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El rencor contra el amor por Alexis Shindou von Bielefeld

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Notas del capitulo:

Estos son capitulos de introduccion asi que se explicaran muchas cosas, y otras que mas adelante se aclararan. Para los que me conocen saben que en el transcurso del fic voy descubriendo el "pasado" asi que si les quedan dudas, paciencia porfis , y bueno... espero que les guste.

Muchas Gracias por sus comentarios!!! 

Capitulo 1

 

La razón de su regreso

El padre de Wolfram había llegado desde Antiguo Makoku para tener una audiencia con Yuuri. En la gran habitacion del trono, ya se encontraban todos de pie, esperando por la aparición de la visita.

Al lugar se hizo presente un hombre alto, de complexión fuerte, de cabello rojo-oscuro largo hasta donde termina la espalda, amarrado con una cola, ojos marrones, usaba gafas, lucia uniforme militar color café y una capa de paño colgaba de sus hombros. Parecía de la edad de 45 años en aspecto humano.

El sujeto hizo una reverencia.

—Mis disculpas, mi nombre es Bastian von Moscovitch soy el consejero de su majestad Maou de Antiguo Makoku, Wilbert von Bielefeld.—aclaró —El motivo de mi presencia aquí es porque mi rey ha solicitado tener primero una audiencia con su hijo el príncipe Wolfram, si nos lo permiten

—"Maldición" —pensó Wolfram, sintiendo su corazón saltar y un peso enorme comprimir su pecho.

—Es una falta de respeto no saludar antes a su majestad Maou de Shin Makoku, Yuuri Shibuya— reclamó Gwendal al instante.

—Tranquilo, supongo que es normal que quiera ver primero a su hijo- Yuuri no le dio importancia a ese insignificante detalle —Ve con tu padre...—le dijo amablemente a su prometido que automáticamente acató su petición.

—Su majestad es muy amable — Bastian ocultó su falsedad con una cordial sonrisa en su rostro—Vamos, príncipe.

Ambos salieron de inmediato del salón de audiencias, Wolfram caminaba como queriendo no avanzar, tan pronto aceleraba su paso como se detenía, algunas veces parecía querer regresar pero continuaba, sumido siempre en sus temores, se hacia una idea del porque su padre había regresado.

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Lo esperaba en una sala privada del castillo sentado con la pierna cruzada en un gran sillón a la expectativa, de que apareciera su único heredero, escuchó como alguien entraba, se trataba de su consejero y su hijo.

—Hijo—Willbert se levantó de su sitio y se paró firmemente.

Un hombre de doble complexión, rostro fino con una leve pero elegante barba en forma de candado, cabello rubio del mismo tono que Waltorana largo hasta los hombros, amarrado con una coleta con unos mechones que caían sobre su rostro y ojos azul-cielo muy parecidos a los de Shinou, vestía de negro con una capa color morada en la espalda. Por la pureza de su sangre aparentaba ser más joven, como de 35 años apariencia en humano.

—Padre — Wolfram agachó la cabeza sumisamente.

El rey levantó su brazo y Wolfram se acercó a él, tomó el dorso de su mano y la besó con respeto. Al incorporare su padre le tomó el rostro con las dos manos observándolo minuciosamente.

—Eres hermoso hijo mío, la viva imagen de tu madre —declaró con orgullo viéndole con ternura.

Las mejillas de Wolfram se tiñeron de rosa fuerte al escuchar las palabras de su padre al mismo tiempo que un escalofrío bajaba por toda su columna

Pero luego, Willbert agregó con amargura: —Por eso mereces que alguien digno de ti esté a tu lado.

—¡Padre!...

—No te he dado la palabra - advirtió calmo —Iré directo al grano, empaca tus cosas partiremos de inmediato a Antiguo Makoku

—¿Puedo hablar?— fue un ruego más que una petición, un asentimiento le dio la palabra- Padre estoy comprometido con su majestad...Yuu...

—¡Lo sé!- le interrumpió de inmediato—Y por eso te dije que merecías a alguien mejor a tu lado. Debí suponer que no era buena idea acceder a la petición de mi hermano y dejar que frecuentaras a Cecilie, ¡esa mujer se mete con cualquiera que tenga pantalones! —un deje de rencor se apreciaba en sus palabras.

—Padre no hable así por favor...—se sintió ofendido por como hablaba de la mujer que le dio la vida.

—Y por desgracia eso te lo ha transmitido a ti—siguió Willbert sin importarle las palabras de su hijo—Ya me enteré de la procedencia de ese fulano, Medio Mazoku, nacido en otras Tierras, criado entre vulgares humanos – su desprecio era evidente —Shinou ya perdió la cordura ¿o qué?— preguntó sarcásticamente al aire —Si continua así tendré que gobernar yo mismo ambas naciones, nuestra raza está siendo contaminada por ellos.

—Las cosas han cambiado para mejorar— alegó Wolfram—... si le diera una oportunidad...

—¡Suficiente! — Gritó Willbert. Su rostro se volvió furioso —¿Desde cuándo tú me llevas la contraria? ¿Dónde están los principios que te inculqué? ¡¿Dónde está tu orgullo Wolfram von Bielefeld?! — en una explosión de ira, tomó el cuello de su hijo, apretándolo fuertemente.

—¡Pa-padre!... —Wolfram sentía como la fuerza del agarre en su cuello disminuía.

Simplemente no podía hacerle daño, su hijo no tenía la culpa, era la mala influencia de Cecilie y los otros, ese mestizo debió haberlo engañado, traidor y mentiroso como es su parte humana. ¿Dónde estaba su hermano en estos momentos? ¿No se supone que lo dejó bajo su tutela?

Willbert suspiró tratando de tranquilizarse y le soltó del cuello para después decirle firmemente: 

—Sabes quién soy, el poderoso Maou de fuego, mi poder excede los de Shinou, si no accedes a irte conmigo a Antiguo Makoku soy capaz de matar a ese desgraciado que dice ser tu prometido sin mi consentimiento.

—Haré lo que usted me pide...pero por favor no le haga daño —la angustia en su corazón apagó su viveza y sagacidad. Wolfram no era un cobarde pero un buen soldado sabe cuando su contrincante es más fuerte, cuando agachar la cabeza y seguir la fiesta en paz, por el bien de sus seres queridos, aunque le costará su propia libertad.

—Entonces ya sabes qué hacer, eres mío Wolfram- declaró Wilbert ahora tomándole el mentón y acercándolo a su rostro—Al contrario de Cecilie, tu si eres completamente mío, así como tu destino.

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Seguían en el salón esperando que aparecieran Wolfram y su padre para presentarse formalmente, Yuuri se había sentado en su trono esperando nervioso conocer a su futuro suegro, Greta estaba impaciente por conocer a su abuelo mientras los demás estaban a la expectativa, rígidos y serios, esperando que la visita de ese sujeto no trajera desgracias.

—Suficiente, iré a buscarlos —Cecilie caminó de inmediato fuera del salón, su postura usualmente maliciosa esta vez era ruda y decidida.

—Conrad... ¿Qué clase de persona es el padre de Wolf?—preguntó inocentemente el monarca una vez la ex maou había salido.

Se dirigieron miradas agudas unos a otros ante la opción de responder o no a la pregunta del rey, Gwendal seguía de brazos cruzados, Gunter le dio una mirada resignada y Greta esperaba curiosa la respuesta.

—Wolfram solía tener los mismos puntos de vista de él... pero ya no...digamos que es una persona de cuidado. –

Su respuesta lo asustó un poco, aun mas lo hizo la seriedad con la que lo dijo, muy atípico de él, solo esperaba ser aceptado de buena manera como el futuro esposo de Wolfram, que su padre no fuera un impedimento para ello.

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Se quedó recostado en la pared del corredor no pudiendo soportar más el dolor en su corazón, lloraba desesperadamente ante la impotencia de hacer algo para escapar de las ataduras de su padre, golpeó fuertemente la pared con su puño en un intento de contener la frustración que sentía en esos momentos. Odiaba ser el hijo del "Maou de fuego" aquel que proclamaba odiar a los humanos y aun más a los mestizos condenándolos a morir. No tenía opción, su padre podría enloquecer de ira si no obedecía peligrando la vida de Yuuri, Conrad y también de Greta.

—¿Excelencia Wolfram?

La voz de las muchachas lo saco de sus tortuosos pensamientos.

—Sangria, Doria... — se pasó las manos por sus ojos limpiándose las lágrimas— Por favor, necesito que me ayuden a empacar algunas cosas —su voz estaba ronca por contener el llanto.

Las muchachas se extrañaron al escuchar su petición mas lo siguieron en silencio hasta su habitación.

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—¿Donde está Wolfram?—preguntó Cecilie inmediatamente al entrar a la sala pues solo encontró a Willbert, cuya presencia la intimido por un momento pero se recuperó pronto y pudo mantener la postura que había decidido adoptar.

—Cecilie, mi querida ex esposa ¿no saludas antes cordialmente? —contestó con ironía mientras se ponía de pie.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó seriamente, aunque el miedo la agobiaba es su interior, ese hombre era de temer. Un Demonio en todo el sentido de la palabra.

—¿Que mas? vine por mi hijo—contestó Willbert simplemente viéndola directamente.

—¡No puedes llevártelo! Mi hijo se casara próximamente con el Maou de este país – Cecilie trató la manera de convencerlo de no llevárselo, tal vez por el honor que significaba que su hijo se casará con el rey demonio de Shin Makoku su ex marido reconsiderara la idea.

—¡Nuestro hijo no se casará con un mestizo!-

No le sorprendía que ya supiera toda la información de Yuuri Heika típico de su ex esposo.

—Ellos se aman, no puedes hacer algo al respecto.

—A diferencia de ti, mi hijo mantendrá su honor, no permitiré que se enrede públicamente con un maldito medio mazoku—gritó él fuera de sí intimidándola, se acercó y se plantó frente a ella, los ojos de la mujer comenzaban a llenarse de lagrimas—No se convertirá en lo mismo que tu, una cualquiera que se mete con cuanto hombre se le ponga enfrente porque no encuentra placer después de la muerte de un humano que no valía la pena... ¡que la abandonó!

Cecilie se sintió atacada y ofendida.

—¡Basta! no sigas...

—¿Cuántos hombres después de mi Cecilie?— No le tenía respeto alguno, no lo merecería para él — Porque ningún hombre te complace y por eso vas de cama en cama, aun cuando estábamos casados y ese anciano vivía...

—¡Nunca te fui infiel! — interrumpió la mujer entre llantos — ¡Lo juro!— y se lamentó que Willbert aun recordaba ese bochornoso pasado, donde las confusiones y los malos entendidos acabaron al instante con el amor que decía tenerle.

—Eso no lo puedo asegurar y aunque así haya sido tal vez no me fuiste infiel en cuerpo pero si en mente... en nuestras noches él siempre estaba presente – el rencor en sus ojos se clavaban en el pecho de la mujer –Pero mi hijo no será así, esta vez si me lo llevaré lejos de ti, de tu mal ejemplo, lejos de ese malnacido –

Él salió inmediatamente de la sala perseguido por la desesperada mujer.

—¡Espera! Willbert ¡te lo suplico! — gritaba en los corredores.

****

"-¡Espera no te lleves a mi hijo! ¡Willbert!"

—¿Que es ese escándalo?—preguntó Yuuri que estaba aun en el salón con los demás, poniendo más atención para escuchar mejor.

"-No te atrevas a llevarte a Wolfram"- se escuchaba

—Maldición – Gwendal salió inmediatamente a paso veloz seguido de los demás.

****

Por fin logró alcanzarlo sujetándolo del brazo, mas el hombre lo jaló bruscamente haciendo que cayera al suelo, al momento de caer la ex reina se dobló el tobillo pero aun así suplicaba entre llantos, era más fuerte el dolor en su corazón. Se arrojó a los pies de Willbert con desesperación y tomando sus manos las oprimió contra sus ojos.

—Por favor...por el amor que nos tuvimos... por lo que llegamos a ser ¡no te lo lleves!– La voz de Cecilie estaba carrasposa de tanto rogar.

—Si me lo pones de esa manera, mas razones tengo de llevármelo.- sentía la humedad causada por las lágrimas en sus manos.

Cecilie temblaba y respiraba agitadamente con su corazón destrozado. Al corredor había llegado Wolfram impactado ante esa imagen, acompañado de Bastian von Moscovitcht que miraba indiferente la escena.

—Padre...- Wolfram se contenía las ganas de golpearlo por la manera en la que trataba a su madre.

Willbert enfocó su vista a su hijo y se limitó a decir:—Andando...

Pero sus intensiones se vieron truncadas por la aparición de un grupo de personas.

—¡¿Qué está pasando aquí?!—Gwendal habló con voz grave y furiosa

Conrad se apresuró a levantar a su madre del suelo haciéndola apoyarse en su hombro. Ella seguía llorando.

—Wolf...—el monarca se acercó a su prometido y trató de sujetarle el brazo pero él se alejó de inmediato,

—Yuuri, no...— susurró, agachando la cabeza.

—Así que este es el tal Yuuri Shibuya...—dijo Willbert con ironía. Se colocó frente a él y lo observó de pies a cabeza.

—Yo soy...ese que menciona —se dirigió a ese hombre altanero, aun con la extrañes por la actitud de su prometido y lady Cecilie.

Aquel rubio alto, fuerte y prepotente frente al chico no tan alto que él ni tan fuerte pero con una mirada más agradable, totalmente opuestos.

—Gwendal von Voltaire... —se alejó de Yuuri y aproximándose al mencionado. Se miraron directamente a los ojos más no había odio entre ellos.—Eres todo un hombre —comentó con orgullo—Pero aun así no entiendo cómo has podido aceptar esto —sabía que Gwendal entendería a que se refería —¡Escúchenme todo Shin Makoku! ustedes han caído tan bajo como para aceptar un medio mazoku como gobernante, dejando atrás el principio de proteger a nuestra raza de aquellos que no son dignos de ser parte de ella.

Los sirvientes que estaban presentes en los pasillos escucharon esa declaración.

—Desgraciado...— masculló Gunter, frunciendo el ceño.

—Iré directo al grano....—continuó Willbert, sereno y decidido —No reconozco a este don nadie como rey y soberano de esta nación por tanto me niego a ofrecerle el mínimo respeto —señaló despectivamente a Yuuri dejando a todos los presentes consternados. Wolfram cerró sus ojos con furia y apretó fuertemente los puños, ardiendo en deseos de defender a su amado.

—El es un buen soberano de esta nación, considero que debe guardase sus prejuicios y darse cuenta que los tiempos han cambiado —aseveró el consejero.

—Mucho menos acepto el compromiso que tiene con mi único hijo, por tanto me lo llevaré de inmediato conmigo a Antiguo Makoku y no lo volverán a ver nunca más — siguió hablando sin importarle las palabras del peli-lila.

—¡¿Qué?! — Yuuri abrió grandemente sus ojos asustado ante tal declaración, esto debía tratarse de una broma de muy mal gusto.

—No puede hacer eso, Aunque usted no esté de acuerdo mi madre y el mismo Wolfram si aceptan ese compromiso. —declaró Gwendal con voz segura

—¡Mi hijo no será esposo de un mestizo! ni padre de una mugrienta humana.

—¡Basta!— gritó furioso el pelinegro, harto de escuchar a ese hombre, que según entendía era el padre de su prometido— ¡Basta con sus ofensas!

Willbert apretó los puños y gritó: —¡No me dé órdenes!

Yuuri no se intimidó.

—Wolfram se quedara a mi lado, no permitiré que se lo lleve.

—¿Se atreve a desafiarme?— Willbert caminó de nuevo frente al pelinegro.

—Por Wolfram y el honor de mi familia me atrevo a lo que sea —avanzó a paso firme. Sus ojos se toparon con unos azules profundos, cuanto rencor había en su mirada.

—Yuuri, ¡basta! —suplicó el rubio. Muy a su pesar, Yuuri no tenía ni idea del poder que poseía su padre, nunca le ganaría en un duelo.

—Mataré dos pájaros de un tiro— indicó formando una media sonrisa, se desharía de ese "Maou" de la manera más humillante —Si quiere estar con mi hijo deberá demostrar que es digno de él, si es tan valiente como para luchar por Wolfram entonces no le importara luchar con otros más...

Todos estaban a la expectativa, con los ojos bien abiertos y el corazón latiéndoles aceleradamente del miedo. El terror terminó de apoderarse de sus espíritus.

—Solo dígame que tengo que hacer...— le retó Yuuri, afilando su oscura mirada.

—Una competencia por la mano de mi hijo, los nobles de los distritos de mi nación serán participantes, si logra ganarla le concederé la mano de mi hijo, aun con el hecho de que mi país se quede sin un heredero al trono y dejaré que viva aquí en Shin Makoku.

—¡¿Qué?!— Wolfram reaccionó ante semejante idea— ¡Eso es humillante! Padre, yo no soy ningún premio de ninguna clase de competencia.

—Bueno, si se niega no hay nada más que hacer, tengo todo el derecho de llevarme a mi hijo conmigo y comprometerlo con quien a mi me plazca.

Fue ahí donde reaccionaron y entendieron, ¡¿Willbert se atrevería a hacer tal cosa?! Estaban seguros que sí, tenía todo el derecho de hacerlo como lo había dicho por lo que paso tiempo atrás, pero no lo podían permitir, al menos no sin luchar antes, desenvainaron sus espadas y se colocaron en modo de ataque causando la burla del Maou de Antiguo Makoku.

—Por favor... — exclamó con ironía —¿en serio creen que pueden ganarme, aun entre todos ustedes? Se lo pondré así, si se atreve a desafiarme y evitar que me lo lleve—levantó su mano y rodeo a Greta con unas cadenas de fuego pero aun no la aprensaban. La niña gritó asustada.

—¡Greta! —gritó alarmado Wolfram

Willbert entrecerró sus ojos de manera vivaz y continuó su amenaza.:—Ella pagará las consecuencias.

—Que así sea entonces.— respondió Yuuri.

Estaban acorralados, no concebía la idea de que este hombre lastimará a su hija, no lo permitiría

—¡Ahora déjela!— agregó y el hombre disminuyo las flamas.

—¡Bastian! —llamó en un grito a su consejero y ordenó:— Llévate a mi hijo, y si alguien se atreve a evitarlo quemaré a esta niña.

—¡..!— todos quedaron estupefactos al escuchar tal declaración.

El pelirrojo tomó del brazo a Wolfram y lo arrastro con él.

—¡Espere!...- Wolfram prácticamente le gritó a Bastian que ya tenía intenciones de llevárselo. Jaló con fuerza su brazo y de inmediato se acerco al pelinegro- Yuuri por favor...no lo hagas...— le tomo el rostro con ambas manos — No hay salida, no quiero que te pase nada...por mi culpa

—Wolfram von Bielefeld ¡Obedece! — Willbert alzó la voz.

El aludido se separó muy a su pesar más Yuuri lo sujeto firmemente de la cintura y lo besó con fiereza frente a todos los presentes.

—Te recuperare porque eres mío.

Wolfram negaba rápidamente con la cabeza. — Si vas morirás —musitó dolido.

Bastian sujetó su brazo de nuevo y esta vez apretándolo fuertemente, lo llevó a la salida del castillo, al salir se encontró con las tropas de Antiguo Makoku sobre sus caballos dispuestos a atacar si era necesario, una vez más se dio cuenta que no tenia escapatoria, entró al carruaje y esperó.

Willbert se quedó en el corredor después de liberar a Greta que asustada se fue a refugiar en los brazos de Gwendal.

—A decir verdad, espero verlo en la competencia...pero solo porque quiero verlo humillado – formó una sonrisa de burla.

Yuuri apretó sus dientes y frunció el ceño conteniendo las ganas de lanzarse sobre él.

—Yo seré fuerte, ¡me haré mas fuerte! - levantó su oscura mirada con firmeza no dejándose intimidar— ¡Y usted se tragará esas palabras de desprecio!

Willbert sonrió de lado.

—En dos semanas dará inicio el evento en mi Nación, Antiguo Makoku, en el Castillo Imperial... lo esperaré con ansias y demostraré ante todos que nunca un Medio Mazoku podrá superar a uno de raza pura. – así se fue dejando a todos aun impactados.

El Maou caminó tambaleante hasta la pared más cercana donde se recostó de espaldas y deslizó lentamente hasta caer sentado al suelo, bajó la cabeza y colocó un brazo sobre su rodilla. Cecilie seguía llorando desconsoladamente aferrada a los brazos de su hijo, el miedo y el dolor en los demás se reflejaba en sus rostros... ¿Cómo había pasado todo esto? lo único que sabían era que para recuperar a Wolfram, Yuuri tenía que ganar un competencia contra otros poderosos Mazoku...dentro de dos semanas tenía que estar preparado para enfrentarse en batalla con ellos.

 

Notas finales:

Gracias por leer!


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