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El rencor contra el amor por Alexis Shindou von Bielefeld

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Notas del capitulo:

La canción es Serenata inmortale de inmmediate music. Todos los derechos a ellos.

https://www.youtube.com/watch?v=Dbb6Mru4Cl8

Tengo que explicar que primero es un  soundtrack y luego sigue las voces. Lo leí tratando de ir al mismo tiempo que la música depende de que tan rápido leas. Creo que se termina al mismo tiempo a un ritmo no tan rápido ni tan lento. Tómalo como un sonido de fondo solamente no te preocupes si vas al mismo tiempo que la letra. Tú disfruta la lectura. Pero por favor no dejes de escucharlo ¡por fis!! Trate de hacerlo dramático :3 

Capitulo 8

Entre tus brazos.

Wolfram llegó a su habitación tras despedirse con la excusa de que estaba cansado y quería dormir. Por suerte, los pasillos no estaban vigilados por los guardias del castillo pues todos estaban en la fiesta y alrededores de la parte externa del castillo.

Se acercó a su cama pero se mantuvo de pie y uno por uno fue desabrochando los botones de su chaqueta hasta quitársela por completo para sentirse más cómodo, quedando solo con una blusa manga larga. No había encendido muchas velas para dar un toque más encubridor a la situación.

Caminó hasta colocarse frente a la ventana, la luz de la luna brilló débilmente a través de ella.

Por alguna razón sabía que esa noche seria memorable, y miró hacia el cielo lleno de estrellas esperando que cada una significara un deseo y el único deseo que tenía en esos momentos era estar entre los brazos de su amado.

***********************

—Yuuri Heika.

Susurró alguien a sus espaldas y él se dio la media vuelta. Una muchacha pelirrosa era la que le llamaba. Una sirvienta del castillo por lo que podía apreciar ¿sería ella la persona que enviaría Wolf?

—Su alteza me pidió que lo escoltara —siguió hablando en voz baja. Yuuri asintió con la cabeza—. Me adelantaré unos pasos y usted me seguirá con disimulo —indicó ella para de inmediato comenzar a caminar. Diez pasos de diferencia y Yuuri la siguió sigilosamente no sin antes dar la señal a sus cómplices en esta locura.

Subieron las escaleras rápidamente llegando a un oscuro pasillo. La muchacha encendió un candelabro y miró por atrás de su hombro para cerciorase que era seguida por el rey.

Entretanto, Waltorana conversaba con su hermano sobre temas triviales: economía y tratados diplomáticos para mantenerlo al margen. A ellos se habían acercado Anette y Martín que se incluyeron en la conversación.

Friedrich platicaba con su madre acerca de la actitud que había tenido momentos antes con el Maou de Shin Makoku. Friedrich le recriminó no estar de su parte y haberlo puesto en ridículo frente a su rival. La mujer simplemente sonrió y asintió tratando la manera de distraer a su hijo; era lista y había observado perfectamente como Yuuri Heika se dirigía hacia donde ella sabia eran las habitaciones principales. Sin saberlo estaba siendo ayudado por la amable dama.

Cruzaron un pasillo más y la sirvienta dejó de caminar esperando a que el rey se acercara a ella.

—La habitación de su alteza es la tercera a la derecha, es la única que estará entreabierta —susurró entregándole el candelabro—. Recuerde que usted tiene que regresar a la fiesta para que no haya sospecha alguna —Dicho esto, se dio la media vuelta y se alejó.

Yuuri continuó su camino.

********************************

Wolfram seguía mirando la noche a través de la ventana. Unos fuertes brazos lo rodearon por la espalda y comenzó a sentir suaves besos por su cuello, su lengua saboreó su piel con sensualidad. Se dejó hacer cerrando sus ojos.

Su aroma, su tacto, sus besos, todo él lo reconocía ¿Cómo no hacerlo? Si era la persona a la que había entregado su su cuerpo y alma. Emitió suaves jadeos conforme los besos se hacían más prolongados.

—Si sigues así no me voy a poder contener —susurró Yuuri a su oído. Wolfram lentamente abrió sus ojos color esmeraldas—. No tenemos mucho tiempo y si nos descubren estaremos perdidos —Después de esa advertencia, Yuuri se quedó observando al igual que él la luna y las estrellas, manteniendo su abrazo por la espalda.

Wolfram suspiró. Una amarga sonrisa vagó por su rostro pálido y melancólico, se dio la media vuelta dejando apreciar sus ojos esmeraldas, brillantes pero tristes.

—Mira como nos tienen, obligados a vernos a escondidas, como si nuestro amor fuera prohibido ¡como si no tuviéramos derecho a amar libremente! —musitó, dolido.

—Estoy dispuesto a todo con tal de recuperarte. No quiero que te sientas asustado. Por favor, confía un poco en mí —pidió Yuuri. Wolfram lanzó un suspiro de resignación tras escuchar esas palabras—. Pero debes tener en cuenta que pase lo que pase te amo con todo mi corazón.

Wolfram cerró sus ojos. Las palabras de su prometido hicieron que cayera en un abatimiento profundo y que una desesperación se apoderara de su ser.

—¡Yuuri, temo por tu vida! No te quiero perder en esta competencia —confesó finalmente. Yuuri lo abrazó. Unas lágrimas surcaron sus mejillas.

—Es la única manera, no quiero huir. Quiero reclamarte con orgullo ¡Frente a todos esos infelices que se creen con derechos sobre ti!

—¡Pero!... —Sus palabras fueron interrumpidas por un beso apasionado ¡Cuánto había extrañado sus labios! Wolfram se dejó llevar, abriendo su boca para que su prometido pudiera meter su lengua, mientras le acariciaba la espalda con fuerza.

—Te recuperaré, ¡lo juró! —murmuró Yuuri con voz ahogada, colocando su frente contra la de él.

Las lágrimas se derramaron en el rostro de Wolfram, como quien pierde todas las esperanzas de ser escuchado. Llegó a su límite.

—Yuuri, hazme el amor —suplicó—. En ese lecho, aquí y ahora, bajo el mismo techo de ese tirano que se atrevió a separarnos. Si dicen que no soy tu prometido, entonces trátame como un amante.

—Mi amante —repitió Yuuri, entrecerrando su oscura mirada.

—Seré tuyo no importa la manera.

—Eres mío, Wolfram —gruñó Yuuri, con la boca pegada a la de él—. ¡Solamente mío! —Sujetó su rostro con ambas manos mirando fijamente sus ojos—. Mío y de nadie más —declaró.

—Solo tuyo —repitió Wolfram, besando sus labios—, solo tuyo, mi amor...

Entre besos y caricias lentamente fueron acercándose al borde de la cama, despojándose mutuamente de sus ropas, desabrochándose la camisa, el cinturón, los botones del pantalón y la ropa interior que rápidamente cayó al suelo. Acariciándose desesperadamente. Gimieron al unísono, aturdidos por la intensidad del contacto, cuando sintieron la fricción.

Con su cuerpo desnudo, Wolfram yacía en la cama, ardiendo porque Yuuri lo tomara. Con mirada nublada por el deseo, abrió sus piernas lo más que pudo para darle lugar entre ellas.

Yuuri ligeramente fue deslizando sus manos sobre sus torneadas piernas hasta llegar a su pecho moviéndose posesivamente sobre ellos, acariciándolos y masajeándolos. Sus labios surcaron sus pezones y éstos se endurecieron instantáneamente. Wolfram no pudo evitar jadear y dejarse llevar por el placer y la lujuria.

Yuuri besaba el cuerpo de su pareja hasta llegar al miembro despierto. Pasó su lengua desde la parte inferior a la superior; lamía y saboreaba su pene duro, sus testículos y su entrada como si de un dulce se tratara. El cantar de gemidos de parte de su ahora amante lo volvía loco, quería poseerlo ya, pero sabía que tenía que prepararlo primero.

Yuuri lo hizo sentirse ardiente en todo su cuerpo. Lo hizo tener la impresión de que podría tocar el cielo con las yemas de sus dedos.

Wolfram tuvo que morder su labio inferior para no gemir muy fuerte ante el placer que le causaba las atenciones que recibía. Su respiración se hacía errática y gemía sin control, dirigió su mano derecha hasta la cabeza del pelinegro tomando algunos mechones de cabello mientras que con su mano izquierda apretaba las sabanas.

Y gritó, sintiendo la llegaba del primer orgasmo de la noche entre la boca de su amante que trató de beber todo su néctar, saboreó hasta la última gota, sin dejar rastros.

Yuuri se reincorporó y le miró; sus mejillas estaban sonrojadas, sus ojos brillantes, sus labios hinchados por los salvajes besos. Sin duda alguna se había comprometido con el mazoku más impresionantemente hermoso que había visto en su vida.

Quiero tenerte dentro de mí dijo Wolfram entre gemidos.

Yo también quiero estar dentro de ti Y al terminar de susurrar estas palabras, Yuuri colocó ambas piernas alrededor de su cadera y buscó el ángulo adecuado para impulsarse dentro. Wolfram unió sus propias manos detrás del cuello de Yuuri y envolvió sus piernas apretadamente alrededor de él.

Poquito a poco, Yuuri fue entrando en ese lugar donde solo había espacio para él y nadie más que él, su estreches lo volvía loco pero se contuvo, nunca había sido brusco y siempre cuidaba que su demonio de fuego se sintiera bien. Ambos gimieron y arquearon sus cuerpos ante el placer, uno por estar dentro, tan profundo en su interior y el otro por sentir a su amado. Después de un tiempo comenzaron las embestidas a un ritmo lento y sensual.

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La fiesta continuaba entre bailes y conversaciones. Esa noche era primicia de muchas cosas que estaban por suceder. Mientras tanto, un malvado consejero y su hijo se daban cuenta de la ausencia del Maou Yuuri.

—¡Maldición! —soltó Friedrich con furia al darse cuenta de la extraña ausencia del príncipe y el Maou. Los buscaba con la mirada entre la multitud.

—Tranquilo Friedrich, no podemos asegurar que estén juntos...

—¡Por favor! —Friedrich contradijo a su padre, mirándolo fijamente— ¡¿No te parece extraño que ambos hayan desaparecido?!

Bastian no pudo rebatir aquello.

—Debemos avisarle a Willbert heika —concluyó—. Posiblemente sea él quien mate a Shibuya si se ha atrevido a mancillar la virtud de su heredero.

Ambos asintieron y buscaron al rey Willbert.

Hilda los observaba. Vigilaba cada uno de sus movimiento. Estaba dispuesta a todo con tal de evitar una desgracia.

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Wolfram gimió fuertemente mientras arqueaba su espalda, acomodado íntimamente a horcajadas sobre su amante, con las rodillas a cada lado de sus caderas y las palmas de sus manos sobre su pecho, cabalgándole salvajemente.

El sudor los bañaba, el sonido de sus jadeos hacia que la habitación emanara un aire cautivador y sofocante, la cama rechinaba con el movimiento frenético.

Yuuri lo tumbó de nuevo de espaldas a la cama mientras colocaba sus piernas sobre sus hombros para después volver a enterrarse profundamente en su interior. Atrapó en un beso sus labios, mordió su labio inferior y lo tiró levemente mientras acariciaba su entrepierna y penetraba una y otra vez ayudado por el movimiento de caderas.

Wolfram se entregó con una intensidad nunca antes mostrada. Uno tras otro los orgasmos los llevaban a la gloria. Solo Yuuri Shibuya podía hacerle sentir único en el mundo, solo él podía llenar de placer y pasión todo su cuerpo.

Su amante le mordió sutilmente el hombro y él respondió entrecruzando sus piernas alrededor de sus caderas arañando salvajemente su espalda.

Yuuri embestía de manera rítmica al rubio que estaba debajo su cuerpo, era la más exquisita de sus adicciones, su mundo entero. Cada respiración y cada latido estaban enfocados en el príncipe que tenia en sus brazos, ese demonio con cara de ángel que puso su mundo de cabeza.

Sintiendo el placer que le daba acaricio sus cabellos totalmente mojados en sudor, sus miradas cómplices, con su respiración agitada, sintió esa piel que le quemaba y abrasaba. Unidos en un solo deseo.

Sus paredes se apretaron en torno a su miembro y con la última embestida gimieron desparramando su semilla uno dentro de su pareja y el otro entre sus abdómenes, alcanzando lo más alto del cielo juntos.

¡Quédate así! —le susurró Wolfram al oído cuando Yuuri intentó salir de él—. Un poco mas... necesito sentirte un poco mas.

Yuuri se limitó a abrazarlo posesivamente, sintió su cuerpo temblar por el llanto. No quería pensar que esto fue una despedida. Sabía que lo que les esperaba no era fácil y tenían que estar preparados para todo.

Friedrich von Moscovitch, Lukas von Zweig, Bastian von Moscovicht ,Willbert von Bielefeld.

Ellos que estaban en estos momentos en la fiesta

Cada uno deseaba su muerte, cada uno deseaba separarlos para siempre.

Pero por lo más sagrado que no lo permitiría, Wolfram había sido un regalo que el destino le había obsequiado y por ningún motivo lo perdería.

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Willbert von Bielefeld se encontraba al lado de su esposa platicando con su hermano Waltorana y su cuñado Martin. Bebía tranquilamente de su copa de vino mientras escuchaba las graciosas anécdotas de su cuñado, cierto era que mantener una plática con ese hombre era muy ameno.

Waltorana había conocido y se había presentado a la hermosa mujer con la que su hermano contrajo nupcias hacía ya un mes, Anette era su nombre, tenía una extraña mirada, no parecía ser la feliz recién casada sino alguien que no se siente satisfecho con lo que tiene. Muy al contrario del hermano de ésta, Martin que tenía una expresión suave en sus ojos.

—Así que le dije "Lo juro por mi esposa" después se dio cuenta que soy soltero...

Las carcajadas no se hicieron esperar, no habían parado desde que Martin tomo la palabra, el rey se vio interrumpido por su consejero que lo tomó del brazo y lo arrastró a un lado del salón. Waltorana se dio cuenta que algo no estaba bien.

—¡Suéltame Bastian! No te permito que me trates de esa manera —reclamó Willbert, ofendido por haber sido arrastrado.

—¡Willbert heika! Lo hemos estado buscando —habló Bastian respirando entrecortadamente. Habían estado corriendo por todos lados. Willbert arqueó una ceja y esperó a que continuara—. ¡El mestizo rey no esta en ninguna parte del salón!

La despreocupación despareció de su rostro cuando entendió a que se refería su consejero.

—¿Ya lo buscaron bien? —No podía armar un escándalo en la fiesta, además decir que su hijo estaba con ese tipo era una falta a la moral—. Si estas insinuando que mi hijo sería capaz de una cosa tan descarada como esa, te recomiendo que lo consideres dos veces, ¡Idiota! —se calmó, incrédulo—. A lo mejor y está en alguna parte del jardín ¡Qué sé yo! Pero no lo acuses así como así.

—Le juro majestad que no está, Friedrich también lo ha buscado y no hay señal de él, además Lord Voltarie está solo.

Un aura sombría rodeo el cuerpo de Willbert

¡Hoy si te mato infeliz! —bramó con voz ronca y caminó a paso firme fuera del salón.

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Se besaban con ardiente pasión, Yuuri sentado con su espalda al respaldo de cama y Wolfram sobre él con las piernas a cada lado de sus caderas.

Yuuri masajeaba de vez en cuando su trasero con una mano firme a medida los besos se prolongaban, el demonio acariciaba con sus delicadas manos sus fuertes pectorales.

Wolfram arrastró sus besos hacia abajo por su cuello y lentamente regreso hacia arriba, sólo para llegar a sus labios otra vez, momento en que el pelinegro recordó un detalle importante.

—Wolf... —murmuró entre sus besos. Él no hizo caso a sus llamados, esa noche solo quería más y más de su debilucho—. Amor... debo irme ya... —advirtió. Wolfram hizo un puchero, un gesto que decía que no estaba nada contento ante ese hecho.

Yuuri lo contempló un momento: Desnudo usando solamente el collar que le había colocado en la presentación el cual le quedaba muy bien contrastado con el color de su piel, sonrojado, sudoroso. Una vez más lo tomo entre sus brazos y se colocó sobre él lentamente.

Tenían un poco más de tiempo.

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De prisa y con el corazón palpitándole a mil por hora, Hilda reunió el valor suficiente para interponerse en el camino del rey.

—Majestad...

—¿Hilda? —Willbert la miró extrañado cuando se interpuso en su camino.

Hilda tragó en secó antes de hablar. Ese hombre daba miedo.

—¿Ya probó los platillos? miré —Le mostró una bandeja llena de aperitivos—. ¡Estos de aquí están deliciosos!

Los ojos de Willbert se entrecerraron furiosamente mientras cruzaba los brazos con evidente molestia ante la interrupción de la doncella.

—Hilda, disculpa ahora no... —reprendió suavemente

—¡Vamos, Majestad! —le instó el consejero para que apresurará el paso, no sin antes mirar de hito en hito a la muchacha.

Hilda apretó sus puños e hizo un puchero para después golpear contra el suelo un pie —Ahhh, ¡¡Le dije que tenía que regresar pronto a la fiesta!!!"

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Su hermano no había vuelto después de que Bastian se lo había llevado. No tenía que ser adivino para saber que tenía relación a su sobrino y Yuuri heika. Un peso de consciencia de formo en el pecho de Waltorana, pensando que no fue buena idea dejar que el joven Maou hiciera tal cosa.

—Si me disculpan... —Waltorana trató de salir de la conversación, despidiéndose con educación.  

—Oh, Lord Bielefeld, por favor no se apresure estamos pasándola de maravilla...Como les decía...

Sus intenciones se vieron truncadas por Martin que siguió hablando como si nada. Anette se preguntaba adonde se había ido su marido

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Willbert caminaba a paso firme con los ojos fijos al frente por el oscuro corredor, parecía sombríamente determinado, con la mandíbula apretada y los hombros bien rígidos. Detrás de él, su consejero y el hijo de éste le seguían el paso, maldiciendo en sus adentros que el infeliz mestizo se hubiera salido con la suya.

Finalmente llegó a la habitación, en el momento de estar frente a la puerta sintió un leve estremecimiento nervioso pero se dominó, la idea de encontrar a su hijo y a ese media sangre en la cama le llenaba el alma de ira y sed de venganza.

—¡¿Y ustedes que hacen par de inútiles?!... —preguntó dándose la vuelta. Bastian y Friedrich no parecieron entender el punto de su reclamo y con un gesto le indicaron que se explicara. Willbert suspiró con cansancio—. Ni crean que voy a permitir que entren a la habitación de mi primogénito, eso es incorrecto e inmoral. Esperen aquí si quieren, además si está pasando lo que ustedes insinúan yo mismo me encargo de asesinar a ese maldito.

El rey no espero replica alguna y entró de inmediato a la recamara cerrando de inmediato la puerta en sus caras. Se encontró con algo que terminó de enfurecerlo...

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—¡Desgraciados! —murmuró con odio Lukas al darse cuenta que no se encontraban ni su padrastro ni el consejero ni siquiera el imbécil de Friedrich. De seguro había ocurrido algo con Wolfram y ese tal Shibuya y no tuvieron el descaro de avisarle. Rápidamente salió en busca de ellos.

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Willbert giró la cerradura, cerró la puerta y siguió hasta toparse con la cama y sobre ella estaba su hijo acostado boca abajo, se acercó a paso lento y tomó asiento, un impulso lo hizo acariciarle sus rizados cabellos, rubio con la tonalidad de aquella que recordaba con tanto rencor. Su hijo pareció despertar y abrió sus esmeraldas. ¡Malditos inútiles Que tenía como asistentes! Ahora por su culpa había despertado el sueño de su inocente niño.

—Padre...¿Qué pasa? —susurró Wolfram medio dormido. Se frotó los ojos con el dorso de la mano como estuvieran aun arenosos después de un largo sueño.

—Solo te quería desear buenas noches hijo mío —Wolfram sonrió para después levantar una ceja, dandole a entender que no le creía para nada. Willbert sonrió—. Si, ya sabes, han sido muchos años separados, quiero recuperar el tiempo perdido —Rió un poco intentado camuflar la verdadera razón.

—Por supuesto.

Willbert plantó un beso en la frente a su hijo mientras se levantaba de la cama.

—¿Tomaste un baño antes de ir a la cama? —preguntó curioso, ya que el cabello de Wolfram se sentía húmedo.

—Si —contestó Wolfram con una sonrisa suspicaz—. Buenas, noches papá...

—Buenas noches, hijo.

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Al salir de la habitación, Willbert se encontró a ese montón de idiotas esperando impacientes saber que ocurrió y eso acabó con su paciencia. Se paró frente a ellos de manera autoritaria intimidándolos.

—¡Mi niño estaba profundamente dormido! —Les gritó a la cara—. ¡¿Cómo se atrevieron a desconfiar de los buenos principios que se inculcan en mi familia?! ¡Mi hermano lo crió con los buenos valores!

Bastian, Friedrich y Lukas que se les había unido cerraron los ojos con temor, ninguno se atrevió a decir ni una sola palabra.

Detrás de la puerta, Wolfram escuchaba atentamente mientras mantenía su mano sobre su boca para así evitar soltar la gran carcajada. Gracias a Shinou que Yuuri pudo salir a tiempo bajando por el balcón.

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—¡Eso te pasa por consentirlos!!! —reclamó Gwendal una vez se había enterado de la delicada situación—. No, pero anda, deja que ese par se arriesgue así, todo en nombre del amor ¿no? —siguió sarcástico, aunque él se había descuidado cuando se dirigió al jardín para revisar que todo estuviera en calma.

Waltorana se llevó una mano a la cabeza. Debía aceptar que era un tío muy consentidor con Wolfram. No sabía en donde había dejado los principios morales de los que tanto se enorgullecía.

—Y ahora ¿qué hacemos? —se atrevió a preguntar en un hilo de voz.

—Rezar para que no los encuentre en el acto —murmuró Gwendal sonrojado. Se dio cuenta que no podían quedarse con los brazos cruzados—. Waltorana, debemos ir de inmediato a...

—¿A dónde?...

Se escuchó una voz detrás de ellos. Se dieron la vuelta al instante al reconocerla.

—¡Mocoso rey! —siseó Gwendal en un sutil reclamo. Waltorana pudo respirar tranquilo. Su rey tenía una sonrisa de oreja a oreja, tan estúpidamente enamorado. Gwendal suspiró al verlo—. Arréglese bien la ropa primero...

Yuuri se dio cuenta que tenia desabrochado un botón, rápidamente se lo ajusto. Luego sacó de su chaqueta un pañuelo muy especial. Juró a si mismo conservarlo durante toda la competencia. Ese sería su amuleto de buena suerte.

***Flashback***

Entre besos se dirigían al balcón, había pensado salir de ahí para no levantar mas sospechas, además se había quedado más tiempo del acordado.

Te amo...te amo... te amo... susurraba su demonio entre cada beso. Esta noche había estado más cariñoso y expresivo que nunca.

Yo también te amo... le sujetó firmemente la cintura—. Recuerda, confía en mi ¿bien?...

Ni modo henachoko, pero tienes que cumplir tu palabra aclaró Wolfram con una sonrisa. Después de unos segundos su semblante cambio a uno más sereno—. Yuuri, quiero darte esto —dijo al tiempo que le entregaba lo que le había obsequiado su madre. Yuuri lo miró con ternura mientras apretaba el pañuelo en sus manos. Wolfram le dio un último beso y dijo—: Estaré contigo, de corazón, recuerda que solo te aceptare a ti y nadie más que a ti en mi vida...

El moreno asintió sintiendo un calorcito muy agradable en su pecho al escuchar esas palabras. Posteriormente salió de ahí.

***fin flashback***

Yuuri salió de sus pensamientos.

—Bueno ahora... —Intentó darse la media vuelta pero se topo con el torso gigante de un hombre musculoso, demasiado parecido a Adalbert—. Disculpe...

—Así que tú eres el mestizo rey... —dijo el hombre con voz grave. Yuuri chasqueó la lengua y rodó lo ojos. Había escuchado lo mismo durante toda la noche—. No olvides mi nombre... Volker von Rosenzweig... si nos toca pelear mañana te voy a rostizar. 

Ambos se miraron con ojos retadores. El pelirrojo lo observó de pies a cabeza antes de seguir su camino

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Willbert había regresado a la fiesta y se acercó a su cuñado y su mujer, ésta al verlo de inmediato le preguntó a que se debió su ausencia hace unos momentos. Willbert no le dio muchos detalles, simplemente le dijo que había tenido que atender unos asuntos sin importancia. Anette frunció el ceño disgustada de que no la tomara en cuenta, como siempre solía suceder.

—¿No crees que debes dar la orden para que comiencen con los fuegos artificiales, cuñado? —preguntó Martín.

—Por supuesto —respondió Willbert con desgano, recordando el mal momento que le hicieron pasar su consejero y Friedrich.

Anette lo notó disgustado.

—¿Cariño? —Acarició con el pulgar el sensible contorno de la mejilla de su marido para llamar su atención.

—No te preocupes, Anette. —Willbert alejó su mano, ignorando sus atenciones para después dirigirse a los sirvientes.

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Ailyn observaba a su hermana menor en una actitud seria y caprichosa.

—¿Qué tienes, Kristal?

—Por primera vez me dejaron plantada después de un baile ¿puedes creerlo, hermana? —repuso Kristal indignada—. Ese Maou se cree que puede venir y rechazarme así como así ¡Pues está muy equivocado! Me vengaré de él cueste lo que cueste.

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Después de meditarlo por unos segundos, después de lo que le comento Friedrich acerca de la virginidad de su futuro esposo, una espiga muy incómoda comprimía el pecho de Lukas. Su desaparición no pudo ser así como así. Él no era una persona cobarde y prefería enfrentar los problemas cara a cara. Por eso en estos momentos se dirigía para hablar con ese tal Shibuya.

—¡Oye tu! —le llamó bruscamente, acercándose.

Yuuri espero otro comentario de amenaza.

—Escúchame bien infeliz. Mi nombre es Lukas von Zweig, y seré el esposo de Wolfram y rey de Antiguo Makoku una vez tú estés fuera del camino... Así que más te vale estar preparado.

Yuuri lo miró fijamente, recordando las palabras de Waltorana: "Wolfram no se las ha visto fácil viviendo aquí estas dos semanas"

—Y tu escúchame bien —advirtió—. Soy Yuuri Shibuya, rey de Shin Makoku y a mi ningún don nadie me va a venir a intimidar.

—¡Yuuri heika! —exclamó Waltorana, impresionado por la actitud que él había adoptado. Ambos chicos no apartaba su mirada del otro. Decidió intervenir—. Sera mejor que nos vayamos de una vez mañana le espera un largo día —mencionó, esperando bajar los ánimos, más ninguno le prestó atención.

—¡Mañana acabaré contigo! —sentenció Lukas.

—Eso ya lo veremos —rebatió Yuuri.

Mientras tanto haya afuera en el cielo nocturno, las personas reunidas podían apreciar los fuegos artificiales, muy bellos pero explosivos y peligrosos.

 

 

Notas finales:

¿que les parecio?... solo a mi se me ocurre hacer un lemon con esta musica u//u xD 

Como les deje dos capítulos el siguiente me voy a  tardar un poquito en subirlo sobretodo porque siguen las peleas. Aun pregunto quién será el que compita con Yuuri. Sera un sorteo es decir a la suerte. Esa fue una pista.

El lunes tratare de poner el perfil completo de todos los participantes para que a la hora de los combates ya tengamos una idea de que elementos van a usar y estemos más familiarizados con ellos pues esos son originales ….(les regalo a Bastian Lukas y Fridrich y Volker…en fin ) ¿Quién los quiere?...!nadie! xD villanos.-

Pd: Willbert tu hijo no se baño precisamente con agua… estaba empapado en sudor.

Pd2: Gracias Waltorana y Hilda

Pd 3: El pañuelo que le obsequió Wolfram a Yuuri lo vengo arrastrando desde el prologo ¡bravo pañuelo! Cumpliste por fin tu objetivo de llegar a las manos de Yuuri xD ¡toy loca lo sé!!!! 


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