By Bill
¡Vamos Bill, te estoy hablando al menos mírame! –Eleve la cabeza para mirarla a los ojos cansado de su histeria e insistencia, pero ante esa mirada tan intensa sentí empequeñecerme– ¡Tienes ya 15 años! -14 murmuré para mí mismo– Imagínate que sucederá contigo entonces a los 20, ¿Qué pasará, ah? -Desvié la mirada mientras la orientadora de la escuela continuaba hablando- eras de los mejores alumnos y ahora he recibido al menos 5 quejas en 2 semanas de distintos profesores… No entrega tareas, interrumpe la clase, habla demasiado, tiene mala conducta… Si he de recibir una sola queja más, tendré que llamar a tus padres, ¿es eso lo que quieres? –Cerré los ojos y negué lentamente- no. –Muy bien… Vete ya a tu salón que ya es hora de salir y deja ya mismo tu conducta de mediocre y holgazán –mordí mi labio y levantándome de esa incómoda silla anduve despacio por el patio hasta llegar de nuevo a mi grupo que ya se encontraba prácticamente vacío.
Oye ¿estás en problemas? –Preguntó mi amigo rubio a lo que yo negué- no por ahora pero… si hay otra queja, sí que lo estaré. –Ignórala, está loca Bill –respondió Andreas ayudándome a guardar mis cosas.
Te veo mañana –se despidió cuando el semáforo cambió de color y entonces atravesó la avenida tranquilamente.
Cuando llegué a mi casa, arrojé la mochila al sofá y subí a mi habitación.
Me senté frente al escritorio y encendí la portátil.
¡Son las dos apenas! –exclamé entusiasmado mientras ingresaba a mi cuanta de Skype.
Tal y como esperé, él estaba en línea, así que de inmediato le hablé.
Bill: ¡Hola! :)
Tom: ¡Billy! ¿Qué tal la escuela?
Bill: …Bien y ¿tú? Supongo que ya apurado para irte.
Tom: Sólo un poco, mi primera clase es a las 4
Bill: ¡Suertudo!
Tom: Suertudo tú que ya hasta regresaste, yo apenas entraré.
Bill: xD ¡ánimo!
Tom: ¡Por supuesto! ¿Qué tal están mamá y papá?
Reflexioné un poco antes de responder a eso… Que ¿Cómo estaban? Bueno, a mi parecer peor que nunca.
Por los horarios de sus trabajos ya casi no se ven pero cuando lo hacen es una discusión segura. Muchas veces me he cuestionado por qué siguen juntos si ya ni se toleran.
Decidí ocultarle la verdad a Tom para no darle una preocupación, así que le respondí con una pequeña mentira.
Bill: Están bastante bien ambos.
Tom: ¡Que gusto escuchar eso! ¿Está por ahí mamá? Me gustaría hablar con ella.
Bill: No está lo siento, aún es muy temprano para que ya haya llegado de su trabajo.
Tom: Claro lo olvidé… Perdona, es falta de costumbre.
Al menos está Jörg, ¿tal vez?
Ahora que Tom lo mencionaba yo me preguntaba lo mismo justo en ese instante.
Él usualmente sale al su trabajo a las 3:00 pm pero hoy… Hoy no lo había encontrado cuando llegué.
Bill: No, tampoco está, parece que salió antes al trabajo.
Tom: Joder que pena, desde que lo despidieron de su otro empleo ha sido todo un lío de horarios con su actual trabajo.
Bill: De hecho sí.
Tom: Comienzo a pensar que sería mejor regresar a Leipzig y decidirme por estudiar alguna otra
cosa.
Bill: ¡Tom qué dices! Puede que este costando lo suyo el dinero, trabajo y demás pero… Era lo que
querías y ahora que te lo pagan ¡aprovéchalo!
Tom: Lo haré y ya que lo menciones, debo irme.
Bill: Lo entiendo ¡suerte!
Tom: Gracias. Ya pronto nos veremos… para vacaciones.
Bill: Ya lo espero con ansias xD
Tom: :D
Tom ha vivido en un internado en Austria desde que comenzamos la secundaria, es decir, que básicamente ha estado allí desde los 12 años. Sólo nos vemos en vacaciones por un mes y medio (desde julio hasta mediados de agosto).
Y sí… Desafortunadamente ya no podemos pasar cumpleaños juntos. Y ni modo, las cosas a veces tienen que ser así.
Me removí en la cama sintiendo de pronto bastante frío a pesar de aún faltar 2 meses para el inicio del invierno (en agosto).
¿Ya oscureció? –Me levanté yendo directamente a la cocina. Todo seguía en silencio, tal y como en la tarde.
Abrí el refrigerador encontrándolo prácticamente vacío, ni sobre la estufa, ni dentro del horno había absolutamente nada.
¡Joder! ¿Por qué no he aprendido a cocinar? No hay ni siquiera pizza congelada en la nevera como siempre. –Pase una mano por mi estómago escuchándolo rugir y justo el teléfono de la casa sonó en ese momento, era mi padre Jörg.
-Hola?
-ah, hola papá.
-¿Qué tal están, Bill?
-Eh… Muy bien, casi por ir a dormir.
-Muy bien, anda que mañana hay que ir a la escuela.
-Sí…
-Comunícame a tu mamá antes por favor.
-Bueno es que ella no… ¡Se está duchando! –Se me ocurrió decirle.
-Uhm… Ya, bueno sólo coméntale que he llamado y que espero que me devuelva la llamada.
-Claro yo… le digo. Adiós.
Tenía una vaga idea del por qué siendo las 9 de la noche Simone aún no llegaba siendo que su horario laboral finalizaba a las 4 de la tarde.
La razón por la que a veces mamá tardaba tanto en volver llevaba por nombre Gordon…
Lo que había comenzado como una coincidencia y una grana mistad acabo convertida en la una relación de más que compañeros de trabajo y eso me calaba muy dentro.
No se trataba de envidia, no se trataba de celos. De hecho yo no tengo ningún problema con que Simone salga con otra persona, busque felicidad en algún otro lugar porque obviamente con Jörg, ya no la hay.
Aquí el verdadero problema resultaba ser que mi madre no decía nada, es decir lo mantenía “oculto” aunque eso de intentar disimular algo no se le da muy bien.
¿Por qué no me contaba la verdad? -¿Creía acaso que porque tengo 14 años no la entenderé? ¿Creo que soy tan ingenuo para no darme cuenta de lo que sucede con ellos? Puedo ser pequeño pero no estúpido. Y eso es al final lo que SÍ me molesta.
En cuanto a mí, una vez más me fui a dormir sin hacer deberes, cosa que muy probablemente me traería consecuencias mañana pero y eso ¿a quién le importaba? A mí no y por lo visto a mis padres mucho menos.