Navidad, una época donde todo siempre es paz y amor, las parejas están juntas al igual que las familias, todos están con sus seres queridos, todos son felices.
Creo que soy la excepción. Aquí estoy, siguiendo a mi novio en un hotel, está abrazando por la cintura a una chica, se ven felices, sin preocupaciones ¡Ja! Me acerco a la puerta de la habitación donde entraron e intento escuchar algo ¿Por qué las puertas tienen que ser tan gruesas? ¡No puedo oír nada! Miro por debajo de la puerta y finalmente los veo…
-Imbécil… ¿Cómo te atreves a engañarme?...Voy a enseñarte de una vez por todas que a Draco Malfoy no podrás insultarlo nunca más- Me levante y tome mi mochila–Hoy te mueres, te lo juro…-
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Se escuchaba como alguien estaba en la ducha, y también lo escuche hablando.
-Quiero que envié una botella de Champagne al 774 y unos bocadillos para acompañar por favor, gracias-
Colgó el teléfono, esta era mi oportunidad así que toque el timbre de la habitación. Llego de inmediato a la puerta.
-¿Quién es?
-Lo que ordeno señor- Conteste cambiando un poco el tono de mi voz. Abrió la puerta y su cara reflejo sorpresa, al igual que sus ojos café.
-¿Q-Que haces aquí?- ¿Ni siquiera podía hablar bien? Que idiota, me acerque apuntándolo con la única arma que encontré en mi mochila, un paraguas.
-¿También me engañaste hace un año?-
-¿Cuándo? R-Recuérdalo, estuve en la fiesta de la empre….-
-Siempre me olvidas en navidad- Me acercaba cada vez más a él con el paraguas en mano y el cada vez entraba más al cuarto, pude observar toda la ropa de mujer tirada.
-Es aniversario….de la empresa de mi Padre n-no tengo la culpa de que sea en Navidad…..- Como si te creyera, tu voz sonaba cada vez más nerviosa.
-¿Por qué estás aquí? ¿Y no en la empresa? ¿Por qué mi insultas?- Mi voz sonó seria y ya no tenías excusas para decírmelas –Amor….Confiesa. Seguramente me has estado engañando todas las navidades, mentiroso, hoy te arrepentirás de todo- Sonreí, en definitiva lo estaba intimidando.
-Mejor cálmate...-
-No quiero calmarme. Hoy vas a pagar por todas las que me hiciste- Me miraste, ¿Qué estás pensando?
-Draco, yo creo que tu cerebro se está derritiendo, ¡Ni siquiera sabes lo que dices! Debes calmarte ¿Sí? Vuelve en ti, no te pongas histérico por favor- Este Maldito…
-Ya respira- y comenzaste a inhalar y a exhalar, como si no supiera hacerlo.
-Eres un idiota-
-No veo porque mi insultas, debes cuidar tu lenguaje. Recuerda que lo que se dice representa como vives, y q-quien eres, y si u-usas un lenguaje vulgar no habla muy b……-
-Ya cierra la boca idiota-
-¿Pero qué te pasa? Mira….ya no eres el mismo y…- Me hartaste, levante el paraguas y te apunte.
-Voy a matarte……………. –
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-Disculpe-
-¿Eh?
-¿Disculpe me permite pasar?- ¿L-Lo imagine? ¡¿Lo imagine?! ¡Yo y mi estúpida imaginación!. Me quite de la puerta, y el hombre toco el timbre de la habitación.
-¿Quién es?- ¡Rayos! ¡Tengo que irme!
-Lo que pidió señor- Corrí antes de que Tom abriera la puerta, para mi mala suerte, me tropecé a unos cuantos pasos de esta y para variar, sé que él me vio, me arrastre por el piso para tomar mi mochila cuando escuche sus pasos acercándose. Así que puse mi rostro contra el suelo, definitivamente no soy muy inteligente.
-Draco….- Me dio unas palmadas en la espalda ¡Estúpidas lagrimas no salgan ahora!, suspiro y me dio otras palmadas –Vamos levántate ¿Te vas a dormir ahí? Vamos, necesitamos hablar……tienes que oírme-
-…No quiero oírte…-
-Dame la mano-
Levante mi rostro, las lágrimas me habían ganado y mi voz se entrecorto –No puedo levantarme, esto es muy humillante maldito bastardo….- y finalmente el me levanto y me llevo a la cafetería del Hotel, estábamos cara a cara, y luchaba por que las lágrimas no salieran de nuevo.
-¿Hace cuánto que lo sabes?- Me pregunto rápidamente
-Hace como un mes…-No me atrevía a mirarlo a la cara
-¿Quién te lo dijo?-
-Vi un mensaje en tu teléfono…-
-¿Ahora….rastreas mis llamadas?- Asentí con la cabeza, esto es humillante…
-…. ¿Por qué no me lo dijiste? En el momento-
-..N-No supe cómo decírtelo-
-Entonces, me mentiste todo un mes. Revisaste mi teléfono, rastreaste mis llamadas y además me seguiste- ¿M-Me estaba reclamando?
-¡¿Y qué esperabas?! ¿Qué yo me quedara callado o qué?...- Dejo de mirarme –Cuanto has cambiado…Ya no me quieres…Ni siquiera respondes a mis llamadas-Lagrimas de nuevo, tenía que ser fuerte ¡Maldición! –Ahora siempre estas ocupado…desde hace mucho que no tienes tiempo para mi…- La canción de la cafetería no queda con esta conversación, estúpidos villancicos- No te eh visto en casi un mes y en estas fechas te escudas con tu trabajo para dejarme solo…Siempre hay algo más importante que yo…y hoy en la noche de navidad me dejaste solo ¿Dime que esperabas? ¿Qué me muriera de pena?- Mis lágrimas no dejaban de salir, ya no soportaba esto.
-¿Y ahora qué? ¿Te sientes traicionado?-
-Si- Respondí inmediatamente.
-¿Ya no me quieres?-
-Así es-
-Debiste confiar en mí-
-Tú me mentiste- Maldito, era en lo único en que pensaba.
-Ya no podemos seguir así-
-Lo sé-
-Terminamos- ¡¿T-Terminar?! Solo pude mirarlo con sorpresa, a pesar de todo esto, realmente me dolía el que dijera esas palabras –No quería que termináramos así….pero ni modo, no hay más remedio. Se acabó, terminamos-
-… ¿Así de fácil?-
-Si-
-¿Cómo puedes ser tan cruel?- Solo se rio, y me miro a los ojos.
-Adiós-
-¡Escúchame! ¡Eres un desgraciado! ¡Hijo de perra!- Sinceramente la última frase salió de último momento.
-Debes saber que tu forma de hablar es como eres-
-Pues debes saber que esta forma de hablar es la que tú me provocas ¿Oíste? Además, ¡Antes te gustaba que dijera cosas así!- Comencé a gritar y todas las personas del café nos voltearon a ver. Tom se dio cuenta de eso y comenzaba a avergonzarse.
-No te degrades. ¡Baja la voz!- Me dijo susurrando.
-Ya no me importa nada, ¿Por qué me importaría? ¡Ya deja de hablar con metáforas! ¡Llego el momento que digas la verdad de todo lo que sientes! ¡¿Por qué no usas un lenguaje claro en vez de usar todas esas palabras ridículas y solo aceptas que te has convertido en un maldito imbécil?!- Comencé a llorar más y las personas comenzaron a susurrar.
-¡Ah! Increíble…Son tus locuras las que están hablando y no tu Draco. Cálmate, hablaremos después. Ahora mejor me voy.- Se levantó y camino hacia la salida. Mi cuerpo reacciono solo y me levante de la silla gritándole inmediatamente.
-¿Alguna vez me quisiste?- Mi voz era entrecortada, sabía que mi postura firme había desaparecido.- E-En tres años, nunca me dijiste que me querías…ni una sola vez- Él se giró y observo a todas las personas para después mirarme directamente a mí -¿Alguna vez me quisiste?-Camino de vuelta hacia mí y se paró enfrente.
-…Si te quería, y te quería mucho como eras. Quise al estudiante de repostería, ese que quería ser el mejor repostero del mundo…Yo ame a ese joven ambicioso que estaba lleno de vida pero…. ¿Dónde quedo?...Se fue…Ahora, ya no te conozco ¿Qué fue lo que paso contigo? Lo siento mucho- Suspiro- No sé qué decir, pero así es-
Dio la media vuelta y se fue. Una chica comenzó a aplaudir, ¿Por qué rayos aplaudía? ¿Mi sufrimiento era digno de ver o que rayos? Al parecer sintió mi mirada por que dejo de aplaudir con cara de miedo, ya no soporte esto…quería simplemente desaparecer de ahí, y solo atine a salir corriendo para encerrarme en el baño del hotel para llorar.
No debe ser así….A nadie le importo…Toda la gente tiene problemas y no les importa los demás, aun esos que se aman. Las parejas se separan y se olvidan.
No dejaba de llorar y apostaba a que estaba haciendo un escándalo, pero no podía evitarlo, mi corazón dolía y no podía soportar este dolor, quería que desapareciera, pero por más que intentaba, no podía, esto era mucho para mí.
Comenzaron a tocar la puerta, pero no preste atención, lo único que quería era sacar todo este dolor. Pero al parecer esa persona no estaba de acuerdo con eso porque volvió a tocar.
-E-Está ocupado- Volvió a tocar -¡E-Está ocupado!- Y volvió a hacerlo – ¡¿Qué no oye?! – Y al parecer no por que volvió a tocar -¡Déjeme en paz, dije que está ocupado! ¡¿Qué no entiende?! ¡Acaban de rechazarme! ¡Tengan compasión por mí! ¡Por favor déjeme! –Me tape la boca para que mis sollozos pararan un momento, pero hizo todo lo contrario, pero volvieron a tocar. ¡Me harte! ¿Qué no podían entender que quería estar solo? Me levante y abrí la puerta.
Un joven alto, de cabello azabache, piel ligeramente morena, y con unos increíbles ojos verdes, pero con unas horribles gafas, me miraba.
-¿Qué te sucede? Eres…. ¿Pervertido?- ¿Eh? ¿D-De que rayos hablaba este tipo? Mire en todo el baño y muchas mujeres estaban mirándome y unas cuantas estaban detrás del joven. No puede ser…
-Por qué… ¿Qué haces en el baño de mujeres?- ¿B-Baño de mujeres? Dios mío ¡¿Por qué a mí?!
Cerré la puerta de nuevo y me quede ahí. ¿Por qué rayos me tenía que pasar esto a mí? ¿Qué hice para merecer esto?
El tipo toco de nuevo, esta vez no respondí y solo me quede sentado.
-…Si un hombre lleva a su pareja a un hotel en navidad…es que todo se acabó- ¿D-De que habla? –La próxima vez no preguntes porque…solo patéale el trasero y vete. Hay otras personas y esa no vale la pena- ¿I-Intentaba……consolarme?... –Ahora sal porque estamos incomodando a estas mujeres- Tome mi mochila, me seque las lágrimas y abrí la puerta para salir corriendo de ese baño.
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-Has cambiado mucho conmigo….te llamo y te llamo y nunca contestas- ¿Que no entiendes? Ese tipo te quiere cortar, mas ingenuo no puedes ser.
-Se acabó, ¿Es que acaso no lo entiende?- Dije mientras reía, en serio que era ingenuo, y además no paraba de reclamar ¿Por qué simplemente no lo cortaba y se iba? –Ya no contesto sus llamadas, ¿Tu qué harías?- Voltee a ver a la joven que estaba en frente de mí, otra cita a ciegas que mi madre me consiguió.
-No lo sé…- Está más que claro que le incomodo la pregunta. Perfecto –Creo que, depende de cómo me trata-
-Esto es parte de mi trabajo, el saber escuchar- Comí un poco más de mi comida, el tipo de atrás sí que hablaba fuerte. Ella se rio y mejor volteo a otro lado.
-Lo sé…Harry… ¿Cuándo te harás cargo del hotel?- Realmente no escuche que dijo, me concentraba más en la conversación de la pareja que estaba detrás de mí, y al parecer ella se dio cuenta, pero no quitaba esa sonrisa de su cara –Yo sé que tu madre te lo pidió-
-Y esto se acabó- Escuche al otro tipo hablar.
-Vaya, que forma de terminar- Rei un poco y me acomode más en mi asiento.
-¿Solo así? ¿Y tú la amas?- Vaya que dramático.
-Eso no te importa- La chica me miro, al fin había quitado su estúpida sonrisa, realmente los dramáticos de atrás eran más interesantes que ella.
-Eso no te importa- ¡Ja! Sabía que diría eso.
-¿Dime por qué?-
-¡Ah! ¿Para qué le ruegas?- ¿Este tipo era idiota o qué?
-¡Te gustaba! ¡Antes disfrutabas mis malas palabras!- Voltee un poco y solo alcance a ver una cabellera rubia -¡Todo eso te gustaba maldito desgraciado!- Me comencé a reír, ¡Que gracioso era todo esto! Pero al momento de voltearme la chica me lanzo el agua que se encontraba en su vaso ¡¿Pero qué rayos le pasaba?!
-Oye ¿Sabes lo que dice la gente de ti? Dice que eres un entrometido arrogante, si no quieres atender bien a una persona, entonces atiende a tu madre- La chica tomo su bolso y se fue, por lo menos se largó, pero ahora estaba todo mojado así que tome una servilleta que se encontraba en la mesa.
-¡Nunca me quisiste!- ¿Que este tipo no se rendía? –En tres años nunca me quisiste…Ni una sola ves ¿Por qué me engañaste? ¿Algunas vez me quisiste?-
En serio, el tipo era gracioso.
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Que mejor forma de comenzar el día que nadar, simplemente me relajaba, era de las pocas cosas que disfrutaba en esta vida, después tomare una ducha, e iré al trabajo.
El restaurant Bon Appetit, mi amado restaurant. El chofer me deja enfrente de este y salgo del auto para dirigirme a la entrada.
-Buenos Días Señor Potter- Me dicen los empleados mientras hacen una pequeña reverencia, me adentro más en el elegante restaurant y me encuentro con los meseros acomodando todo para iniciar con la jornada. Me dirijo hacia las cocinas y los cocineros están preparando todo, veo a mi amigo y mi gerente esperándome en el pasillo que se dirige hacia mi oficina.
-¿Qué tal? Buenos días- Salude a las dos personas enfrente de mí. Mi amigo de la infancia, Ronald Weasley, y mi gerente, La Señora McGonagall, mi miran totalmente serios ¿Qué ocurre?
-No creo que sean tan buenos- Ron se cruza de brazos, definitivamente ocurre algo –Francis se fue a París esta mañana-
-Su madre murió de un ataque cardiaco- Dijo la Señora McGonagall mientras se ponía derecha. No podía estar ocurriendo esto ¡Mi repostero no podía irse!
-¿Y cuándo va a regresar?- ¿Por qué va a regresar? ¿Verdad?
-Es que no va a regresar- No, Ron no podía decir eso. ¿Ahora que hare? -¿Qué haremos para la cena de hoy eh?- No me preguntes algo que no sé
¡Rayos! ¿Ahora que hago?