Sailor Gyu
Heechul había llegado a los dormitorios tan emocionado que había perturbado la tranquilidad que en esos momentos habitaba. Curiosos, los miembros se habían acercado a él para saber el motivo de su hiperactiva alegría. No obstante al escuchar de que se trataba uno a uno fueron desapareciendo de la sala.
Kyuhyun quien había estado jugando Starcraft toda la tarde no había escuchado la conmoción causada por Heechul. Así que cuando bajó las escaleras para buscar algo que comer se encontró con el mayor conectando su laptop a la enorme televisión de la sala.
- ¿Qué haces hyung?- preguntó el menor mientras se dirigía a la cocina en busca de algo comestible.
- ¡Kyuhyunnie! ¡Que alegría!- se acercó a él y le pasó un brazo por los hombros- Tu me acompañarás a ver el estreno de Sailor Moon Crystal.
- ¿Qué?- preguntó el menor incrédulo.- ¿acaso crees que perderé mi tiempo viendo un anime hecho para mujeres?
- Kyuhyun, Kyuhyun- tarareó Heechul mientras negaba con la cabeza.- Sailor Moon no es solo un anime para mujeres. La asombrosa cantidad de escenas lesbi...
- Es suficiente- musitó Kyuhyun con el ceño fruncido. Sentía sus mejillas arder y uno de sus ojos palpitar.
- Si te quedas pedimos tu comida favorita a domicilio- el menor alzó una ceja- yo pago.
- Hecho.
El resto de la noche fue sumamente horrible, en palabras de Kyuhyun. Debió haberse imaginado que las cosas resultarían así. Después de que la comida hubiese llegado Heechul le comunicó que no tenía ni un sólo won en la billetera por lo tanto el menor tuvo que pagar.
El capítulo fue tal y como el supuso que sería. Soso, cursi y demasiado brillante para sus ojos. Podría jurar que pasó todo el capítulo con los ojos entrecerrados.
A penas terminó, se puso de pie para dirigirse a su habitación. Cuando pasó junto a la puerta de Yesung, notó a Ttangkkomi caminar a paso lento (muy lento) lejos de esta. Sopesó el meterla de nuevo a la habitación, pero dudaba que llegara muy lejos a esa velocidad.
Entró a su habitación y contemplo jugar Starcraft por unas horas, pero sus ojos ardían por tanto color que supuso que una noche de descanso no le vendría mal.
Ya sobre su cama y bajo sus cálidas sábanas, permitió que el sueño le invadiera lentamente. Su cerebro se nublaba y sus pensamientos se tornaban incoherentes. Justo cuando estaba a punto de caer fulminado, el maullido de un gato captó su atención.
Abrió los ojos lentamente y frente a él se encontraba Heebum, el gato de Heechul. Frunció el sueño cuando notó que en su frente tenía una calva peculiar, con la forma de una luna creciente.
Se rió un poco al imaginarse a Heechul rasurando al gato. - Pobre Heebum-
Heebum rodó los ojos y resopló. Kyuhyun parpadeó una par de veces. ¿Acaso era posible que un gato hiciera eso?
- Kyuhyun, no tengo tiempo para tus tonterías. ¡Debes salvar a la tierra!- el menor se le quedó mirando con los ojos abiertos como platos. Heebum había hablado, Heebum había hablado con la voz de Heechul.
Lentamente Kyuhyun se recostó sobre su cama y cerró los ojos. Debía estar soñando. Eso es lo que pasaba.
- ¡Kyuhyun no te vuelvas a dormir!- Heebum saltó sobre él y con su pata le dio un golpe en la cabeza.- Ten, ponte este broche de Terran y grita ¡Poder Prisma Terran Transformación!- Al ver que Kyuhyun no le prestaba atención le lanzó el broche en la cabeza.
- Oww- gimió el menor. Tomó el broche para examinarlo y se sorprendió cuando al contacto de su piel comenzó a iluminarse.
- ¡Ahora Kyu! Grita lo que te dije- aún aturdido Kyuhyun repitió las palabras que Heebum le pedía, de inmediato sintió como todo su cuerpo sufría una extraña transformación. Sintió su piel cosquillear y deseó que pronto terminara porque ya empezaba a sentir nauseas.
Cuando todo acabo se encontró a si mismo de pie junto a su cama. Con torpeza caminó hacia donde se encontraba el interruptor de la luz.
- ¿Y bien?- preguntó buscando a Heebum- este tenía los ojos como platos. Luego observó como se cubría el hocico con ambas patas.- ¿qué?- con temor y la misma torpeza caminó hacia donde se encontraba su espejo.- ¿qué demonios?
Miró a su reflejo que le devolvía la misma horrorizada expresión. Tenía puesto un traje escolar japonés de marinero. Sobre su pecho descansaba un enorme moño rosa y el broche Terran que Heebum le había entregado. Sus brazos tenían guantes y lo peor no era que llevaba puestas unas botas rosas, sino la diminuta falda que colgada de su cintura.
Dirigió la mirada a su rostro una vez más y observó que desde su flequillo algo brillaba. Con sus temblorosas y enfundadas manos levantó el flequillo para descubrir una pequeña tiara dorada que tenía un rubí incrustado.
- Oh, Dios.- gimoteó tratando de desprenderse de su ropa, pero nada parecía funcionar. De la nada escuchó una voz muy conocida.
- ¿Dónde está? ¿Dónde? ¿Ttangkkomi? - era la voz de Yesung.
- ¡Vamos Kyu, es tu primera misión!- gritó Heebum mientras salía por la puerta.
- Estás loco, no saldré así- los gritos desesperados de Yesung se hicieron más fuertes y molestos. - Maldición.
Caminó hacia la habitación de su hyung mientras trataba de jalar su falda para que cubriera un poco más sus piernas. ¿Qué tan vergonzoso podría lucir un hombre con falda y vello? Sintió un escalofrío y miró hacia abajo para descubrir que sus piernas lucían más blancas y relucientes que nunca. Sin vello.
Sacudió la cabeza y miró hacia la puerta de donde provenían los desesperados lamentos de Yesung. Respiró profundamente y entró. Al menos sabía que si no encontraba a su tortuga entonces podría hacer que se le olvidara con semejantes fachas.
Yesung le miró con ojos confundidos y llorosos.- ¿quién eres?- preguntó.
- ¿yo?- ¿acaso Yesung no podía reconocerle?- Yo soy...- miró a Heebum en busca de ayuda, pero este se encontraba lamiendo sus partes ocultas. ¡Iiuug!- Soy... Soy Sailor Gyu- quiso darse un golpe en la frente ante el estúpido nombre.
- ¿Sailor Gyu? ¿Entonces tú me ayudarás a encontrar a Ttangkkomi?
- Si, dime Yesung, ¿cuándo fue la última vez que la viste?- su voz parecía aburrida, ¿donde más podría perderse una tortuga?
- Hace unos minutos, por ahí- miró hacia donde la mano apuntaba y casi le da algo al ver el enorme hueco en el suelo.- La tenía entre mis manos y le estaba haciendo cariñitos cuando de pronto empezó a crecer y crecer. La solté porque era pesada, luego hizo un hueco y se fue.
Kyuhyun tragó en seco y miró a Heebum. - ¿qué esperas? Ve tras ella.- musitó Heebum.
- Pero... Yo no...
- No seas pesado- dicho esto Heebum se lanzó a su espalda y le empujo hacia el enorme hoyo en el piso.
Sintió su cuerpo caer y caer. Creyó que jamás llegaría al final o que cuando lo hiciera lo haría hecho pedazos.
Miró el final del hoyo aproximarse y no sabía como aterrizar. Cerró los ojos con fuerza y se preparó para el impacto. No obstante su cuerpo fue recibido por un par de musculosos brazos.
Abrió los ojos y observó a un hombre con antifaz y sombrero de copa. Frunció el ceño. Por alguna razón aquel sujeto se le hacia conocido.
- Deberías ser más cuidadoso Sailor Gyu.- Kyuhyun parpadeó un par de veces. Aquella voz también se le hacía conocida. Miró detenidamente el rostro y reconoció los profundos hoyuelos.
- ¿Y quién se supone que eres tú?- murmuró y rodó los ojos. Se removió un poco para que el sujeto, que casualmente usaba un tuxedo, le bajara de sus brazos.
-.Soy Tuxedo Won- Kyuhyun enarcó una ceja ante la falta de creatividad del moreno. Miró a sus alrededores en busca de Heebum. Este se encontraba intacto un par de metros de ellos donde el agujero continuaba en un túnel.
Entonces un estridente chillido se escuchó desde ahí. Heebum miró a Kyuhyun haciéndole entender que ahí era donde encontraría a Ttangkkomi. Tragó en seco antes de continuar su camino.
Sin embargo, le extrañó no escuchar el sonido de los pasos de Tuxedo Won tras él. Miró a su alrededor para descubrir que el sujeto había desaparecido.
- Menudo cobarde- siguió caminando hasta que pronto vio un enorme caparazón. Era Ttangkkomi que se encontraba excavando al final del túnel.- "que demonios le da de comer Yesung a sus tortugas".- tragó en seco. No tenía idea de que hacer, jamás había peleado contra una tortuga gigante. Jamás había peleado contra nada.
- ¡Hey, Ttangkkomi!- escuchó a Heebum gritar- Aquí está Sailor Gyu y vino a patear tu trasero.- Kyuhyun le miró con los ojos abiertos como platos.
La tortuga se giró lentamente. Dios. Kyuhyun sabía que las tortugas eran feas, pero vistas a ese tamaño y cercanía eran horrorosas.
Sintió que sus piernas temblaban. ¿Qué debía hacer? ¿Qué era lo que había echo esa mocosa de Usagi en el anime? ¡Es verdad! Había esperado a que su gata le dijera que hacer.
- Heebum, ¿ahora qué hago?- el gato le miró estupefacto y Kyuhyun comprendió que estaba jodido.
El rugido de Ttangkkomi les distrajo. La tortuga levantó una de sus garras para lanzar un zarpazo hacía ellos. Heebum y Kyuhyun saltaron lejos del alcance de la criatura gigante, pero esta se movió en busca del castaño.
Kyuhyun rodeó a la tortuga tratando de no ser visto, pero el movimiento de esta hacia que la tierra temblara haciendo difícil el desplazarse.
Sintió un coraje inundarle. ¿Qué hacía él ahí? ¿A caso tenía algún poder útil? No se sentía diferente, no tenía fuerza y tampoco tenía un arma con él. Entonces recordó su ridícula tiara, antes no había podido quitársela, pero tal vez si pretendía usarla como arma...
Tocó el frío metal con sus dedos y esta de inmediato cayó sobre sus manos. Trató de concentrarse en el objeto antes de lanzárselo a la tortuga. La tiara no pareció hacerle ningún daño pero ciertamente la hizo enojar.
Como un bumerán, la tiara regresó a él y se colocó de nuevo en su frente. - gracias por ser tan útil- espetó ante de seguir corriendo tratando de esquivar una vez más la ira de Ttangkkomi.
Heebum miraba como Kyuhyun corría de una lado a otro. Debía haber alguna manera para que el muchacho regresara a esa tortuga a la normalidad. Entonces la vio. En una de las patas traseras de la tortuga, aquella que casi no apoyaba mientras trataba de alcanzar a Kyuhyun, había una astilla clavada.
- Kyuhyun, en su pata derecha hay una astilla. Sigue distrayéndola en lo que se la extraigo.
El castaño continuó saltando y esquivando golpes mientras esperaba a que Heebum hiciera lo que necesitaba hacerse. Sin embargo se estaba agotando y parecía que la tortuga aún tenía mucho coraje acumulado.
Justo cuando Heebum tomó la astilla entre sus patas, Ttangkkomi alcanzó a Kyuhyun y lo levantó en el aire. Desesperado, Heebum jaló de la astilla con todas sus fuerzas hasta que finalmente la retiró.
Al no sentir dolor, Ttangkkomi se detuvo y soltó a Kyuhyun antes de regresar a su tamaño original, como la pequeña tortuga pacífica que todos conocían.
Kyuhyun cayó hacia el suelo al no tener nada que lo sostuviera. De nuevo cayó sobre una par de musculosos brazos. Suspiró desganado, esperaba que aquello no se volviera un hábito.
- Parece que he vuelto a rescatarte Sailor Gyu- sonrió Tuxedo Won exhibiendo sus hoyuelos una vez más. Kyuhyun rodó los ojos irritado."Pero si tú fuiste el primero en desaparecer, mal nacido."
Tuxedo Won lo colocó en el suelo, pero no permitió que se alejase de él. Kyuhyun colocó sus manos sobre los definidos pectorales para empujarse y así mantener distancia. Sintió como el mayor deslizó una de sus manos a su cintura y como la otra tomó su barbilla para obligarle a mirarle a los ojos.
Como un imán su mirada no pudo separarse de las oscuras orbes del contrario, negras como la noche. El mayor se acercó lentamente a él y Kyuhyun sintió su corazón palpitar desbocado contra su pecho. Justo cuando sus labios iban a tocarse, sintió como la mano en su cintura se movía hasta colarse bajo la falda.
Su rostro enrojeció de vergüenza e ira. - ¡Maldito pervertido!- dicho esto golpeó su rodilla contra la entrepierna de Tuxedo Won.
- ¡Aaaaaarg!- escuchó el estridente sonido que le devolvió a la realidad. Abrió los ojos y le recibió la oscuridad de la noche.
Sus ojos se acostumbraron lentamente a la oscuridad hasta que notó a Siwon junto a él con el rostro contraído de dolor y ambas manos cubriendo su entrepierna.
- ¿Y a ti qué te pasó?- preguntó entre fastidiado y aliviado de que toda esa absurda aventura hubiese sido sólo un sueño.
- Llegué a Seúl hace unas horas queriendo verte y por eso decidí pasar la noche aquí- musitó una vez el dolor se hizo soportable.
- Eso no explica porque tienes esa cara.-
Bueno, entré a la habitación y parecía que no estabas teniendo una buen sueño, así que decidí mimarte un poco para que se te pasara- Siwon ya estaba más recuperado en ese momento. Kyuhyun entrecerró los ojos suspicaz.
- ¡Apretándome las nalgas no vas a mejorar nada!- Siwon sonrió de tal manera que sus ojos se entornaron y sus hoyuelos se marcaron. Kyuhyun se sorprendió de que no se le partiera la cara ante lo enorme que era su sonrisa
- Pero ahora ya no estás en ese mal sueño.- aunque no lo aceptara, Kyuhyun sabía que tenía razón. - y... ¿Qué soñabas?- Kyuhyun rodó los ojos y se recostó de nuevo en la cama.
- Nada bueno, ahora déjame dormir.
Kyuhyun permitió que Siwon le atrajera a sus brazos y le diera un beso. Aspiró el aroma que tanto había extrañado y rodeó el musculoso cuerpo con uno de sus brazos. El moreno fue el primero en quedarse dormido, pues no había dormido cómodamente durante su vuelo.
El menor se acomodó mejor y cuando estaba a punto de dormir escuchó una vez más el maullido de un gato. Irritado y aterrorizado se movió en busca de aquella maldita bola de pelos.
Heebum le miró con sus ojos brillantes que reflejaban la luz de la luna. Afortunadamente no había una calva en su cabeza. El menor suspiró tranquilo al notar aquello y espero a que Heebum saliera de su cuarto para recostarse una vez más.
No obstante antes de desaparecer tras la puerta, Heebum volvió a dirigirle una última mirada para guiñarle un ojo. ¿A caso los gatos pueden hacer eso?
El menor se recostó sobre Siwon con los ojos abiertos como platos y el rostro pálido. Ya no estaba seguro de poder pegar ojo esa noche.
(Fin.)