Eres más que una cara bonita, mucho más.
Es lo que repito cada vez que me levanto en la mañana y miro mi imagen reflejada en un espejo, juré que jamás dejaría de repetir esa frase porque es lo que me da fuerza para seguir con esta vida tan vacía y pesimista que llevo, cosa que jamás esperarían de mí.
Antes de perderlos, mi familia siempre había sido muy cálida conmigo, al ser hija única recibía toda la atención de ellos, hasta que hace tres años murieron en un accidente, dejándome a cargo de mi tía, a propósito, ella me odia y sólo se ocupa de mí por el dinero que recibió de la herencia y probablemente por el que yo tengo, tan pronto consiga un lugar propio me iré de este lugar.
Jamás olvidaré a mi familia, mi padre siempre cuidó de mí, y realmente no me parecía mucho a él, “por fortuna te pareces a tu madre” decía, y tenía algo de razón. Casi toda mi apariencia la heredé de mi madre, piel de porcelana, cabello rojo y ojos verdes, por suerte tuve una imagen tierna en mi infancia:
La gente me miraba y sonreía al pasar, saludando amistosamente, y yo devolvía el saludo de manera entusiasta, en la escuela, antes los chicos jamás notaban mi presencia más que para arrojarme alguna bolita de papel ocasional y las chicas eran amistosas conmigo. Hasta que llegué a la adolescencia, entonces comencé a madurar y me veían diferente.
Todo cambió con sangre. Esa inconfundible señal de crecimiento.
Y mi cuerpo cambió de forma, conforme pasaba el tiempo apenas y podía reconocerme a mí misma, sabía que era posible ser tan hermosa como mi madre pero era algo que no me importaba. Ahora las miradas de los chicos eran de diferente forma: algunas lascivas y casi todas llenas de admiración, los comentarios eran aduladores o podían ser muy incomodos. Las chicas me envidiaban, odiaban, idolatraban, ignoraban, no lo recuerdo, era muy variado.
Una vez mientras estaba en la ducha –eran regaderas individuales-, después de la clase de educación física, escuché un ruido sordo en la puerta de mi regadera, di la vuelta y me encontré a Murasaki completamente desnuda con una mirada llena de deseo y audacia, esta chica iba en las mismas clases que yo, realmente apenas la conocía pero la recordaba porque siempre la atrapaba mirándome.
Rubia y bonita... ella había cerrado la puerta y estaba tan cerca de mí como para sentir sus pezones rozando los míos, como era tan alta como yo logró empujarme contra la pared mientras se acercaba y deslizaba su lengua en mi cuello mientras frotaba su cuerpo contra el mío y metía sus dedos en mí.
Jamás había estado así con alguien, sólo había tenido un novio al que dejé por tratar de propasarse conmigo, pero en ese momento le permití a esta chica lo que él quiso hacer. Ciertamente era extraño, pero muy placentero y atrevido, me dejé llevar.
Recuerdo que después me tomó uno de los pechos y lo masajeó mientras continuaba penetrándome con sus dedos, después se llevó esa mano a la boca y la miré asombrada mientras se relamía, la volvió a bajar pero ahora encontró un punto más sensible, tan sólo lo tocó comencé a gemir un poco.
Ella se acercó a mi oído y susurró. -Shhhh, nos van a escuchar. Entre jadeos le dije que no me importaba, ella comenzó a besarme mientras seguía tocándome, cambiando la velocidad, hasta que sentí cómo una fuerte, deliciosa y vibrante sensación surgía mientras unas breves convulsiones me sacudían el vientre. No lo podía creer, había tenido un orgasmo.
Murasaki siguió con este tipo de encuentros, pero no fue la única, comencé a atraer a más y más mujeres y un número aún mayor de hombres, desesperada, pensé que si me cubría con más ropa y recogía mi cabello lo arreglaría, pero nada más lejano a esto, podía pasar desapercibida pero me di cuenta de que no podía ocultar mi rostro y las curvas aún se notaban, pero noté que era mucho más sencillo conseguir ciertas cosas, mejores notas, excusas para faltar a las clases, comida, ropa, etc.
Sólo hacía falta una mirada y un gesto amable, tal vez una sonrisa si se oponían, jamás fallaba, las mujeres no desviaban la vista de mis ojos y los hombres de mi cuerpo. Y nunca tuve que hacer algo más, pero conforme iba ascendiendo el camino comenzaba a volverse más peligroso, lo pude comprobar aquella ocasión. Estaba realizando un servicio por parte de la escuela en una empresa en donde podías pasar el verano aprendiendo contabilidad y administración, ganando experiencia y posiblemente trabajar ahí.
Esto último fue lo que me prometió Takeshi, el tutor que estaba a cargo de mí durante el curso, al final me puso a prueba y pasé, por lo que al menos tenía un pequeño puesto de planta en la empresa. Una tarde me pidió que completara unos formularios porque algún inepto los había hecho mal, y él tenía mucho trabajo, así que le ayudé con gusto.
Me tardé demasiado en esa tarea y cuando terminé ya era muy noche, pero había gente y él todavía no se había ido, recuerdo la conversación:
Toqué la puerta antes de entrar.
-Takeshi-san, ya es muy tarde, dejaré los papeles en su escritorio y me retiro. –Dejé las cosas frente a él, hice una reverencia de despedida y me di la vuelta, apenas di dos pasos y lo escuché.
-Khira-chan, -jamás lo había oído hablar así- ¿Te gustaría ocupar la vacante de secretaria personal? Me hace falta una.
-¿En serio? –Sonreí ante la posibilidad, él se levantó de la silla, sonriendo, caminó a mi lado y cerró la puerta, luego se volvió y sonrió aún más, lo que me dio escalofríos.
-Sí, pero antes tengo que ponerte a prueba, sólo que esta vez será diferente. –Me levantó con un brazo en mi cintura y me puso sobre su escritorio, encima de todos sus documentos, me tumbó de espaldas y empecé a temblar cuando me recorrió con la mirada, me desabotonó la blusa de un solo tirón y trató de arrancarme el pantalón, empecé a gritar y a lanzar patadas a diestra y siniestra, tratando de librarme de sus manos, así logré alcanzar su reciente erección, él gritó de dolor y cayó al suelo sujetándose y maldiciéndome, yo bajé del escritorio y le di otra patada pero ahora con más fuerza en el estómago, salí corriendo y jamás volví.
Me di cuenta de que jamás podría confiar en un hombre, y mantuve esa idea en mente. Soy consciente de mis capacidades, no por nada conseguí la entrevista con Sir Integra Fairbrook Wingates Hellsing una verdadera líder y un ejemplo a seguir en toda la extensión de la palabra, a quien he admirado desde que supe de su existencia, la cual debería ser secreta pero la empresa en donde quería trabajar fabrica parte de su armamento.
Conseguí la entrevista, pero noté que había muchas personas esperando verla y sabía que debían recortar la lista, entonces me apoyé en mi apariencia para que mi nombre continuara apareciendo en los nombres que estaban en manos de Sir Integra.
¿Cómo? Un par de sonrisas al resto de asistentes, y pensándolo bien tiene bastante gente, no sé por qué querría a alguien más, en fin, cosas de empresarios, cuando fui a esa lujosa mansión me vestí formal pero libremente, trabajaría para una mujer. No pensé en llamar su atención, ni siquiera se me había ocurrido. Y no podría.
Una alta y noble dama de alcurnia, tan distinguida y de gran porte me recibió ese día, entré ruidosamente y me aproximé hasta ella, su largo y delgado cabello rubio decoraba su rostro tan serio pero a la vez tan intenso, sus rasgos son muy fuertes pero a la vez delicados, me invitó a sentar y escuché su voz, tiene la fuerza y dureza para dirigir un ejército, pero poseía suficiente delicadeza para dirigirse a mí sin asustarme.
Es hermosa, inquietante, enigmática, poderosa, todo a la vez. Creo que haberla conocido fue uno de los mejores días de mi vida, ¡Y fue aún mejor cuando me dio el trabajo! El impulso me llevó a abrazarla, percibí el aroma de su cabello y la suavidad del mismo contra mi rostro, bajé un poco la cabeza he inhalé profundo para embriagarme con el aroma corporal que salía de su cuello, me vi tentada en sentir esa suavidad con mis labios pero recordé a quien estaba abrazando, así que tuve que soltarla y salir de ahí.
Aquella noche no pude dormir, sólo deseaba que amaneciera, así que mejor me levanté de la inútil cama para investigar un poco más acerca de ella.
Había poca información pero conseguí saber un poco acerca de su linaje familiar y de la gran responsabilidad que tiene con la reina, eso es algo que aparece más frecuentemente, pero también aparecen rumores acerca de sus sirvientes, porque ya estaba enterada de su armamento y el ejército privado que posee.
Ya comienza a amanecer, pasé más tiempo del que esperaba, no puedo esperar por conocerla mejor, su enigmático verdadero yo.
Quiero verla.
Necesito verla.
Y será pronto…