Era Robin la que me hablaba gentilmente. -si claro, para ti tengo todo el tiempo del mundo-
-se que te gusta Zoro- dijo con una sonrisa impecable.
-q..que?...como?.....- no sabía que decir, no sabía como responder ya que ella y el serán pareja muy pronto.
-lo sé, la forma en que lo miras es la misma con la que kuina lo veía, siempre lo viste así desde que lo conociste-
-no quiero entrometerme en tu relación con el, no te preocupes no le diré mis sentimientos, quiero que sea feliz aunque no sea conmigo- trate de aparentar seriedad pero la tristeza era mayor y mi voz se quebró en la última palabra, sentía un nudo en mi garganta. Yo quería a Zoro pero el no era para mi.
-pero no es lo que tu crees, ¿no lo sabes? Zoro es mi medio hermano, creíste que éramos pareja por que nos tomamos de las manos ¿no? Eso es porque nos tenemos mucho aprecio desde que éramos unos niños hacíamos lo mismo y por ello kuina me dejo de hablar por años- limpio mis lágrimas. No lo podía creer eran medio hermanos y yo pensando mal de ellos.
-¿medio hermanos?-
-si somos hijos del mismo padre pero no de madre, lo supimos cuando teníamos 15 años, nuestro padre murió pero antes de morir le confeso a Zoro que tenía una media hermana y adivina ¿quien fue?- río ante su comentario - Así que no te des por vencido se que tu harás muy feliz a Zoro- hablaba dándome ánimos. -pero no se cuando el este listo-
-no importa yo esperare el tiempo necesario hasta que sus heridas sanen- mi corazón palpitaba de nuevo, tenía una esperanza en el fondo de mi alma.
-creo que si no regreso se preocupara por mi- se retiró hacia su mesa.
Haré todo lo posible por conquistar a Zoro, quiero amarlo por siempre y lograr que el me ame de la misma manera que yo. Se que lo lograre, mis sentimientos lo alcanzarán no importa cuanto tiempo me lleve lograrlo.
Ya era hora de cerrar y como siempre Zoro se despedía de mi dirigiéndose hacia la puerta. Estire mi mano para agarrar el borde de su traje, lo hice inconscientemente en un acto de reflejo.
-¿que pasa?- me pregunto extrañado ante tal acto.
-promete.....que mañana vendrás más temprano para poder hablar más tiempo conmigo- dije sonrojandome, en serio quería poder estar más tiempo con el, me era necesario.
Sonrió y se acercó a mi -lo prometo, espero no ser una molestia que este aquí distrayendo te- me dijo susurrando me.
-n...no..no lo serás-
Se fue, con la promesa de volver el día siguiente. Pase toda la noche pensando en el, en sus palabras, al igual que pensé en lo que Robin me dijo, ya lo tenía planeado lo enamorare. Haré que me ame tanto como yo a el.
La alarma sonó y yo no había dormido casi nada, Zoro había estado en mis pensamientos toda la noche. Me vestí pesadamente, lo único que me alegraba era que podía ver a Zoro y platicar más tiempo con el, eso me hacia muy feliz, mi corazón se podría salir de mi pecho.
Llegue en la mañana y me prepare para atender a los clientes, estaba muy feliz más de lo usual, atendí a todos con gentileza.
Contaba las horas y los minutos para poder verlo, el reloj marcó las 7:00 y el apareció, haciendo que mi corazón sintiera alivio y emoción por que si había cumplido su promesa.
-buenas noches Sanji- se acercó a mi y me despeino gentilmente.
-buenas noches Zoro ¿cómo has estado?- cuando Zoro se me acerca pierdo mis sentidos, sólo quiero abrazarlo y estar en sus brazos por siempre.
-estoy bien ya que estoy contigo-
-.......ah?...- Zoro estaba feliz por estar conmigo, a esto que siento en estos momentos se le llama el éxtasis de la felicidad.
-jajaja, y tu ¿cómo has estado?- pregunto riéndose.
-b..bien-
-aún esta lloviendo, creo que ya es tiempo que pare- dijo viendo fijamente a la ventana.
-pensé que amabas la lluvia-
-si la amo, pero extraño ver la luna y la estrellas brillar en el oscuro cielo, amo la lluvia pero es momento de dejarla ir- suspiro. -por cierto he visto que tienen un piano de cola ¿podría tocarlo esta noche?-
-¿tocas el piano?- Pregunte incrédulo
-si, aprendí desde pequeño y hay una canción que desde hace mucho no la toco-
-le diré a los músicos y me avisas cuando estés listo-
Unos clientes llegaron interrumpiendo nuestra plática, hablamos poco después de eso.
Llego Robin y se marcharon a su mesa no sin antes saludarnos.
-hoy tocaré el piano- decía Zoro
-¿que?- escuche decir a Robin desconcertada. -tocarás el piano, me alegra escuchar eso- decía recuperando su postura.
-lo sé, ya es tiempo-
Llegamos a la mesa e hice mi rutina de siempre, los platillos, blah blah blah vino en las copas y todo lo demás. Me pase a retirar.
A al media hora llego Zoro indicándome que ya estaba listo para tocar el piano. Me dirigí hablar con los músicos de nuestra orquesta para que se tomarán un break de 15 minutos. Todo estaba listo para que Zoro tocara el tan anhelado instrumento.
-gracias me dijo subiendo así a la tarima- vi como la luz daba de lleno en cuerpo, se veía hermoso con ese traje de almirante y con su expresión sería.
robin se acercó a mi apoyando su mano en mi hombro -¿sabes algo curioso? Zoro no había tocado esa canción desde que kuina murió, era su favorita y en el dolor por su partida juro que nunca la volvería a tocar- decía viéndome fijamente a los ojos -y míralo ahora, aquí en tu restaurante tocando la canción que juro no volver a tocar, ¿te dice algo eso?- mientras más hablaba mi corazón palpitaba a mayor velocidad, yo comprendí lo que me quería dar a entender.
-buenas noches distinguidas personas, soy el almirante Roronoa Zoro y tengo el honor de deleitar su velada con mi música, tocare una de mis piezas favoritas su nombre es "kiss the rain"- dijo haciendo una reverencia.
Comenzó a tocar invadiendo con su melodía la estancia, era una tonada suave cargada de sentimientos de dolor, tristeza, melancolía era como el estar viendo la lluvia caer por la ventana. Escucharla me hacia suspirar, enamorarme más del hombre que estaba frente a mi, los minutos pasaban y aún se percibían todos los sentimientos emitidos al inicio, era una canción mágica, digna de un amor perdido. Quería seguir escuchándola, grabarla en mi corazón por el simple hecho de que Zoro la estaba tocando.
Finalizo y los aplausos se hicieron presentes. Se acercó despacio hasta donde yo me encontraba.
-por mucho tiempo me encontré perdido, sin la necesidad de volver amar- me decía acercando su cuerpo al mío para hablarme directamente en el oído -pero todo cambio cuando te vi nuevamente, aunque no lo quería aceptar. Siempre pensé que viviría de mis recuerdo con ella pero no puede evitar olvidarla poco a poco, ya que cuando te miro siento mi corazón desfallecer, late con fuerza hasta llegar a un punto crítico y muchas veces me he preguntado si es normal, el que con tan sólo verte mi cuerpo se estremezca. Me he quedado en un limbo entre lo absurdo y lo creíble, en donde te amo pero no te amo, en donde eres todo pero a la vez nada, ya que mi mente no la quiere olvidar pero mi corazón grita a los cuatro vientos el amor que nació en el y por fin después de tanto tiempo se que la he dejado ir. Ahora el problema es que no se cómo tratarte de ahora en adelante- decía en un susurro directo en mi oído.
Agarre su camisa y pose mi cabeza sobre su pecho -Trátame como el que será tu paño de lágrimas, trátame como el hombre que te sacara una sonrisa, trátame como el hombre que te hará feliz, trátame como el hombre que tanto te ama. Así trátame, como el hombre que estará contigo por el resto de tu vida. Lo volví a ver a la cara y en un tierno acto rozo nuestro labios con un te amo dibujado en ellos.
Y así fue como mi historia de amor se hizo realidad, en donde el amor de mi vida correspondió este amor que me hace desfallecer por el, y el cual se con toda certeza que el desfallece por mi. Desde ahora y por un buen tiempo nos amaremos con locura, con pasión y con mucha ternura por el simple hecho de que mi corazón palpita sólo cuando estoy a su lado.