Capitulo 14
Batallas Semifinales.
Era un despejado, cálido y soleado día. La mañana había pasado fugaz entre preparativos y entrenamientos de última hora de los participantes, quienes analizaban la estrategia más efectiva para enfrentar a su contrincante.
Llegando al mediodía, las personas ya hacían acto de presencia en el gran coliseo de la Ciudad Imperial, todo mundo quería ser partícipe del gran evento para dar un paso más en la búsqueda del nuevo Rey de los demonios de Antiguo Makoku. Aldeanos, Nobles y soldados de la Guardia Real esperaban ansiosos ver las dos emocionantes peleas.
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Wolfram suspiró tratando de calmar sus nervios, tomando su respectivo asiento en el palco de honor al lado derecho de su padre y al izquierdo de su tío. Esa mañana despertó empapado en sudor pues había tenido pesadillas de nuevo, como las había estado teniendo cada noche excepto la que pasó entre los brazos de Yuuri, y como siempre una ansiedad tremenda se apoderaba de su ser el resto del día.
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Por otro lado, las cosas se tomaban con más tranquilidad y hasta con entusiasmo; Willbert agradecía a su pueblo que le saludaba con respeto y admiración. Buena parte de la población aun no aceptaba el hecho que dejaría el puesto como rey. En la historia de Antiguo Makoku quedaría marcado como uno de los mejores monarcas que había tenido la nación. Le habían nombrado "Excelentísimo Hijo adoptivo de Antiguo Makoku".
Hacía noventa años contempló la idea de dejar el puesto; sin embargo, se arrepintió después de aquel suceso, prometiendo que dejaría su legado representado en su propio hijo para que la familia Bielefeld continuara haciendo historia en el país que le vio crecer.
Willbert fijó su vista al centro del coliseo y observó a su pupilo hacer estiramiento de cuerpo, sonrió confiado y prepotente dando por hecho su victoria.
Lukas había sido su alumno desde hacía dos años, como una petición especial de su amigo y miembro del Consejo, Martin von Zweig. Como el muchacho era huérfano de padre lo aceptó sin pensarlo mucho. Además, en los campeonatos de elementos regionales había demostrado tener potencial y rápidamente llegaron a tener una relación cercana.
Después de un año, volvió a ver a la madre de Lukas en una competición regional de elementos a la cual fue invitada, aquel día solamente hablaron del progreso que había tenido Lukas durante ese periodo de tiempo. Fue a la semana cuando Anette sugirió vivir en el Castillo Imperial con la excusa de querer estar cerca de su hijo, lo cual Willbert aceptó sin problemas. A los seis meses tenían una relación amorosa por ciertas razones y hacía un poco más de un mes contrajeron nupcias. No le fue difícil encariñarse con Lukas como su hijastro porque ya lo había tratado. Ahora esperaba que ganara la competencia para que ocupara su lugar como Maou, más importante aún, para que hiciera feliz a su amado hijo.
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Anette saludaba orgullosa y prepotente a las personas. Ella rodeaba el brazo de su esposo posesivamente en una manera de demostrar ante todas las mujeres que era la única que había logrado llegar al corazón del poderoso Maou de Fuego, cuando creyeron eso era casi imposible.
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El corazón de Hannah Lauren tenía un peso enorme. Si las circunstancias fuesen de otra manera, ella estaría de acuerdo y hasta entusiasmada de que se realizara este evento, pero en cambio y lo que más sentimiento de tristeza le daba, era que la mano de un inocente doncel era el que estaba en juego. Un matrimonio arreglado estaba condenado al fracaso, un matrimonio que se sentaba bajo el recuerdo de un amor perdido sería un infierno. Ella no pudo convencer de eso a su testarudo amigo. En el pasado, ni siquiera fue capaz, mejor dicho, no fue lo suficientemente valiente para llevarle la contraria a su marido. El maldito acuerdo fue firmado entre los papeles de divorcio de la inocente Cecilie y el engañado Willbert.
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Al coliseo también se hicieron presentes los Luttemberger, Abuelo y nieto, como lo habían acordado pues el más joven alegaba sentirse mejor y el mayor al verle tan entusiasmado decidió llevarlo al coliseo como una muestra de apoyo moral para su majestad Yuuri; también las hermanas Aigner estaban al lado de ellos entre los lugares de honor de los miembros de la Nobleza, algunos habitantes de sus respectivos distritos mostraban sorpresivamente apoyo para el "Maou de las sombras" como lo habían nombrado, por supuesto no se comparaba con la cantidad de personas que apoyaban a Axel von Foster, Friedrich von Moscovitch y Lukas von Zweig, el favorito de la mayoría por ser el pupilo del rey.
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Charles von Ducke hizo acto de presencia solo por tratarse de un deber político, su hermano menor por fortuna ya había salido de peligro de muerte pero seguía en reposo.
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Volker von Rosenzweig también se hizo presente, éste malhumorado Noble tenía el brazo enyesado. Se mantenía con el rostro serio y distante.
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En una de las casetas destinadas para los participantes se encontraba Yuuri sentado en una banca, se había pasado toda la mañana entrenando en compañía Gwendal, Lord von Luttemberger y Kristal von Aigner, que amable y sorpresivamente le propusieron idear una estrategia para obtener ventaja durante la pelea.
Según los consejos que había recibido, la mejor defensa era utilizar elemento combinado "Hielo" para debilitar con el frio a su contrincante pues éste era principalmente un usuario de fuego y después atacarlo ya fuese con Majutsu o con espada, sacando el mayor provecho de la velocidad que otorgba el elemento Aire. Tomaría eso en cuenta sin lugar a dudas.
Yuuri buscó en su bolsillo y sacó la nota que le había entregado Gwendal anoche, después de contarle que por fortuna todo estaba en orden, con esa cara de "Más les vale tener cuidado la próxima vez"
Teniendo años de vivir en Shin Makoku ya entendía a la perfección la escritura Mazoku. Leía una y otra vez ese mensaje escrito con puño y letra de su Wolf, con una sonrisa de oreja a oreja.
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Intenta alejarte de Kristal von Aigner si no quieres que el próximo duelo sea entre ella y yo.
Más te vale cumplir tu palabra y darle su merecido a Lukas. No bajes la guardia ni un instante, él no solo buscará derrotarte sino matarte por órdenes de mi padre, pero demuéstrales de una vez quien eres.
Ya quiero que termine todo esto para que podamos casarnos a la prontitud posible, no quiero esperar más de lo necesario, ansío ser declarado tuyo ante la ley para que nada ni nadie nos puedan separar.
Te amo con todo mi corazón, aunque seas un henachoko...
PD: Quiero tener una larga luna de miel.
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Reía para sí mismo leyendo lo último y contestando en sus adentros:«Yo también lo deseo» cuando la voz grave de su acompañante llamó su atención.
—Es hora... —se limitó a anunciar Gwendal, manteniendo su cuerpo rígido una actitud serena.
Yuuri asintió con la cabeza una sola vez sin pronunciar palabra y lo miró con ojos llenos de determinación. Guardó la nota en su bolsillo que sería su amuleto de buena suerte esta vez, y se levantó de su asiento para seguir a su representante hasta el centro de la plataforma como lo hacían los demás participantes.
Una vez al centro de la plataforma, los cuatro semifinalistas se colocaron firmes en una línea frente al público y los representantes atrás de ellos con las dos manos detrás espalda. Después del sonido de los tambores y las trompetas el anfitrión prosiguió a dar inicio con el evento.
—¡Bienvenidos al torneo de elementos por la corona de Antiguo Makoku, las semifinales! —gritó el anfitrión haciendo que el público se animara, gritando el nombre de su favorito—. ¡Este día tendremos dos emocionantes batallas!... aunque debería decir solo una —murmuró a lo bajo, haciendo referencia a la batalla de Moscovitch y Foster pues dudaba que Shibuya pudiera ser rival para Zweig—. ¡Una vez más aquí los tenemos!
El hombre señaló a los participantes con el brazo extendido.
Como era de esperarse, las personas comenzaron a gritar halagos y porras a Friedrich, Lukas y Axel en cambio hacían abucheos para el mestizo rey.
Willbert gozó en sus adentros mostrándolo en una complaciente sonrisa.
Wolfram se recargó sobre el apoyabrazos de la silla llevando una mano a su cabeza y enredó los dedos entre su cabello sosegando así su nerviosismo. No era fácil aceptar que el ser que amas con todo tu corazón se enfrentará en batalla contra un demonio como Lukas von Zweig, además estaba temeroso con lo que el infelíz le había advertido anoche.
—La primera batalla será entre Friedrich von Moscovitch y Axel von Foster. Entre ambos, yo apoyo a Foster —comentó Waltorana a su sobrino haciéndole dar un respingó del susto, el mayor al darse cuenta de eso tomó una de sus manos sintiéndola helada.
—Aunque no debería apoyar a nadie más que a mi prometido, estoy de acuerdo con usted, tío —respondió Wolfram, haciendo todo lo posible por disimular su inquietud—. Ya va a iniciar... —añadió, enfocándose en la plataforma.
Waltorana hizo lo mismo, cerró los ojos por un momento, sintiendo una amarga opresión en el pecho.
Efectivamente, Lukas y Yuuri bajaron de la plataforma así como Martin, Gwendal, lord von Foster y Bastian, estos dos últimos se quedaron cerca de la plataforma en el lugar correspondiente para los acompañantes.
Era hora de la verdad....
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El público bajó un poco el volumen de sus ovaciones, todos estaban emocionados esperando disfrutar de una buena la pelea, los ojos se mantenían a la expectativa.
—Participantes, ¡saluden! —dijo el juez en voz alta.
Friedrich y Axel se dieron la mano dedicándose una mirada que retaba al otro a demostrar quién era el mejor.
Luego, se distanciaron a unos tres metros viéndose de frente, ambos esbozaron una sonrisa torcida ansiosos por iniciar el combate.
—A la cuenta de tres - dos – uno ¡que comience la pelea!
Dispuesto a dar un gran espectáculo, Friedrich decidió jugar primero con su víctima, nada mejor que comenzar con una demostración magistral de esgrima.
—¿Qué te parece si comenzamos con ataques con espadas, Chispitas? —propuso Friedrich, camuflando sus intenciones con una actitud amable.
El otro se limitó a desenfundar creando un fino sonido metálico al hacerlo. Ambos colocaron sus espadas en guardia.
—Por mí no hay ningún problema —respondió Axel, desafiantemente.
Sus miradas nunca se separaron.
Friedrich sonrió de lado
—Ven acá, no tengas miedo... —dijo con sorna, haciendo el ademán de "ven aquí" con la mano.
Axel frunció el ceño, sintiendo como sus ánimos se calentaban con las provocativas palabras de su contrincante. Ahora si hervía de la rabia. La indignación se había extendido por todo su cuerpo ¡y atacó!!
—¡¡AHHHHHH!! —gritó el usurario del rayo mientras corría en dirección de su oponente para embestirlo firmemente con su espada.
Los dos corrieron en dirección al otro, dispuestos a atacar y esquivar los ataques que su adversario tenía preparados. Metal contra metal chocó con un estruendo que estremeció los oídos, ambos utilizaron gran parte de su fuerza bruta para hacer retroceder al otro. Izquierda contra derecha sus espadas nunca cedían y el encuentro siguió con más intensidad.
Levantando la espada con ambas manos, Friedrich se lanzó con fuerza contra Axel, éste lo recibió colocando la espada en forma horizontal y utilizando ambos brazos para levantarla y deshacer la ofensiva.
Friedrich sonrió de forma malintencionada y preparó la primera sorpresa del día: la utilización de su tercer elemento.
De repente, utilizó la agilidad que le brindaba el elemento aire para moverse tan rápido como el viento mismo.
Axel abrió sus ojos impactado al verlo desparecer de la plataforma, al instante miró hacia arriba y ¡ahí lo tenía! Preparado para darle una envestida voladora, como logró visualizarlo a tiempo lo detuvo dejando caer su cuerpo por debajo de su arma, ubicando su mano libre en el suelo para soporte y equilibrio
Tanto Lukas como Willbert se preguntaban desde cuando Friedrich podía controlar el Aire, la incredulidad se vio reflejada en sus rostros. Bastian, por el contrario, observaba todo tranquilamente con los brazos cruzados.
Axel utilizó la agilidad que le concedía su elemento, el rayo, para atacar y defenderse a la misma velocidad que Friedrich.
Por un momento el público dejó de observar la pelea, no porque quisieran, sino porque ambos participantes habían desaparecido de la plataforma de forma ilusoria debido a la tremenda velocidad con que se movían.
Los jóvenes aparecieron separados a cinco metros el uno del otro respirando agitadamente. Axel ya había recibido unos cuantos cortes en su costado mientras que Friedrich solamente había recibido un corte en el hombro, pero ninguno de los dos quería retroceder.
—Me cansé de utilizar la espada ¿Qué te parece si usamos nuestros elementos? —dijo Axel, haciendo un enorme esfuerzo por aparentar tranquilidad.
—Como quieras... —respondió Friedrich con simpleza, guardando su espada.
Axel se preparó para invocar su elemento
—¡A todos los espíritus que controlan la electricidad, obedezcan a este glorioso Mazoku que los invoca!!— Levantó su mano al cielo que se había tornado gris debido a una sorpresiva tormenta eléctrica. Un único rayo cayó directamente en su mano, rodeando todo su cuerpo.
—¡Earthen dame tu poder!! —Friedrich gritó invocando a su espíritu de la tierra.
Axel lanzó unas poderosas bombas eléctricas a su contrincante, Friedrich lo recibió colocando una barrera de Tierra.
—¡Majutsu combinado! —gritó Friedrich, combinando fuego y tierra para crear bolas de magma que lanzaba a su rival, así mismo Axel le lanzaba bolas de energía.
La gente gritaba eufóricos por esa emocionante pelea, que había dado un giro inesperado con unas magnificas demostraciones de las habilidades con elementos
Gwendal y Yuuri se mantenían serios y expectantes. Ambos jóvenes tenían la misma oportunidad de ganar, pero sin duda, Friedrich llevaba ventaja.
La plataforma entera se vio rodeada de humo debido a las explosiones, los encargados de la seguridad tuvieron que poner unas barreras de energía para evitar que algún ataque se desviara hacia público.
Cuando el humo se hubo disipado pudieron ver a ambos jóvenes tratando de recuperar la respiración, su ropa mostraba claramente los lugares en que las bombas de energía o las bolas de magma habían logrado rozar.
Después de unos cinco minutos para recuperar las fuerzas, Friedrich terminó soltando unas estridentes carcajadas. Todos los presentes incluyendo el rey Willbert lo observaban atentamente, esperando su siguiente movimiento.
—Me he divertido mucho hoy, pero ya me cansé de jugar contigo —se mofó Friedrich, formando una sonrisa ácida.
—¡¿De qué hablas imbécil?! —explotó de ira Axel, sintiéndose ofendido por la broma que hizo su contrincante.
—¡Esto no es ni la mínima parte de mi gran poder! —gritó Friedrich con orgullo—. ¡Prepárate para sentir miedo de verdad! —Su voz se tornó lúgubre—. ¡Helenus obedece a este poderoso Mazoku que te invoca!
Llamas de fuego tan rojas como sus ojos rubíes cubrieron todo su cuerpo.
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—«¡¿Eso es?!»
Gwendal y Wolfram, que habían pensado lo mismo, observaron con los ojos bien abiertos por la sorpresa y el horror. Solo los demonios más aberrantes eran capaces de controlar las flamas del infierno que son difícilmente extinguibles.
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—Desgraciado —Lukas se sintió indignado ante la sorpresa que había preparado su rival, aparte de controlar tres elementos ahora resulta que controla el fuego del infierno—. «Maldita sea»
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Friedrich formó una bestia con forma de dragón, parecido a un lagarto, tenía una cresta de puntas a lo largo del lomo, poderosas garras en sus piernas y brazos, fuertes mandíbulas, tres cuernos en la frente y enormes alas parecidas a las de un murciélago.
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Wolfram frunció el ceño sintiendo una opresión en el pecho, un dragón similar se había estado manifestado en sus pesadillas, solo que aquel tenía cuatro cuernos y éste solo tres. Hannah miraba impactada la batalla, con las pupilas dilatadas y el corazón latiéndole aceleradamente.
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Sintiendo la ira en cada poro de su cuerpo, Axel formó una poderosa y colosal bola de energía utilizando una gran porción de su Maryoku levantando sus dos manos a cielo, después la lanzó contra el dragón con la intención de destruirlo. La preocupación y el nerviosismo se apoderó de todo su ser al ver claramente como el Dragón se tragaba su energía eléctrica haciéndolo aumentar de tamaño.
El Dragón rugió y exhalo fuego, haciendo gritar al público.
Martin von Zweig estaba petrificado, ¿Cómo era posible que Friedrich kun controlara no dos sino tres elementos de manera tan perfecta? Sin duda quien estaba detrás de todo esto era el mismo Bastian von Moscovitch. Giró su rostro y lo observó, se veía complacido con la pelea sin embargo no tenía ni la menor idea de que había creado un monstro.
—¡Alto! ¡Detengan la pelea! —gritó Lord von Foster, acercándose al juez. Era obvio que su hijo no podría luchar contra ese enorme Dragón.
Inútilmente, Axel intentó defenderse del Dragón con la espada, pero éste dejó escapar su aliento de fuego quemándole al instante, traspasando el tejido y llegando a la carne, impregnando el aire con el típico olor a carne quemada.
—¡AXEL! —gritó desgarradoramente Lord von Foster, mientras veía a su hijo gritando y retorciéndose entre las llamas.
El Dragón soltó un último rugido antes de desaparecer y Friedrich se limitó a observar con gusto a su víctima quemándose poco a poco en una tortura desgarradora.
Axel no hacía más que gritar del dolor.
Yuuri, siendo una persona de buen corazón y como no había tiempo que perder invocó Majutsu de agua de inmediato y la lanzó al cuerpo de Axel que seguía entre llamas de fuego. El agua que él controlaba extrañamente si pudo apagar el fuego del Dragón. Friedrich le miró ceñudo.
Lord von Foster sin perder tiempo acudió a la plataforma para asistir a su hijo, acompañado por unos paramédicos que corrieron hasta la víctima y entre tres aplicaban Majutsu curativo tratando de hacerlo reaccionar, estaba inconsciente, no respiraba, no tenia pulso.
Hannah se tapó la boca con la mano, de sus ojos brotaba un caudal de lágrimas. Una y mil veces se arrepentía de no haber alejado a tiempo a su hijo del malvado ser que era su esposo. Sintió como las piernas le fallaban y Waltorana que estaba a su lado derecho la sujetó del brazo para sostenerla.
Wolfram trató de tragar saliva, pero tenía la garganta demasiado seca. Todas sus pesadillas se volvieron realidad, un enorme dragón con aliento de fuego y algo peor, Friedrich había pasado a la final.
Willbert se llevó la mano a su mentón, preguntándose desde cuándo Friedrich era tan fuerte, solamente él había sido capaz hasta ahora de controlar tres elementos debido al desgaste de Maryoku que conllevaba.
—Esto fue interesante... —murmuró en voz baja, para después reírse entre dientes.
—¡Willbert! —Le llamó Anette en tono de urgencia, al tiempo que lo jalaba de la manga de la camisa—. Para la final debes hacer que Lukas controle tres elementos, no quiero que mi hijo quede en ridículo frente a su rival, el hijo del bueno para nada de Bastian.
Wolfram que había logrado escuchar toda la palabrería que había soltado esa mujer dando por ganador a Lukas antes de tiempo, giró su rostro dedicándole una mirada de reproche. «Estúpida» fue el único adjetivo con que la pudo catalogar. Lo peor fue cuando esa estúpida le dedicó una mirada cínica.
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—¡¿Qué te pasa entrometido?! ¡Esta es mi pelea! —reclamó Friedrich a Yuuri fuera de sí, jalándolo de la solapa de la camisa. Ambas miradas se encontraron frente a frente, el Maou hizo un esfuerzo sobrehumano por no comenzar una pelea en esos instantes ya que corría el riesgo de ser descalificado de la competencia.
—¡Lord von Foster ya había pedido que detuvieran la pelea! —intervino Gwendal por su rey, acercándose para separarlos.
—¡No me toque! —gruñó Friedrich, golpeando bruscamente la mano de Gwendal.
Un enojo sin igual se apoderó Gwendal, suspiró intentando calmarse. Se percató de que había cerrado el puño derecho con fuerza, tanto que tenía los nudillos blancos.
—¡Ya está reaccionando! —anunció aliviado un paramédico, sin embargo la victima solo emitía alaridos de dolor.
—¡Rápido debemos llevarlo a cuidados intensivos! No debemos exponer su piel al ambiente —intervino otro, haciendo referencia a que el joven podría tener una infección en sus quemaduras de tercer grado si se exponía así al exterior.
Friedrich emitió un chasquido de inconformidad, sus intenciones de verdad habían sido matarlo, quería hacer historia en el primer torneo en el que se permitía tal cosa.
—¡Imbécil! —espetó Lukas con rabia, haciéndose presente en la plataforma. Friedrich dirigió su vista hacia él en cuanto veía como se acercaba—. Te acabaré en la final, ¡lo juro!
Friedrich comenzó a reírse a carcajadas de nuevo, aumentado la llama del odio en su rival.
—Te lo dije, la final será entre nosotros dos —diciendo esto, le extendió la mano—. Que gane el mejor.
Lukas, en cambió, solo le apartó la mano con brusquedad.
—Eso pretendo, idiota.
Friedrich formó una sonrisa pretenciosa, fijando su vista al mestizo que observaba como los paramédicos sacaban en una camilla al chico Foster.
—Shibuya, no debiste gastar tu poco Maryoku de esa manera, nos arruinaste el espectáculo y yo que quería ver como éste... —Friedrich señaló a Lukas con el dedo gordo de la mano— te aniquilaba lentamente. Pero ni modo.
Yuuri lo fulminó con la mirada pero eso solo hizo que Friedrich continuara con las provocaciones. Le echó el brazo al hombro y señaló al palco de honor.
—¿Ves a ese rubio adonis de allá? —dijo señalando a Wolfram—. Te presento a mi futuro esposo...
—¡Hey...hey, hey! —reaccionó Lukas de inmediato, acercándose—. Ese es mi futuro esposo, aunque sea corderito rebelde.
Friedrich se echó a reir.
—Lo que pasa es que es arisco, pero ya verás si sigue con esa actitud después de nuestra noche de bodas...
Lukas alzó una ceja.
—Dirás, mi noche de bodas con él —contradijo, cruzándose de brazos.
Yuuri frunció el ceño y apretó ambos puños. Estaba a punto de caer en sus provocaciones.
—Cálmese, Heika —advirtió Gwendal, observando su reacción. Esos tipos habían seguido discutiendo cosas sin sentido sobre quién de los dos se quedaría con su hermano menor. Temía que en cualquier momento Yuuri se les fuera encima a ese par de imbéciles y para ser sincero no estaba seguro de querer intervenir.
—Voy a ganar Gwendal. No me voy a contener, lo juro —estalló Yuuri, colérico—. ¡Lo juro!
Gwendal se limitó a guardar silencio, él también lo esperaba. Le agradó que su Maou mostrara una actitud decidida y tensa, dispuesto para la lucha, una vez se ponía de esa manera era capaz de todo y con Lukas von Zweig era mejor pelear enserio desde el principio.
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—Participantes, Yuuri Shibuya y Lukas von Zweig, solamente ustedes dos quédense aquí. Los demás hagan el favor de salir de la plataforma —ordenó el juez para continuar con la última batalla del día.
Después de prepararse, los mencionados caminaron lentamente hacia la plataforma. La tensión del ambiente hacía que se escucharan a lo lejos el eco de sus pasos.
—Te aseguró a que no aguantas ni cinco minutos en combate Shibuya —lo retó Lukas, mirándolo con desdén de arriba hacia abajo.
—Y yo te reto a que te venceré en tres minutos —le contestó Yuuri con voz amenazadora y marcando especialmente las últimas dos palabras a la vez que lo miraba fijamente sin pestañear.
El plácido rostro de Lukas esbozo una sonrisa
—No me hagas reír —le dijo, luego se dirigió a su tío y le ordenó—: Quiero que tomes el tiempo que me tomará acabar con este tipo.
Martín solo pudo asentir con la cabeza a esa orden, manteniendo el rostro serio y analítico.
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Cuando Fridrich se acercó a Bastian, éste lo recibió con los brazos abiertos, totalmente complacido.
—¡Bien hecho, hijo! —exclamó, dándole un abrazo y dos palmadas en la espalda a su muchacho.
—No fue nada, padre —Se jactó con orgullo y prepotencia. Un suspiro desalentador salió de sus labios, no quería tener que presenciar una batalla tan aburrida.
Padre e hijo se mantuvieron de pie con los brazos cruzados, esperando por lo menos disfrutar un espectáculo digno de la muerte del mestizo rey.
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—¿Ya te vas? —preguntó un hombre del publico a su amigo que hacía el ademán de levantarse de su asiento.
—Es que, la siguiente batalla será una pérdida de tiempo, es obvio que el ganador será su excelencia Lukas —explicó, decepcionado.
—Anda, quédate a ver, que tan malo puede ser a lo mejor y le aguanta cinco minutos...
El hombre pareció reconsiderarlo
—De acuerdo... —suspiró y volvió a tomar asiento.
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—Participantes, ¡saluden! —ordenó el juez en voz alta.
Desde el palco, Wolfram inhalo y exhaló profundamente, sus manos instintivamente se entrelazaron en una súplica frente a su pecho.
Lukas y Yuuri se limitaron a verse con el desdén gobernando en sus ojos. Sus rostros estaban serios y desafiantes. Luego, se dieron la media vuelta caminando a unos metros de distancia.
El juez decidió ignorar el detalle de haber sido desobedecido y dispuso dar la cuenta regresiva.
—A la cuenta de tres-dos-uno- ¡Que comience la pelea!
Enfocaron su mirada al contrincante y caminaron lentamente rodeándose el uno al otro, aún no habían sacado sus espadas pero mantenían sus manos cerca de ellas para desenvainar en cualquier momento. Cualquier movimiento de su contrincante seria su señal para atacar con elemento o con espada.
De pronto, Lukas tomó sus espadas gemelas, Yuuri desenvainó a Morgif al mismo tiempo y corrieron para atacar firmemente al otro, el metal chocó contra el metal una y otra vez mientras las hojas se cruzaban en un duelo de fuerza, variando las distancias y diferentes combinaciones de movimiento de pies.
Lukas abrió sus parpados exorbitantemente al ser contraatacado de manera tan magistral por aquel mestizo.
Yuuri no cedió ni un movimiento, todos y cada uno de los ataques de Lukas fueron recibidos con firmeza con la espada. }
—«Ya veras, infeliz» —Lukas sonrió fugazmente al pensar en una estrategia para herir de una buena vez a ese infeliz media sangre, utilizó la habilidad de la agilidad del viento para moverse con más velocidad.
Yuuri frunció el ceño al anticipar los planes de su contrincante, de repente un aura de energía blanca como la niebla rodeó su cuerpo, inmediatamente se lanzó a la ofensiva, atacando y gritando con furia a medida que propinaba estocadas a toda potencia, con movimientos imperceptibles para el ojo humano.
—¡¿Pero qué?! —La conducta de Lukas se alteró instantáneamente cuando Yuuri lo contraatacó de esa manera y a esa velocidad usando el elemento aire. ¡Un tercer elemento!
De repente ambos participantes desaparecieron de la plataforma para los espectadores.
—¡Haya están! —señaló alguien del público a otro para indicar que ambos luchadores estaban peleando espada contra espada, ¡volando en el cielo!
Los movimientos de Yuuri eran tan ágiles y certeros que Lukas no consiguió reaccionar con la suficiente rapidez y perdió una espada, al mismo tiempo que el filo de la hoja de Morgif hería profundamente su brazo derecho.
Ambos descendieron regresando al suelo de la plataforma.
—¡MALDITO! —gritó Lukas con furia, sosteniéndose el brazo—. ¡ESPÍRITU DEL FUEGO OX, OBEDECE A ESTE PODEROSO MAZOKU QUE TE INVOCA!
—¡Espíritu de la tierra, Ghob yo te invoco! —gritó el Maou. Apretó sus nudillos en un puño y golpeó la plataforma creando un terremoto, surgiendo de la plataforma unos bloques de defensa. Las bolas de fuego chocaron contra las paredes creando un sonido retumbante.
Yuuri utilizó esta pequeña distracción para hacer la primera combinación de la pelea; sacó las semillas de sus bolsillos y aplicó Majutsu combinado de agua y tierra y lo atrapó entre las enredaderas.
—¡Ahg!!! —Lukas se quejó de dolor y cerró un ojo al sentir esas espinas rasgándole la ropa y clavándose profundamente en su piel, haciendo que la sangre comenzara a brotar de las heridas.
Yuuri movió sus manos para hacer que las enredaderas lanzaran a Lukas contra la plataforma y preparó su segunda combinación.
—¡Majutsu combinado, agua y aire!! —grito y extendió sus brazos, en seguida una ráfaga de viento frio se dejó sentir en todo el coliseo. El cielo se tornó grisáceo y nebuloso azotando una formidable tormenta de nieve.
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Es imposible... ¡Es imposible! Era el pensamiento de Bastian y Friedrich. El poder colosal que había manifestado Yuuri Shibuya era imposible para un Mestizo ¡¿Pero Cómo?! ¡¿Cómo era eso que controlaba tres elementos?!
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Instintivamente Willbert se levantó de su asiento así como todos los demás. Todo mundo sin excepción se quedó momentáneamente sin respiración, sintiendo perfectamente el cambio de clima de templado a frio.
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Lukas se levantó y continuó contraatacando al rey utilizando una espada rodeada de flamas de fuego. Yuuri ágilmente se agachó cuando la hoja de la espada rozó su cabeza y al mismo tiempo utilizó a Morgif para golpear la muñeca de su rival haciendo que soltase la única arma que le quedaba.
Una extraña energía color azul rodeaba su cuerpo, parecía más rudo y de alguna manera más salvaje, el cabello le había crecido hasta los hombros y sus ojos se había alargado hasta hacerlos parecer felinos.
Lukas se inquietó involuntariamente con la mirada llena de rabia y ferocidad de esos ojos oscuros fijos sobre él. Sin siquiera saber el momento exacto sintió un puñetazo directo y veloz en el rostro mandándolo a volar a unos diez metros y aterrizando en el duro concreto.
—¡Lukas! —gritó Anette angustiada, con el corazón latiéndole aceleradamente.
Maou Yuuri se acercó al infeliz que yacía en el suelo y jalándolo de la solapa de la camisa lanzó otro golpe directo a su mandíbula, Lukas teniendo todavía fuerzas suficientes y también sed de victoria le rebatió el golpe.
Maou Yuuri se limpió la sangre que salió de su labio inferior con una mano y sonrió sínicamente preparándose para la combinación definitiva: Velocidad del aire + Fuerza bruta.
Propinó golpes en todo el cuerpo de su contrincante una y otra vez, derechazos, directos, cruzados en el rostro y ganchos a una velocidad impresionante, hundió fuertemente su codo en el estomago de Lukas haciéndolo escupir algo de sangre, luego lo paso por encima de su espalda hasta hacerlo caer acostado.
—¡¡Ahgrrr!! -...
Después volvió a levantar a Lukas sin la mínima piedad y le lanzó una potente patada fracturándole sus costillas.
Todo lo que salían de la boca de Lukas eran quejidos de dolor.
Finalmente, el poderoso Maou de las sombras alzó su brazo concentrando parte de su Maryoku en la palma de su mano para crear poderosos "Dragones-serpientes" de agua y golpear con la presión el abdomen de su rival mandándolo a volar fuera de la plataforma haciéndolo chocar contra la pared.
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El coliseo entero estaba totalmente en silencio. El mismo señor Chester, el anfitrión, se había quedado sin habla ante la perfecta demostración de fuerza del "Maou de las sombras". Su contrincante yacía en el suelo fuera de la plataforma totalmente aniquilado.
Instintivamente, Martin murmuró el tiempo, 2:58 minutos, con los parpados abiertos hasta el límite.
—El...el ganador es... Yuuri Shibuya... —dijo el juez, todavía impresionado
De repente y sorpresivamente gritos de alegría, felicitaciones y porras se escucharon desde el las gradas de los espectadores, algunos habitantes habían cambiado su manera de pensar con respecto a ese muchacho de cabello y ojos negros, el rey Yuuri Shibuya, otros aun se mostraban renuentes creyendo que solo fue suerte.
Las hermanas Aigner y los Luttemberger se pusieron de pie celebrando la victoria de Yuuri.
—¡Que bien! exclamó Kristal contenta, levantando ambos brazos al cielo y saltando de la alegría. Luego abrazó a Raimond de lo contenta que estaba, escuchando un leve quejido de parte de su ex compañero—. Lo siento Rai-Kun —No había recordado que el pobre aun no estaba bien de sus fracturas.
—No, no te preocupes Kristal chan —repuso Raimond, sonrojándose.
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Willbert parecía estar impresionado o tal vez enojado e incrédulo. Al lado de él, Anette estaba tensa, con los parpados bien abiertos y respirando dificultosamente.
Waltorana abrazaba a su sobrino que prácticamente se le había abalanzado de la alegría. Hannah aun no se había recuperado del impacto que le ocasionó la batalla de su hijo, su rostro parecía haberse distanciado de toda emoción.
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Bastian retrocedió tres pasos hasta sostenerse sobre la pared, sus pupilas estaban dilatadas y temblorosas, no había palabras en su mente, estaba en shock.
—Maldito... —susurró Friedrich en la misma condición que su padre, tragando secamente—. ¡Mil veces maldito Shibuya!...
Tres elementos, ese mestizo controlaba tres elementos al igual que él. Sus sospechas eran ciertas, detrás de esa apariencia de debilucho guardaba un poder similar al suyo.
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Fuera de la plataforma Lukas se levantó haciendo un gran esfuerzo. Un caudal rojo carmín repugnantemente pegajoso y caliente salía de su brazo derecho. Sus vestiduras estaban empapadas de sangre por las heridas en todo su cuerpo. Entreabrió los ojos desorientado, confundido y lo primero que visualizó fue a ese mestizo rey sonriendo, feliz y tan campante. ¡Qué humillación! Había sido acabado en menos de tres minutos por ese don nadie. Había quedado el ridículo frente todos los habitantes de Antiguo Makoku. La ira, el coraje, rabia, celos, el odio se apoderaron de él llevándolo a la locura entonces caminó lentamente hasta una de sus espadas para después tomarla.
Yuuri no había bajado de la plataforma pero ya había salido del modo Maou. Dirigió su mirada hacia el balcón de honor y una vez obtuvo la atención de Willbert, se inclinó en un saludo de provocación, una forma muy audaz de decirle: Adelante, siga diciendo que no soy suficiente para tu hijo, cumplí mi palabra y me hice más fuerte, mejor deme su bendición de una puta vez.
Desde el palco, el Maou de fuego, de cuya sien habían saltado una vena del coraje, apretaba sus puños hasta hacerlos temblar.
Entonces Yuuri fijó su vista a su amado, ambos se vieron con suma ternura, Wolfram le obsequió una encantadora sonrisa y él le miró fascinado, sintiendo su cuerpo estremecer.
Sin embargo, aquella cálida sensación se vio interrumpida por una advertencia. —¡Yuuri detrás de ti! —Le escuchó decir a Wolfram. Ágilmente, Yuuri se dio la media vuelta al mismo tiempo que desenfundaba a Morgif, en efecto, Lukas se había abalanzado de nuevo contra él.
—¡Alto! —Gwendal de inmediato trató de interceder por su rey, guiando la mano a su cintura en donde colgaba su espada.
—¡No te atrevas a intervenir!! —le advirtió el mismísimo Yuuri.
Si Lukas quería luchar de nuevo, con gusto le seguiría dando su lección. Estocadas iban y estocadas venían, ambos luchaban con todo lo que tenían. Yuuri se defendía con facilidad de las torpes estocadas de su contrincante.
Martin también intentó intervenir pues la conducta de su sobrino era deshonrosa. Lukas había tenido suerte de no haber sido totalmente acabado por el participante Shibuya pues en esta competencia estaba permitido matar al contrincante, y bien lo pudo haber hecho, pero quizá, y así lo quiso entender, se contuvo porque tenía buen corazón, bien había notado que las estocadas que el rey propinaba no eran letales.
—¡Lukas detente! —ordenó con voz fuerte. Su sobrino hizo caso omiso a su llamado.
Willbert observaba todo con el rostro serio, era inaceptable una conducta así, era obvio que no podría contra Shibuya. Si no quería resultar muerto más le valía aceptar la derrota. Él masculló deliberadamente unas maldiciones antes de caminar para acercarse a la plataforma, tenía que detener esta ridiculez.
Lady Anette le siguió al instante, estaba sumamente preocupada por su hijo. Wolfram encontró la oportunidad de acercarse a la plataforma para estar cerca de Yuuri y también le siguió.
El debilitado, empapado y tambaleante Lukas se abalanzó contra Yuuri para darle una puñalada en el pecho. En un rápido y certero movimiento, Yuuri blandió su espada y logró desarmarlo de nuevo mandando su espada a volar a unos tres metros cayendo verticalmente al suelo.
Un gritó profundo y desgarrador se escuchó de parte del Lukas al caer de rodillas, ya no podía más.
—¡Lukas!!! —gritó lady Anette, corriendo hasta él para socorrerlo. Su hijo se quejaba de dolor. Ella dirigió su vista a Yuuri que se mantenía firme y serio—. ¡Desgraciado! ¡Maldito! ¿Cómo pudiste, infeliz? — Comenzó a maldecir, invadida por la ansiedad ante la idea de perder a su único hijo.
Ante las acusaciones de la mujer, Wolfram frunció el ceño.
—¡Fue él quien lo atacó cuando la pelea ya había finalizado! —dijo colérico, señalando a Lukas y defendiendo a su legítimo prometido—. Su majestad Yuuri solamente se defendió ¡Mejor agradézcale que lo haya dejado vivo!
Lady Anette estaba a punto de contestar con una ofensa las palabras de ese engendro que había cruzado los brazos en una actitud orgullosa, pero se percató que su esposo estaba presente. Willbert nunca le personaría que le alzara la voz a su amado hijo, así que simplemente se mordió la lengua tratando de disimular las maldiciones que estaba a punto de soltar.
Los médicos se hicieron presentes para atender a Lukas que había caído inconsciente, lo colocaron en una camilla y se lo llevaron a la enfermería del coliseo. Una angustiada Anette les seguía.
—Que ridículo hiciste, Lukas... —murmuró a lo bajo su rival, lanzando un resoplido de burla, limitándose a observar todo al lado de su padre.
Lentamente, Martin se fue acercando al Rey Willbert, para dar las explicaciones correspondientes. Una vez frente a él, se arrodilló en una pierna y bajó la cabeza.
—Traté de detenerlo pero no obedeció mi llamado, me responsabilizo de este acto tan bochornoso, Su Majestad.
Ante la inclinación de su amigo y gobernador del distrito Zweig, Willbert guardó silencio por unos minutos. Esto también había sido su culpa, sino lo hubiera presionado tanto tal vez no habría reaccionado así. Sentía la vergüenza sobre sus hombros más por la conducta de su pupilo que por la derrota.
—Levántate, Martín —dijo serenamente—. Ve con los médicos y quédate al lado de Anette, por favor.
Martin asintió con la cabeza y se levantó para después alejarse del lugar no sin antes dirigirse hacia el ganador de la pelea para agradecerle en nombre de su hermana el que haya dejado con vida a Lukas.
Willbert observó durante un momento a Yuuri Shibuya que hablaba con su cuñado.
El mestizo había pasado a la final cuando creyó que no podría llegar ni siquiera a las semifinales, el poder que había manifestado fue sorprendente. Le había pedido a su pupilo que lo matara para eliminar definitivamente el lazo que unía a su hijo con Shin Makoku pero no contaban con que resultaría ser tan poderoso. Ese mestizo en verdad podría ganar esta competencia, su rostro ensombreció un poco mientras tragaba grueso al considerar la idea de perder a su hijo.
Cuando volvió a la realidad, Yuuri le veía intensamente con esos profundos ojos negros, no parecía molesto sino determinado, la sangre en las venas se le enfrió de nuevo, no estaba dispuesto a soportar de nuevo aquel maldito aire de superioridad y se acercó amenazadoramente a él, estaba dispuesto a matarlo con sus propias manos si no fuera porque Waltorana obstruyó su camino.
—Hermano, no hagas una locura ahora, recuerda que tu prestigio está en juego.
Willbert asintió sin pronunciar palabra. Le temblaban las manos, pero se contuvo.
—¡Señor Chester! —dijo con voz prepotente—. Prosiga a anunciar a los finalistas.
—Participantes, acérquense —ordenó el hombre, y ambos jóvenes se acercaron. Luego el juez se aclaró la garganta y dijo—: Tengo el honor de presentar ante ustedes a los dos finalistas del torneo de elementos, uno de ellos se convertirá en nuestro próximo Maou y obtendrá la mano de su Alteza Real, el príncipe Wolfram, démosle un fuerte aplauso a Friedrich von Moscovitch y Yuuri Shibuya.
Después del anuncio del anfitrión los aplausos y los gritos de apoyo invadieron el ambiente.
Wolfram tenía una mezcla de sentimientos, por un lado estaba feliz por la victoria de Yuuri y por la otra estaba preocupado. Estaba seguro que sus sueños efectivamente fueron un presagio. "Un enorme dragón con cuatro cuernos se aparece, lo llama desesperadamente y él hace caso omiso a sus suplicas y sigue luchando"
Friedrich mostró un Dragón similar, además resulta que también controla tres elementos: Fuego, Tierra y Aire.- Yuuri por el contrario controla: Agua, Tierra y Aire.
Solo esperaba que Friedrich no estuviera guardando algún truco bajo la manga de nuevo y terminara controlando los cuatro elementos a la vez.
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Shin Makoku, Templo de Shinou.
En esa enorme habitación, cuyas paredes parecían estar rodeadas de energía e iluminada solo con la luz de las velas, se encontraban el rey original Shinou, Murata ken y la pequeña sacerdotisa Ulrike.
La pequeña sacerdotisa sostenía una bola de cristal en donde solo se apreciaban unos astros, ella los interpretaba como la realidad que acontecía alrededor de su majestad Yuuri y los otros dos escuchaban atentamente sentados sobre las cajas.
—Dime, Ulrike, ¿cómo resultó la pelea? —preguntó impaciente el atractivo rubio.
Ella observó como el astro de Yuuri se adelantaba alejándose de la otra que representaba a su rival.
—Yuuri heika salió victorioso de la batalla —informó complacida, esbozando una sonrisa con sus pequeños y rosados labios.
El rey original se llenó de orgullo inflando su pecho y asintiendo, no esperaba menos de su Maou elegido
—Todo está saliendo de acuerdo al plan.
—¿Y ahora que sigue? —preguntó Murata.
Shinou guardó silencio.
Buena pregunta, no esperaba menos de su Gran Sabio. Todo era parte de una profecía de hace cinco mil años, esa era la parte de la historia que les había ocultado antes de verlos partir:
«Posiblemente seas aquel que podrá controlar los cuatro elementos, eres la sombra que vencerá a la luz en una batalla épica donde ambas las razas descubrirán que mis mandatos son definitivos e incuestionables»
«En tus manos tienes el poder para darle a todo este mundo un futuro diferente»
—Haremos nuestra parte —dijo por fin, con determinación e ímpetu, levantándose de su asiento y extendiendo los brazos—. Mi nación, Shin Makoku, se hará presente en este hecho histórico y definitivo donde sabremos de una vez por todas quien gobernará, si el bien o el mal.
Murata alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos, de repente se hizo plenamente consciente de que estaba en presencia de ese espíritu sediento de gloria y honor para su propio nombre y su país, no esperaba menos de él.
—Ahora tengo un encargo para ti, mi Gran Sabio —admitió Shinou finalmente, ante esto Murata dio un resoplido de exasperación—. Quiero que partas de inmediato con las tropas, Bielefeld, Voltaire y las tropas reales lideradas por Weller hacia Antiguo Makoku, toda la armada sin excepción, envía una paloma mensajera avisando que van en camino después de dos días de partir. Ellos necesitaran toda la ayuda posible para enfrentarse contra ejército de Hirish.
—Lo haré... —respondió Murata, dispuesto a ayudar como siempre. Pasó una mano por su pelo y frunció el ceño mientras se levantaba—. Solo respóndeme una cosa, Shinou —exigió con voz grave—. Si desde el principio toda esta situación era más que un campeonato de elementos por un amor prohibido ¿Por qué esperaste que hasta el último momento para enviar la ayuda?...
Ante esta pregunta, Shinou esbozó una sonrisa lentamente.