Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El rencor contra el amor por Alexis Shindou von Bielefeld

[Reviews - 244]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No voy a poner: Para mayores de 18 años porque entre más te prohíben una cosa más lo haces ¿Sí o no? xD jejeje.

Un bono. Porque tuvimos mucho drama en el anterior.

Muchas Gracias por sus comentarios. Yuuram11, sugoii una nueva lectora!!

Me hicieron llorar de felicidad chicas!! Todos los comentarios los leí varias veces emocionada!!  

Estoy tratando de mejorar :) 

Advertencia. No menores. Es en serio O.o 

Sentimiento de Posesión.

Esa noche durante la cena no se dijo palabra alguna. Los sonidos de los cubiertos sobre los platos era lo único que se escuchaba. 

Un aire de tensión y desconfianza se respiraba en el ambiente. Nadie tenía ánimo para comenzar con alguna conversación, ni siquiera Martín, que era tan hablador, se atrevía a contar alguno de sus chistes, cosa que en silencio le agradecían.

Waltorana los acompañaba en la mesa, convenientemente estaba sentado frente a su sobrino y así discretamente podían hablarse con la mirada. Wolfram agradecía tener a su tío frente a él, por lo menos le ayudaba a desviar la atención de Lukas; la sonrisa de éste no había desaparecido desde que se enteró que lucharía contra Yuuri en la semifinal. Anette, sentada al lado de su hermano, se mantenía serena y tranquila, y Willbert en medio de la mesa se mantenía pensativo. Los demás invitados tomaban la cena en sus respectivas habitaciones.

Tras terminar la cena, cada uno se dirigió a su respectiva habitación. Necesitaban descansar después de un día tan agotador. De esa manera se quedaron solamente los tres miembros de la familia Bielefeld en la sala principal.

Willbert le ofreció a su hermano una copa de licor, la cual Waltorana aceptó mientras se mantenía sentado en el sofá al lado de su sobrino que estaba leyendo un libro.

Entre conversaciones surgió la idea de jugar ajedrez como solían hacerlo cuando eran pequeños y aquellas ocasiones en que llegaba a Shin Makoku de visita. Cuando Willbert fue a buscar el tablero, tío y sobrino encontraron la oportunidad de hablar a solas.

—Necesito que mantenga a mi padre entretenido por las próximas horas —murmuró Wolfram dándole vuelta a la pagina del libro que supuestamente leía.

Waltorana arrugó el entrecejo, preocupado.

—Esto es muy peligroso —advirtió al tiempo que se pasaba una mano por el cabello—. ¿Estás seguro que te quieres exponer así?

—No se preocupe por mí —respondió Wolfram, dándole vuelta a otra página—. Según la dirección que me usted me dio, la habitación de Yuuri se encuentra en el edificio que esta frente al mío, sólo necesito bajar por el balcón y esquivar unos cuantos guardias. —Esbozó una caprichosa sonrisa—. Soy un soldado capacitado, no habrá problema alguno.

Waltorana encogió los hombros y negó con la cabeza.

—Te consiento demasiado —se regaño a sí mismo—. Trataré de distraerlo lo más que pueda pero debes darte prisa. Estoy seguro que Willbert vigila todas las noches si estás en tu habitación, teme que te puedas escapar, por eso hace que te vigilen tanto.

Wolfram reflexionó unos instantes y por fin asintió.

—Solo llevaré una pomada para la herida en la pierna de mi prometido. Si es necesario yo mismo se la aplicaré. Solo eso no se preocupe.

—Eso no es cierto, y lo sabes —Waltorana le sonrió ligeramente y revolvió el cabello a su sobrino que de inmediato se ruborizó un poco, hacía tiempo que no hacia eso.

Wolfram no supo qué contestar, pero no importaba. Su tío no parecía necesitar una respuesta

En ese momento, Willbert volvió con el tablero y las piezas de ajedrez en sus manos. Observó a su hermano y a su hijo reír amenamente y le agradó.

—Vaya, vaya, ambos parecen muy animados esta noche —comentó una vez que estuvo cerca de ellos—. Pareciera como que traman algo...

El rostro de ambos palideció por el temor de haber sido escuchados.

—No, ¿co-como crees? —Titubeó Waltorana.

Willbert levantó una delicada ceja notando su repentino nerviosismo. Wolfram bostezó escandalosamente desviando la atención de Willbert hacia él.

—Estoy cansado... creo que me iré a la cama —comentó adormilado. Se puso de pie y se dio la media vuelta para despedirse—. Buenas noches, padre, tío.

—Buenas noches hijo —contestaron los dos a la vez.

*************************************************

Una vez habían regresado al castillo, Yuuri se dirigió a su habitación para darse un largo y relajante baño. Después, trató mejor su herida en la pierna, colocó un vendaje sobre ella y se puso ropa más cómoda que consistía en una camiseta de algodón blanca y unos pantalones deportivos color negro.

Antes de ir a la cama y descansar quería visitar al nieto del amable señor que lo ayudó a sostenerse, según lo que había escuchado estaba estable y solo era cuestión de semanas para que recuperara el movimiento de sus brazos. 

Recordó con un dolor en el pecho la forma tan cruel como Lukas le quebró ambos brazos y la muñeca- En un impulso había jurado vengarse de su proceder y no daría marcha atrás, esto se había convertido en un saldo de cuentas entre ambos.

*************************************************

—Muchas gracias, Yuuri heika —dijo Lord Luttenberger—. De no haber sido por usted, no sé que habría pasado con mi nieto. —Le agradó el gesto del monarca de ir a visitarlo, pensando internamente que este rey era diferente a los demás.

—No fue nada —respondió Yuuri. Luego fijó su oscura mirada al joven que estaba en la cama con los brazos vendados—. De verdad me alegra mucho que este bien, Joven von Luttenberger.

—Dígame solo Reimond, por favor.

Yuuri asintió, aceptando su petición.

—Entonces Raimond, recupérate pronto —Ambos sonrieron como dos buenos amigos.

Las horas pasaron y, de pronto, ya era muy noche, por lo que decidió despedirse de ellos antes que se hiciera mas tarde.

—Bueno, nos retiramos, creo que todos necesitamos descansar —Se despidió Yuuri recibiendo un asentimiento por respuesta. Con un poco de dificultad caminó a la salida en compañía de Gwendal, su herida aun no había sanado del todo y tenía que usar bastón.

Los ojos del anciano se estrecharon pensativamente, y antes de que se retirara quería advertirle de algo.

—¡Yuuri heika!-

Al escuchar el llamado, Yuuri se dio la vuelta.

—Si dígame, lord von Luttenberger.

El hombre se acercó a él y colocó una mano sobre su hombro.

—Disculpe mi intromisión, pero no puedo dejar de preguntar ¿Seguirá usted participando en las batallas? —le preguntó. Aquella inquietud se debía especialmente porque su siguiente rival sería el temible Lukas von Zweig. Y por la condición de su pierna, el resultado era casi seguro.

Yuuri entendió perfectamente a que iba su pregunta.

—Definitivamente. No daré marcha atrás —replicó confiado—. No se preocupe, estaré bien. —Quizá, se aferró con determinación a ese pensamiento optimista pero era a lo único que podía atenerse en estos momentos.

El mayor esbozó una sonrisa entre la mescla de ánimo y compasión.

—Me di cuenta que usted controla el agua y la tierra pero no los utiliza combinados ¿eso a que se debe? —inquirió, curioso.

—Es porque aun no sé como combinar, o mejor dicho hace poco obtuve mi segundo elemento y no he podido practicar esa técnica. En Shin Makoku no se controlan dos elementos a la vez por lo que hay poca información acerca de eso —explicó Yuuri.

—Ya veo —Lord von Lutenberger se sujetó el mentón. Una idea surgió y cambió su semblante a uno más optimista y determinado —¡Raimond! ¿tus semillas de enredaderas? las que tienen espinas —le preguntó a su nieto.

El joven las señaló con mucho esfuerzo por sus brazos vendados.

—Sobre esa mesa, abuelo —respondió de inmediato.

El mayor caminó hasta el lugar, tomó las semillas y se las entregó a Yuuri.

—Vengan conmigo al jardín, trataré de enseñarle lo básico, aunque no es una técnica fuerte lo puede sacar de apuros —explicó mientras caminaba a la puerta seguido de Gwendal y Yuuri—. Raimond, no te atrevas a moverte de aquí, ahora vuelvo —sabía que su nieto no podía quedarse quieto por mucho tiempo y por eso se lo dejó claro antes de salir.

El menor bufó dando un resoplido, quedándose solo en la habitación.

—Como si pudiera moverme —masculló en voz alta.

Una vez en el jardín, Lord von Luttenberger le dio las indicaciones a Yuuri para realizar la técnica. Al principio fue muy difícil para el Maou invocar ambos poderes a la vez por lo que los primeros intentos no daban resultados. Poco después comenzó a entender cómo se hacía.

***********************************************

Bastian vertió licor en una copa y apoyó la espalda contra la chimenea de cara al joven sentado en la cama. Tomó un trago abundante, viéndolo discretamente sobre el borde de su copa, orgulloso por su desempeño en el combate.

—¿Por qué tan pensativo hijo?

Friedrich, que también sostenía una copa de licor entre sus manos, no se molestó en contestar.

—¿A qué viene esa actitud ahora Friedrich? —cuestionó Bastian, irritado al ser ignorado de esa manera por su hijo. Los ojos que centelleaban bajo aquella sombra parecían furiosos y pensativos al mismo tiempo.

—No me molestes padre, suficiente tengo con que sea Lukas quien acabe con el Mestizo pasado mañana. Era mi oportunidad para humillarlo, y se me escapó ¡hubiera disfrutado tanto matarlo con mis propias manos! —y diciendo esto, Friedrich bebió de un solo trago el delicioso liquido embriagador.

Bastian lo miró con mayor atención y resopló.

—¿Qué eres acaso? ¿Un niño? —dijo con sarcasmo—. Focaliza tu mente en tu enemigo más próximo que es Axel von Foster, que del mestizo se encargue Lukas, total Willbert heika está encantado con la idea. —Al terminar esta palabras su mirada cambió a una sombría y determinada—. Pero en la final verá que tu eres el más capacitado para ser el Maou.

El semblante de Friedrich expresó inquietud.

—Aunque... ese poder que manifestó el mestizo al destruir el laberinto...

—¿Sigues con eso?... —interrumpió Bastian sus cavilaciones—. Ya te expliqué que solo fue coincidencia, el mestizo reunió todo su Maryoku en una sola técnica. Te aseguro que ese es todo el poder que tiene —Bastian se obligó a creer sus propias palabras. Era imposible. Para él era practicante imposible que un media sangre tuviera tanto Maryoku. Su hijo Friedrich era el ser más poderoso de toda la historia Mazoku.

A pesar de los argumentos de su padre, la inquietud de Friedrich no cesó.

—Por un momento llegué a creer que él podría ser el elegido —comentó serio. Intercambiaron miradas mordaces entre ellos y sacudieron sus cabezas.

Bastian levantó su copa elegantemente y bebió una vez más saboreando la manera en que el licor quemaba su garganta.

—Estamos paranoicos solo porque ese mentecato paso a la semifinal —concluyó—. Descansa, mañana tendremos entrenamiento desde tempranas horas del día.

Bastian dio por acabada la conversación y comenzó a caminar hacia la puerta. «Porque tú eres el elegido, Friedrich» pensó antes de retirarse de la habitación de su hijo.

***********************************************

—¡Vamos! Yuuri Heika, concéntrese e invoqué en su mente agua y tierra —animaba el hombre de cabellos blancos.

La mano izquierda de Yuuri emanaba un aura color azul y la derecha un aura color verde, apretó la semilla entre sus manos y entonces la planta comenzó a germinar en forma lenta.

—¡Oh! Aléjese un poco lord Voltaire —advirtió Lord Luttenberger contento por ver un avance después de un largo tiempo. Llegó a creer que no lo lograrían.

Gwendal así lo hizo mientras veía impresionado la enorme planta que había creado su Maou.

—Ahora muévala a su antojo de atrás hacia adelante y utilice los dedos para dar comandos más específicos como por ejemplo atrapar a su contrincante —finalizó Lord Luttenberger.

—¡Esto es genial! Muchas gracias —dijo Yuuri mientras doblaba los brazos y apretaba ambos puños.

—De nada, muchacho. Ahora solo debe practicar el día de mañana para hacerlo más rápido.

Gwendal y Yuuri asintieron.

**********************************************************

Una capa color negro cubría totalmente su cuerpo haciéndolo pasar desapercibido entre la oscuridad, Wolfram se ajustó el gorro para cubrir sus mechones rubios y prosiguió a tomar una cuerda de su equipaje. Bajó rápidamente por el balcón para de inmediato correr al arbusto más próximo.

Visualizó el espacio y lo encontró despejado así fue avanzando de árbol en árbol hasta llegar al edificio de en frente.

Una locura, lo aceptaba, hacer esto era una locura, pero últimamente la razón no estaba en sus prioridades, no cuando tienes a tu prometido en peligro de muerte porque tu padre no acepta su compromiso. Se había convencido a sí mismo en hacer una visitar rápida, solo aplicar la pomada y regresar de inmediato. Había otros invitados en el castillo y las probabilidades de ser descubierto se hacían más grandes, sin embargo no podía estar tranquilo hasta asegurarse de que la pierna de su prometido estuviera totalmente curada.

Se fijó en un par de soldados que hacían su guardia en el jardín trasero y su respiración se detuvo por un instante, los latidos de su corazón se aceleraron por el temor a ser descubierto, trató de tranquilizarse y en un segundo se escondió detrás de un arbusto esperando pacientemente que se retiraran.

***********************************

Una vez se despidieron de los Luttenberger, Yuuri y Gwendal regresaron a la habitación. En verdad habían sido de mucha ayuda, por lo menos ahora sabia como hacer Majutsu combinado. Solo tenía que asegurare de utilizarlo en el momento oportuno. Aunque Lukas esquivara sus ataques, usando las habilidades adquiridas en el entrenamiento con los robots que construyó Anissina para mejorar su agilidad lo mantendría controlado.

Lo malo era que el dolor de su pierna no mejoraba a diferencia de la del brazo que se había curado por completo, tal vez porque la herida no fue tan profunda como la otra.

Cuando Yuuri estuvo cerca de la cama, se dejó caer abriendo los brazos y cerrando los ojos por un momento.

—Descanse, debe tener fuerza para hacer el pacto con el espíritu de aire, además debe entrenar lo que le restará del día —advirtió Gwendal seriamente.

—Espero que para mañana no me duela demasiado, Kristal no dijo en qué lugar harémos el pacto y no sé si será difícil llegar con esta condición —Yuuri suspiró con pesar mientras se rascaba la cabeza.

Gwendal se cruzó de brazos.

—Eso sin agregar que pasado mañana tiene que enfrenarse con Lord von Zweig —Pensativo, se colocó la mano debajo del mentón—«La especialidad de Wolfram es curar heridas hechas con armas blancas, que lastima que no podemos acudir a él», se lamentó.

—¿Gwendal? —le llamó Yuuri, él reaccionó y con un gesto le indicó que hablara—. Nada, es solo que te quedaste pensativo...

En ese momento, escucharon unos ruidos afuera de la ventana del balcón y rápidamente se pusieron en guardia. Yuuri guardaba una espada en la cama, no se permitía confiar pues estaba expuesto a cualquier nuevo ataque del enemigo. Observaron la silueta a un sujeto vestido con una capa negra y temieron lo peor.

—Yuuri heika, ¡quédese atrás! —Gwendal se apresuró a correr para atacar al invasor, quién de inmediato bajó el gorro de la capa para dejar apreciar su rostro. Gwendal a duras penas detuvo sus pasos a unos centímetros de él.

—¡Qué bien que no me equivoque de habitación! —exclamó Wolfram aliviado, como si fuera lo más normal del mundo entrar en secreto por el balcón a la habitación de tu ex prometido el cual tu padre quiere tres metros bajo tierra.

—¡Wolfram! —dijeron a la vez un aturdido Gwendal y un contento Yuuri.

—¡Maldición! ¿Y tú qué haces aquí? —Gwendal se tocó la cabeza, que le empezaba a doler. Lo que le faltaba, que su hermano se expusiera de esa manera a ser descubierto por su estricto padre.

—Es obvio, vine a atender a mí prometido por su herida en la pierna. No me iré de aquí hasta asegurarme que se haya recuperado por completo

Las palabras de su hermano menor exasperaban. Gwendal lo observó acercarse y sentarse en la cama con total confianza y consideró la idea de mandarlo a nalgadas a su habitación, pero sabía que sería solo cuestión de bajar la guardia y Wolfram regresaría para atender a su prometido de una u otra manera. Rodó los ojos y suspiró.

—De acuerdo —dijo finalmente, haciendo que ambos jóvenes sonrieran. En el fondo agradecía que Wolfram fuera tan terco y determinado; con un Yuuri lesionado las probabilidades de ganar se reducían—. Voy a salir de aquí y vigilaré afuera para que nadie se acerque a esta habitación —Gwendal salió de inmediato, pero de pronto detuvo su camino a la puerta y se dio la media vuelta—. Por cierto, ¿cómo hiciste para saber dónde está ubicada la habitación de Yuuri heika?, más importante aún, ¿cómo hiciste para escapar de la vigilancia constante de tu padre?

Wolfram esbozó una sonrisa traviesa.

—Mi tío... —respondió y eso bastó para contestar ambas preguntas.

Gwendal finalmente salió de allí no sin antes ver claramente como su hermano menor se acomodaba mejor en la cama frente a ese mocoso rey.

**************************************************

Willbert colocó el tablero de ajedrez en una mesita cerca de la ventana. Una vez más sirvió una copa de vino en ese ambiente torneado de rojo gracias a la luz de la chimenea.

Los dos hermanos se sentaron frente a frente y comenzaron el juego, siendo Waltorana quien tenía las piezas blancas por lo que le correspondía comenzar. El primer movimiento tuvo que ser un peón después Willbert movió rápidamente el suyo. Siguiendo el turno de Waltorana esta vez inicio su plan de distracción, extendía la mano a una pieza y después retrocedía en una indecisión desesperante. El Maou frunció el ceño extrañado pero sonrió mientras se cruzaba los brazos y se acomodaba al respaldo de la silla.

***************************************************

—Muy bien, quitate los pantalones —ordenó Wolfram una vez que su hermano salió de la habitación. La sonrisa de Yuuri se ensanchó, pensando erróneamente sus intenciones. Captando sus pensamientos, Wolfram frunció el ceño—. ¡Ni creas que es para eso, Henachoko! Necesito tener tu pierna totalmente expuesta para aplicarte la pomada y Majutsu curativo —aclaró al tiempo que le mostraba el frasco que tenía en su mano.

La completa sonrisa de Yuuri desapareció de golpe.

—Bueno, bueno —respondió algo decepcionado. Como si su prometido fuera capaz de arriesgarse de esa manera solo para darle el gusto de verlo y estar con él. En ese aspecto debía aceptar que Wolfram era quien tenía un poco más de madurez.

Yuuri se quitó los pantalones acatando su orden quedando solo en interiores, en lo que Wolfram aprovechó para ir a lavarse las manos.

Al regresar, Wolfram intentó desviar su atención de la entrepierna de su prometido por su bien, debía enfocarse en atender la herida de Yuuri, solamente eso, la herida de la pierna.

Una sonrisa de puro triunfo masculino curvó los labios de Yuuri en esos momentos al notar el nerviosismo de su pareja.

Wolfram respiró hondo y se colocó a horcajadas sobre la pierna lastimada. Quitó el vendaje notando que en la herida no era tan grave.

—No es tan grave como imaginé —dijo—, ¿quien te atendió?

—Yo solo lo hice —Yuuri dejó salir un quejido de dolor después de responder, Wolfram estaba aplicando la pomada y masajeando la herida—. ¡Duele!

Wolfram sonrió, mofándose.

—¡Deja de ser debilucho! —soltó. Yuuri siguió con los alaridos—. ¡Ssshh!¡No seas tan escandaloso! Alguien podría escuchar y darse cuenta que estoy aquí —Dejó un momento de masajearle la pierna para verlo seriamente.

—¡Que mandón! —gruñó Yuuri mientras se cruzaba de brazos y hacia un puchero. Aunque debía aceptar que el dolor estaba disminuyendo con las atenciones de su prometido, lo cual agradeció inmensamente porque temía no poder entrenar al cien por ciento en la mañana.

Wolfram comenzó a aplicar Majutsu curativo colocando las palmas de sus manos sobre la pierna, en seguida una luz color verde emanó de ellas.

—Debo decir que hiciste un buen trabajo con tu herida —comentó después de un tiempo.

—Gracias —respondió Yuuri más calmado mirándole con ternura. Wolfram se veía lindo y tentador mientras se concentraba en aplicar Majutsu curativo a horcajadas sobre su pierna—. Pero tú eres el mejor en esto sin dudas —agregó.

Wolfram levantó la cabeza solo para ver la sonrisa cálida de su prometido y, sin darse cuenta, se sonrojó y sonrió.

—Ya esta... —atinó a susurrar. Se reincorporó de su lugar y se hizo a un lado de la cama mientras Yuuri se ponía de pie.

—¡Oye! Ya no me duele para nada ¡Gracias, Wolf! —dijo Yuuri al tiempo que saltaba.

Wolfram estaba de rodillas en la cama, así que Yuuri extendió los brazos para que se acercara a él. Lo abrazó y lo besó apasionadamente. Poco a poco, Yuuri fue recostándose sobre Wolfram, llevando aquel inocente beso en caricias y recorridos con las manos, despertándole todas las terminaciones nerviosas de la piel.

—Debo... irme —susurraba Wolfram entre acalorados besos—. Yuuri, debo irme. —advirtió una vez más justo antes de caer en la tentación y arriesgarse a que se dieran cuenta que no estaba en su habitación.

—Deseo desesperadamente hacer el amor contigo —dijo Yuuri—. ¿Qué acaso no merezco una recompensa por la victoria de hoy? —Eso fue bajo. El chantaje no iba con su personalidad pero adiós resistencia, no cuando tenía a su amado demonio en la misma cama.

Sin embargo, Wolfram tenía otra opinión al respecto.

—¿Victoria?... —Hizo una leve mueca y alzó una ceja—. La señorita Aigner se retiró de la batalla que es diferente. Seguramente le gustaste. Esa mujer se enamoró de ti y por eso te dio la victoria. ¡Henachoko infiel! ¡Eres un coqueto! ¿Quién no cae en esos tiernos y hermosos ojos negros que tienes?

Mientras lo escuchaba inventar cuanta historia de infidelidad conocida y por conocer, Yuuri se preguntaba si sería buena idea comentarle que mañana pasaría todo el día con ella desde que saliera el sol hasta completar el dominio de lo que sería su tercer elemento. Pero sus reclamos tenían cierto punto. Y es que tuvo que haber actuado con mayor rapidez desde el principio. Si ella no se hubiera retirado, él ya estaría fuera de la competencia y entonces. ¿Qué habrían hecho? No quería pensar en la posibilidad de escapar a la Tierra, eso sería cobarde, alejaría a Wolfram de su familia, de sus costumbres, de su manera de vivir, dejaría un país sin gobernador y dejarían a su hija sin padres de un solo golpe. ¿Y si hubiese muerto?... Wolfram se habría quedado a la merced de la voluntad de Willbert von Bielefeld, obligado a casarse con alguno de esos arrogantes demonios. Esa última alternativa lo hizo suspirar con pesadez y agachar la cabeza.

—Perdóname Wolf, tienes razón te fallé en la batalla de hoy —declaró, preguntándose donde habían quedado las palabras de confianza que le había dado el día anterior.

Wolfram guardo silencio mientras tomaba una postura más seria. Aquella era una de las cosas que quería hablar con él esa noche pero se adelantó.

—Creí que morirías —confesó abruptamente—. Y yo no podía hacer nada para salvarte. Y para colmo tu siguiente oponente es Lukas —Wolfram bajó la cabeza mientras apretaba las sabanas fuertemente—. Yuuri, sinceramente no te siento preparado para luchar contra él —musitó desilusionado.

Yuuri comprendió su miedo, el mismo experimentó él al ver de cerca la última batalla, tan sangrienta e impactante. Se acercó a su prometido y lo abrazó fuertemente, el otro no pudo hacer más que aferrarse a su cuerpo.

—No te preocupes, saldremos de esta —susurró a su oído mientras le sobaba la espalda. Si, lo aceptaba estaba en desventaja pero lo último que quería perder era la fe, porque una vez sin ella lo pierdes todo.

Wolfram lo miró con ojos suplicantes.

—Promételo... ¡Promételo, Yuuri Shibuya! —pasó de una súplica a una orden. Sus palabras no eran de otro más que de alguien asustado y lo aceptaba, por primera vez en mucho tiempo había sentido miedo verdadero, profundo, desalentador de ese que te quita la respiración, y es que cuando escuchó que en las batallas estaba permitido matar al contrincante su mundo se vino abajo y terminó de destruirse al enterarse de quien sería el próximo contrincante de su pareja.

Tratando de consolarlo, Yuuri comenzó a repartir besos por todo su rostro.

—Te lo juro, cuando pelee contra Lukas, te juró que lo voy a acabar.

Wolfram se inclinó sobre su legítimo prometido oprimiéndole la cabeza con sus manos para que lo mirase a los ojos, y éste le oprimió de la cintura.

—Si te atreves a morir jamás, jamás te lo perdonare. Ni en esta vida ni en la sigue y ni creas que te seguiré hasta la muerte, me quedaré aquí y cumpliré la voluntad de mi padre. Mi cuerpo será tomado por alguien que no serás tú, tendré hijos que no serán tuyos, envejeceré lentamente junto a alguien que no serás tú —Sin darse cuenta siquiera, había ido alzando el tono según hablaba, hasta casi convertirlo en un grito agudo y desesperado. Todo, absolutamente todo lo que había dicho era mentira, seguiría a Yuuri hasta la muerte porque su cuerpo y su alma ya no eran suyos sino que le pertenecían a él, pero de alguna manera tenía que desesperarlo para que se aferrara a la vida—. ¿Me entendiste?

—¡Escúchame tu a mi, Wolf! —le cortó Yuuri en tono frío, enarcando sus cejas con enojo—. Nunca permitiré que seas de alguien más. ¡Eres mío! —sentenció totalmente celoso—. Mío y de nadie más.

Lo apretó fuertemente de la cintura y acercó su rostro dándole un beso profundo en los labios. Un suave gemido surgió del rubio después de cálido roce con ese labio inferior. No se besaban, se hacían el amor con los labios.

Yuuri lo besó larga y profundamente, despacio y frenéticamente, mordisqueó, lamió, exploró aquella deliciosa cavidad. El aire poco a poco les fue faltando y se tuvieron que separar.

Wolfram no dejó de mirarlo, dándose cuenta del poder que tenía sobre él. Sus besos habían hecho que necesitara el tacto de su piel desnuda contra él, sentir la suavidad y la calidez. Vivir el presente y dejar de preocuparse por el futuro que es incierto. Si les quedaba poco tiempo, sino pudieran estar juntos de esa manera, si ya no pudieran hacer más el amor, se llevarían con ellos estos valiosos recuerdos.

Yuuri esta vez no buscó una respuesta, le haría el amor ahí mismo y en ese momento. Con una necesidad de hacerlo gemir y gritar su nombre, desamarró su capa color negra dejándolo mostrar con un lindo camisón color azul.

—¿Te viniste en pijama? —Yuuri no pudo evitar preguntar más calmado y alzando una ceja.

—En realidad no tenía planeado quedarme tanto tiempo y una vez en mi habitación iba a ir directo a la cama —explicó Wolfram mientras se ponía de pie sobre la cama modelando su lindo camisón—. ¿Te gusta? —Yuuri afirmó con la cabeza, sonriente—. Pues me lo regaló mi padre —La sonrisa de Yuuri desapareció como quien se entera de una trágica noticia.

—Mi suegro tiene buenos gustos, te ves lindo —admitió—. Pero yo prefiero verte desnudo y tener la libertad de acariciar cada parte de tu suave piel —susurró mientras se ponía de pie sobre la cama y le ayudaba a quitarse la corta prenda. Volvió a bajar quedando de rodillas y el príncipe se quedó de pie sobre la cama.

Lentamente, Yuuri fue besando esas perfectas piernas, acariciándolas con su lengua y alternando mordiscos diminutos que rápidamente lamia y besaba. Wolfram comenzaba a jadear sintiendo los besos en sus piernas, enarcó su espalda y atrapó entre sus dedos algunos mechones negros de su amado. Yuuri deslizó sus manos hacia arriba de sus caderas para bajar su diminuta ropa interior y luego volvió a subirlas por sus muslos, dirigiéndose a su trasero que apretó y masajeó. Era tan redondo, suave y perfecto.

—Espera, Yuuri —suplicó Wolfram en un suspiro. Sus rodillas temblaron y se agarró firmemente de sus musculosos hombros como soporte. Se colocó a horcajadas sobre las caderas de su pareja tratando la manera de desacelerar un poco los latidos de su corazón.

—¿Que...? —El dedo de su jadeante prometido sobre sus labios hizo que callara.

—Déjate hacer, querías tu premio, ¿cierto? —susurró Wolfram sensualmente, acercándose a sus labios

Apoyó la palma de sus manos contra el pecho de Yuuri, inclinando su cuerpo hasta besarlo lentamente, sus labios fueron bajando hasta el cuello mientras sus níveas manos tocaban la piel bajo la camiseta la cual rápidamente subió hasta quitársela por completo, sus ojos se deleitaron con sus hombros anchos, bíceps y pectorales musculosos y abdominales marcados sin duda el resultado de un arduo entrenamiento, lo había notado apenas la noche anterior porque estaba más enfocado en sentir el placer que solo este chico asiático le podía dar, pero esta vez sería diferente.

Su lengua saboreó su piel con sensualidad atravesando su torso desnudo. Lentamente, los húmedos besos viajaron a la entrepierna del moreno. Wolfram fue más allá y quitó de golpe la ropa interior con los dientes liberando su dura virilidad y lamiendo la piel sensible bajo ella, primero lo masajeó con sus manos para después lamer y besar su glande y toda su extensión subiendo y bajando. Escuchaba contento los sensuales y roncos gemidos que salían de él y continuaba su tarea. Poco a poco algo comenzaba a incomodarlo, a doler, y era su propia erección. Llevó una mano a su miembro duro y comenzó a masajearlo.

Yuuri al percatarse de ese detalle detuvo las acciones de su prometido dirigiendo una mano a su rostro, Wolfram lo miró con ojos brillantes y salvajes, como un niño a quien le niegan su botana favorita.

—Ven acá —demandó Yuuri, y tomándole las caderas, lo giró para que le diera la espalda a horcajadas entre sus piernas quedando en cuatro. Él bajó un poco su cuerpo para tener el miembro del rubio sobre su boca, así mismo Wolfram tenía el miembro del monarca a su disposición.

Llevaron el miembro del otro a su boca, llenando la habitación de pequeños chapoteos y chasquidos con los labios, el sonido atenuado de la lengua buscando lo más profundo de ese miembro caliente y húmedo. Yuuri besaba, lamia y succionaba toda la extensión, además de acariciar sus testículos, masajeaba suavemente el perineo recorriéndolo hasta su ano e introduciendo poco a poco el dedo dentro de esa cavidad, de vez en cuando acariciaba las níveas piernas del príncipe. Él siempre era así de tierno.

—Ummm... ahhh —Wolfram dejó de masturbar a su prometido por un momento, sintiendo como su pene se iba ensanchando más y más dentro la boca de éste, liberando su dulce y espesa esencia sobre su rostro. Yuuri bebió lo más que pudo al mismo tiempo que alcanzaba su propia culminación con un ronco gemido.

Yuuri se reincorporó y observó a su rubio acostado boca abajo con un hilo de saliva mezclado con semen saliendo de la comisura de sus labios y respirando agitadamente. Besó toda su espalda y se recostó detrás de él. Su cuerpo estaba dolorido, deseoso, caliente y duro.

—Solo tú haces que me excite de inmediato —murmuró con voz ronca en su oreja. Sus labios besaron el cuello de su prometido mientras éste flexionaba sus brazos. Luego frotó su pene contra su trasero—. Esto es lo que causas en mí —Wolfram gimió al sentir el duro miembro de Yuuri en su trasero, pero no dijo palabra alguna—. Nadie más que yo podrá tenerte...

Wolfram evitó soltar una risita traviesa al notar como sus palabras anteriores habían calado en su futuro esposo. 

—¡Dilo Wolf!, ¡Di que yo seré el único! —El no recibir una respuesta encaprichó aún más a Yuuri. Lo colocó sentado sobre su regazo dándole la espalda. Sus manos se encargaron de endurecer de nuevo el miembro de él, frotándolo de arriba abajo. La otra mano apretaba uno de sus pezones—. Soy el único que te podrá tener de esta manera, nadie más que yo.

Wolfram cerró sus ojos y recostó su cabeza hacia atrás sobre el hombro de su prometido. Se dejó hacer cayendo derrotado.

—Nadie más que tu —Logró decir a duras penas. Su hombría era atendida por aquellas traviesas manos—. Hazlo, Yuuri... como solo tú sabes... —Se puso en cuatro, ofreciéndose, y giró su rostro totalmente sonrojado y con unos mechones rubios pegados a su frente debido al sudor.

Yuuri se preguntó si Wolfram sabría el poder que tenia sobre él cuando suplicaba. Le sonrió sensualmente antes de preparar su entrada un poco más, aunque ya lo había hecho durante su primer asalto. Poco después se preparó para entrar profundamente en un lento, suave y certero impulso.

—Ahhh —Wolfram tuvo que morder la almohada más próxima para evitar gritar fuertemente entre esa mezcla de dolor y placer. Sentía los besos de Yuuri en su espalda hasta subir a sus hombros y se relajó completamente moviendo sus caderas para indicarle que se podía mover a su antojo.

Yuuri comenzó con un erótico movimiento circular, metiendo y sacando lentamente su miembro, mientras sus manos acariciaban y atendían sus pezones escuchando con satisfacción como los gemidos de su rubio se hacían más constantes conforme elevaba el ritmo. Dirigió sus manos a las caderas para comenzar con certeras, rápidas y profundas penetraciones.

Wolfram bajó los brazos acostándose por completó boca abajó con su trasero hacia arriba dándole a Yuuri un erótico panorama.

—Ahhh...Yu...Yurii —gimió roncamente mientras estrujaba las sabanas sintiendo como esos testículos pesados golpeaban rítmicamente contra su trasero y piernas. Sentir como ese miembro entraba y salía de él, era sentir la gloria.

************************************************************

Willbert suspiró y se masajeó en la parte posterior de su cuello con una mano, como si estuviera tenso y rígido, llevaban dos horas en el mismo juego, se preguntaba internamente desde cuando su hermano menor tardaba tanto en hacer sus movimientos, en el pasado siempre era el que movía más rápido sus piezas y la mayoría de veces acertadamente. No tenía planeado tardarse tanto puesto que quería hablar con él una vez acabado el juego.

—Ahora podremos hablar tranquilamente, hermanito No esperó más—. Explícame como fue que llegaste a honrar a un Medio-Mazoku como rey... ¿cómo dejaste siquiera que ese tocara a mi hijo?

—No estoy dispuesto a decir más de lo que ya sabes, Willbert —Waltorana fijó sus verdes ojos en los azules de su hermano. Se preguntó si había perdido la habilidad de razonamiento, pues si lo que quería era ganar tiempo esta era su oportunidad para charlar largamente con él, no obstante no tenía algún argumento preparado. Lo sabia, sabía que Willbert nunca lo aceptaría y aun así no se arrepentía porque al fin de tanto lo que quería era que su sobrino fuera feliz, consideró ese argumente, quizá esa era una buena razón, le dio confianza y contestó de nuevo—: Olvida el pasado. Deja ese capricho de hacer tu voluntad con la vida de tu hijo, dale la oportunidad de escoger a quien amar, lo que queremos ambos es que sea feliz. Perdona a los que te lastimaron en el pasado por el amor del presente.

Willbert sonrió, arrogante.

—¡Nunca! lo que me hicieron nunca tendrá mi perdón —movió su pieza después de esperar largo rato por el movimiento de su hermano.

—Yuuri Shibuya es un buen rey, ha hecho un buen reinado en lo que va de su periodo. Le ha costado adaptarse pero ha puesto todo su esfuerzo en hacer crecer al país. Dio punto final a la guerra que lo único que hacía era afectar en gran mediad a ambas razas —Esta vez, Waltorana no esperó mucho tiempo para mover su pieza de ajedrez—. Además y para cerrar con mi explicación, fue la voluntad de Shinou heika la que lo puso ahí —Le dedicó ligera sonrisa mientras se incorporaba a la silla.

El mayor guardó silencio, y miró a su hermano con una mirada, ofendida y furiosa mientras apretaba su puño. Shinou... ¡su ancestro tenía que ser!

—¿Dejaras libre a tu hijo para qué él mismo decida a quien quiere desposar? —Se atrevió a preguntar Waltorana una vez mas.

—Wolfram me pertenece, ustedes son los que no aceptan que tengo razón en mi proceder —alegó Willbert. Estaba realmente ciego de rencor—. Jaque Mate —dijo una vez había colocado la última pieza que lo coronaba como ganador y una vez más habló con un tono de superioridad—. Así es siempre, yo nunca pierdo y la única vez que perdí les deje en claro que de mi nadie se burla.

Waltorana frunció el ceño, perdiendo la paciencia.

—Si sigues con esa actitud, perderás todo el cariño de parte de tu hijo.

—Me lo agradecerá en el futuro —declaró Willbert al tiempo que se acomodaba mejor en su silla y cruzaba una pierna. Su voz contenía un tonó de relajación capaz de convencer al hombre más necio del mundo aunque ciertamente no había hombre más necio que si mismo.

Pero Waltorana era y siempre sería algo así como el abogado de su sobrino, de esta noche no pasaba sin dejarle siquiera esa inquietud.

—No estés tan seguro de eso —advirtió. De pronto esta conversación se había convertido en un debate—. Tu no eras así con Wolfram, siempre fuiste cariñoso y consentidor, ¡no lo niegues!

Willbert bebió el último sorbo de su copa de vino.

—Y ahora pago las consecuencias. Ahora se rebela contra su propio padre —Un gruñido feraz escapó de sus labios—. Olvídalo Waltorana, no lograras convencerme. Amo a mi hijo y por su bien debo alejarlo de Yuuri Shibuya —Diciendo esto, se puso de pie dando por terminada la discusión—. Buenas noches, enano —Pasó su mano alborotando el cabello de Waltorana para después caminar a la salida.

Enano... musitó Waltorana abriendo sus parpados. Sus ojos se cristalizaron y sonrió pensando que de alguna manera, aunque sea un poco, sus palabras, no todas, pero si algunas, se quedaron grabadas en la mente de él—. Buenas noches, mi necio y caprichoso hermano mayor.

*************************************************************

El perlado cuerpo sudoroso de Wolfram yacía bajo el de Yuuri, con las piernas sobre sus hombros y los brazos estrujando fuertemente las sabanas, gritando constantemente su nombre, diciéndole como y donde lo quería. Gimió roncamente cuando la juguetona lengua de su prometido lamió sus pezones y lentamente fue ascendiendo hacia arriba plantando un beso hambriento en sus labios. Esa noche habían hecho el amor tantas veces y de tantas maneras que habían perdido la cuenta.

Sus miradas se cruzaron y Yuuri sonrió, le encantaba verlo mientras se lo hacía porque lo que más le gustaba de su prometido eran sus ojitos verde esmeralda y aun más cuando lo veía entrecerrando sus ojos cual felino en celo. Dando las últimas fuertes embestidas hizo que se arqueara de placer llegando ambos a la culminación. Se desplomó en su regazo y éste lo acunó entre sus delicados pero fuertes brazos. Ambos trataban de regular su respiración, su sonrisa no era otra más que de satisfacción.

Después de un corto tiempo, Wolfram miró por la ventana, ya era muy tarde y a decir verdad ahora si tenía sueño. Habían tenido una sesión maratónica cuando se había propuesto salir de ahí a la brevedad posible, se burlo de sí mismo por ser débil a Yuuri.

Quédate...

Escuchó decir a Yuuri y enfocó su mirada de la ventana hacia él.

—Quédate a dormir esta noche conmigo... —repitió una vez mas y besó su mejilla.

Wolfram recostó su cabeza lentamente contra el pecho de Yuuri, aceptando silenciosamente su propuesta. Sus ojos se cerraron y durmieron abrazados, como solían hacer cuando dormían en la habitación real de Pacto de Sangre.

*****************************************************

«Si sigues con esa actitud perderás todo el cariño de parte de tu hijo»

Lo que dijo Waltorana lo dejó inquieto. No quiso perder la postura rígida que había adoptado para no darle ilusiones a su ingenuo y terco hermano menor, pero para ser sincero temía perder el poco cariño que tenia de su hijo.

Como todas las noches, Willbert caminaba a la recamara de Wolfram para cerciorares de que estuviera en ella. Si estaba despierto hablaría seriamente con él. Suspiró profundamente antes de girar la perilla de la puerta.

—Maestro.

Le llamó Lukas antes de que ingresara a la habitación. Cerró la puerta y decidió no entrar y hablar con su hijo en la mañana.

—Lukas, ¿Qué haces despierto tan tarde? Recuerda que un buen luchador debe recuperar sus fuerzas lo más que pueda —dijo alejándose de la puerta.

El mencionado se acercó al rey.

—Quiero adelantar la hora del entrenamiento mañana —pidió respetuosamente—. Cuando pelee en la semifinal contra Shibuya quiero dejarlo humillado frente a todos, es decir humillar su memoria. Que todos lo recuerden como el caído rey de los mestizos.

Willbert no lo consideró por mucho tiempo.

—De acuerdo, tengo un régimen de entrenamiento especial para ti, mañana te haré alguien definitivamente invencible.

 

Notas finales:

A ti que lees esto… si a ti, te agradezco por eso  :3

El Mpreg. será opcional. se me olvidó ;P

En el próximo Cap.

Kristal es una aliada para Yuuri pero una rival para Wolfram

Cualquiera se enamoraría de ella sin darse cuenta. Ese último pensamiento le hizo estremecer.

Yuuri y Kristal viajaran juntos y solos.

-Gra-gracias… Maou heika…- suspiró aliviada mientras se recobraba del susto y Yuuri el aliento.

-Estuvo cerca, ¿Por qué no uso majutsu de aire para elevarse? – preguntó él alzando la ceja. Ella cerró los ojos y negó con la cabeza.

-Cuando invoqué la presencia de Aimeth necesitaré una gran cantidad de Maryoku, aun estoy debilitada por el combate de ayer, no puedo perder lo poco que me queda.-

Un cálido sentimiento invadió el pecho del monarca conmovido por la nobleza de la muchacha. Le dedicó una enorme sonrisa sin saber lo que eso causaba en ella…

Porque no todo puede ser color de rosa en su relación los fantasmas del pasado siguen presentes en sus mentes.

Prox. Miedo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).