Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conservando el corazón por Rukia Matsuoka

[Reviews - 191]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola!

Esta vez si cumpli...Bueno, en realidad no. Me retrase una semana pero, aqui esta el capitulo.

Un agradecimiento a aquellos que me dejan un Review y a aquellos que se toman un tiempo para leer el capitulo...

Después de unas semanas, Naruto fue dado de alta del hospital junto a su bebe con la condición que debía de reposar. Al llegar a la mansión Sasuke se encargo que estuviese en su habitación el tiempo necesario mientras el rubio se molestaba con su esposo, se sentía libre los momentos de ir al baño y comer.

— ¡No es justo! —Naruto se sentó con brusquedad en la cama mientras miraba a Sasuke prepararse para asistir al trabajo— ¡Quiero salir!

Sasuke miraba su reflejo en el espejo tratando de acomodarse su corbata—No, debes descansar. También debes cuidar de Bolt…

Naruto hizo un puchero y se levanto de la cama en dirección a la cuna de al lado donde descansaba boca arriba el pequeño doncel con sus bracitos extendidos y con su mameluco color lila. Con cuidado le tomo entre sus brazos mientras Bolt empezaba a abrir los ojos azules con dos marquitas en sus mejillas. Se acerco a su esposo y se coloco detrás de él para que viese su reflejo en el espejo.

Naruto sonrio burlesco— Bolt y yo queremos salir... —Miro a su hijo quien le veía con atención— ¿Verdad, mi vida?

Bolt empezó a balbucear y reír mostrando sus encillas. Naruto sonrio enternecido y luego miro a su esposo quien le veía derrotado. Sasuke suspiro, sabía que jamás ganaría contra Naruto y el que su hijo estuviese del lado de su Oto-Chan de aquella manera tan tierna, no podría decir que no.

Suspiro de nuevo—Esta bien. Pero, estarán al cuidado y vigilancia de tu Oto-Chan y Deidara.

Naruto rio con alegría. Aunque no había conseguido salir más allá de la mansión; porque sabía que su Oto-chan y su Dei-Nii no le dejarían salir más allá del portón, al menos podía estar en el jardín disfrutando con su Bolt.

Sasuke bajo a la cocina donde la familia le esperaba para desayunar. Se sentó en el comedor en espera de Naruto hasta que este apareció con el pequeño Bolt en brazos caminando hacia la pequeña cuna que habían colocado en la cocina, la idea de colocar cunas en lugares claves de la mansión para la seguridad del bebe había surgido del paranoico de Sasuke. Y eso le hacía pensar que la familia Uchiha tenía suficiente dinero para gastar desinteresadamente.

Naruto se sentó con una radiante sonrisa al lado de su esposo pero, no podía negar que su sonrisa dejo de ser sincera al sentir la tensión en el ambiente. Desde que se habían enterado del embarazo de Deidara, sentía que él y su hermano mayor hacían el esfuerzo por romper el ambiente frio de la familia.

Deidara termino su desayuno primero que todos los presentes—Delicioso…—Se recostó en la silla mientras acariciaba su vientre de tres meses— ¿Pronto almorzaremos?

Los varones de la mansión se atragantaron al escuchar al doncel. Habían pasado segundos de terminar su desayuno y ¿Aun tenía hambre? Itachi carraspeo un poco para dejar pasar el desayuno por su garganta y suspirar. Aquella pregunta le había tomado por sorpresa pero, no pudo evitar sonreír.

—Puedo volver a la hora de mi almuerzo e invitarte a un restaurante que, estoy seguro, te encantara.

Le miro asentir con emoción. Tenía planeado llevarle a su restaurante favorito, aunque ya no le recordara. Su esposo estaba empezando a comer demasiado y sus antojos estaban empezando y no deseaba hacerle sentir desatendido. Esta vez cumpliría con sus antojos y deseos, esta vez haría sentir amado a Deidara. Madara le miro desde su lugar mientras tomaba su café preparado por Minato.

Itachi se levanto del comedor y se acerco a su esposo para despedirse con un rápido beso. Salió de la mansión y entro a su auto. Condujo pensando en otros lugares que podrían gustarle a su esposo; tal vez un parque o una dulcería. Llego a la empresa saludando a la recepcionista y cuando estuvo a punto de tocar el botón del ascensor, Sai y Gaara venían en su dirección. Itachi miro de nuevo el ascensor, el ver a Sai tratar de tocar el trasero de Gaara mientras este renegaba sonrojado era algo perturbador.

—Hola, amado primo—Sai sonrio burlesco— ¿Qué tal Dei?

La puerta del ascensor abrió y entro siendo seguido por los demás—Bien, sus antojos están empezando.

Sai le miro serio—Esta vez no lo arruines, Itachi. Aunque no puedo evitar decirte que, la reacción de Deidara al enterarse del bebe no fue la mejor.

Itachi asintió. Lo sabía, el Deidara de hace dos años hubiese saltado de alegría y gritado a todos desde la ventana del hospital que sería Oto-Chan pero, el Deidara junto a ellos solamente había llorado y sonreído. Y las menciones de su estado eran casi nulas.

Gaara le miro—Pero, debe hacerle sentir feliz. Estoy seguro que en el transcurso del embarazo empezara a ser el verdadero Deidara que ama a su bebe.

Itachi sonrio asintiendo. Gaara tenía razón, por eso estaba esforzándose por la comodidad de Deidara. Aun recordaba las palabras de Deidara antes del choque, todo lo que había hecho su esposo con tal de no serle una molestia, un gasto y ser un inútil. Aunque jamás le vio de esa manera, hizo algo que le hizo entender aquello. Y no quería que lo pensara de nuevo, no deseaba que ocurriese otro accidente y tampoco deseaba que Deidara atentara contra su vida.

~*~

Gaara entro al laboratorio aferrándose con sus manos al borde de la mesa de pruebas, Sai le miro desde el marco de la puerta. Su rostro estaba sonrojado, aun no podía recibir las atrevidas caricias de su futuro esposo sin que su rostro enrojeciese y sintiese vergüenza. Sai le miraba afligido, a veces pensaba que su Gaa-Chan rompería su compromiso por lo pervertido que podía llegar a ser. Pero, no podía evitarlo, los genes pervertidos de su Oto-Chan eran más fuertes que los genes virtuosos de su Oto-San. Y que su doncel se viese delicioso, no le ayudaba mucho.

Suspiro y se acerco por detrás de su Gaa-Chan entrelazando una de sus manos— Lo siento, Gaa-Chan. No quería hacerte sentir mal.

Gaara giro su rostro estando a centímetros de los labios de Sai, aquella situación le hizo enrojecer—No es tu culpa, sino mía—Se giro por completo para estar frente a Sai quien le miraba confundido—Creo que Izuna-San tiene razón, mi timidez es por falta de experiencia–Gaara recordó una breve charla con Izuna. El Oto-Chan de Sai le había visto tan nervioso cada vez que le tocaba y solo le alentó «No te preocupes. Cuando pierdas tu virginidad, le sentirás como un juego de niños» No necesitaba más argumento para saber lo demás—Creo que, es mejor que me hagas tuyo antes del matrimonio…—Gaara coloco sus brazos alrededor del cuello de Sai, estaba dispuesto a entregarse al amor de su vida.

Un tic apareció en uno de los ojos de Sai, aquello no podía estarle sucediendo, había pasado meses reprimiendo sus deseos carnales hacia su Gaa-Chan  y aun lo seguía haciendo. Pero, el que su doncel se entregase y le dijese aquellas divinas palabras hacia que su fuerza de voluntad se debilitara. Solo podía imaginarle acostado en su cama mostrando su glorioso y virgen cuerpo desnudo, con una fina tela de seda blanca cubriendo desde su vientre hasta sus muslos; resaltando sus largas piernas, sus lindas curvas, sus sonrosadas mejillas y para finalizar un sonrojo en sus mejillas con sus ojos llenos de inocente placer…

— ¡No! —Sai le tomo de los hombros para alejarle, podía imaginarle en la lencería más sensual pero, no faltaría a su palabra, sino ¿Cómo podía demostrar su fidelidad? ¿Cómo podía ser un hombre si no lo lograba? Un sollozo interrumpió sus pensamientos. Su Gaa-Chan estaba llorando.

— ¿Gaa-Chan…?

—Lo entiendo... —Gaara se separo de él— ¿Puede retirarse? Debo empezar a trabajar.

Sai le miro girarse para tomar tubos de ensayo, aquello no le agradaba. Había malinterpretado todo—Gaa-Chan, no es lo que piensas…

Gaara le miro molesto— ¡Lo sé! ¡Puede que no tenga experiencia en el amor pero, puedo entender lo que es un rechazo!

Sai se acerco a él con rapidez para aferrarle a su pecho sintiendo como el otro forcejeaba para alejarse—No te he rechazado por no desearte…—Gaara dejo de moverse para mirarle–No sabes cuándo deseo estar entre tus brazos, estar entre tus piernas y embestirte toda la noche—La mirada y sonrisa de Sai se volvió pervertida asustando y sonrojando a Gaara—Pero, te prometí que serias mío en nuestra luna de miel además, mi orgullo de hombre está en juego ¿Sabes? No solo pienso con mis partes nobles y quiero demostrártelo.

Gaara sonrio enternecido y asintió. Correspondió el abrazo disfrutando del aroma de su futuro esposo, hasta que recordó que debía de empezar a trabajar…

~*~

Minato caminaba por el jardín trasero de la mansión tendiendo en los cordeles la ropa y sabanas recién lavadas. Iba a colocar unas sabanas en el cordel cuando sintió unos fuertes brazos rodearle la cintura y un leve mordisco en su cuello.

— ¿Cómo están esos bebes? —Madara se recostó en el hombro del doncel mientras este suspiraba.

—No estoy embarazado, Madara—Se giro con un melancólica sonrisa—Tengo más de treinta años…

—Pero, no es imposible que pueda embarazarte…

Madara le giro haciéndole soltar la cesta de la ropa. Le tomo de la nuca para besarle saboreando sus labios hasta adentrar su lengua y hacerle gemir. Se besaron hasta que Minato recordó que debía de seguir tendiendo ropa y aprovechar el sol. Konoha estaba entrando a la temporada de invierno y eran pocos los días de sol. Le empujo con fuerza haciéndole retroceder, tomo la cesta de ropa húmeda y se la dio a sostener.

—No es el momento para cariñitos, pronto lloverá y no tendremos ropa limpia y seca—Hizo que le siguiese tomando piezas de ropa acomodándolas con las pinzas—Cuando termine, puede que sea el tiempo—Susurro con un sonrojo.

Madara sonrio, la espera valdría la pena. Se dedicaría a ayudar a su doncel mientras se degustaba observando aquellos glúteos cubiertos por pantalones color negro ajustados hasta las rodillas. Minato continuó con su trabajo hasta que termino. Iba a agradecerle a Madara por su ayuda hasta que sintió unos fuertes brazos rodearle la cintura y llevarle hasta la parte más oscura del jardín. El extremo era rodeado de frondosos árboles haciéndole ver un área sombreada y refrescante.

—Madara ¿Qué haces? —Susurro sonrojado al sentir el miembro despierto del azabache contra sus glúteos.

El aludido no contesto y se dispuso a dejarle de frente contra uno de los arboles cubriéndole con su cuerpo. Si su futuro esposo estaba inseguro que no podría embarazarse, demostraría lo contrario. Aunque, era la primera vez que tenia la fantasía de hacer el amor al aire libre y menos en su jardín…

~*~

Itachi había cumplido su promesa, había regresado a la hora del almuerzo a la mansión. Se había preparado lo mejor posible, su hermano menor le recomendó no almorzar en casa para disfrutar de las delicias que, Itachi le invitaría. Busco a su Oto-Chan junto a Naruto al no encontrarle en la planta baja de la mansión hasta que Naruto le llamo mientras miraba por una de las ventanas que tenia vista al patio trasero.

—Creo que, luego le diré cuando Madara-San le deje libre…—Le susurro sonrojado—Puedes ir, Itachi debe estar esperando.

Confundido, Deidara se acerco a la ventana mirando en la misma dirección que su hermano menor. Sonrojado, observo como su Oto-Chan era acorralado contra un árbol mientras sus ropas estaban en el suelo y por el movimiento de su cuerpo podía asegurar que estaba «Ocupado» Asintió, despidiéndose de su hermano mientras este le acompañaba hasta la puerta, debía de cuidar de su adorable sobrino. Beso la cabecita del pequeño Bolt recibiendo una tierna sonrisa del bebe y salió enternecido de la mansión.

Itachi le vio llegar con una sonrisa, podía imaginar que se debía a su sobrino. Todos en la mansión no duraban muchos segundos sin sonreír al ver al pequeño Uchiha. Como un caballero le abrió la puerta trasera del auto y por instinto le recomendó al rubio que se sentase en medio del auto, no deseaba ver a su esposo embarazado recostado a la ventana. Deidara asintió con confusión. Entro al auto y empezó a conducir. Se dedico a escuchar los comentarios del rubio asintiendo a cualquier cosa que preguntase hasta que le hablo sobre los actos carnales de sus padres en el patio trasero. No pudo evitar carcajear, no podía imaginar a su Oto-San comportarse como un adolecente.

Llegaron al restaurante y le abrió la puerta de su esposo, pudo mirar como el doncel veía embelesado el lugar. Cuando empezaba a tener citas con Deidara, habían visitado aquel restaurante y mientras comían, el rubio enumeraba cada cualidad del lugar que le encantase. Tomo del brazo al rubio, llevándole dentro. Después de buscar la mesa reservada tomaron el menú.

Deidara miraba hambriento cada imagen en la cartilla, todo se veía delicioso pero, no se sentía cómodo el pedir tanta comida, había observado la cantidad de personas que le rodeaban y sentiría vergüenza que le viesen comer demasiado.

—Deidara…—Itachi llamo su atención—Reserve la mesa más alejada, puedes comer todo lo que quieras con tranquilidad.

El aludido miro de nuevo a su alrededor, estaban ubicados al final del salón junto a una ventana con vista a la ciudad. Entonces, miro el entorno del restaurante. Había muchas familias con sus hijos, el lugar era sencillo pero elegante y pudo ver en la cartilla los precios de las comidas, no eran tan costosas.

—Me gusta este restaurante…—Itachi asintió, mientras llamaba a un mesero—Cuando nazca nuestro bebé, regresemos.

Itachi asintió de nuevo con una inmensa alegría en su pecho. Deidara pidió una gran cantidad de platillos mientras Itachi tomaba un poco de jugo y sonreía forzadamente. Sabía que su esposo comería mucho pero, no demasiado. Estaba seguro que el mesero estaba cansado y nervioso al regresar por los platos vacios y regresar con nuevos platillos. Suspiro aliviado al ver que su esposo agradecía la atención al mesero. Así que el tiempo de sobra lo aprovecharon platicando…

Pasaron los meses hasta que Deidara llego a los cinco meses. Itachi sentía que sudaba frio, estaba en el mes que su esposo había perdido al bebe pero, lo que más le aterrorizaba era estar en la habitación que compartían mientras el rubio miraba su reflejo de frente y de perfil en el espejo mientras llevaba puesto aquellos sensuales bóxers.

—Itachi… ¿Estoy gordo? —Deidara le miro afligido.

Itachi sintió como su garganta se secaba, había escuchado los comentarios de Zabuza y Sasuke cuando sus esposos habían llegado a esa etapa del embarazo, cualquier cosa que respondiese podía ser usado en su contra. Debía de pensar rápido, no podría llamarle «Hermoso» le tomaría como un sinónimo de gordo, no podría decirle que estaba delgado, aquella respuesta le devoraría.

—Estas…Perfecto…—Itachi le miro fruncir el ceño y se alarmo al verle intentar decir algo—El bebé crece sano y fuerte. Siente tu calidez y amor. Y eso nos hace feliz. No puedo ser más feliz…

Deidara sintió como sus lágrimas empezaban a correr por sus mejillas, eran las hormonas o en verdad aquellas palabras habían calado su corazón. Camino hacia el armario con un sonrojo y tomo uno de sus camisones color celeste pálido y se vistió. Se giro y camino hacia la cama para acostarse junto a su esposo.

Itachi se coloco su pantalón negro para dormir. Estaba recostándose cuando Deidara se sentó en la cama, estaba asustado.

—Deidara ¿Qué sucede?

Silencio. El rubio le miro—Se movió…

Itachi le miro sorprendido, no entendía el porqué se asustaba—Pero… ¿Por qué reaccionas así?

Deidara sentía que le faltaba el aire, tenía miedo— ¿Y si está sufriendo? Tal vez por eso se mueve…—Se levanto con rapidez de la cama— ¡Hay que ir al hospital!—Camino apresurado hasta la puerta pero, antes de tomar el pomo se giro incrédulo al ver que su esposo no le seguía— ¡Itachi!

El aludido suspiro y sonrio al ver el rostro molesto de su doncel—Deidara, ven…—El rubio le miro inseguro pero, camino hacia él. Teniéndole cerca, se sentó en la orilla de la cama y le hizo un ademan de sentarse en su regado. Sonrojado, Deidara se sentó. Itachi le acomodo aferrando aquella pequeña espalda en su pecho abrazando y acariciando el abultado vientre—Estamos en el mes de las pataditas de nuestro hijo…—Itachi sonrio por lo que haría— ¿Verdad, bebé? ¿Qué tal una patadita para tu Oto-Chan?

Silencio. Deidara enarco una ceja con una sonrisa burlona y miro a su esposo. Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Itachi pero, sonrio orgulloso cuando sintió una patadita en sus brazos haciendo saltar del susto al rubio.

—Te lo dije…

— ¿Estás seguro? —Deidara miro su vientre con una sonrisa.

—Lo estoy…

El octavo mes llego y la familia se encontraba en el hospital, sentados en una de las bancas observando a Zabuza caminar de un lado a otro. El azabache les había llamado a mediadas horas de la noche mientras se encontraba en el hospital. Haku había roto fuente, el bebé se había adelantado a la fecha estimada. Itachi miro melancólico a su amigo, hace dos años había soñado estar en su lugar. Miro a su esposo quien se veía preocupado y fijo su mirada en el abultado vientre, si el bebé no se adelantaba, pronto estará en aquella situación. Había pasado la gran prueba, su hijo se había formado correctamente y seguía sano en el cálido vientre de Deidara.

—Tranquilo, amigo…—Se acerco Sai—Haku estará bien, es su primer hijo y es normal que se demore…

Todos observaron sorprendidos a Sai, eran raros momentos en que, aquellos dos se llevaban bien. Zabuza suspiro y asintió. No podía negar que le preocupaba la salud de su esposo. Cuando había pasado por las nauseas y desmayos sentía que podía perderle, que no despertaría después de cada desmayo. Le preocupaba verle tan decaído y pálido después de vomitar.

Unos minutos después de relajarse, la doctora Haruno salió de la habitación con el asentimiento de poder entrar. Zabuza entro a la habitación con rapidez y se encontró con la imagen que temía. Su esposo se encontraba pálido y con ojeras, se veía muy cansado pero, su preocupación se esfumo al ver la leve sonrisa que Haku le brindaba a un pequeño cuerpecito cubierto por una de las suaves cobijitas que habían comprado unos meses antes.

—Haku…

El aludido le miro y sonrio enternecido—Es un varón, Zabuza. Es nuestro retoñito…

Zabuza se acerco a la camilla, se sentó en la orilla de la cama y acaricio la pequeña cabecita de su hijo. Sonrio orgullo al escucharle leves balbuceos.

—Yuki…Es un lindo nombre ¿Verdad? —Le miro Haku.

—Precioso…—Zabuza rodeo en un abrazo a su esposo y a su hijo. Su preciado y deseado retoñito había nacido.

Notas finales:

¡Hola! De nuevo...

Esta vez tuvimos la participacion de casi todas las parejas eh...

Este Sai, es cierto que la sinceridad es buena pero no para tanto, dejo en shock a nuestro mapachito sexi XD

Y Madara "Adolecente" Uchiha haciendo travesuras en el jardin *3*

Y aparecio Yuki, uno de mis actores chibis desde Reparando la vida  Un aplauso *¬*

Me dejan un review ¿Si...?

Ya saben, para saber mas rapido la actualizacion aqui Rukia Matsuoka ...Eso sono como a comercial de television pero, bueno XD

Nos vemos (n.n)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).