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La rutina Mata, La indiferencia Tambien por Xenophilica

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Notas del capitulo:

Xeno, por aca!

 

Lamento mucho esta enorme tardanza, pero ya saben, la escuela, en trabajo, las tareas y la falta de inspiracion me impiden actualizar con rapides... y en serio lamento eso u.u

Pero aqui esta el capitulo sin falta :D

 

*X-men no es de mi pertenencia, tampoco Erik Lehnsherr ni Charles Xavier y ya saben, eso es depresivamente triste u.u

 

Enjoy! 

Erik se removió por la cama y paseo su brazo por lo grande de esta con la finalidad de encontrar algo que, en realidad, ya no se encontraba a su lado, con pesadez abrió los ojos pues aún era demasiado temprano, las ocho de la mañana marcaba el reloj que se encontraba en el buro del lado de Charles, entonces Erik se recargo en sus codos manteniendo sus ojos cerrados aun por la falta de un buen despertar.

Fue entonces que el sonido de alguien vomitando lo hizo abrir sus ojos por completo, las arcadas se escuchaban cada vez más fuerte y esto comenzó a preocupar al alemán que de inmediato no dudo en apartar aquella estorbosa sabana de encima para correr al baño de la habitación, toco un par de veces ante el sonido de una nueva arcada

— ¿Charles?—. Toco de nuevo, pero el agua correr del excusado le contesto, seguidamente una castaño salía del baño pasando de largo a un Erik que seguía sin recibir respuesta de parte del más bajo.

Charles llego a la cama y se echó cual largo era sobre ella alzo la sabana para que lo cubriera completamente, era domingo y por suerte no tenía que ir a dar clases a la universidad.

—Charles, ¿Te encuentras bien?—. Pregunto de manera preocupada el de ojos verdes.

—Si me encontrara bien no estaría tendido en la cama—. Le contesto con molestia, encogiéndose sobre sí mismo debajo del montón de sabanas que lo cubrían. —Solo estoy mareado, creo que la cena me cayó mal—. Le dice el castaño más calmado, ya que pudo prever la ceja alzada y la pregunta mental que Erik se hizo cuestionando su comportamiento.

— ¿Seguro?—. Pregunto un preocupado Erik que ahora mismo se había acostado a un lado del castaño y había comenzado a acariciar la espalda del mismo. —Podemos ir a ver un doctor si quieres—. La cabeza castaña del más bajo salió de entre las cobijas, solo para negar el ofrecimiento del otro.

—Estoy bien, Erik—. Trato de sacar una sonrisa, pero lo único que consiguió es que Erik aumentara su preocupación. —Es Domingo, si vamos lo más seguro es que nos den largas para no atendernos—. Contesto. —Si la molestia persiste, yo mismo hare una cita mañana. ¿Te parece?—. No muy convencido, Erik solo decidió asentir mientras volvía a acurrucarse a un lado del castaño para así dormir un poco más.

 

***

 

Wanda se encontraba mirando un vaso con un poco de agua, la morena veía intrigada el contenido, solo esperando el momento en el que su mutación haría lo suyo, Pietro entro como torbellino a la habitación, parando en seco al ver a su hermana tan concentrada, el peliblanco alzo una ceja a modo de desconcierto, fue entonces en donde escucho a su hermana suspirar de manera frustrada.

— ¿Qué pasa?—. Pregunto el chico mientras se sentaba en su cama, solo viendo que Wanda hacia exactamente lo mismo pero sin dejar de ver el vaso.

—Mi mutación no reacciona —. Dijo con un deje de preocupación en su voz. —La última vez que pasó algo como eso…—. Wanda se miró ambas manos antes de hacerlas puño. —…paso lo del divorcio de Papá—. Pietro alzo una ceja con confusión.

— ¿Y?—. Pregunto, pero solo logro que Wanda lo mirara con el ceño fruncido. — ¿Por qué me ves así?, te estoy preguntando bien—. El chico frunció el ceño y Wanda solo pudo suspirar.

—Tengo un presentimiento, no sé si sea bueno o malo—. Pietro al fin comprendió el gesto angustiado de su hermana, la mutación de Wanda era extremada mente especial, tanto así que su hermana podía predecir algunos sucesos, o al menos saber que están por pasar, no sabe con exactitud de qué manera se presentaran las cosas, pero sabe que su magia solo se altera y se niega a funcionar cuando algo grande e importante esta por marcar la vida de la familia Lehnsherr-Xavier.

—Lo que pase, tendrá que pasar—. Dijo Pietro acercándose a su hermana y poniendo una mano sobre su hombro en señal de apoyo. —Nosotros no podemos hacer nada para evitar que lo que presientes pase, pero podremos tratar de arreglarlo después de que ocurra, ¿O no?—. Pietro mostro una gran sonrisa, muy parecida a la de Erik, mostrando todos y cada uno de sus dientes, Wanda sonrió imitando a su hermano.

—Tienes razón—. Contesto sin dejar de sonreír.

 

***

 

Charles había prometido a Erik no ir a trabajar ese día, por el simple hecho de que el mayor consideraba que Charles no se sentiría bien por el resto del día, por otro lado, Charles nunca se destacó en su juventud por ser obediente, y helo ahí parado frente a su grupo de genética, tratando de explicar las teorías evolutivas más recientes junto con la suya.

Todo parecía marchar de manera normal, hasta que sonó el timbre que anunciaba el final de la cuarta clase, Charles salió de su salón y justo a tres pasos de la puerta, el castaño tuvo que buscar una pared donde apoyarse, ya que aquel insistente mareo del día anterior había hecho su repentina aparición.

—Profesor—. Remy acaba de volver por unos libros que olvido, y pudo ver a su futuro suegro tambaleándose un poco antes de recargarse en la pared. — ¿Se encuentra bien?—. Pregunto preocupado, Charles aparto la mano que había llevado a su rostro para calmar aquel mareo inútilmente.

—Yo…—. Xavier miro directamente a Remy, el cual tenía un gesto preocupado en su rostro, finalmente Charles negó con la cabeza. —Estoy bien—. Dijo con una forzada sonrisa, trato de incorporarse pero solo logro que todo a su alrededor diera vueltas y a la ves la obscuridad comenzaba a ganar terreno. Lo último que escucho fue la voz asustada de Remy.

 

***

 

El insistente sonido de alguien moviéndose en aquella habitación lo hizo fruncir el ceño aun dormido, también la discreta (O así lo hacían ver) discusión había cesado por unos cuantos segundos antes de volver a iniciar, Charles fue abriendo sus ojos, encontrándose de lleno con una luz que lo hizo volver a cerrarlos, una vez acostumbrado a la luminosidad presente, se animó a alzar la cabeza solo para saber dónde se encontraba. La enfermería de la universidad.

Moira aparto la cortina de manera brusca asustando un poco a Xavier y Charles pudo ver en los ojos cafés de aquella mujer, la enorme preocupación que había.

—Señora McTagger, no puede hacer eso—. Le reprocho la enfermera, pero fue totalmente ignorada por la castaña la cual no dudo en acercarse a Charles para abrazarlo.

— ¡Oh, Charles!—. Exclamo al borde del llanto. —Estaba tan preocupada por ti—. Le dijo para después separarse del hombre. —Me asuste tanto cuando Remy llego contigo en brazos diciendo que te habías desmayado a mitad del pasillo—. Ante esa mención Charles se llevó una mano a la frente. —Dime que te pasa, ¿Te sientes bien ahora?—.

—Yo… debí hacerle caso a Erik—. Se reprochó con una sonrisa, Moira frunció el ceño y llevo ambas manos a la cadera.

—Charles Francis Xavier, ¿Estas enfermo y aun así te atreviste a venir?—. Pregunto la castaña con molestia y reproche, Charles solo pudo suspirar.

—No me siento mal, Moira—. Contesto, dejando que el semblante molesto de su compañera se relajara. —Es solo…que llego de repente… no sé cómo explicarlo—. Moira lo miro de manera intrigada, Charles no quería hacerle frente a la castaña y eso la preocupo más, Moira se sentó a su lado y acaricio los cabellos del de ojos azules.

— ¿Desde hace cuánto pasa esto, Charles?—. Pregunto, el castaño volteo a verla por un momento, momento en el que la mujer pudo ver los ojos llorosos del más bajo. — ¿Charles?—. Pregunto preocupada, pero solo eso hizo que el castaño se abrazada con fuerza a la mujer. —Charles, ¿Qué pasa?—. Pregunto, pero solo pudo escuchar los gimoteos del castaño, el cual escondía su rostro en el hombro de Moira.

—Creo que estoy en cinta—. Susurro cerca del oído de Moira, la cual ahora tenía los ojos abiertos como platos al escuchar semejante sorpresa.

 

***

 

— ¿Desde cuándo creer que estas en cinta?—. Charles se encontraba sentado en una sala de espera de un hospital al que prácticamente Moira lo había arrastrado, sin opción a replica, la mujer hizo que lo atendieran de manera inmediata, solicitándole exámenes de sangre, además de la prueba correspondiente de embarazo que era la que más urgencia tenía en ese momento. Charles solo se encogió de hombros.

—No sé—. Contesto. —Mes y medio… tal vez más—. Le dijo con algo de duda. Entonces el castaño adopto un gesto por de más serio, claro indicador para Moira de que se encontraba en un momento de encierro con sus pensamientos. Moira volteo la cabeza al escuchar la puerta del laboratorio abrirse y por ella vio salir a una mujer con un sobre en mano.

—Resultados para Charles F. Xavier—. Dijo con voz clara, pero el castaño seguía sin poner atención a nada más que sus pensamientos. Moira le dio un ligero codazo a su amigo, al cual reacciono poniéndose inmediatamente de pie.

— ¡Soy yo!—. Exclamo acercándose a la mujer de bata, la cual amablemente le tendió el sobre, Charles lo tomo entre sus manos y se despidió con un ligero gracias de la laboratorista, Moira se puso a la par del castaño.

— ¿Vas a abrirlo ahora?—. Le pregunto bastante emocionada de los posibles resultados.

—No sé—. Contesto poco convencido. —Creo que debería abrirlo junto con Erik—. Moira le arrebato el sobre de las manos.

— ¡Oh, vamos Charles!—. Exclamo. —No me puedes tener con la intriga de si esas preñado o no—. Le rogo. —Podrás darle la sorpresa a Erik de todos modos, ¡Ábrelo!—. Charles sonrió un poco para finalmente asentir.

Los nervios se apoderaron de él desde el momento en el que el sobre llego a sus manos, dudando en si hacerle caso a Moira o dejar ese sobre sellado para cuando regresara a casa con Erik, y abrirlo. Finalmente la insistente mirada de su amiga lo hizo desistir de lo segundo y con prisa abrió aquel sobre y saco la hoja en donde deberían venir los resultados de su reciente prueba.

— ¿Y bien?—. Pregunto con curiosidad la chica mientras no perdía pista sobre el rostro de Charles, el castaño volteo a verla, sus ojos azules comenzaba a inundarse de lágrimas y la sonrisa que sus labios comenzaba a dibujar era cada vez más brillante.

—Es positiva—.

 

***

 

Erik se encontraba trabajando en la oficina de siempre, revisaba uno que otro papel para decidir su desdichado destino, o iban en su archivera o eran hechos bola y arrojados sin misericordia al cesto de basura que yacía a un lado de su escritorio.

Suspiro con pesadez y miro el teléfono por quinta vez en ese día, estaba indeciso en si llamar a Charles o si esperar hasta verlo en la casa por la tarde, en verdad estaba preocupado por su esposo, puesto que todo el día anterior se la paso o enterrado en la cama sin opción a salir o encerrado en el baño devolviendo todos y cada uno de los alimentos que Erik, amablemente, había preparado para él.

Se recostó en su frondosa silla mientras se limitaba a pensar sobre las siguientes acciones del día, además de meditar en el comportamiento extraño que había tenido su hija en los últimos días, tan decaída y concentrada a la vez… ¿Alguna pelea con el tal Remy?, varias veces pensó en aquello como una posibilidad, aunque su hija se veía muy cómoda con aquel jovencillo crecido, y sabía que si el chico la presionaba para hacer algo que su pequeña, no tan pequeña, no quisiera, ella sabría defenderse muy bien… Tendría que amenazar de nuevo a LeBeau por si las dudas de aquella sospecha.

Dio un pequeño brinco al escuchar el sonar de tu teléfono celular, luchado con su bolsillo delantero, se apresuró a contestar el aparatejo al reconocer el número de Charles en la pantalla.

—Erik…—. El de ojos verdes pudo notar un matiz diferente en aquel saludo, había algo…diferente en él.

—Charles—. Contesto de vuelta. — ¿Qué pasa?... ¿Sigues sintiéndote mal?, ¿Hiciste la cita con el médico o decidiste ignorarme una vez más?—. La risa de Charles al otro lado de la línea lo tranquilizo un poco, además de hacerlo sonreír ligeramente.

—No te preocupes de eso por ahora—. Le contesto, Erik borro la sonrisa que hacia segundos se encontraba en su rostro. —Quiero que vengas—. Le dijo con tono serio.

— ¿Ahora?—. Pregunto alzando una ceja.

—Lo más pronto posible de preferencia—. Le dijo con un toque de misterio que desconcertaba a Erik. —Tengo algo que decirte—.

— ¿No puedes decírmelo ahora por teléfono?—. Pregunto.

—Esto es algo muy importante…—. El bufido de Erik contesto al castaño. —…y preferiría decírtelo en persona para ver como reaccionas—. Eso sí que había hecho intrigar a Erik, se acomodó de mejor manera en la frondosa silla.

—Iré en seguida—. Dijo para  finalmente colgar y salir de aquella oficina lo más rápido que pudo.

 

***

 

Erik estaciono el coche en el garaje como pudo, acciono la alarma tan pronto llego al pórtico de la casa y se apresuró a abrir la puerta de la misma, las risas de sus hijos lo recibieron de manera amena, Wanda y Pietro lo miraron con una sonrisa mientras lo saludaban al unísono.

Ambos estaban solos, ningún rastro de los chicos que jugaban a ser novios de sus hijos, pero tampoco estaba Charles, solamente ellos dos junto con un tazón que anteriormente estaría lleno de palomitas.

— ¿Dónde está su papá?—. Pregunto Erik quitándose el saco y dejándolo sobre el respaldo de uno de los sofás de la sala, seguidamente comenzaba a desanudar la corbata que tenía mientras esperaba paciente la respuesta de sus hijos.

—Está en la habitación—. Dijeron al unísono sin despegar la vista de la pantalla de televisión, Erik sonrió y decidió seguir la indicación de sus hijos, paso por el pasillo que conducían a las habitaciones, llegando así a la que compartía con Charles. Dio unos cuantos toques a la puerta antes de abrirla.

— ¿Charles?—. Pregunto, el castaño yacía sentado a un costado de la cama, con la mirada agachada en algún punto del suelo, solo despego su mirada de la alfombra azul que adornaba la habitación cuando escucho la voz de Erik. El de ojos verdes no dudo en entrar en la habitación y seguidamente cerrar la puerta tras él. — ¿Qué pasa?—. Pregunto sentándose a un lado del castaño.

—Tengo algo que decirte—. Repitió palabras que había usado hace algunos minutos por teléfono. Erik asintió con gesto serio, aunque la sonrisa de Charles lo tranquilizaba un poco, el castaño le tendió un sobre abierto, alzo una ceja ante el ofrecimiento, no dudo en tomar aquel sobre que amablemente le ofrecía su pareja, lo abrió y saco lo que parecía ser una hoja doblada con varias cosas escritas.

Erik abrió los ojos con sorpresa, ya había tenido una de esas entre sus manos, y sabía perfectamente que significaba ese enorme letrero de “Positivo” remarcado en letras rojas al final de la hoja. Esas mismas palabras las había leído hace un poco más de quince años, cuando después de sus primeros años de pareja, Charles le había comunicado que…

— ¿Estas embarazado?—. Pregunto con los ojos totalmente abiertos esperando la ansiada respuesta de su castaño, el cual solo estaba sonriendo de manera muy animosa, Charles no pudo pasar un segundo más sin dejar se asentir y Erik no pudo soportar un momento más sin abrazar de manera insistente a su pareja. — ¡Charles!—. Grito con una gran sonrisa y una risa que retumbaba por todo el lugar, Erik no dejo pasar un momento más sin besar a Charles. — ¡Esto es tan…ahhh!—. Grito con júbilo, llamando a sus hijos que no dudaron en aparecer tras la puerta de la habitación.

— ¡Tendremos un hermano!—. Grito Pietro mientras abrazaba a Wanda, la cual estaba igual de feliz devolviéndole el gesto a su hermano, ninguno de los dos dudo en correr y abrazar a sus padres ante aquella dichosa noticia.

Un nuevo integrante se sumaba a la familia Lehnsherr.

Notas finales:

¿Que les ha parecido?... ¡Viene en camino un hijo! :D ... o quien sabe... puede ser que hasta mas ¬w¬

Espero que les haya gustado y les prometo que tratare de actualizar a la mas brevedad posible y tanto como se me permita.

Esperare sus Rw, ya saben que esta No Mutante se los agradece eternamente :D

 

Xeno, por alla!


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