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El rencor contra el amor por Alexis Shindou von Bielefeld

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Notas del capitulo:

 

 

 

Capitulo 4

Vida en el Castillo Imperial. Bajo la misma Luna.

En el Castillo Pacto de Sangre, Yuuri entrenaba día y noche con los soldados de las tropas, su esgrima había mejorado notablemente, el control de su elemento principal había mejorado en un noventa y cinco por ciento, su segundo elemento lo dominaba al cincuenta por ciento, las maquinas que había construido Anissina san le habían ayudado a mejorar reflejos y a prevenir ataques por la espalda. Gwendal estaba asombrado del avance del rey y también estaba conmovido por su convicción y valentía, Conrad estaba orgulloso de su ahijado que lo había dejado sorprendido cuando logró ganarle en una batalla. Gunter y Waltorana se encargaban de los asuntos del Castillo para que Yuuri pudiera entrenar sin preocupaciones, Lady Cecilie se mantenía pensativa, su eterna sonrisa y despreocupación se habían esfumado, la joven Greta trataba de atender a su padre cada vez que tenia oportunidad ya sea preocupándose de que su alimentación fuera la adecuada o ayudando a curarlo cuando presentaba heridas y dolores musculares.

En el Castillo Imperial la situación era similar. Lukas y Friedrich se la pasaban entrenando en el estadio de la ciudad o en el patio de armas del castillo.

Willbert había tenido una reunión con los gobernantes de los distritos de Antiguo Makoku para informarles sobre el inicio del torneo, también hablaron de la participación del rey de Shin Makoku, los gobernantes se mostraron incómodos pero no tuvieron más opción que aceptar. Los gobernantes tendrían que elegir a los mejores combatientes de su distrito para participar, uno de ellos se convertiría en Maou y desposaría al hijo del actual como lo habían estipulado hace años.

Wolfram se la pasaba en el jardín o en la biblioteca, tenía especial interés en los libros que trataban acerca del entrenamiento de un Mazoku en Antiguo Makoku, si había una tan sola oportunidad de encontrar alaguna debilidad y una estrategia para que Yuuri pudiera ganar no la desaprovecharía. Su padre se había mostrado más amable con él, como lo había conocido desde siempre, del tema del compromiso con Yuuri habían hablado poco aunque tuvo que soportar el sermón del orgullo y dignidad no quiso llevarle la contraía porque en una de esas podría faltarle el respeto y eso sería aun peor, lo mejor era llevar las cosas con calma.

Anette se mantenía al margen observando con celos como su marido le dedicaba tiempo y atención a su hijo, ese que tuvo con aquella desgraciada, según ella.

Así Pasaron los días en un abrir y cerrar de ojos.

*************************************************************************

Antiguo Makoku, Castillo Imperial.

Un día más en ese castillo que consideraba su prisión.

A través de la ventana, Wolfram veía impactado la manera de entrenar de Lukas von Zweig y Friedrich von Moscovicht, ellos habían decidido entrenar juntos, el poder que poseían estaba mas allá de sus predicciones, según lo que había observado ambos controlaban el fuego, aunque estaba seguro que aparte tenían un segundo elemento, sus ataques eran sin piedad, casi sin control, ráfagas de fuego de un lado a otro, no atacaban siempre con la espada aunque si la sabían manejar muy bien.

¿Por qué?... era la pregunta que rondaba siempre su cabeza, porque las cosas se tuvieron que dar de esta manera. ¿Será Yuuri capaz de vencerlos?... una angustia invadió su pecho, movió varias veces su cabeza de una lado a otro, tenía que confiar en Yuuri, él nunca le había fallado y esta vez no sería la excepción.

Escuchó a alguien tocar la puerta y dio la orden para que entrara.

—Alteza —saludó con respeto esa persona que había entrado a su habitación. Era una sirvienta del castillo, parecía de unos 25 años en apariencia humana, cabello rosa peinado con una cola alta, sus ojos eran color fucsia, era una persona muy simpática. Usaba un vestido color amarillo corto, su delantal, medias a medio muslo y su infaltable Katyusha sobre su cabello.

—Hilda...—respondió

Wolfram regresó a la cama y se quedó pensativo.

—¿Se siente mal?...—preguntó a ella preocupada al tiempo que colocaba una jarra de agua sobre el buró.

—Ya no lo resisto —confesó en un hilo de voz, necesitaba desahogarse—En tres días comienza el torneo y yo no sé qué hacer para evitarlo.—apretó fuertemente las sabanas con sus puños al finalizar con esas palabras.

—¿Para evitarlo...?...—pestañeó un par de veces—Bueno es normal que sienta nervios, algún Noble de los que luche en ese campeonato se convertirá en su esposo y...

—No lo entiendes Hilda... — la interrumpió — Yo ya tengo un prometido oficial al cual amo y respeto.

La muchacha abrió exageradamente sus ojos de la impresión mientras analizaba las palabras dichas por el príncipe.

—Mi padre me obligó a venir... fue inevitable— siguió relatando con un deje de coraje- Amenazó con matar a mi prometido y yo no lo podía permitir.

—¿Porqué?...según he observado su padre lo ama mucho ¿Porque entonces le hace esto? —Preguntó extrañada — ¡Di-digo si puedo saber! –

La muchacha se sonrojó notablemente ante su atrevimiento, no era correcto inmiscuirse en la vida privada de los Nobles.

Wolfram palmeó la cama indicándole que se podía sentar a su lado, tenia claras intenciones: necesitaba una aliada que le ayudara a ver a Yuuri a escondidas o si en dado caso decidieran escapar de ahí pues sabía que no sería fácil librarse de la vigilancia de los guardias y esa sirvienta era la única a la que veía confidencial entre todas las demás, ella un poco avergonzada así lo hizo, después prosiguió a explicar

—Porque mi prometido es un...un — pausó y le tomó ambas manos a la muchacha para darse valor. — Hilda...antes te pido que no me juzgues sino que me comprendas, en el corazón no se manda —Ante el asentimiento que recibió de parte de ella y su sincera mirada decidió contarle la verdad —Mi prometió es un Mestizo.

Eso no se lo esperaba, tal vez el hecho de que no fuera un noble ¿Pero un Mestizo?

—Ya veo... es que su majestad Willbert odia a esa raza... —ella alejó sus manos bruscamente del príncipe.

Su acción y su declaración tan despectiva lo asustó un poco. Wolfram se dio cuenta que había sido mala idea contarle al respecto.

—Pero como usted mismo lo dijo, en el corazón no se manda —dijo de repente y esbozó una sonrisa tranquilizadora al rubio.

—¡¿Eh?!

La muchacha rió suavemente al ver la cara confundida del príncipe y con un rubor en las mejillas habló una vez más.

—Lo comprendo porque... yo también llegué a enamorarme de un mestizo en el tiempo que viví en Shin Makoku .

—¿Usted vivió en Shin Makoku?— inquirió Wolfram con curiosidad.

—Nací en Territorio Roshvall y cerca de ahí había un pueblo de mestizos... lo conocí por casualidad, pero mis padres negaron su consentimiento y prefirieron alejarme de él enviándome aquí. Tiempo después supe que él ya se había casado y ahora tiene una familia.

—Qué triste...- susurró pensativo — Mi prometido vendrá para participar en el campeonato pero temo por su vida...he visto el poder que tienen Lord von Zweig y Lord von Moscovicht y...

—Son de temer...— Hilda completó la frase —Alteza, cuenta con mi ayuda para lo que desee-

Ahora fue ella la que le tomó las manos y las subió a la altura del pecho, sus ojos brillaban emocionados, era su oportunidad de hacer algo bueno por alguien que está viviendo lo mismo que ella vivió, separada del amor de su vida por causa de las diferencias raciales.

—Cualquier cosa que pueda hacer solo pídamelo.

Wolfram buscó algún rastro de mentira en sus ojos y lo que vio fue sinceridad en sus palabras, por lo que se sintió más tranquilo.

—Muchas gracias – le dijo conmovido y esperanzado. Las cosas ya estaban mejorando.

**********************************************

—Voy a humillarte frente a todos... Friedrich...— se mofó Lukas. Había terminado con la ropa quemada, unos cuantos raspones y quemaduras de primer grado, casi sin aliento, pero vaya se divirtió entrenando con él en el patio de armas del castillo.

El oji-rubí soltó una gran carcajada mofándose de él, aunque había quedado en las mismas condiciones.

—¡Por favor! con tu nivel no pasaras si quiera a la semifinal, no me hagas reír Lukas, será tan fácil como derrotar al mestizo rey...

—¡No me compares con esa basura! —espetó indignado logrando sacar otra risa de su rival.

Después de lo que le comentó su madre, eso de que el príncipe tenía un prometido solo le dieron más ganas de ganar el torneo, humillar a ese ser inferior mitad demonio mitad humano y convertirse en el Maou de Antiguo Makoku.

***************************************************

Shin Makoku, Castillo pacto de Sangre

Era hora de partir finalmente a Antiguo Makoku ya que tomaba tres días de navegación, durante ese tiempo se la pasó entrenando arduamente como nunca antes, día y noche, obteniendo resultados satisfactorios. Ahora se estaban despidiendo en la entrada del castillo Pacto de Sangre.

—Por favor tengan cuidado—pidió desconsolado Gunter, quien no podría ir con ellos porque reemplazaría a Yuuri en los asuntos del castillo.

—Que todo salga bien – dijo aun preocupado Conrad. Él tampoco podría asistir debido a la intolerancia que tenían los Mazoku con los mestizos allá en Antiguo Makoku, además debía quedarse alguien más para proteger el castillo.

—Por favor cuídate papá — se despidió Greta, dándole un fuerte abrazo con el corazón en un hilo ante el hecho de estar lejos de sus amados padres.

Finalmente el pelinegro miró a una rubia que aun tenía el rostro preocupado y dolido, se acercó a ella y le puso una mano sobre el hombro.

—No se preocupe Cheri sama, traeremos a Wolfram con nosotros.

—Gracias...—susurró—Por favor entréguele esto de mi parte —la rubia le entregó una cajita dorada que Yuuri inmediatamente la guardo en su bolsillo.

—Madre...— Gwendal la abrazó una vez tuvo oportunidad —Todo saldrá bien.

—Buena suerte hijo—dijo suavemente aun entre el abrazó, al separarse se despidió también de Waltorana, ambos ya habían solucionado sus problemas.

—¿Murata?

El gran sabio había aparecido en la entrada del castillo, se acercó a los demás, tenía un mensaje que dar.

—Shibuya, debes ir al templo antes de partir, él tiene algo que informarles- tanto el monarca como Gwendal vieron al lado donde se encontraba Waltorana – De hecho él también debe venir con nosotros - entendió al instante lo que les incomodaba.

—En ese caso, no hay tiempo que perder.

Montaron sus caballos y a todo galope se dirigieron al templo.

*****

Waltorana seguía a Yuuri Heika y lord Voltaire a una habitación del templo, ¿qué carajos hacían ahí? caminaban a paso veloz y él apenas les podía seguir el paso.

—No entiendo que hacemos aquí...

—La persona que verá a continuación probablemente lo dejará sin palabras, así que le advierto que esto debe ser confidencial.

El Noble no pareció entender las palabras de Gwendal más se limitó a seguirlos en silencio.

—Shinou

Yuuri le dio la palabra para que les explicara porque quería verlos antes de partir.

—Lord von Bielefeld —saludó el rey original al ver que éste estaba en estado de shock.

—¡¿Shi-Shi-Shinou heika?! – tartamudeó el Noble, no sabía que había regresado y verlo así de repente lo sorprendió.

Bromista como siempre el rey se lo tomó con gracia.

—Parece que vio un fantasma bueno... en realidad así es...

—Shinou Heika... – le regaño Ulrike cerrando sus ojos con disgusto.

—He vuelto para solucionar unos asuntos— le explicó simplemente tomando una postura más firme —Tengo un anuncio que darles que probablemente los dejara aturdidos, solo les pido que confíen en mi— advirtió a lo que recibió un asentimiento de parte de todos para que prosiguiera —Yuuri tiene la capacidad para controlar los cuatro elementos.

Todos los presentes abrieron sus ojos del impacto.

—¡¿Qué?!

—¿Porque no dijiste eso antes? —cuestionó Yuuri, colérico. 

—La cantidad de Maryoku que se necesita para hacer un pacto es demasiado, aparte debes aprender a controlarlos, pero ahora te resultará más fácil porque ya sabes el proceso para ello. Una persona que no tiene la capacidad de ser el elegido al hacer el pacto con cuatro espíritus pierde automáticamente la razón, esto es porque te vuelves loco del poder, la leyenda dice que te conviertes en una bestia, por eso antes tenía que estar completamente seguro. En estos días he estado observando tu avance, pregunte a los espíritus y ellos me confirmaron mis sospechas.

—Aun así ¿De qué sirve saberlo ahora? —comentó seriamente Gwendal después de escuchar la explicación del rey original.

—Entiendo su descontento lord Voltaire pero como ya dije es un proceso, los cuatro elementos no se pueden obtener de una vez, Se necesita de alguien que controle ese elemento para hacer el ritual

—Es demasiado tarde, no encontrare a alguien que controle el aire y el fuego en tan poco tiempo- intervino Yuuri.

—Bueno, Por lo pronto tenemos a alguien que controla el fuego aquí.

—¿Yo?— Waltorana se señaló a sí mismo cuando el rey original lo miró directamente.

—Sí, Lord von Bielefeld —aseguró — El elemento fuego quiero que lo obtengas de un espíritu fuerte, como saben dependiendo de con cual espíritu hagas el pacto así es la cantidad de poder que das y recibes por eso deberán ir al volcán Hefesto en Antiguo Makoku, ahí deben invocar Félix y hacer el pacto.

—Entendido —dijeron Waltorana y Yuuri a la vez.

El Noble recordaba que ese volcán estaba ubicado en las montañas de la Ciudad Imperial de, justo donde se dirigían.

—Con tres elementos tendrás más oportunidad de ganar

—Shibuya, buena Suerte —dijo el Gran Sabio que todo este tiempo había estado solo escuchando atento.

—Gracias Murata.

—Yuuri, en tus manos tienes el poder para darle a todo este mundo un futuro diferente—el rey original lo miró con determinación—En tu corazón está la clave para controlar los cuatro elementos —"el corazón y los sentimientos puros y sinceros te hacen invencible"

—Daré lo mejor de mi Shinou...además no dejaré que me quiten a mi prometido.

—Por cierto, quien gane este torneo se convertirá en el Maou de Antiguo Makoku...

—Maou de Antiguo Makoku... — Yuuri repitió consternado la declaración de Shinou

—No hay mejor manera de callar de una vez por todas los desprecios de Willbert ¿no te parece?-

Curiosamente todos esperaban escuchar el típico discurso de Yuuri acerca de que la venganza y el rencor no eran buenos pero en cambio escucharon a su rey reír con ironía.

—A mi no me interesa el título de rey solo quiero que acepte de una vez mi compromiso con su hijo— curvó sus labios en una sonrisa suspicaz — Pero si es la única alternativa, ya sabes mi manera de gobernar, él tendría que dejar de menospreciar a los humanos y regirse a mis mandatos... no estaría mal — admitió finalmente.

Dicho esto Waltorana, Gwendal y Yuuri salieron del templo para ir al barco que los esperaba para partir de una buena vez a Antiguo Makoku, para ver a su sobrino, su hermano, y su amado respectivamente.

—¿Aclararás los asuntos con tu descendiente a través de Shibuya? Shinou... ese fue tu plan desde el principio, desde que me hablaste acerca de él tiempo atrás.—comentó el chico de cabello negro azulado una vez los demás habían partido.

—A decir verdad, ya lo veía venir y como ya lo dije, los demonios no pueden seguir odiando a los humanos viviendo en un mismo mundo y eso lo tiene que entender por las buenas o por las malas.

Después de unos minutos en silencio Shinou habló una vez más pero con un tono de voz confidente.

—Pero ¿sabes? El enemigo de Yuuri no es precisamente mi descendiente.

Murata solo entornó sus ojos a través de los vidrios de sus lentes, ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones Shinou? Se preguntó

****************************************************************

Antiguo Makoku, Castillo Imperial

Después de platicar un rato con Hilda, la única buena amiga que había hecho en ese lugar, salió a caminar al jardín de ese majestuoso castillo, llegó una de las bancas de por ahí y se sentó mientras leía un libro, trataba de distraerse de alguna manera, si no lo hacía podría acabar volviéndose loco.

—Es un interesante libro el que ha elegido—comentó alguien que se había sentado a su lado.

Lo reconoció al instante. Debido a la suave brisa que alborotaba sus cabellos color carmín se sentía aquella agradable fragancia de jazmín pues recién había tomado un baño después del entrenamiento y aun así se le hacía desagradable.

—Friedrich san ¿que lo trae por aquí?... —saludó Wolfram desganado mientras desviaba su mirada del libro al joven noble – ¿Que acaso no puedo tener unos minutos a solas para olvidarme por unos momentos que estoy atrapado en esta prisión? – cuestionó fastidiado- Y eso los incluye a todos ustedes...

—Sigue resentido conmigo –protestó suavemente —Diga lo que diga no estoy dispuesto a dejar la competencia. —advirtió —No es por el título de rey, es porque yo estoy enamorado de usted y quiero que sea mi esposo ...

Wolfram arqueó una ceja percibiendo lo absurdo de su confesión, cerró los ojos cansíamente harto de esta situación.

—¿Cómo puede decir tal cosa?—giró su cabeza y lo miró a los ojos —Usted no me conoce, apenas nos hemos tratado, no me puede estar hablando de amor.

Friedrich siguió insistiendo

—Lo estoy, desde que lo vi por primera vez en aquel pasillo, no dejo de pensar en usted, de anhelar verlo, de poder tocarlo y besar...

—¡No siga! — Wolfram levantó inmediatamente de la banca y caminó unos cuantos pasos.—Usted bien lo ha de saber a estas alturas, Yo amo a otro hombre.

—Puedes olvidarlo en mis brazos

Wolfram de inmediato giró para verlo a la cara.

—¡Jamás! —respondió sin titubear— Si dice que no le interesa el título de rey, si dice que me "ama" entonces pierda la competencia .

Firedrich le miró confundido por la contrariedad de su petición.

—¿Qué?

—Amar es querer la felicidad del otro ¿No?...

Wolfram encontró una oportunidad para que Yuuri se librará de enfrentarlo, un competidor menos

—Por eso le pido, deje la competencia a menos que si le interese ser el maou de Antiguo Makoku y usted me este engañando con sus frases de amor.

"Maldición" pensó Friedrich con frustración, en su plan de conquista no incluía que ese hermoso demonio fuera tan listo, había cavado su propia tumba. Aun así, mantuvo la compostura.

—Wolfram san, No me pida eso... yo lo amo y sé que con el tiempo usted me llegará a amar — declaró endulzando su voz, se levantó de la banca y sujetó sus manos con firmeza.

—Mi corazón ya tiene un absoluto dueño...por favor considérelo por su bien...a-además yo confió en que él ganará —quien lo escuchará hablar así seguramente no lo creería, había sido él quien siempre le reñía por ser tan debilucho.

—Quiero ser alguien cercano a ti, puedo comenzar como tu amigo ¿Qué te parece?- propuso suavemente viéndolo directamente a los ojos y poniendo nervioso al rubio adonis. —Además si no soy yo el que lo venza, alguien más de seguro le ganará a ese que dice amar y eso también lo sabe.

— Yo confío en él — alejó sus manos bruscamente del agarré —¡Yo confió en él! —Declaró una vez más pero esta vez convenciéndose a sí mismo—Es usted el que no entiende, él ya ha ganado desde antes que la competencia comience, él es al único que aceptaré.

Friedrich se estremeció violentamente cuando escuchó lo último.

"Nunca me rendiré...mi querido Wolfram...serás completamente mío, eso te lo puedo asegurar" –

—Con permiso, lord von Moscovicht... —decidió dejarlo hasta allí, observaba como el hijo del consejero se había quedado pensativo.

Llegó a la entrada del castillo y para empeorar se encontró con alguien indeseable, decidió ignorarlo y seguir pero cada vez que lo intentaba éste sujeto se ponía en su camino en un juego que no le gustaba para nada.

—Si las miradas mataran yo ya estuviera muerto — soltó Lukas con malicia.

—Lukas von Zweig ¡basta!— reclamó encorvando sus perfectas cejas.

—Su majestad el Rey ya ha dicho que quiere que nos tratemos con más confianza ¿Qué no piensas obedecer...Wolfram?

Estaba a punto de gritarle cuanta barbaridad se le ocurriera pero la llegada de alguien más cortó sus intenciones.

—Wolfram, Lukas ¡qué bueno que ya se empiecen a tratar! es bueno que compartan tiempo juntos— exclamó satisfecho el Maou

—Padre —el menor rápidamente se alejó de Lukas y se acercó al otro rubio.

—Te tengo una excelente noticia Wolf...—anunció tomando el rostro de su hijo entre sus manos, le encantaba sentir lo suave que era, como porcelana, justo como el de ella —Acabo de recibir respuesta de parte de tu tío Waltorana con respecto al mensaje que le envía hace unos días, dice que podrá venir al campeonato de elementos

—¿De verdad?...—susurró contento, por lo menos tendría el apoyo de alguien cercano, a su tío le tenía mucha confianza —¡Gracias padre! —su hermoso rostro esbozó una sonrisa. Por fin una noticia buena.

Se quedó ensimismado contemplando la sonrisa de su hijo y sin darse cuenta el también sonrió.

—Una sonrisa queda más linda en tu rostro Wolfram—comentó Lukas estrechando sus ojos y cruzándose de brazos. —Será un placer para mí hacerte sonreír todos los días.

Wolfram de inmediato volteó a ver a ese engreído y le dedicó una mirada cargada de odio y rencor mas su padre soltó tremenda carcajada.

—Eso espero mi querido Lukas, para mi hijo quiero lo mejor pero no la tendrás fácil, vendrán de todos los distritos para participar también por la mano de mi hijo y bueno... ese también vendrá.

—Pero ese es lo de menos — soltó él sin preocupación.—Acabara medio muerto en la primera ronda.

Wolfram tuvo que contener las ganas de golpearle el rostro más solamente se mordió el labio inferior. – "Ya verás, que ni tu ni nadie más que Yuuri podrá tenerme nunca"

—Bueno, entremos de una vez, la cena comenzara en unos momentos... —dijo Willbert ofreciéndole el brazo galantemente a su hijo para dirigirse al comedor seguidos de Lukas.

***********************************

Navegando entre las aguas había llegado la noche, se encontraba pensativo en la cubierta del barco viendo la luna, por lo menos tenía la certeza de que la misma luna era la que ambos veían por las noches, aunque estuvieran lejos el uno del otro.

Recordó con melancolía el día en que confesó sus sentimientos hacia su prometido, una noche fría como esta, en la cual la luna se veía igual...

***Flash Back***

Wolfram era la persona que siempre lo había cuidado y apoyado, nunca lo había traicionado y eso lo valoraba mucho. Y no solo eso, debía aceptar que el rubio había pasado de ser un mocoso egoísta a un joven atractivo y sensual, Cuando estaban muy cerca se sentía nervioso, su aroma se le hacia agradable y esos rosados labios le parecía por demás apetitosos, su sonrisa le estremecía, sentía su cabello suave al tacto, lo sabía porque de vez en cuando despertaba abrazado a él. El hecho de que ambos fueran hombres ya no tenía el mismo peso que antes, después de tanto tiempo un tonto prejuicio no tenía validez en su vida, Wolfram era lo que siempre había querido, lo que buscaba en una persona, con el tiempo lo había conocido mejor y le gustaba mucho su manera de ser, analizando una noche sus sentimientos supo que se había enamorado de Wolfram von Bielefeld, el mazoku orgulloso y celoso pero lindo y amoroso.

*******************

Estaban en su habitación, en la misma cama, a tan solo centímetros el uno del otro, era una fría noche de invierno, las primera nieves había caído abundantes, Yuuri sabía que Wolf estaba sufriendo por el clima, los Mazoku que controlan el fuego son susceptibles al frio.

Aunque estaba bien arropado pues esta vez había optado por usar una pijama de pantalones largos y blusa manga larga, lo veía temblar bajo las sabanas gracias a la luz de la luna que se colaba por la ventana. Tenía que confesarse de una vez por todas, lo había estado planeando durante todo el día como todos los días desde que había aclarado sus sentimientos y nunca era lo suficientemente valiente, pero ya no más. Suspiró antes de empezar. "Vamos Yuuri, sé un hombre" se dio valor el mismo

—Wolf...

—Ummm—contestó él medio dormido, estaba acostado dándole la espalda en posición fetal—Henachoko... duérmete ya

—No puedo, Yo... tengo algo muy importante que decirte.— su voz se escuchaba seria. Se incorporó sentándose en la cama. Wolfram encendió las velas haciendo Majutsu, además restregó sus ojitos para terminar de despertar.

—Me estas asustando... ¿Qué pasa?

—No es nada malo —aclaró al instante negando con las manos, esos ojitos esmeraldas lo vieron atentamente esperando sus palabras, Yuuri tuvo que contenerse de no atraparlo entre sus brazos y es que en esos instantes se veía hermoso y tierno a la vez — Wolfram...yo

Yuuri tragó con dificultad.

—¿Qué?...— preguntó el otro, entornando sus ojos esperando impaciente, ya quería volver a dormir.

—Yo...—su garganta estaba reseca del nerviosismo.

—¡Henachoko dilo ya!—exigió.

— ¡Yo Te quiero! —soltó por fin.

—¿Eh?- el rostro del mazoku se contrajo en una mueca incrédula. ¿Yuuri había dicho eso? ¿Sin amenazas? — ¿Q-que?... — logró balbucear.

—Quiero seguir con el compromiso, quiero casarme contigo, sé que eso es un hecho pero yo quería decirte que para mí no es por obligación sino porque te quiero. —soltó todo de una vez quedando casi sin aire.

Después de un momento en silencio, Wolfram habló:

—Creí...creí que esto nunca pasaría, tu nunca aceptaste el compromiso, siempre te negabas a tratar el tema, creí que tu siempre lo considerarías como un error y ahora me dices todo esto de repente—Su corazón palpitaba rápidamente en respuesta a la vorágine de sentimientos que experimentaba en esos momentos

—Lo sé... ¡Lo sé! y perdóname — y comprendió que Wolf le echaba en cara todos estos años de indiferencia al compromiso, sus rechazos, sus reclamos, sus desprecios.

—Eres un cobarde, te dije una vez que yo sabía que te gustaba y no quisiste aceptarlo- repuso con esa actitud resentida peculiar en alguien delicado cuando después de haber sido contradicho finalmente se acepta que tiene razón.

El pelinegro cerró los ojos con fuerza, temía ser el rechazado esta vez.

—Pero ahora todo está bien... por fin aceptaste tus sentimientos... o al menos ahora sé que ambos sentimos lo mismo—susurró más calmado mirándolo con ternura. — Y eso me hace muy feliz...

Porque Yuuri era el amor de su vida, mas allá de ser o no prometidos, su manera de ser lo cautivó no al primer instante, pues no fue amor a primera vista, pero con el tiempo aprendió a quererlo tal como es, a querer cuidarlo y aprendió también a ser paciente, esperando este día en que por fin sus sentimientos fueran correspondidos.

—¿Eh?..— el Maou pestañeó un par de veces entre sorprendido y aliviado - ¿Si qui-quieres seguir con el compromiso? ¿Quieres casarte con este henachocko— preguntó nervioso.

—¡No me pones atención! te dije que ambos sentimos lo mismo...Yo...—ahora fue el turno de él para que se le trabaran las palabras —Yo también te...te quiero y quiero casarme contigo.

Yuuri sintió un gran alivio en su corazón, la felicidad no cabía en su ser, ambos sonrieron, pero de repente recordó algo que había estado pensando desde que aclaró sus sentimientos.

—Oye, Wolf... no, no tengo que golpearte la mejilla de nuevo ¿cierto? —El rubio le miró confundido—Si ya sabes, como una manera de reafirmar nuestro compromiso y eso... —titubeó nervioso. No quería volver a golpear el rostro del bishounen.

Al instante cruzó los brazos y cerró los ojos para explicarle a su enclenque, con esa actitud de sabelotodo tan de él.

—No, eso solo se hace una vez, el compromiso es algo importante en nuestras costumbres, por eso yo me lo tomé muy en serio desde el principio, todo el mundo sabe que soy tu prometido.

— Ya veo, ya me siento más tranquilo

—Eso es porque nunca pones atención a las clases de Gunter.

—¡No me regañes!- hizo un gracioso puchero ante la reprimenda de su prometido.

Ahora estaban los dos enamorados, sin dada más que decirse, con el corazón latiéndoles rápidamente por lo que antes habían confesado y sin embargo ninguno se atrevía a ir mas allá de las palabras, por un lado Yuuri lo pensaba dos veces antes de intentar darle el primer beso a su prometido pues con el carácter que tenia no sabía cómo iba a reaccionar, por otro lado Wolfram esperaba que fuera Yuuri quien diera el primer paso. Decidieron recostarse de nuevo, ambos en realidad no sabían cómo manejar la nueva situación... definitivamente eran unos inexpertos.

¡Vamos! Tenía un hermoso y sensual prometido acostado a un lado dándole la espalda muriéndose de frio y él estaba ahí sin hacer nada al respecto. Decidió tantear terreno y si le salía enojado desistiría de la idea, solo necesitaba una señal para seguir adelante.

—Tienes frio ¿cierto?...—vale, por algo se empieza. Pensó con ironía.

—Un poco... — confesó a baja voz.

Él moreno rió en sus adentros ni aunque se estuviera congelando Wolfram aceptaría esa debilidad.

—Yo también, ¿Y si hacemos lo que dice la leyenda?... ya sabes si abrazas a alguien recibes calor-

—Puedes hacerlo, no me hagas repetírtelo, eres mi prometido, si quieres abrazarme, me abrazas, si quieres besarme, me besas, si quieres tomar mi mano, me tomas de la mano. —y mientras decía esas palabras un calorcito invadía su pecho. Su debilucho era muy lento y él tenía que tomar la iniciativa, como cuando decidió arbitrariamente dormir en la misma habitación.

Yuuri se sonrojó hasta las orejas al recordar que las palabras de su prometido eran totalmente ciertas. "Mi prometido, mío... la persona con la que en un futuro me voy a casar...no tiene nada de malo"

Se armó de valor y prosiguió abrazarlo por la espalda al instante se sintió calentito, su piel era muy suave, inhalo el aroma que desprendía el rubio al colocar su mentón entre su cuello y hombro, delicioso aroma a miel... su largo cuello lo tentaba a besarlo pues se había corrido un poco la manga de su blusa color rosa, esa que le había obsequiado su madre tiempo atrás, dejando desnuda su lechosa piel, con lentitud acercó sus labios a su hombro comenzando con cortos besos haciendo estremecer a su prometido que no esperaba esa acción pero en definitiva no se quejaba.

Yuuri poco a poco fue subiendo hasta el cuello donde se entretuvo un rato haciéndolo gemir, hizo girar el cuerpo de Wolfram que simplemente se dejaba hacer disfrutando de ese momento, parece ser que su debilucho no era tan debilucho y eso le encantaba, el pelinegro lo acostó de espaldas a la cama, tomó su rostro entre sus manos acercándose lentamente para por fin besar sus labios, después todo a su alrededor despareció perdido en una sensación de placer y anhelo, deliciosos esos labios que jugaban con los suyos, sus lenguas luchando a la par en una batalla placentera en donde ambos eran ganadores, cuando le faltó el bendito oxigeno se separaron, jadeantes, respirando entrecortadamente, el monarca descansó su frente sobre la del rubio, apreciando sus brillantes joyas gracias a la luz de la luna mientras recuperaban la respiración, no dijeron nada mas, no habían palabras para expresar sus emociones después de eso, sus cuerpos actuaban por si solos, no hubo más frio esa noche se besaron gran parte de ella hasta el amanecer, susurrando miles te amos y otras palabras cargadas de amor.

***fin flash back***

***************************************************************

Wolfram sonrió viendo a través de la ventana de su habitación, recordando como había sido su primer beso, aquella fría noche, sin duda uno de los días más felices de su vida, por fin se le había confesado, a la mañana siguiente cuando le contaron a los demás no parecían muy sorprendidos, no después de las claras señales de enamoramiento que mostraban y después de eso fueron inseparables... hasta ahora en que su padre regresó para arruinarle la vida, encaprichado en separarlos para siempre.

—"No sé qué vamos a hacer Yuuri, pero de lo que si estoy seguro es que no permitiré que me separen de ti, antes muerto que ser esposo de otro que no seas tú" — pensó Wolfram decidido mirando la luna, Esa misma luna que observaba Yuuri desde el barco.

—No nos van a separar — enunciaron ambos al mismo tiempo.

************

—¿Por qué tan pensativo hijo?— preguntó Bastian entrando a la habitación de Friedrich.

El joven se dio la media vuelta ya que estaba viendo a través de la ventana para ver de frente a su padre.

—Ese Maou, Yuuri Shibuya... es un obstáculo para nuestros planes – sentenció serio

—No lo creo— contestó Bastian sin darle importancia —Es medio Mazoku ya te lo había dicho, ¡por favor! nunca te podrá ganar en combate.

—¡El problema no es ese! — Le interrumpió bruscamente — Sino el hecho de que el príncipe Wolfram está muy enamorado de ese rey — finalizó con desprecio—¿Y si escapan?... ¿y si planean fugarse juntos?

—Entonces supongo que lo tendremos que asesinar...antes de que eso pase— sonrió de medio lado mientras pensaba la manera en deshacerse de ese Maou.

Notas finales:

Gracias por leer.


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