El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.
-Muy bien… Abran sus libros en la página 48 por favor.
Todos los estudiantes empezaron a sacar sus libros y revisar sus notas. Las clases continuaron sin inconvenientes, entre explicaciones del profesor y parte del desinterés de los alumnos.
-eso es todo señores… recuerden que el día de mañana tendremos un examen. Espero que revisen sus apuntes de las últimas clases.
-Nooo!! –respondieron todos los alumnos al unísono.
-no existen excusas, además si no obtienen un alto puntaje tendrán que venir a clases de verano.
Los alumnos fueran saliendo decaídos del aula de clases, algunos maldiciendo al profesor.
-Sr. Park. Lo quiero ver en mi oficina. –dijo el joven profesor recogiendo sus libros sin atreverse a mirar al mencionado.
Terminó de recoger todas sus pertenecías y salió del aula hacia su despacho. Al llegar intento sacar sus llaves del bolsillo de su pantalón, pero terminó tirando todos los libros que llevaba en sus brazos.
-déjame ayudarte. –un hombre muy apuesto empezó a recoger los libros.
-no se preocupe… yo estoy bien. –dijo sin mirar a aquel hombre.
-sigues igual… Junnie. -¿Junnie? Pensó. Solo había una persona que lo llamaba así y esa era… no podía ser él. Lo miró rápidamente y..
-¿Hyun?
-veo que aún me recuerdas. –pronuncio el mayor entregándole sus libros. –y que sigues tan torpe como siempre.
-¡yah!
-¿Qué? Soy tu hyung… tenme más respeto. Usa los honoríficos cuando hables conmigo mocoso.
-lo siento hyun, pero que haces aquí.
-primero dame las llaves… no pretenderás que nos quedemos conversando en el pasillo.
-¡Oh! –Jun le entrego las llaves y luego de que abrieran la puerta y se acomodarán, comenzó su plática.
-hace tanto que no entraba aquí, le has puesto tu toque personal a esta oficina.
-te molesta…si es…
-no seas tonto… esta es ahora tu oficina… puedes pintarla de rosa si lo deseas.
-¿Cuándo llegaste? –pregunto Jun entregándole una gaseosa a Hyun para luego sentarse frente a él.
-hace 2 días.
-y piensas quedarte. Pregunto emocionado el menor.
-aun no lo sé.
-regresarás a la escuela.
-no… ya no quiero enseñar. Es aburrido. Quiero hacer cosas más interesantes.
-visitaste a Saeng. –pregunto nuevamente el menor mirándolo severamente.
Hyun se levantó y empezó a recorrer la oficina como si fuera un lugar desconocido que debes explorar, bebía de su gaseosa mientras revisaba varios libros del estante. –aun no lo has hecho… como puedes ser tan cruel.
-¡Cállate!... lo iré a ver hoy. –gritó el mayor molesto.
-el sufrió mucho cuando te fuiste… te ha extrañado.
-crees que para mí fue fácil dejarlo… es mi hermano… no tuve opción. –la voz de Hyun apenas era audible.
Jun se levantó acercándose hacia él, que se encontraba de espaldas mirando fijamente los libros con la lata de gaseosa apretada fuertemente entre sus mano.
-lo sé… sé que todo era por su bien… pero…
-dejemos de hablar de eso. –Hyun se giró sonriendo y se dirigió al escritorio del menor sentándose sobre él. –mejor cuéntame cómo te ha ido en esta escuela. Esos mocosos te tratan bien.
-primero bájate de ahí… “hyung” –enfatizo la última palabra. –y…
-relájate… que ocurrió con el lindo Junnie de unos meses atrás. –Jun soltó aire… se sentó en la silla detrás del escritorio.
-ha sido muy difícil.
-¿Qué ocurrió?
-Park.
-Jung Min. ¿Qué hay con él?
-sus calificaciones ¡Son terribles! –abrió un cajón de su escritorio sacando una hoja. –mira. –le entrego el examen a Hyun.
-¡Un 0! Eso no es posible… pero… si Jung Min es un excelente alumno, no es que sea de los mejores, pero sus calificaciones son buenas para el vulgo.
-no sé qué le ocurre. Los primeros días estaba bien, pero luego sus notas decayeron considerablemente. Ahora son solo estos lindos óvalos. –golpeo su frente en el escritorio. –es mi culpa. Debo ser un mal educador. Arruine a un estudiante.
-claro que no. Pero… será mejor que no lo molestes mucho.
-Eh! –Jun se incorporó viendo extrañado al mayor.
-ya sabes… -se inclinó hasta quedar frente al rostro del menor. –los padres de Jung Min son mafiosos. Solo déjalo pasar, no sería bueno si te odia. Podría mandar a que desaparecieras. –dijo lo último con un tono tétrico, haciendo una línea imaginaria alrededor de su cuello.
-tu… tu… crees… que sería capaz.
-sí.
-pero… pero…- los ojos de Jun empezaron a humedecerse.
-¡Aishh!... no vayas a llorar… yo estaba bromeand…
-buenas tardes. De que quería hablar conmigo profesor Kim.
Ambos se voltearon para ver de dónde provenía aquella voz. Aunque Jun la podría reconocer a leguas. En el umbral de la entrada se divisaba a un joven poco más de 1.80, facciones varoniles y un estilo imponente a pesar de ser solo un adolescente.
Jun de inmediato se apartó de Hyun intentando controlar sus lágrimas.
-Oh! Jung Min-ah ¿Cómo has estado?
Hyun se levantó del escritorio en un salto, quedando frente a Jung Min.
-Vaya. Has crecido mucho y estás más apuesto –hablo acercando su mano a su cabello para revolverlo, pero antes de que lo lograra Min tomó su mano apartándola.
-Profesor Kim. Que es lo que quería decirme. –pronunció Jung Min ignorando por completo a Hyun.
-Eh!... si… eso…
-Ash!! Que molesto… no has cambiado tu actitud Park, sigues igual de arrogante. Mejor me voy. Te veo en la casa de Kyu. Tenemos que ayudarle a organizar la fiesta de cumpleaños de Hong Ki. No llegues tarde. –Jun solo atinó a asentir en respuesta. –y tú. –señalo a Jung Min. –no le causes problemas a Junnie… Park. –amenazo Hyun antes de salir de la oficina.
-gilipollas. –murmuro Jung Min.
-cuida tu vocabulario. Eres un estudiante… lo recuerdas, le debes respeto a tus mayores. Siéntate. –ordeno Jun.
Saco varios documentos de un archivador colocándolos sobre el escritorio. Jung Min se sentó frente a él mirándolo fijamente.
-¿Qué ocurre? Dímelo.
-a que se refiere.
-desde que he llegado a este colegio recibo constantes reclamos por parte de la directiva debido a tu bajo rendimiento académico. Si continúas así tendrás que tomar clases de verano. –replico el joven profesor en un tono calmado.
-usted será el tutor de esas clases. –pregunto Min levantándose y acercándose a Jun.
-Eh!... s… sí… por eso… esp… -Jun se quedó en shock cuando vio a Jung Min a pocos centímetros de su rostro. Mirándolo de una forma tan ¿lasciva?
Rápidamente Jun lo empujó. Se dirigió a la puerta de su despacho.
-eso es todo señor Park… puede retirarse. Un estudiante debe estar temprano en su casa, no quisiera tener inconvenientes con sus padres.
Jung Min se encontraba en el mismo lugar. Caminó hacia la salida pasando muy cerca de Jun.
-me divertiré mucho en las clases de verano… espero no tener que verlo llorar de nuevo… profesor. –susurro cerca de su oído antes de salir.
Jun cerró rápidamente la puerta y se recostó en el suelo frustrado. Hace unos instantes ¡Casi besa a su alumno! De no ser por su fuerte voluntad mental lo hubiera hecho. Aun recordaba como termino en aquel colegio.
FLASHBACK
Jun vivía en Seúl con su madre y su hermano menos en un departamento en el centro de la ciudad. Terminaba de graduarse de la Universidad. Apenas tenía 23 años cuando egresó. Su IQ era superior al de los demás. El ciclo de su vida fue muy tranquilo hasta ese día.
-¿Qué? Te irás… ¿Por qué? –decía Jun llorando, sujetando del brazo a Hyun.
-Mi madre me ha pedido que vaya a dirigir las empresas de la familia en Inglaterra. No puedo aplazarlo por más tiempo… tendré que ir.
-pero… y… Saeng.
-el estará bien. Padre está con él.
-no es lo mismo Hyun, él te adora… Hyun… tu madre… ella…
-sí… ella lo sabe. No sé cómo se enteró.
Hyun era el mejor amigo de Jun. Ambos estudiaron juntos, solo que Hyun era mayor que él. Se conocían desde que estaban en el jardín de niños.
Hyun se recostó en su cama mirando el techo. Jun le siguió recostándose a su lado.
-ayer me llamó… estaba furiosa. Y en parte la entiendo.
-lo sé. Pero Saeng no tiene la culpa de todo esto.
-por lo mismo tengo que ir, si no lo hago… ella amenazó con lastimarlo.
Saeng era el hermano menor de Hyun. En realidad su medio hermano. Hace 5 años sus padres se divorciaron por causa de Saeng. Ella se fue a vivir con Hyun a Inglaterra, pero luego de 6 meses cuando Hyun cumplió 18 años él regreso a Corea a vivir con su padre.
Pero la madre de Hyun desconocía que Saeng estaba viviendo con ellos, al comienzo Hyun y Saeng se odiaban a muerte. Era terrible cuando empezaban a pelear, pero después de un tiempo se volvieron inseparables.
-el me odiará… le prometí nunca dejarlo. ¿Qué haré?
-si le cuentas… la verdad.
-eso nunca. Prométeme que tu no se lo dirás Jun.
-pero Hyun él…
-¡Promételo! –exclamo Hyun exaltado sentándose.
-lo prometo.
Luego de eso Hyun se fue a Inglaterra y Jun tuvo que reemplazarlo en el colegio.
Sus primero días fueron terribles, al ser tan joven los estudiantes no le respetaban y continuamente lo molestaban cuando daba clases.
Un día no soporto más. Y ahí se encontraba un joven profesor llorando desconsoladamente sentado en una banca del parque que se encontraba frente al colegio. Sus piernas se encontraban flexionadas a la altura de su pecho escondiendo su rostro cubierto de lágrimas.
-¿Qué vergonzoso? No existe nada más patético que ver a un adulto llorar y más si es un hombre. –se escuchó hablar a alguien con desprecio mientras el origen de esa voz se sentaba a su lado.
Jun seguía llorando, en un segundo sus lágrimas de tristeza se convirtieron en lágrimas de vergüenza. Si no bastara con no poder obtener el respeto de sus alumnos ahora le tendrían lástima.
-deja de llorar… es molesto.
Lentamente Jun se incorporó limpiando su rostro, mirando hacia el frente. Sabía quién era la persona sentada a su lado y odiaba al universo por ser descubierto en esta situación justo por él.
Park Jung Min.
Era uno de los chicos más populares del colegio, tenía la fama de ser un narcisista y arrogante adolescente. Y con justas razones, era muy apuesto, además, su promedio era de 9.87, casi excelente.
-¿Qué haces aquí? –logró decir Jun intentando sonar calmado.
-nada en particular. Toma. –Jun seguía mirando al frente hasta que sintió como tomaron su brazo hasta ser recostado en el pecho de Jung Min.
-… q… qué…
-guarda silencio. Con cuidado Min seco el rostro de Jun con un suave pañuelo. –si dejaras de mostrarte tan vulnerable delante de todos… nadie te molestaría. –Jun mantenía los ojos cerrados sintiendo el dulce aroma de Jung Min. Extrañamente le hacía sentirse protegido. – ¿Quién fu esta vez? –preguntó Min con un tono de voz sería aun con Jun entre sus brazos.
Jun se soltó de su agarre apartándose un poco de su alumno.
-eso no importa… lo… lo lamento… todo esto. Soy tu sumbae y parece como si fuera el donsaeng… mejor me…
Rápidamente Min lo tomó del mentón acercándolo a su rostro. “Patético” se decía a si mismo Jun. No lo soporto más y sus lágrimas brotaron de nuevo de sus ojos, el seguía preguntándose porqué era tan débil.
Jung Min lo soltó, se levantó de la banca guardando el pañuelo que utilizo para limpiar el rostro de Jun. Y sin pronunciar palabra se fue.
Desde entonces Jung Min bajo sus calificaciones y también extrañamente… dejaron de molestarlo.