polvo frente a la delgada y elegante dama que con tanta cordialidad le sonreía, se sentía desalineado y sucio.

-no puedo creerlo- dijo con admiración sincera -¿ah venido a esperarme?

-¡no, por Dios! Mi presencia en Santa Magdalena es accidental, sabíamos que habías llegado a Brasil, Kurogane recibió tu telegrama, pero la última vez que le vi estaba desesperado por tu desaparición- respondió sin dejar de sonreír

-¿desaparición?- inquirió sorprendido –yo, bueno, me imagino que hemos tardado mucho en llegar hasta aquí

-si, así es, entonces ¿no has venido solo?- preguntó cautelosa

-no, vengo con un chofer- respondió Fye y el semblante de su suegra volvió a iluminarse como por encanto

-oh, ya veo

-si, lo que pasa es que enferme

-¡no me digas! ¿Qué te ha sucedido?- preguntó alarmada

-no fue nada en realidad- respondió tratando de restarle importancia a su malestar –me imagino que comí demasiada fruta

-esos trastornos pueden ser muy serios, Kurogane tiene que examinarte en cuanto regrese

-no es necesario- de pronto cayo en cuenta de que Tsuki acababa de decirle que Kurogane estaba ausente -¿dónde está su hijo?

-no te alarmes, pequeño, pronto volverá, ya te eh dicho que le preocupaba mucho tu desaparición y se fue en avión a Rio para tratar de averiguar tu paradero

-¿en avión? ¿entonces aquí hay aeropuerto? ¡nadie me lo dijo!

-no, no hay aeropuerto, el avión de la finca es muy pequeño y puede despegar en cualquier parte, las comunicaciones son difíciles aquí, necesitamos una nueva carretera, pero mientras se construye tenemos que trasladarnos por barco o por avión

-entiendo- dijo el rubio, se sentía bastante fatigado, hacía mucho tiempo que había comido una manzana y un biscocho que le dieron las monjas de la misión, los extraños olores que despedía el ganado contribuían a asentar su malestar

El chofer volvió –por aquí no hay nadie que se llame Nomishita, senohr

Fye se volvió a su suegra confundido

-el apellido de mi actual esposo es Hanaguemaru, y a Kurogane le conocen por ese nombre

-Gracias al cielo que la eh encontrado, no sé qué hubiera hecho solo

-bueno, si hubieses preguntado por el doctor cualquiera hubiera sabido responderte- dijo amablemente, luego se volvió al chofer y le hablo en portugués, intercambiaron unas cuantas frases, luego éste subió al coche

-¿qué sucede?- preguntó Fye

-ven conmigo, eh despedido (no en ese sentido, tranquilos, sino que lo despidió de gracias por todo, adiós) a tu chofer- dijo tomándole del brazo

-pero antes debo pagarle

-no tengas cuidado, le eh dicho que pase la cuenta a la finca Hanaguemaru para que se le liquide de inmediato

Fye estaba tan fatigado que ya no parecía importarle nada… hasta que recordó -¡mi equipaje!

-le eh dicho que lo ponga en mi coche

El rubio se sintió aliviado, al dar la vuelta en una esquina vio una flamante camioneta aparcada debajo un frondoso árbol, un individuo metía su equipaje a ésta

-éste es Joaquín- le informo Tsuki –trabaja con mi esposo

Lo único que deseaba el rubio en ese momento era descansar y, como si pudiera adivinar sus pensamientos su suegra lo invitó a tomar asiento en la parte delantera del vehículo (asiento del copiloto). Su suegra hablo un poco con Joaquín y luego se puso frente al volante poniéndolo en marcha

-¿él no regresara con nosotros?- preguntó Fye

-bueno, me parece que no te sientes nada bien, pequeño, Joaquín se quedara para comprar las provisiones que necesitamos en la casa, cuando lleguemos haya mandare a alguien para que le lleve de regreso

-pero, estoy alterando sus planes- protesto Fye débilmente, su suegra le dedico una cálida sonrisa

-no hay problema, Fye, todo lo que podamos hacer por ti es poco, desde hace mucho tiempo deseábamos conocerte, me alegra mucho de que al fin te decidieras a venir a Brasil

-pero yo…- murmuro confundido –ustedes son muy amables conmigo

-la primera impresión que has recibido de nuestro país no es muy favorable- comentó la mujer

El cielo se pintaba de atardecer mientras conducían hacia tierras altas

-espero que te agrade “Monte paraíso” la casa de Kurogane es la tuya

-muchas gracias- no pudo decir nada más, se volvió para mirar por la ventana, era claro que no se imaginaban la razón de su viaje, bueno, era algo natural ya que no lo menciono en el telegrama.

Dejaron atrás los bosques, atravesaban ahora extensos arrozales y trigales, más adelante había llanuras abiertas donde pastaba ganado de pura sangre, a medida que avanzaban se observaron los graneros, los corrales, las caballerizas y algunas casas, grandes y pequeñas

-hemos llegado a Monte Paraíso, a nuestra casa

Un muchacho de unos catorce años se acercó corriendo para abrirles la reja. El camino pavimentado estaba bordeado por piedrecillas, al fondo se apreciaba la enorme casa de dos pisos, los blancos pilares estaban cubiertos por enredaderas de pasionarias y buganvilias en flor, tenía césped bien cuidado salpicado de flores azules y anaranjadas… nunca en sus sueños había imaginado nada como aquello, la belleza subtropical y la construcción tan majestuosa…

 

era en verdad un paraíso…

 

 

 

 

NOTA: frígida** se le llama así cuando a una mujer por más apasionada de la situación y los toqueteos no siente deseo, o placer por nada de nada, ni poniéndole a Leonardo Dicaprio (no sé cómo se escribe su nombre, perdón, pero para que me entiendan es el protagonista del titanic *¬*), bueno, es solo un mal de de mujeres creo, pero dada la situación lo utilice con un hombre, suena raro lo sé, me disculpo, op, y no se preocupen, Fye no tiene eso ^u^  

Notas finales:

 

La cámara hace enfoque en la cara de Mokona

MOKONA: bien, hora del especial de Mokona!!!!!!!!

Le da la vuelta y deja ver el bonito paisaje, gente asoleándose, niños haciendo castillos, el cielo des… ¡¡niños haciendo catillos en la arena!!

MOKONA: Mokona quiere hacer un castillo también T.T pero…

Corre hacia algún lugar, se ve a una Haku aburrida bajo la sombra de una sombrilla

HAKU: no sé por qué vine si a mí no me gusta el clima tan soleado,  hace calor T.T  T.T  T.T

MOKONA: ne, graba por mi (le da la cámara y se va)

HAKU: oye yo no quiero grabar!!!!!!! Ash, ya que

La lente se enfoca en el guapo rubio que estaba recostado bajo la sombra de una gran sombrilla, había un montón de hombres de todas las tallas y formas a su alrededor queriendo ponerle bronceador

HAKU: aléjense cuervos!!!!!!! Lo quiero tan pálido como cuando llegamos!!!!!!!!!

TODOS: aww (se quejan), al menos danos tu número *w*

FYE: mmm (lo duda) está bien!!!! ^u^ mi número es…

 

 

KURO: les diste tu número a todos esos pervertidos!!!!??? (grita enojado mientras golpea la laptop dejando la pantalla en negro)

MOKONA: oye!! Aún no terminaba de editar eso!!! (se queja)

FYE: claro que no u.u algunos me pidieron mi correo y mi cuenta de face ^^ ya tengo 50 nuevos amigos!!!!!!

KURO: … (tic en el ojo) se supone que irían a trabajar

MOKONA: eso intentaba pero tú destruiste todo el trabajo de Mokona

FYE: (manda mensajes por el celular) ^u^

KURO: ¬.¬ tienes recepción aquí?? Tu teléfono es increíble, nosotros no tenemos recepción desde que llegamos ¬.¬

FYE: si ^u^ (tecleaba feliz)

KURO: y supongo que si “le pasara algo”, te quedarías incomunicado, ¿verdad?

FYE: pero no le pasara nada ^u^ lo cuidare muy bien

KURO: … (le quita el teléfono de las manos y lo tira en la jarra del agua) ups, se me callo

FYE: o.O m-mi… m-mi T.T … T.T

KURO: así está mucho mejor ^^ próximo cap. 9# Enfrentamiento

 


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