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El mundo desde el otro lado de la luna por HeartBreakerGirl

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Notas del capitulo:

Hola ^^

Se supone que este two-shot, lo iba a subir por mi cumpleaños, que ya paso hace una hora XD 

Al principio iba a ser un one-shot, pero la inspiracion se alargo y sera un two-shot. Esta historia la vengo escribiendo hace dos semanas celosamente, en el tiempo que pude coger la lap de mi hermana. Este escrito es especial y ¿saben por que? No porque era para mi cumpleaños, si no por otra cosa. Se que tengo lectoras fieles, pero hay una lectora en especial que le quiero dedicar este escrito. Lo escribi con esa mente para ella. Es una sorpresa, ella no lo sabe. Ella siempre no importa que, desde que sigue todas mis historias siempre me deja un review y me apoya constantemente. Ella es meirei-da <3 Gracias, Lucy por todo. Esto es para ti y espero que te guste. Lo hice con amor

Ahora si lean <3

 

 

 

EL MUNDO DESDE EL OTRO LADO DE LA LUNA

 

 

Solo hay una forma de disfrutar la vida, viviendo como si nada fuera eterno.

 

Anónimo

VIVIENDO EL MOMENTO:

 

El chapoteo del agua, era todo lo que se podía escuchar alrededor de la habitación.  Lavaba el servicio con calma, no tenía ni un poco de prisa. La paciencia era una de las virtudes que más se destacaba en él, desde pequeño tuvo que aprender a ser ese tipo de persona y a tan corta edad aprendió que si lo quisiera tenía que ver los aspectos positivos de ello. Volverse loco, no era una opción. Una sonrisa adornaba sus labios mientras enjuagaba los platos, vasos y ollas. ¿Y cómo no hacerlo? Era su actividad favorita del día. Asomó su vista por la ventana de la cocina, que daba paso al patio trasero de la casa, con placer se dio cuenta que faltaba un par de minutos para su libertad o quizá menos, no importaba. Instintivamente empezó a reproducir en su cabeza su canción favorita: This Love de Maroon 5 y sin darse cuenta tarareó la melodía. Al parecer, estaba de muy buen humor.

 

Terminando con los últimos trastos, tomó consciencia de lo que estuvo haciendo y una pequeña risita, de diversión, brotó de su boca.

 

-¡Ri, ya es hora!

 

Se secó las manos con un mantel cercano a su disposición de manera rápida. Aun la sonrisa no abandonaba su rostro. Podía sentir la anticipación en todo su ser, ese ligero cosquilleo agradable que cobraba vida, cada vez que era la hora. Como un niño pequeño, se quitó los zapatos que llevaba puestos y en plena oscuridad de la cocina, emprendió su salida hacia su ansiada libertad, decidido a buscar a su hermano en el camino. Hoy no había visto necesario la necesidad de luz, podía manejarse en la oscuridad perfectamente y conocía su casa como la palma de su mano. Sabía donde se encontraba cada objeto. Sus pasos sonaban ligeros y apresurados, de vez en cuando pegaba pequeños saltitos. Si bien era adulto, para estar haciendo ese tipo de cosas, amaba hacerlo. Era divertido y le hacia sentir mas emocionado de lo que ya estaba.

 

Llegó a su destino, la sala. En medio de la oscuridad, identificó una silueta que conocía muy bien. Se echó  reír al constatar que su hermano hacía lo mismo que él. Al escuchar la risa de su hyung favorito en el mundo, extendió sus brazos a su encuentro con una sonrisa de oreja a oreja. Vio que su hermano, hizo su misma acción y en cuestión de segundos se abrazaron con fuerza y alegría.

 

-¿Listo, Ri?- el brillo de sus ojos, se podían ver en la negrura que se encontraban, luego de separarse del cálido gesto que hubo entre ambos.

 

-¡Ji Yong, hyung! Eso no se pregunta- enérgicamente le respondió el menor. El mencionado, asintió ligeramente en respuesta.

 

-1… 2…. 3….

 

No había necesidad de hablar más, contar era parte de su ritual y con una sincronización exacta abrieron los enormes ventanales que daban al jardín. Un soplo de aire fresco, fue lo primero que tocó las caras de ambos.

 

¡Libertad!-pensó Ji Yong.

La noche les daba la bienvenida. Los dos hermanos salieron al exterior y de distintas formas. Ji Yong pudo sentir el pasto sobre su piel, crujiendo bajo sus pies. Le encantaba aquella sensación, era como si la vida empezase a despertar en ese instante. El olor del pasto recién cortado, inundó sus fosas nasales y pensó que ahí, en medio del silencio y la naturaleza, todo era perfecto. Cerró los ojos por unos segundos disfrutando estar parado, cerca de los ventanales. Podía sentir la presencia de la paz y era muy sobrecogedora. Extendió sus brazos y decidió girarse sobre sí mismo, un par de veces. Lo hacía lento y conforme pasaban los segundos, sus ánimos subían como la espuma. Las comisuras de sus labios se elevaron más. Escuchó los pasos acelerados de su hermano hacia al final del jardín y no le era nada extraño. Ji Yong era de disfrutar cada momento de su libertad, embargándose en las distintas sensaciones que percibía a su alrededor. Para él, tiempo, había de sobra. Mientras tanto Ri solía decir que si bien estaba de acuerdo con su forma de pensar, a veces era mejor acelerar los pasos hacia su objetivo. Así podría hacer mas cosas en el tiempo que tenían, por lo tanto no podían perder ni un segundo. Su visión era acertada, pero el era más de saborear cada minuto de su vida. Teniendo dos percepciones distintas y acertadas, ambos, tenían el mismo destino: el patio techado que fue construido especialmente para ellos.

 

Dejó de girar y abrió los ojos. Pudo observar que su hermano, estaba a mitad de camino. Meneó la cabeza divertido de los pasos graciosos que hacía Ri.

 

-¡Ri!- su hermano se detuvo y se giró a verlo. Habló a un volumen moderado, sabía que su hermano lo escucharía.

 

-¿Qué?-preguntó.

 

-Te quiero como la luna- solía decirle aquello todas las noches, solo que hoy por un motivo inusual, lo había hecho más temprano de lo normal.

 

-Yo también, hyung- le contestó con cariño.

 

Y sin más reanudó su camino, sabía lo que significaban las palabras de su hermano y apresurándose entró al patio. Ji Yong observó la sombra de su hermano difuminarse en cuestión de minutos, sonriendo un poco. Alzó la vista y el vasto cielo inundó su visión. Pensó que la noche era como siempre, increíblemente hermosa. Esperaba que temprano, la luna y las estrellas cubrieran la bóveda nocturna, haciéndola más bella de lo que era. Sin más, cogió la manta que estaba sobre la mesa del jardín y la desplegó cuidadosamente sobre el césped. Se tumbó sobre ella con las manos detrás de su cabeza y solo se dedicó a observar el firmamento. Esperaría a que apareciese el único satélite que rodeaba la tierra y mostraba su belleza en la noche; y si no era mucho pedir que las estrellas le dieran compañía. Ese era su deseo de todas las noches.

 

Deseo

 

Inmediatamente lo asoció con la cometa Halley que dentro de unos meses aparecería. ¿Sería hermosa? ¿Le pediría un deseo? ¿Tenía deseos? ¿Podría pedir más de uno? ¿Se cumpliría? ¿Sería más brillante que la luna y las estrellas? Su ávida mente, prorrumpió en diversas preguntas en menos de un minuto. Entonces se dio cuenta que si que si tenía un deseo y fervientemente desde el fondo de su corazón, anheló que se cumpliera.

 

Ahora solo queda esperar.

 

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Los peatones de la acera se apartaron rápidamente hacia atrás  al oír el estruendoso ronroneo de un motor. Sus tranquilas vidas, se vieron perturbadas por un corto momento. Los rostros de cada uno de ellos variaban dependiendo de la persona. Desde el enfado, la sorpresa, el susto hasta un dejo de diversión componía sus facciones. Unos cuantos segundos bastaron para volver a enderezarse y seguir con sus vidas o sus caminos. Por supuesto, no faltaron los murmullos de molestia e improperios dedicada hacia justamente el sujeto que se bajaba de una flamante Ducati negra. Era una obra maestra imponente y elegante, tal como lo era su dueño. Al menos, esa es la apariencia externa que ofrecía y que sin lugar a dudas hizo que algunas féminas le otorgaran miradas embelesadas. Vestía de pies a cabeza enteramente de negro. Una chaqueta de cuero, unos vaqueros ajustados, unas deportivas, pero estilizadas zapatillas formaban parte de su atuendo. Lo que mas atraía eran sus ojos. Tenia de esa clase, imposibles de olvidar. Eran tan profundos y ejercían una fuerza impactante, que muchas no tuvieron el valor de sostenerle la mirada. Por si no fuera suficiente, al momento de abrir su boca, todas ellas suspiraron en breve lapso de tiempo.

 

-Lo siento- aquella voz gruesa y ronca captó mucho la atención. Con una sonrisa algo tímida y juntando sus manos se dirigió a los que había ofendido.

 

Algunos aceptaron, otros lo ignoraron. Él no podía hacer nada más, así que no se preocupo más de la cuenta por las cosas. Se quitó su casco, revelando así su hermoso y perfectamente arreglado cabello cobrizo. Lo puso brevemente sobre la moto, arregló su bolso y cogiendo nuevamente aquel objeto entro al local, llevándolo debajo de su brazo derecho. Era de esperar que llamara la atención, pero él los ignoró como siempre. Solo camino unos cuantos pasos, hasta quedar en medio de la habitación. Parecía tan fresco, como si su sola presencia no pudiese impedir el paso de la gente que se desplazaba por el lugar.

 

-Busco al encargado de este lugar- alzó la voz hablando en inglés. Llamando más la atención. Muchos semblantes, se giraron a observarlo con curiosidad.

 

Uno de las tantas personas que atendían a la clientela, se giró a enfrentarlo. Todo ese tiempo había estado de espaldas del nuevo visitante. Era moreno, de contextura un poco gruesa, buen físico, de estatura mediana y de rasgos completamente asiáticos con un peinado algo extravagante, pero en él se veía muy bien. Ese pequeño mohicano, le sentaba de maravilla. Sus ojos que normalmente sonreían, ahora se cubrían de un matiz serio.

 

-¿Quién pregunta?- calmadamente el chico respondió en el mismo idioma. Los observadores solo prestaban atención al intercambio de palabras de aquellos dos asiáticos.

 

-El dueño de este lugar- de un momento a otro, aquel visitante cambio su imagen a un giro de 360 grados. La seriedad fue reemplazada por un una sonrisa resplandeciente y unos ojos afables.

 

-Mucho tiempo sin verte, hermano- el moreno se echo a reír y ambos caminaron al encuentro del otro, dándose un fuerte abrazo.

 

-Tienes razón. Mucho tiempo sin verte, Bae.

 

Resuelta la curiosidad de los clientes, la mayoría se mostro dispuesta a seguir con sus conversaciones o lo que sea que estuviesen haciendo.

 

-¿Y se puede saber a que se debe la presencia de unos de los mejores fotógrafos mundiales y orgullo de Corea a este tugurio?- bromeó Young Bae, enarcando una ceja a modo de duda. Hablaba en su idioma natal, el coreano.

 

-En primer lugar, esto no es tugurio. Tengo buen gusto para las cosas y esta bodega es una buena inversión- le regresó la respuesta, divertido de las palabras de su amigo- Y bueno, ¿que hago acá? Te lo voy a decir…

 

-Saber de vinos es tu especialidad, no por nada tienes esta bodega. Mejor, vamos atrás- cortó a su amigo antes de que siguiera hablando- Así tenemos privacidad y nos ponemos al día, ¿de acuerdo?

 

-Me parece bien.

 

Así los dos entre risas y colgando sus brazos en sus hombros se dirigieron a la parte trasera.

 

 

 

-Así que tomaras un descanso de un año- dijo Young Bae, trayendo un plato de quesos y galletas a la mesa. Se sentó cuando termino de soltar la oración- ¿Podrán sobrevivir un año sin el gran Choi Seung Hyun?- la burla se percibía en su voz.

 

-He tenido dos años muy ocupados y ajetreados. Muchos más que los años anteriores. Me merezco un descanso- Seung tomó un sorbo de su copa- Este vino blanco, es muy delicioso Young Bae.

 

-Sabía que te gustaría. Se que no eres de tomar de ese tipo. Ha sido uno de mis grandes descubrimientos de lo que va del año- cogió un galleta y al segundo, la estaba comiendo.

 

-Soy un hombre de vinos rojos y rosados. Ha sido una grata sorpresa- aspiró la fragancia de la bebida- Un rioja absolutamente exquisito. Su expresión aromática con notas de frutas maduras, toda una novedad. Soy de gustos clásicos, pero me atrevería decir que este vino pretende realzar la vieja escuela con un toque de algo nuevo. Tiene una composición equilibrada perfecta- otra vez degustó con agrado un sorbo de vino- ¿De que parte de España es?- preguntó con curiosidad.

 

-Haz dicho exactamente lo que yo pienso, al describirlo- una sonrisa surco por el rostro del menor- Toda una joya: “Tres viñas del 2008”. Es de Navarra, hyung.

 

-Hmm… parece que los españoles  están teniendo producciones interesantes- Seung Hyun picó un poco de queso- Al menos, todo este año me podre dedicar a tomar todos los vinos que quiera.

 

-No dudo que lo harás, hyung- Young Bae rió.

 

-Que bien me conoces. Por cierto, me quedare en tu casa- Seung Hyun habló despreocupadamente mientras probaba otro bocado de queso.

 

-¿Sabes, hyung que un par de cuadras a la derecha tienes unos viñedos de lujo? ¿Con cabañas para huéspedes? Te describiría más, pero sé que el propio dueño sabe que contiene su local. En otras palabras tú- Young Bae sonó sarcástico.

 

-Primero, no son dos cuadras. Son tres- Young Bae rodó los ojos. Seung Hyun hizo caso omiso a ello y prosiguió con su discurso- Segundo, tener ese resort fue inesperado. Sabes que no me gustan llamar la atención, si voy ahí, me agasajaran hasta el aire que respiro. No es que sea malagradecido con los cuidados de mis empleados, sé que tienen buena intención, es solo… que es demasiado pomposo y cansado recibir ese tipo de cosas. Prefiero algo cómodo, cotidiano y sencillo. Tu casa se adapta a lo que necesito.

 

-Pero te gusta el lujo, hyung-replicó.

 

-Es cierto, lo admito. Me gusta el lujo, aunque creo que esa es no palabra exacta. Para ser precisos me gusta la elegancia, algo distinto del lujo. Si los empleados me trataran como un huésped y no como el dueño, podría soportarlo. Haría las cosas mas fáciles- Seung Hyun se encogió de hombros.

 

-Bien, Seung. Tú ganas- admitió Young Bae cálidamente.

 

-Siempre lo hago- bromeó el mayor-  Oye, ¿no tienes salchichas?

 

Young Bae dio una sonora carcajada, los ojos brillosos de Seung al mencionar el potaje, hizo que no pudiera evitarlo. Asintió enérgicamente, algunas cosas no cambiaban.

 

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A las cinco de la tarde, Young Bae se encontraba cerrando el local. Puntualmente y de una manera un tanto religiosa, todos los días lo hacia. Al menos que, la bodega fuese alquilada para un evento privado, el moreno no cerraba el local. Hoy no era un día de esos, felizmente se pudo ir temprano a casa con Seung Hyun. Fue un trayecto de diez minutos con tráfico, en donde Young Bae manejó su auto, siendo seguido por el más grande en su Ducati.

El hogar de Young Bae, era la típica casa norteamericana. De dos planos, de fachada blanca, con tejados triangulares, con su área parquizada angosta que daba pase a la cochera. Incluso en esa área parquizada destacaba un cesto de baloncesto. Además disponía de jardín delantero y trasero. Era típico, si. No obstante tenía un aspecto encantador y todo gracias a las áreas verdes con sus frondosos árboles. Algo característico del pueblo en donde vivía.

 

Hermann era un pueblo rodeado de naturaleza, el verde que predominaba era vivo. Particularmente aquello era lo que atraía a Seung de ese lugar. Con un población de 2500 habitantes, fundado inicialmente por alemanes. Hermann, respiraba la cultura germana en sus calles y locales. Sus tradiciones no perdieron su toque con el pasar de los años, afianzándose cada vez más en las generaciones futuras, al punto de verlo como algo normal y cotidiano. No es que fuera un pueblo netamente antiguo, solo conservaba muy bien su arquitectura y sus costumbres, a la par que se mantenían al día con el mundo actual y la tecnología. Era un pueblo tranquilo, se respiraba aire puro y era uno de los pocos del planeta que no estaba contaminado; además de no dejarse invadir por la vida urbana de las mayores cosmopolitas de Estados Unidos. No necesitaban enormes rascacielos o construcciones modernas. Hermann, era magnifico tal como era. La camaderia, la cerveza y el vino distinguían el lugar. El pueblo y sus habitantes hacían de el un lugar único y digno de poder vivir.

 

La zona donde vivía el moreno tenía algo singular: todos en su calle eran de distintas nacionalidades. Entre asiáticos, europeos y latinos, estos últimos eran mayoritarios. Eso le hacia sentir un poco mas cómodo, después de todo el tiempo que llevaba viviendo ahí.

 

Ni bien terminó de guardar su coche en la cochera y la Ducati de Seung Hyun, lo primero que hizo fue dirigirse a la cocina. Afortunadamente una puerta comunicaba al garaje con la cocina.

 

-¿Vas a cocinar?- Seung Hyun preguntó comiendo una manzana, que había cogido de la barra de la cocina. Veía que su amigo abría el refrigerador.

 

-Si. A esta hora suelo hacer la cena-respondió el menor y sacó unos recipientes de la nevera. Eran varios, por lo que los puso algunos encima de la barra, antes de terminar de sacar los restantes- Bien. Veo que estas cómodo- Seung Hyun en respuesta dio un mordisco a su manzana. Young Bae rio, a veces su hyung era infantil. ¿Cómo es que llego a ser unos de los mejores fotógrafos a nivel mundial? Era un misterio. No dudaba de sus capacidades, pero es que… su hyung aun conservaba su niño interior. Era una faceta que pocas personas podían ver- Ya que estas tan cooperativo, hyung. Anda entregar estos recipientes al vecino de al lado, mientras veo que preparare.

 

-Pero…- Seung Hyun empezó a replicar.

 

-Gracias, hyung. Sabia que eras amable- inmediatamente le interrumpió y para que no tuviera oportunidad de refutarle, pretendió buscar en el frigorífico.

 

Refunfuñando, Seung cogió los recipientes y los metió en una bolsa. Agarró su manzana y se dispuso a salir. No sin antes preguntar a Young Bae algo que recién había caído en cuenta.

 

-¿Cuál vecino? ¿El de la derecha o izquierda?- se reflejaba el aburrimiento en su timbre de voz.

 

-El de la derecha, hyung- alzó la voz.

 

-Bien.

 

Apresuró sus pasos y en menos de lo pensado, ya se encontraba en la casa contigua a la suya. Tocó el timbre y mientras esperaba, pudo tomar consciencia que el diseño de la vivienda poseía estilo y belleza. No es como si antes no hubiese visto la zona donde vivía Young Bae, solo que esta vez podía apreciar los detalles detenidamente.

 

Ji Yong estaba cocinando, cuando escuchó el timbre. Estaba espolvoreando una mezcla sobre las papas al horno que tenia pensando hacer. El olor del tomillo, con los dientes de ajo y el vinagre blanco, daban un aroma entre cítrico y oloroso, debido al uso de una hierba aromática. Rápidamente termino su tarea y quitándose los guantes transparentes, que tenia, corrió al lavadero a enjuagarse las manos. Secó sus manos con el mantel y con pasos acelerados se dirigió a la entrada de su casa. Por las ventanas laterales que tenía su puerta, pudo ver a su visitante. Alguien quien no conocía. Lo mas seguro era que estaba perdido y se confundió de casa. Se encogió de hombros.

 

-¿Quién es?-preguntó sin abrir la puerta y estando detrás de ella.

 

Era consciente que su visitante no sabia que lo había visto, pues sus ventanas eran especiales. Eran de aquellas que solo el que estaba detrás de ellas, podía ver el exterior nítidamente, en ese caso él. La persona que estaba al otro lado no veía nada. Además sus ventanas estaban cubiertas desde adentro con un plástico especial. Si no, ni loco se atrevería a mirar por la luna.

 

-Soy amigo de Young Bae, tu vecino- respondió Seung Hyun extrañado de la situación. Por el grosor de su voz, evidentemente la persona que estaba detrás de la puerta, era un adulto.

 

Normalmente un adulto no pregunta quién es, no cuando tiene una mirilla en la puerta totalmente utilizable. Ni que el tuviese cara de homicida u algo. Concluía que cada persona tenía una manía. Dio un mordisco a lo que quedaba de su manzana.

 

Ahh, es amigo de Young Bae- pensó Ji Yong.

 

Bien. Eso era un problema y precisamente no por ser amigo de la persona en cuestión, si no que era un extraño para él. Alguien que no sabia de su situación y él no podía darse el lujo de abrir la puerta mucho tiempo, sin sonar grosero. Bueno, a utilizar el método de emergencia. Ladeó su cabeza hacia la derecha rápido, observando nuevamente a su visita inesperada y vio como con gusto comía su manzana, esa acción le hizo sonreír.

 

-OK. Espera.

 

Ágilmente fue al pequeño tocador del vestíbulo y extrajo un par de guantes especiales. Muy diferente de los anteriores que hace minutos usaba. Se los puso y corrió los pocos pasos a la puerta. Se agachó y descolgó la trampilla del inferior de la puerta. Usualmente se usaba para que los perros y gatos salieran o entraran cuando querían, pero hace años descubrió que podía darle ese uso

 

-Siento hacerte esperar. Puedes pasarme los recipientes por ahí.

 

Seung Hyun oyó el sonido que se produjo cuando la trampilla fue descolgada. Ante esa insólita propuesta el mayor no sabia que pensar. ¿Debería sentirse insultado u otra cosa? A pesar de ello, hizo lo que le pedía. Se acuclilló dispuesto a sacar cada recipiente. Al juzgar por el tamaño de la trampilla era imposible que alcanzara todo de una vez.

 

-OK. Aquí están los primeros- musitó. No sabia que más decir.

 

-De acuerdo- escuchó que su vecino le respondía y cuando no creía que la situación se tornase mas extraña, con sorpresa ante él, unas manos con guantes azules se mostraban por el agujero.

 

Esos guantes parecían estar hechos de un material extraño.

 

¡Definitivamente el es raro! ¿Quién usa guantes en primavera?

 

Si algo agradecía era su autocontrol, si no fuera por él no podría salir de su estupor. Siguió actuando como si todo fuese normal y no bizarro.

 

-¿Eso es todo?- Ji Yong preguntó.

 

-Si. Aquí están los últimos- Seung Hyun entregó el resto.

 

-Gracias. Dile a Young Bae que no debe molestarse, ya estoy muy agradecido con él.

 

-Anotado. Lo haré…-se las arregló para pronunciar decentemente.

 

-Adiós.

 

-Adiós.

 

Seung Hyun se paró y con una expresión confundida camino de regreso a la casa del moreno. ¿Cómo no se había accidentado en el camino? No lo sabia, quizá tuvo suerte porque verdaderamente el estaba en otro mundo pensando de lo que pasó. Es así con una cara graciosa Young Bae lo encontró entrando a la cocina.

 

-¿Y esa cara Seung?-preguntó el menor divertido. Reanudó su tarea para prestar atención. Cortaba rodajas de tomates. Ser cuidadoso era una obligación.

 

-Tu vecino es verdaderamente extraño. No exagero- emitió el mayor en afirmación.

 

-No. No lo es. He ido a cenar con Ji Yong y su hermano algunas veces. Créeme no son extraños.

 

-Él no me abrió la puerta y me hizo pasar la comida por la trampilla, ¿qué te parece? – preguntó Seung Hyun escéptico.

 

-Ahhh… ¿eso? Es normal-admitió el moreno tranquilamente.

 

-¿Normal? ¿Estás bromeando, Young Bae?- el mayor tenia una cara de póker face. Empezaba a dudar de la cordura de su amigo, después de todo… estaba solo y…

 

-Aishh… quita esa cara, hyung- el moreno dejó de cortar por un momento para mirarlo. Rió ante el semblante del más grande- Hablo en serio. Es que no sabes de su situación.

 

-¿Situación? ¿De que hablas?

 

-No me corresponde contar cosas que no son mías. Aunque lo sabe todo el pueblo, es mejor que Ji Yong te lo cuente por si mismo, ¿no crees?  Te quedaras un buen tiempo y creo que deberías saberlo, para evitar problemas.

 

-¿Problemas? ¿Por qué es importante que todo el pueblo tenga que saber su situación? ¿Acaso no tienen sentido de privacidad?

 

-Créeme que Ji Yong lo mantendría en privado, si no fuese porque las circunstancias lo requieren. Apreciaría que lo sepas por él y no por el resto, hyung.

 

-Esta bien. Lo haré. No formare un juicio antes de saber la historia por ambas partes.

 

-¡Exacto, Seung!- Young Bae le felicitó- Ahora, ¿quieres ayudarme o descansar?

 

-No, te ayudare- Seung Hyun sonrió y su amigo estuvo complacido por su ayuda.

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Ji Yong despertó con lentitud y no es porque quisiera, el culpable de ello era el terremoto que sentía surgir en su cama, gracias a la generosidad de los saltos de su hermano menor. Quería tener sus parpados pegados fuertemente y no tener que despabilarse en ese momento. Lamentablemente era un vano deseo.

 

-¡Hyung! ¡Hyung! ¡Hyung!- la voz ruidosa de su hermano llego a sus oídos.

 

¡Señal de levantarse ya!

 

Sin perder el tiempo abrió sus ojos y los dirigió hacia su hermano menor.

 

-¿No eres grande para estar saltando sobre una cama, Ri?- habló medio adormecido.

 

-A tiempos urgentes, medidas desesperadas- SeungRi aun saltaba sobre el colchón.

 

-¿Y por tiempos urgentes, te refieres… ah?- Ji Yong hizo un ademan con su mano para que continuase. Ya estaba poco a poco saliendo de su letargo. Era imposible dormir teniendo a tu hermano escandaloso a tu lado.

 

-¡Necesitas hacer mercado! ¡Hoy te toca a ti, hyung!- SeungRi pegó un gran salto y aterrizó sobre el lecho en un sonoro ruido.

 

-¿Me toca? ¿En serio?- Ji Yong tenia dudas.

 

-¡Jum!- el menor hizo un puchero adorable. 

 

Ji Yong estiró su brazo y a tientas palpó sobre su mesita de noche, hasta que encontró lo que quería: el calendario. Se obligó a despertar completamente con pesar y vio la fecha, su hermano tenía razón. Suspiró pesadamente y aceptó su derrota.

 

-Según esto, es cierto- gimió quejándose completamente.

 

-Así son las cosas, hyung.

 

-¡Claro, como tu no vas a salir!- juguetonamente el mayor le pegó con una almohada cercana.

 

SeungRi solo se echó a reír. Típicamente se pondría en papel de victima, pero decidió optar por otra cosa.

 

-Entonces, antes de irme. ¡Hora de revisión y filtro solar! Túmbate- apremió Ji Yong.

 

El menor ya sabía la rutina, así que hizo lo que le ordenaban. Lo hacían todos los días. De manera exhaustiva y cuidadosa Ji Yong reviso cada centímetro de la piel de su hermano. Luego  aplicó el bloqueador a las partes donde SeungRi no podía llegar. La tarea se hacia con mas rapidez que lo usual debido a que se encontraban en primavera. Ambos, dormían solo con ropa interior. Si estuvieran en pijamas, demorarían un poco más. Cuando el mayor terminó con su labor, fue el turno de él. SeungRi aplicó el mismo método en el. Tal como hizo Ji Yong, SeungRi reviso con cuidado su piel y fijó filtro solar, en las zonas donde no podía llegar.

 

Una vez terminado la actividad, ambos finalizaron echándose el bloqueador en las zonas restante de su cuerpo. No dejando ni un milímetro libre de filtro solar. Ji Yong, se preparó para cambiarse mientras SeungRi se dormía en su cama. En pocos minutos, estuvo listo. Se vio en el espejo y aprobó su atuendo. Aunque no sabia la razón de hacerlo, si de todas formas nadie lo vería. Se encogió de hombros, suponía que era cuestión de rutina. Sacó de un closet aparte, un traje especial de color azul y por traje, no se refería a un saco con un pantalón azul. Con traje se refería a un enterizo que le cubría todo su cuerpo. De pies a cabeza.

 

Reconocía, que le costo un par de años sentirse cómodo con aquel traje. Al final de cuentas todo se reducía a su seguridad y él estaba de acuerdo con eso. Se colocó el enterizo encima de su ropa y se ajustó la capucha. Extendió su otra mano y sacó unos lentes especiales, que también debía usar. ¡Estaba listo!

 

 

 

Seung Hyun recogió el periódico que el repartidor dejo en el buzón un par de horas atrás. El mayor, minutos anteriores renunció a tratar de seguir durmiendo. Luchar contra el cambio de horario terminaba por ser un caso perdido. Estuvo a punto de girarse cuando se dio cuenta que la cochera de su vecino se abría y de el salía un coche de color rojo con lunas polarizadas. Evidentemente su vecino manejaba el auto. Aun no tenia idea como era su aspecto físico. Era curioso de todas las veces que había tenido oportunidad para verlo, no pudo hacerlo. Es como si se empeñara en esconderse, lo cual resultaba totalmente absurdo. Pronto, su curiosidad fue saciada.

 

Ji Yong miraba por el retrovisor, no es que necesitara ser cuidadoso, ya que en el pueblo no tenía mucha afluencia de tráfico; sin embargo era mejor prevenir que lamentar. Nunca se sabía que podría llegar a suceder. Al ver que no hay peligro, dirigió su vista a la puerta levadiza de la cochera y apretó el dispositivo electrónico que permitiría bajar la puerta. Nada. Lo volvió a apretar un par de veces más y seguía igual. Al parecer tenía que hacerlo manualmente. Suspiró y se preparo para correr lo más rápido posible. Efectivamente, hizo aquella acción. En un santiamén salió del coche y bajo la bendita puerta. Vio por rabillo de su ojo que el amigo de Taeyang estaba afuera, le hizo un breve asentimiento a modo de saludo y se metió al auto, arrancando a velocidad máxima hacia su destino.

 

Seung Hyun había sido testigo de ver en primera fila, a tempranas horas de la mañana, la vestimenta original que portaba su vecino. Le parecía muy exagerado de su parte, vestir de aquella manera. ¡Estaban en primavera, por Dios! Además al juzgar por el cielo, haría calor. ¿No se sofocaría con aquel atuendo? Teniendo un gran signo de interrogación sobre su cabeza, entró a casa.

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Los días pasaron volando, así se hizo un mes desde que Seung llego a Hermann. La intriga sobre sus raros vecinos aun le rondaba por la cabeza. Sin embargo que no indago mas sobre ellos, se escudaba en que la mayoría de su tiempo lo tenia ocupado. Ser dueño de dos negocios en el mismo pueblo, no era de tomarse a la ligera. Procuraba pasar una vez al día por el resort y por la bodega, no se preocupaba, confiaba plenamente en Young Bae. Aunque a veces le gustaba quedarse, ayudando a su amigo con la clientela. También acostumbraba a dar grandes paseos por todo el pueblo, tomando fotos, su profesión la llevaba en la sangre y le relajaba las vistas del lugar. A pesar, de todas razones anteriormente mencionadas, Seung Hyun sabia a la perfección que no era todo. No quería y no se atrevía a indagar más. No quería, pues se propuso cumplir el acuerdo con Young Bae, de no investigar con el pueblo, de la situación de Ji Yong. Que le tenía que preguntar a él. Lo que le llevaba al otro asunto: No atreverse. ¿Es que como podía hacerlo cuando parecía que sus vecinos se escondían de él?

 

Durante el transcurso de las semanas, notó pequeñas cosas que no pasaron inadvertidas para él. Por ejemplo: Siempre sus vecinos en la noche tenían las luces apagadas. La primera vez tomó cuenta de ello, pensó que no pagaron el servicio de luz. Su teoría fue directamente al tacho, al comprobar, él sin quererlo, que no importara que hora o día fuera, las luces continuaban apagadas en las noches. A veces cuando regresaba tarde a casa, veía destellos de luces, sin embargo no era eléctrica, si no que parecían ser velas encendidas. Otra ejemplo: Tenia la impresión que alguien tocaba un instrumento la mayoría de las noches. Cuando se encontraba recostado en su recamara, creía que captaba los acordes de una canción por unos segundos. Luego aquel sonido desaparecía. Sumamente extraño. Otro ejemplo más: El hermano vestía el mismo traje que el otro. Lo conoció desde lejos en una de las tantas escasas veces que sus vecinos salían. La diferencia era el color, mientras Ji Yong usaba azul. El otro, verde.

 

Sabía que Young Bae cenaba a veces con los hermanos, cuando él no estaba debido a que se encontraba en el resort. Incluso su amigo le había invitado a cenar con ellos, para que conociera a los vecinos. Él cobardemente le inventaba excusas. Creía que los incomodaría y no sabía la razón de comportarse de esa manera. Era ridículo, tenía que acabar con ese asunto.

 

Echado en su cama estaba teniendo todo esos tipos de pensamientos, no solo se centraba en sus vecinos, si no también en el resort y su profesión. Sobre todo lo ultimo, estaba tentado en tener una exposición sobre Hermann mas adelante, cuando finalizara su año de descanso. Había tomado magnificas fotos y merecían ser vistas por el publico. Young Bae salió por el fin de semana al condado próximo. Importar vinos también era parte del negocio, hoy era el día que le tocaba salir al menor. Él se ofreció acompañarlo, pero Young Bae se negó. Argumentando que mejor cuidara su casa. Suspiro mientras veía el techo y decidido salir de la habitación. Le parecía un poco sofocante estar ahí.

 

Sus pies lo llevaron hasta el jardín trasero de la casa y en un arranque inesperado empezó a trepar uno de los dos arboles que tenia el jardín. Seung Hyun era muy experimentado en la actividad. Desde pequeño le encantaba trepar los arboles. Con agilidad llegó y se acomodó. Se puso sus auriculares y su reproductor comenzó a sonar, una vez que apretó el play. La noche estrellada se extendía ante él. Reconocía que era un espectáculo hermoso de contemplar. Tomo una buena elección.

 

Muchos minutos después, Seung Hyun se sobresaltó al oír algo que evidentemente golpeaba con fuerza. No se equivocó. En efecto, desde su posición pudo ver que sus vecinos salían al jardín. La vista era muy clara, a pesar de la noche. Las luces prendidas de su casa ayudaban mucho.

 

-¡Ri! ¡No tenias que golpear los ventanales de esa forma!- escuchó que Ji Yong regañó a su hermano acompañado de un coscorrón- ¡Hay formas, eh!

 

El reprendido reía alegremente a pesar del golpe recibido.

 

-Lo siento, hyung. La emoción me ganó. No me puedes culpar- SeungRi se encogió de hombros frescamente.

 

Ji Yong rió divertido. Seung Hyun tuvo la impresión que hacer enojar a Ji Yong era difícil.

 

-Pues romper las ventanas no es un lujo que podemos permitirnos. ¿Donde conseguiríamos el vidrio a estas horas de la noche?- suavemente le riñó- ¡Eso no fue brillante, colega!

 

-Mi buena excusa es que la emoción me ganó, lo digo de nuevo- Ji Yong meneo la cabeza en desaprobación. Sonreía- Aunque entiendo tu punto, hyung.

 

-Eres increíble, en serio- Ji Yong otra vez echo a reír.

 

-Gracias, hyung. Me siento halagado- SeungRi empezó a caminar de espaldas juguetonamente- Nos vemos adentro, hyung.

 

Teniendo una sonrisa burlona en su rostro, SeungRi siguió caminando de esa manera, casi trotando y de manera ágil. Ji Yong solo se limitó a asentir y darle la espalda para  extender su acostumbrada manta sobre el césped.


Al ver a desaparecer a SeungRi hizo gala de sus primeras impresiones. Tomando en cuenta que era la primera vez que veía a aquellos hermanos, sin tener puestos aquellos trajes extraños de por medio. Del menor, pudo ver que era una persona extrovertida, desprendía toda una fuente de energía; se preguntaba a ese punto si lograba liberar toda esa fuerza diariamente. Se le veía vivaz, un poco irresponsable, pero sin duda quería mucho a su hermano. Lo vislumbró en su mirada. Era de más decir que el afecto era mutuo. Físicamente, SeungRi era de altura suficientemente alta, pelinegro, de contextura delgada, pero músculos definidos y tez blanca. En cambio el otro hermano, Ji Yong. Era de contextura delgada, tenia un aire mas delicado y fino, aunque Seung Hyun no se dejó guiar por ello. La apariencia no exactamente definía a una persona, quizá tuviese un carácter distinto. Muy contrario a lo que proyectaba, tenía esa sensación. Continuando con su examen exhaustivo. Ji Yong, también era rubio y poseía una piel nívea, pero era de otra clase. Su rostro tenia las proporciones, perfectas.

 

Es hermoso.

 

Desde el punto de vista estético lo reconocía, como buen fotógrafo que era aprendió a capturar la belleza de cualquier cosa. En este caso, si lo veía desde el punto profesional era una belleza natural de primer plano. Ahora, desde el punto de vista personal esa misma opinión se mantenía. No le costaba admitirlo. Era sencillo y claro como eso. También captó que Ji Yong, era una persona responsable, mas calmado a diferencia de su hermano, aunque aquello quería decir que no fuese una persona abierta. Teniendo matices diferentes, ambos hermanos eran muy unidos y se llevaban bien. Pudo juzgar por lo poco que había visto hasta ese entonces. No pudo evitar sentir un poco de envidia. Él era hijo único, siempre quiso un hermano menor, para jugar con él. Su madre ya no podía tener mas hijos, el incluso era un milagro. No la culpaba o algo por estilo, pero le hubiese gustado ello. Aun así no podía quejarse, aunque Young Bae no era su hermano de sangre lo consideraba como uno, al igual que Daesung. Este ultimo, su manager. Seguro que estaba disfrutando unas merecidas vacaciones. Sonrió.

 

Tomó una decisión, era hora de conocer a sus vecinos. No podía evitarlos todo el año. Bajó del árbol con cuidado y sus pies lo llevaron hacia Ji Yong, quien estaba tendido sobre la manta con los ojos cerrados y sus manos detrás de su cabeza.

 

-¿Ji Yong, verdad?- prontamente sus labios pronunciaron. Al darse cuenta de ello puso su mano en su cara, lamentándose su acción.

 

¡Estúpido!

 

Ji Yong al escuchar ese timbre ronco de voz abrió sus ojos rápidamente y al ver a una imponente figura parado frente a él, no pudo evitar un pequeño gritito totalmente ofuscado. Su cuerpo reacciono por él.

 

-¡Ahhhhh!

 

¡Bien hecho, campeón! - pensó Seung Hyun, quitándose la mano de su rostro.

 

Una vez recuperado del susto e incorporando su cuerpo, quedando finalmente sentado. Ji Yong reconociendo a su vecino, con la censura en su mirada se dirigió a él.

 

-Tú, tienes extrañas maneras de presentarte ante alguien- con el dedo lo señaló- ¡Casi me matas del susto!- luego se rió divertido.

 

-Lo siento. Mi boca hablo por mí, antes que mi cerebro pensara- algo avergonzado le contestó.

 

Finalizada las disculpas, ambos se vieron interrumpidos por un torbellino llamado SeungRi. Este salía despavorido del cuarto trasero del jardín con un bate de beisbol en la mano.

 

-¿Qué? ¿Qué? ¿Qué pasó, hyung?- habló agitado, una vez que se encontró con ellos dos- Te escuché gritar asustado- movía su cabeza de un lugar a otro varias veces.

 

-Lo siento, Ri. No fue nada- respondió Ji Yong. A pesar que el grito había sido corto y de poca intensidad, SeungRi lo escuchó. Él tenía un oído muy agudo.

 

Antes de que SeungRi preguntara, Seung Hyun le respondió la pregunta como si hubiese leído su mente.

 

-Yo fui el culpable, sin querer lo asusté- alzó la mano.

 

-Ahhh… entiendo- SeungRi comprendió y un suspiro de alivio salió de sus labios. Sus hombros dejaron de tensarse y dejó de coger el bate con fuerza- Me quedaría a conversar, pero gracias a esto perdí un momento crucial en la bolsa de valores. Entonces, lo siento…- apurado comenzó a explicar- Otro día hablamos y todo. Mucho gusto conocerte-hizo un ademan con su mano. Daba la impresión que era un diplomático- Me voy. ¡Ni unos estirados me ganaran en poseer las acciones que quiero, soy SeungRi!

 

Pronunció lo último con mucha confianza y orgullo, emprendiendo una veloz carrera.

 

-¡Ri!- escandalizado Ji Yong habló- Lo siento. Este chico es así, no lo mires a mal- su tono sonaba a disculpas.

 

-No. No te preocupes. SeungRi tiene una manera peculiar de ser. Me agrada- Seung Hyun respondió honestamente riendo entre dientes.

 

-Si. Lo es- Ji Yong admitió sonriendo- ¿Young Bae te mando aquí?

 

-No. Él esta de viaje. Esto es… ¿una visita social por mi mismo?- Seung Hyun rió- Así que cotizando en la bolsa a…- Seung Hyun miró su reloj- ¡Ocho y media de la noche, eh!

 

-Te sorprenderás lo excelente que es Ri para eso. Tiene un gran instinto para comprar y vender acciones. No ha parado toda la semana de dejar de hablar de unas acciones londinenses. Se debe referir a ello- explicó el menor.

 

-Interesante. ¿Entonces él es corredor de bolsa?- con curiosidad preguntó- ¿Tú qué haces, Ji Yong?

 

-No. Ri no es corredor de bolsa. A pesar de lo talentoso que sea para predecir, no hay que confiarnos. ¡Imagina que un día nos quedemos en la miseria!- Ji Yong rió.-  ¿Sabes que ya he dado bastante información a un extraño?- Ji Yong enarcó un ceja.

 

-No soy un extraño. Soy amigo de Young Bae- Seung Hyun dio una rápida respuesta.

 

-Lo se… uno en el que no se su nombre…- el rubio dejó caer la frase.

 

-¡Ah! Tienes razón- Seung Hyun sonrió cálidamente- Soy Seung Hyun.

 

-Ji Yong, aunque ya sabes mi nombre, ¿cierto?- le extendió la mano y una pequeña risa de diversión salió de sus labios. Seung Hyun correspondió el apretón.

 

-Lo escuché de Young Bae.

 

-Ya veo. Por cierto, ven siéntate a mi lado. No puedes estar parado todo el tiempo, ¿no estas incomodo?- Ji Yong fue amable, una vez que soltó la mano- Hay suficiente espacio.

 

-Está bien- el pelinegro tomó asiento a su lado en poco tiempo. Luego un silencio se instaló entre ambos. Seung Hyun se obligo a buscar un tema de conversación- ¿Por qué no entras con tu hermano?

 

-Me gusta disfrutar la noche- Ji Yong sonrió brillantemente y se recostó en la manta. Seung Hyun hizo lo mismo para estar a su altura- Verás…- se giro a mirarlo por un momento, luego volvió la vista en el cielo-  Estoy esperando por las estrellas y la luna. Las primeras ya salieron, falta la luna.

 

-Así que te gustan los astros. Eres astrónomo, entonces- concluyó Seung Hyun.

 

-Es divertido escuchar como intentas adivinar mi profesión- el pelinegro escucho reír a Ji Yong.

 

-No me lo dices hasta ahora. Vale el intento- Seung Hyun hizo un intento de encogerse de hombros- ¿Debo seguir adivinando? Tampoco me has dicho que hace tu hermano…- el mayor comenzó a silbar una melodía haciéndose el loco.

 

Otra vez Ji Yong echo a reír y Seung Hyun comprobó una vez más que Ji Yong era una persona que le encantaba reír mucho.

 

-Tú no me has dicho nada de ti- contraatacó Ji Yong. Su voz sonaba ligera y sabia que tenia razón. Había ganado la batalla.

 

-Bien. Lo pillo- Seung Hyun contestó apretando sus labios para contener una sonrisa- Compartiré información. Así haremos un intercambio de información- Seung Hyun fingió toser y Ji Yong rodó los ojos- Soy fotógrafo.

 

-¿De esos que cubren eventos o hacen sesiones fotográficas?- preguntó el rubio.

 

-Lo segundo- Seung Hyun respondió brevemente.

 

-¡Ahhh! Eres todo un gitano- en el tono de Ji Yong había burla, sarcasmo y sinceridad. Tres cosas en uno y Seung Hyun lo percibió.

 

-Se puede decir que si. He viajado mucho, pero ahora estoy descansando. Vine a Hermann con ese propósito.

 

-A un pueblo pequeño en medio de la nada. Interesante elección de vacaciones- señaló Ji Yong.

 

-Me gusta este lugar aunque no lo creas. Esta rodeado de mucha naturaleza y paz- la voz de Seung Hyun se había tornado agradable conforme más hablaba.

 

-Para tener un estilo de vida tan agitado, te gusta la calma por lo visto.

 

-Soy una paradoja. Lo sé- Seung Hyun curvó uno de sus labios en una media sonrisa cediéndole la razón.

 

Se sumieron en un profundo silencio por unos minutos hasta que Ji Yong lo rompió, siendo su turno de hacerlo.

 

-Aun todavía estoy esperando…

 

Aquella enigmática frase tomó por sorpresa a Seung Hyun y eso era algo inaudito, sorprenderlo era verdaderamente difícil.

 

-¿Te refieres a los astros?- preguntó a sabiendas que esa no era la razón.

 

-No.

 

-Entonces, ¿de que hablas?- pronunció confuso.

 

-Estoy esperando que me preguntes- contestó tranquilo como si contara algo casual, cuando no lo era- ¿Sabes? Hasta ahora has mantenido el record, otros lo hacen más rápido.

 

-¿¿Ahh??

 

Esto si que era un knock out doble. Estar perplejo dos veces seguidas, era literalmente un milagro.

 

-¡Vamos! ¿No me preguntaras sobre mi situación?

 

Por fin las dudas de Seung Hyun fueron respondidas y aun tenia la sorpresa en su rostro, pues Ji Yong al mencionar su propia situación sonreía. Él l intuía que era algo malo y aun así sonreía de esa manera. ¿Qué clase de persona era Ji Yong?

 

-Recién me conoces, no me puedo inmiscuir en tus asuntos a la ligera- murmuró.

 

-Lo sé y créeme que lo valoro, pero en este caso necesitaras saberlo. Créeme no hay otra alternativa- le habló con confianza y de improviso se puso de pie.

 

-¡Vamos! Te invito a comer. Estoy seguro que no lo has hecho.

 

Seung Hyun que lo miraba echado desde el suelo, estaba cada vez mas confundido.

 

-Debes dejar de hacer eso- frunciendo el ceño hablo mientras se sentaba.

 

-¿Qué cosa?- rió. el rubio.

 

-Hacer que mi cabeza se llene de preguntas en menos de un minuto- la frente de Seung Hyun se arrugó.

 

-¿Qué preguntas?- habló con diversión Ji Yong.

 

-No lo hagas de nuevo- Seung Hyun se quejó.

 

-Deja de quejarte. ¿Quieres comer? ¿Si o no?- preguntó el rubio- Tal vez pueda responder todas esas preguntas…

 

-Esta bien, acepto- Seung Hyun dio una respuesta afirmativa mientras se paraba- ¿Cómo sabias que no he comido?- disparó a la vez que lo empezó a seguir.

 

Ji Yong solo rió en respuesta y Seung Hyun cada vez más se sentía más curioso. Definitivamente su vecino era raro y ahora mismo tres preguntas rondaban por su cabeza. Una: ¿Cómo sabia que no había comido? Dos: ¿Por qué sonreía tanto? y tres: ¿Cuál era su situación? Esperaba que hoy tuviera las respuestas adecuadas. Aun con todo eso, se dio cuenta que Ji Yong le agradaba. 

Notas finales:

Esta es la primera parte. Hagan sus apuestas y conjeturas. Espero que lo hayan disfrutado. Las leo en los reviews <3

Hasta el proximo capitulo ^^


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