Integra
Anoche dormí increíblemente bien, mejor de lo que recuerdo en muchos años; me avisaron la llegada puntual de Khira y que me esperaría en mi despacho; yo corría de un lado a otro para alistarme. No sé cómo lo hice pero pude recibirla como la vez anterior, pero un poco más calmada, ella me sonrió y comenzaron sus labores.
Fue un día estresante y lleno de trabajo.
Tantos problemas en Inglaterra: no-muertos que tenía que exterminar, peleas entre órdenes religiosas de distintas partes del mundo, líderes que confrontar, discusiones, debates, riñas, todo es exactamente lo mismo que he estado enfrentando toda mi vida, bueno, desde que le disparé a mi tío para llevar el liderazgo de la organización Hellsing.
Terminó el día, horrible en verdad, pero lo pasé con ella, y así fue este día, y el siguiente, y el siguiente; cada uno mejor que el anterior. Ahora todo es mucho más liviano, más fácil, sólo me hacía falta una sonrisa de ella para sentirme mejor, o quitarme el estrés.
Siento una extraña sensación de felicidad perpetua, cada vez me resulta más difícil concentrarme en mi trabajo, porque si no estoy con Khira, pienso en ella constantemente. No me la quito de la mente, su suave y dulce voz, aquella perfecta y cálida sonrisa, sus preciosas gemas en forma de ojos, su ardiente cabello y sobre todo su magnífico cuerpo.
Cada día es más difícil resistirme a ella, siento que pierdo la fuerza de voluntad, ya que parece ir disminuyendo paulatinamente, enloqueciéndome más y más. Pero debo resistir, por el bien de ella y el mío.
Aunque si algo sé de la vida es que es impredecible. Era mediodía y Khira aún no llegaba, me preocupé por esa extraña tardanza, pensando que algo le había sucedido…
*************
Khira
No recuerdo haber trabajado tanto en mi vida, pero vale la pena y no lo digo por la paga. El empleo es fascinante, me he enterado de cosas que jamás imaginaría que existieran, al menos no fuera de un libro o cuentos de terror. Recuerdo cómo lo conocí y me di cuenta de todo lo que pasaba:
Dictados, listados de armamentos, agendas, todo. Me tocaba conocer buena parte de la vida de Integra pero cuando supe acerca de no-muertos, vampiros, y otras cosas extrañas, bueno, pensé que mi jefa era un poco excéntrica.
Cuando todo empezaba a ir de maravilla, el piso bajo mis pies cae y yo con él. Regresé del trabajo a casa para encontrarme con el departamento casi completamente vacío y con una orden de desalojo. Hice unas cuanta llamadas y me entero de que mi querida tía había recibido el resto del dinero de la herencia, incluyendo el mío por supuesto, y había escapado dejándome en la calle.
Me tomó buena parte de la mañana arreglar las cosas con el casero y recoger lo que quedó; al final me moría de la vergüenza pero regresé al trabajo para intentar hablar con Integra y explicarle mi situación. Increíblemente, no sólo me comprendió sino que me ofreció quedarme en la mansión a vivir por el tiempo que quisiera. Ella no deja de sorprenderme.
Ahora que estoy aquí aprendo a anticiparme a sus deseos y demandas, visualizo casi de memoria sus expresiones faciales y puedo manejar su agenda. Ya puedo decir que la conozco, y quiero conocerla de un modo diferente…
Cierto día, vestía un saco un tanto entallado, y la falda era bastante corta, así que cuando “accidentalmente” dejé caer la agenda tuve que agacharme a recogerla, la falda me obligaba a ponerme en cuatro, me tardé un poco más de lo normal, pero cuando miré sobre mi hombro vi a Integra sonrojada y sudando ligeramente, se dio la vuelta y salió rápidamente.
Otro día me armé de valor para dejar mi blusa un poco abierta, e inclinarme sobre su escritorio para anotar sus deberes del día, pero volvió a escapar.
Empecé a sentirme triste, confundida por su negativa y rechazo, y no sé cómo fue que en verdad comencé a sentirme mal físicamente, hasta el punto en que me dio una fiebre tan intensa que me obligó a permanecer en cama. Integra se veía muy preocupada por mí, pero ya no importaba.
Me pidió que me quedara con ella, porque, en sus propias palabras, no confiaba en nadie más para cuidarme, y así me dejó dormir hasta en su propia cama.
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Después de algunas noches…
La tenue luz de la luna se filtraba a través de las ventanas del despacho de Integra, resaltando su elegante silueta sobre el escritorio cubierto de documentos, una pequeña lámpara iluminaba su trabajo, hasta que escuchó unos pasos muy ligeros a su espalda, volteó y miró a su ángel en camisón disimulando un bostezo.
-Khira, ¿Qué haces despierta? Ya es muy tarde, tienes que descansar.
-Ya me siento mucho mejor, y me apena mucho que tengas que cuidarme tú en persona, pero quiero que sepas que en verdad lo valoro, y… y te aprecio mucho. Además, no quiero que sigas durmiendo en el sofá.
-Ah ¿Sí, y en donde más voy a dormir?
-Pues, –se sonrojó ligeramente- estaba pensando que podrías acompañarme, al menos hoy, después de todo lo que he visto en el trabajo, admito que tengo algo de miedo.
-Khira… no creo que sea buena idea. –Bajó la vista, y en un segundo sintió cómo Khira levantaba delicadamente su mentón para mirarla a los ojos.
-Por favor, sólo por esta noche.
Se fueron a dormir en ese momento, Integra estaba sumamente nerviosa por estar tan cerca de Khira, al principio parecía que ella no quería dormir pero tenía el sueño muy ligero y empezó a dormitar. Vestía el mismo camisón, pero era más corto de lo que recordaba y no tenía pantalón o algo parecido, así que las sábanas lo levantaban un poco, dejando al descubierto su ropa interior.
Integra perdió el sueño y se giró en un costado para verla de cerca, su perfil era sumamente hermoso, sus ojos cerrados le daban un aspecto sublime, estaba tan cerca que podía sentir su respiración, mientras su pecho subía y bajaba rítmicamente.
Finalmente no pudo contenerse más, se acercó más a ella y le dio un ligero beso en su hombro desnudo, sintió su cálida piel en contacto con sus labios y su propia respiración sobre ella, eso la hizo desear más, aún más, acarició suavemente su rostro, delineando el contorno con ternura, luego siguió con el cuello y su pecho, así que se acercó y la abrazó por la cintura, bajando el brazo y la mano por debajo de las sábanas, hasta rozarla.
Comenzó a acariciar su delicada flor por encima de su ropa interior, Khira se movió un poco pero no dijo nada, abrió los ojos y giró la cabeza para verla de frente. Integra se detuvo, la miró directamente y subió la mano para acariciarle ambos pechos por encima de la ropa hasta llegar a su rostro, Khira entrecerró los ojos de placer y le lamió los dedos, disfrutando su contacto.
Integra le tomó del cuello y le giró la cabeza, se acercaron lentamente y comenzaron a rozar sus labios hasta que sus lenguas se encontraron mutuamente en un apasionado beso, el cual fue subiendo de intensidad conforme sus cuerpos se encontraban, poco a poco, repartiéndose caricias.
Khira se levantó y apartó las sábanas que las cubrían mientras Integra se sacaba los pantalones y los lanzaba al piso, tomando a Khira de las caderas y dejándola en la cama, mientras ella se colocaba encima, entre una de sus piernas mientras posaba su cabeza en sus exquisitos pechos, también rozándolos con sus manos, masajeándolos con profundo deseo mientras Khira la besaba y le acariciaba las piernas y los glúteos.
Ambas gemían de placer mientras Khira le levantaba la blusa y se quitaba el camisón hasta que sus pezones se embistieran rítmicamente mientras Integra se frotaba lentamente contra la pierna de Khira a la vez que la tocaba a ella con su rodilla, hasta que Integra no sentía fricción por su propia humedad.
Khira le sujetó la mano y la metió por debajo de su ropa; Integra sintió lo jugosa que estaba y eso la excitó mucho más. Ambas se arrodillaron sobre la cama, besándose; Integra disfrutaba deslizar sus dedos sobre la tersa piel de la espalda y los hombros de Khira mientras ella deslizaba su lengua sobre sus pechos hasta sus pezones, ella le devolvió el gesto succionando ávidamente un pecho y luego el otro hasta arrancarle gemidos cada vez más altos.
Integra necesitaba poseerla, así que la volvió a recostar y le quitó cuidadosamente la ropa interior, le acarició las piernas hasta rozar ligeramente el monte de venus, Khira suspiraba y comenzaba a gemir cuando Integra le acariciaba ligeramente los labios, pasando los dedos en la entrada de la vagina y subiéndolos al clítoris, en donde comenzó a masajear frenéticamente hasta que su amada se convulsionó de placer en su cama, gritando su nombre, diciendo que la amaba…
Integra se paralizó, no supo que contestar ni que hacer, así que Khira respondió por ella, deslizándose hacia la entrada de Integra, lamiendo y besando hasta saciarse y hacerla suspirar y retorcerse de placer.
Ambas cayeron rendidas una sobre la otra, con lo poco que les quedó de energía se cubrieron con las sábanas, cayendo en un profundo y placentero sueño.