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Conservando el corazón por Rukia Matsuoka

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Notas del capitulo:

¡Hola!

En verdad que siento la demora T.T

Bien, ya que me he estado retrasando con las actualizaciones he planeado cada capitulo de la historia, por supuesto, agregando algunas sugerencia de ustedes mis lectores :3 Asi que aproximo la historia a veintidos capitulos incluyendo el epilogo.

Ahora, para los que me leian en Reparando la vida he estado pensando en algo y quisiese saber su opinion. Mas informacion en las notas finales.

Disfruten el capitulo :D

Gaara empezaba a despertar al escuchar los gritos de Sai en lo que era la sala del apartamento. El azabache le había invitado a cenar a su apartamento y debido a que terminaron su convivio hasta muy tarde, el chico le ofreció dormir con él. No podía negar que, al principio malentendió la situación y el otro al ver la cara sonrojada de su Gaa-Chan trato de explicarle con una sonrisa nerviosa, no quería hacer sentir incomodo a su pareja.

Se sentó en la cama estirando los músculos de su cuerpo, se levanto de la cama tomando la bata de dormir que Sai le aconsejo que usase al despertar al día siguiente. Miro hacia la puerta escuchando los gritos del azabache y con un sonrojo tomo una de las orillas de la bata de dormir y la acurruco en su nariz sintiendo el olor masculino de su novio. Un grito aun más fuerte por parte de Sai le hizo saltar y se amarro la bata saliendo de la habitación.

Entro a la cocina donde se encontraba su novio con una sartén en una mano y con el celular en la otra mano gritando incoherencias y moviendo las salchichas cortadas en forma de pulpo en la sartén. Le escucho otro grito exasperante antes de verle terminar la llamada.

—Buenos días, Gaa-Chan—Sai sonrió con un tic en una de las comisuras de sus labios.

—Buenos días…—Gaara se sentó en la mesa mirándole preocupado— ¿Sucedió algo, Sai-Kun?

El aludido se giro con la sartén colocando las salchichas en el plato con huevos fritos, no tenia deseos de comentarle al de cabello rojo sobre la llamada pero, era inevitable si no lo hacía, sería peor para ambos.

Suspiro—Mis padres están de visitas, quieren conocerte…

Gaara se atraganto con las salchichas y miro sonrojado al azabache. No podía ser verdad, no estaba preparado para conocer a sus suegros ¿Y si no le aceptaban?

Sai observo a su Gaa-Chan. Suspiro de nuevo, sabía que aquello ocurriría aunque, lo que más temía no era que su amor fuese aceptado por sus padres, estaba seguro que estarían fascinados con Gaara. El problema eran sus padres, en especial su Oto-Chan, no podría predecir que es lo que haría con su inocente doncel al verle.

—Pero…

Se levanto de la silla al ver a su Gaa-Chan ser invadido por los nervios, le tomo de la cintura y le levanto de la silla para sentarse, colocarle en sus piernas y darle un casto beso.

—No te preocupes, Gaa-Chan. Te protegeré. —Sai sonrió colocando su frente con la de su doncel estrechándole en un abrazo.

Gaara se asusto aun mas ¿Le protegería? ¿Por qué? Estaba empezando a pensar que, no era una buena idea presentarse ante sus suegros.

~*~

Todos estaban sentados en el comedor observando a Madara terminar la escandalosa llamada. Había considerado llamar a su sobrino al saber que este no tenía idea que sus padres estaban de visitas pero, al comentar que era el momento de presentar a su novio, había empezado a negar a gritos y estaba seguro que no había sido el único en escuchar los gritos del azabache, había separado el celular de su oreja y aun podía escuchar a Sai.

—Izuna-San y Tobirama-San están demorando mucho en bajar…—Comento Naruto. Todos estaban esperando a la pareja para empezar a desayunar.

—Iré a llamarles—Deidara salió del comedor a la vez que Hashirama entraba y se sentaba.

—Espero que no fuese a buscar a mi hermano y a Izuna—Todos observaron interrogantes a Hashirama—Si no abre la puerta sin tocar, puede que solo escuche algo que le traume.

Minato entendió lo que Hashirama intentaba decirles y fue el primero en levantarse del comedor pero, Madara le tomo del brazo haciéndole un ademan de negación con clara molestia, no llegaría a tiempo. Y el saber el porqué demoraba su hermano le enfurecía, podía imaginarse la sonrisa burlona y llena de satisfacción de Tobirama al entrar por aquella puerta…

Deidara subió las escaleras acercándose a la habitación de los tíos de su esposo. No escuchaba ningún sonido así que, debían de estar dormidos, y con la intención de no molestarles abrió lentamente la puerta.

— ¡Tobirama…!

Se enrojeció al ver a Izuna encima de Tobirama mientras ambos llegaban al orgasmo. Cerró la puerta con la misma suavidad y toco la puerta con un leve temblor en su cuerpo tratando de controlar su sonrojo. Escucho ruidos y movimientos hasta que le concedieron el permiso de entrar a la habitación.

—Oh, Dei-Chan ¿Qué sucede? —Izuna estaba sentado en la cama con su bata de dormir al igual que Tobirama.

—Estamos esperándoles para desayunar…—De nuevo se sonrojo al escucharse tartamudear y sin dejar que Izuna le respondiese, salió con rapidez de la habitación.

—Creo que nos vio…—Comento Izuna mientras su esposo asentía…

Todos en el comedor escucharon los rápidos pasos por las escaleras hasta que Deidara entro al comedor con su rostro sonrojado…Había entrado a la habitación sin tocar.

— ¡Maldito, Tobirama!—Gruño Madara al saber que su hermano menor estaba siendo atacado.

— ¡Tu eres el maldito!

Tobirama se acerco a Madara para empezar a pelear mientras este hacia lo mismo. Los demás hicieron intento de levantarse del comedor para detenerles pero, en poco tiempo ambos varones estaban atrapados y cerca de besarse por las cuerdas que les ataban.

—Las cuerdas también servirán en ustedes…—Izuna susurro molesto, había despertado con deseos lujuriosos y su esposo le había complacido pero, toda la satisfacción había desaparecido al entrar al comedor por su Mada-Nii y su Tobirama-Chan.

Todos en el comedor sonreían con lastima por aquellos dos varones, sabían que se odiaban, típica relación de cuñados cuando se está de por medio un doncel. Después que Izuna se sintiese satisfecho de su castigo, dejo libre a ambos varones y tomo con una sonrisa el brazo de su esposo para sentarse y empezar a desayunar.

Tobirama y Madara sentían adoloridas sus espaldas y abdomen, sin olvidar a su orgullo herido. Sin poder evitarlo, ambos se miraban con molestia pero, sin vergüenza; Izuna azotaba los cubiertos contra el plato o el vaso de jugo contra el comedor para hacer saltar a todos del susto y detener a aquellos dos.

Antes de terminar el desayuno, el timbre de la puerta sonó. Sin dejar que nadie se levantase, Izuna corrió a abrir la puerta encontrándose con el rostro de sorpresa de su único hijo.

Sai espero que alguien que no fuese sus padres le abriese la puerta pero, su deseo no se cumplió al ver a su Oto-Chan frente a él y por instinto se coloco frente a Gaara, aun no quería que Izuna se le tirase encima.

— ¡Sai-Kun!

El aludido sufrió los mimos de su Oto-Chan sintiendo como le abrazaba y terminaba guiñándole las mejillas haciéndole sonrojar. Izuna sonrio con calidez al ver a su bebé pero, una cabellera roja le llamo la atención, un doncel le miraba con timidez y un notable sonrojo.

—Debes ser Gaara…—Susurro asombrado por el lindo doncel que había conseguido su hijo y sin poder evitarlo, corrió a abrazarle.

Sai observo a su Oto-Chan mimar a su Gaa-Chan mientras acariciaba sus mejillas tratando de  aminorar el dolor pero, un escalofrió le recorrió cuando Izuna empezó a sentir el aroma del cuello del doncel. Salto del susto al ver como se giraba con rapidez hacia él.

— ¡¿Por qué Gaara-Chan aun huele a virgen?!

Sai salto del susto al ver el rostro interrogante de su Oto-Chan, miro a un lado y Gaara se mostraba sonrojado mirando hacia el suelo. Suspiro, aquello no era lo que deseaba que pasase, no quería incomodar a su pareja y el saber que no lo había logrado le hacía sentir molesto con Izuna. Sin poder evitarlo, miro con seriedad a su Oto-Chan quien se sorprendió al ver la nueva faceta de su hijo.

—Lo siento, Oto-Chan. Pero, no obligare a Gaa-Chan si aun no está preparado. Además, le prometí que su pureza seria mía en nuestra luna de miel.

Los demás que se encontraban escondidos detrás del marco de la puerta que llevaba a la entraba principal observaban sorprendidos a Sai, en sus tiempos de conocerle no le habían visto tan…«Normal». Pero, no duro mucho tiempo. Sai salto del susto al ver los ojos llenos de lagrimas de su Oto-Chan, se sintió el peor hombre sobre la tierra, no había hablado con las intenciones de hacer sentir mal a Izuna.

—Oto-Chan…—Intento disculparse pero, el doncel se abrazo a su cuello mientras lloraba.

—No lo puedo creer… ¡Mi bebé se ha convertido en todo un hombre! —Grito entre lágrimas.

Sai se sonrojo, la última frase de su Oto-Chan no debía de ser necesaria pero su sonrojo aumento al ver detrás de su Gaa-Chan a Zabuza quien le sonreía con burla y a Haku quien sonreía nervioso. Entonces, sintió como su Oto-Chan era separado de él por su Oto-San. Tobirama acurruco a su esposo en su pecho esperando a que se tranquilizara y con una sonrisa orgullosa revolvió los cabellos de su hijo escuchando una risilla de los que aun seguían escondidos. Sai se sonrojo aun más alejándose de su Oto-San y tomo a Gaara de las manos para adentrarle a la casa.

Todos regresaron al comedor para contemplar la larga interrogación de Izuna hacia el prometido de su hijo mientras le contestaba a tartamudeos y sonrojos. Al tiempo, tocaron a la puerta. Itachi se levanto del comedor al ver que todos estaban cómodos de espectadores incluyendo a su doncel.

Deidara le sonrio a su esposo y espero que regresara, le parecía gracioso ver a todos reunidos y sonrientes ante la timidez de Gaara, pasaron los minutos e Itachi no regresaba. Se levanto del comedor y se dirigió a la entrada de la casa. Se sorprendió al ver la puerta abierta así que, salió de la casa sorprendiéndose al encontrarse con Itachi y a Sasori peleando en el césped del jardín.

— ¡Itachi! —Grito con fuerza para que ambos varones y los demás en el comedor le escuchasen. Corrió hacia ellos tratando de separarles hasta que vio a Madara correr.

— ¡Apártense! ¡Ahora! —Madara ordeno molesto mientras separaba a su hijo y Tobirama al otro chico—Se puede saber  ¡¿Por qué pelean?!

— ¡Maldito! —Sasori grito furioso—Prometiste que lo protegerías y ¿Ahora? ¿Estás feliz con que haya perdido la memoria…?

— ¡No lo estoy, pero…!

— ¡¿Y el bebe?!

Silencio. Deidara quien estaba al lado de Itachi solo bajo su mirada hacia el suelo. Comprendía el silencio de los demás, siempre se había preguntado por su cicatriz en el vientre pero, el cojeo de su pierna y el complejo control de su brazo le hacía pensar lo peor, podía sentir un dolor reprimido en su pecho, como si no quisiese salir. Le entristecía.

— ¡Idiota! —Itachi grito furioso. El poco tiempo que, Deidara había convivido con ellos había evitado por completo el tema de su cicatriz para no hablar de su bebe pero, el que Sasori hubiese preguntado por él delante de Deidara era algo que no dejaría pasar con una sonrisa, había visitado su hogar para pelear a golpes y eso recibiría después de quitar a su Oto-San de encima.

Deidara miraba preocupado a su esposo, en ese tiempo juntos no había apreciado su lado lleno de ira. Se dirigió a su esposo y entre medio de sus bruscos movimiento de alejarse de Madara hizo lo primero que llego a su mente, tomo sus mejillas y le beso sintiendo como al tiempo dejaba de moverse. Sonrojado, se separo de Itachi y se dirigió hacia Sasori, quien le miraba sorprendido y dolido.

—Sé que existió un bebé—dijo, dejando estupefactos a los demás—Pero, no sé qué fue lo que paso y siento que, si me entero no podría soportarlo aunque también sintiese querer saber. Aun así, no quiero obligar a nadie a decirme que fue lo que sucedió para que perdiese mi memoria y a mi bebe…

Sasori le escucho mientras sus palabras temblaban, sabía que impedía que sus lagrimas corrieran. Suspiro, sin importarle que los demás le viesen, abrazo a Deidara. Había pasado tantos años después de haber tocado la suave piel del doncel.

—Lo siento, Deidara…

El rubio sonrio mientras se alejaba de Sasori, por alguna extraña razón sentía la mirada sombría de su esposo en ellos—No te preocupes, es fácil dejarse llevar por las emociones…—dijo resaltando la última frase mientras miraba de soslayo a su ceñudo Itachi—Ahora ¿Qué tal si comes con nosotros unos postres que hornearemos?

Todos miraron incrédulos al rubio, no podía estar hablando en serio después de ver como aquellos dos se mataban con la mirada. Sasori sonrio al ver lo despistado que aun seguía siendo el doncel. Negó la oferta y se despidió del rubio con otro abrazo mientras le sonreía con burla al azabache que aun era sujetado.

—Nos veremos pronto, Dei—dijo sonriente. Luego fijo su mirada en Itachi—Hasta pronto, Uchiha.

Deidara se despidió de su amigo para girarse a ver a Madara con la señal de soltar a su esposo—Itachi, no te molestes.

El aludido le miro con seriedad mientras se acercaba a él y acariciaba su mejilla con ternura—No, el dijo…

—Eso no importa por ahora—Deidara no le dejo continuar—Preocúpate cuando recuerde todo.

Itachi sintió como su cuerpo se estremeció al escuchar esa frase. No negaría que sintiese miedo al saber que algún día Deidara recordaría todo, y aquella sonrisa y el brillo de sus ojos llenos de aparente alegría desaparecerían.

—Entonces, empecemos a cocinar…—Hablo Haku.

Los donceles menores asintieron. Deidara había planeado ejecutar su plan de ayudar a Naruto en estado de ánimo pero, aquello había mejorado ya que, Gaara demostraría un poco sus cualidades e impresionar a sus suegros.

Los donceles empezaron a tomar los ingredientes y utensilios, Haku y Naruto prepararían algunas empanadas rellenas de algún embutido, sabían que a sus esposos no les apetecían los dulces; mientras Gaara y Deidara preparaban algunas galletas y cupcake.

Minato, Izuna y Hashirama miraban con ternura a los más jóvenes mientras Madara y Tobirama se miraban entre sí con molestia. Los demás varones miraban con deleite los cuerpos que se movían con un adorable delantal y escuchando las agudas risas. Se sentían en el paraíso.

Los donceles sirvieron los postres y empanadas en el comedor. El corazón de Gaara le palpitaba con rapidez al servirle un cupcake de chocolate con crema de vainilla y una almendra en la cima a Izuna, no era un doncel con dotes culinarias para postres, era un químico pero, había elaborado aquellos tres cupcake con todo su esfuerzo. Entrego los otros dos a su novio y su otro suegro.

Haku entrego las muchas empanadas de carne a Zabuza, sabía que tenía un gran apetito y no solo para comer, al parecer tenía otro tipo de apetito al sentir como acariciaba sus glúteos sin vergüenza. Haku sonrio y se inclino para besarle.

Naruto se sonrojo al ver la escena de Haku y Zabuza. Nervioso, acomodo la charola llena de empanadas de pollo. No sabía si su esposo tendría un enorme apetito pero, si se llenaba con la mitad; él y su bebe estarían gustosos de comer la otra parte. Había sentido a su estomago regocijarse al sentir el delicioso aroma de las empanadas.

—No sientas nervios—miro a Sasuke sonreírle con ternura mientras acariciaba sus cabellos—Comeremos juntos…—Los ojos de Naruto brillaron asintiendo con alegría.

Deidara observo enternecido a su hermano menor quien comía con entusiasmo con su esposo. Miro a Itachi sonreírle, llevaba un tazón de galletas de avena y jugo de naranja.

—Se ve delicioso, Deidara—Itachi le tomo de las manos y le sentó en su regazo para empezar a comer. El rubio se sonrojo e intento reclamar pero, los donceles mayores le interrumpieron.

— ¡Bien! Los jóvenes prepararon sus especialidades. Ahora, nosotros prepararemos la nuestra. El almuerzo—Se levanto Hashirama llevando consigo a Izuna y a un asustado Minato por la cercanía del doncel que gustaba de donceles.

Los demás les sonreían nerviosos, no era común comer postres antes de las comidas. Minato miro a Hashirama con confusión. El doncel era hermoso, no entendía el porqué gustaba de donceles.

Hashirama atrapo a Minato mirándole de manera intensa y sonrio, siempre sucedía lo mismo con los que se enteraban de sus preferencias— ¿Por qué me gustan los donceles?

Minato se preocupo, no quería parecer grosero—No se preocupe, no es necesario…

—Lo es…—Hashirama le sonrio comprensivo—En la vida se debe de aprender que, los humanos son los seres más impredecibles en muchas cosas, incluyendo en sus presencias sexuales o incluso, en la manera de tener el acto sexual. Sin embargo, no es algo que se pudiese controlar, es como preguntar porque el sol sale todas las mañanas o porque los arboles crecen. Es preguntar porque una mujer gusta de otra mujer sabiendo que ambas tienes curvas y pechos y que no podrán tener hijos pero, aun así eso jamás será un obstáculo. Los humanos también pueden amarse a sí mismos teniendo los gustos que tienen. Y sé que, algún día tendré a un doncel que me ame y adoptar un hijo. Si no, aquí tengo a mis retoños, sangre de mi sangre.

Minato se quedo impresionado mientras Izuna sonreía enternecido cortado las verduras para el estofado que prepararían. Hashirama era alguien que respetaba y se hacía respetar pero, también era una persona muy sabia.

Minato sonrio al final mientras continuaba preparando la carne—Estoy seguro que lo encontrara…

Deidara miro a los donceles mayores. Al parecer se divertían teniendo sus conversaciones de adultos. Miro a sus amigos melosos entre sí, se sentía bien por ellos pero, por alguna extraña razón sentía que algo andaba mal pero, no sabía el porqué.

Notas finales:

¿Que les parecio el capitulo?

Pobre Sai, no fue su dia XD

Ese Izuna si que tiene buen olfato...Es Betoven o que XD

Y  Zanzamaru   Ahi esta la pelea entre Sasori e Itachi, sin embargo senti que no hubo mucha emocion asi, hare una segunda pelea de ellos mas adelante ¿Si?

Ahora, para los que me leian en Reparando la vida he estado pensando en pasarlo a PDF y brindarlo a aquellos que me lo pidan por el Facebook. Sin embargo, lo considero un proyecto en proceso porque aun no se si realizarlo, necesito averiguar algunas cosas, no se ustedes XD

Me dejan un Review ¿Si?

Nos vemos (n.n)/


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