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Marry Me por MizukyChan

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Notas del fanfic:

No me pertenece ningún personaje real, solo la historia, que fue inspirada en el drabble de Crazy4Bill llamado "Luna de Miel 3"

Notas del capitulo:

Un microrrelato. Espero les guste

“Marry Me”

Bill tenía corazón de abuelita, se empeñaba en ayudar a todos sus amigos, luciendo los productos de sus negocios para publicitarlos y ayudarles a vender más. Sin embargo, desde siempre Bill había amado las joyas y adornos en general.

«Aunque no los necesita» Pensó Tom, sintiendo que su gemelo era perfecto aun si estuviera completamente desnudo, en realidad lo prefería de esa forma.

—Este anillo es hermoso, es tan grueso que podrías grabar algo en él. —sus ojos brillaron al verlo—. Pero creo que no lo compraré.

Tom se sorprendió, Bill siempre tenía lo que deseaba, aunque en esta negativa de su gemelo, vio una oportunidad para él. Sonrió y lo siguió fuera de la tienda.

Dos semanas después, Bill recibía la llamada 50 de su “amigo” Alex en el mismo día y Tom arrugó el ceño notoriamente—. ¡Me largo!  —Exclamó molesto y cogiendo su chaqueta, salió enfurruñado por la puerta principal. No alcanzó a oír el regaño del rubio contra el otro hombre, pidiéndole por favor que dejara de acosarlo de esa forma o terminaría vendiendo las acciones de su negocio.

Bill llamó a Tom por teléfono casi todo el día y fue ignorado completamente. Estaba molesto con el mayor por juzgarlo de esa forma tan infantil, sabiendo que él no le daba ningún motivo para tener celos de Alex. Derrotado, se dedicó a esperarlo sentado en el sillón, comiendo todo el helado de fresa que había en la nevera.

Cuando la puerta principal sonó, dejó la cuchara y se levantó hecho una fiera a encarar a su gemelo—. ¡Tom!  —Exclamó al ver el enorme ramo de rosas rojas que llevaba en las manos.

—Ven acá, chiquillo malcriado. —Mandó el mayor y lo recibió en un abrazo—. Si me vuelves a enojar por culpa de ese cretino, voy a tener que tomar medidas drásticas, como voy a hacer ahora.

Bill se separó lo suficiente para verlo a los ojos y alzar una ceja—. ¿Medidas drásticas?

—Sip. Me voy de viaje. Te dejo con tus rosas y me voy.

—¡¿Qué?!  —Bill se soltó del abrazo y lo encaró arrugando el ceño—. Ni creas que te voy a dejar como en ese viaje a Coachella. Estuvimos peleados por una semana y todo por un simple malentendido.

—¿A no?  ¿Y qué piensas hacer para detenerme?

—Pues me voy contigo, hasta la misma China si es necesario.

Tom estalló en risotadas y abrazó a Bill, dejando un suave beso en su mejilla—. No será necesario ir tan lejos, nene. Iremos a Las Vegas.

—¿A Las Vegas? ¿Tan pronto? Pero aun no es nuestro aniversario.

—Lo sé. —Tom bajó la cabeza y su gemelo de inmediato sintió un nudo en la garganta, sin embargo no alcanzó a decir nada, porque Tom era quien quería arreglar esto, ofrecer una ofrenda de paz—. Lo necesitamos, ¿sabes? —Alzó la cabeza—. Yo lo necesito.

—Tomi… —Estiró la mano y acarició su mejilla.

—Estás frío.

—Estaba comiendo helado.

—Espero que no haya sido el de fresa que guardé como postre para mañana —dijo achinando los ojos.

—Ups.

Tres días después habían llegado a la habitación matrimonial, que el mayor había reservado para ellos. Bill lucía radiante y Tom se sintió estúpido por todo el drama que había creado.

El asunto de Verina le había destrozado el corazón, pero haberse distanciado de Bill lo había destruido por completo. Odió a David por haberlos separado en esos días, por ser cómplice de todo el escándalo posterior, por la mentira y la publicidad que ganó con ello. Pero se odió más a sí mismo por haber atacado a Bill sin siquiera haberle dado la oportunidad de explicarse.

Cuando vio las lágrimas que derramó, cuando sintió en su pecho el dolor de su hermano, comprendió que todo había sido un error. Una calentura estratégicamente planeada por otros. Decidió darle una nueva oportunidad a Bill, pero la tensión no dejaba de estar presente, hasta los amigos la sentían y en esa atmosfera fue que aparecieron Ría y Alex, empeorándolo todo cada vez más.

—Bill —llamó sentado en la enorme cama del hotel.

Su gemelo se acercó a él, agitando su cabello corto, después de haberse quitado la gorra—. Dime, cielo.

—Perdóname, por favor.

Y ahí estaba de nuevo, el nudo en la garganta que se instalaba en Bill, cada vez que Tom traía a colación el tema del engaño.

—Sé que no me das motivos para sentir celos, pero no puedo evitarlo. —El rubio sonrió y acarició la mejilla de su otra mitad—. …l es hombre y ve en ti lo mismo que yo.

—Eso no es cierto, Tomi —interrumpió, poniendo un dedo en los labios de su amado—. Alex me ve como alguien que le puede dar beneficios. —Tom arrugó el ceño, disconforme, así que agregó—. Y también me desea, lo sé, no soy ciego ni puritano. Pero él jamás me verá como lo haces tú… porque tú…

—Te amo. Te amo con todo el corazón.

—Exacto.

—Bill, ¿cásate conmigo?  —Pidió con los ojos brillantes.

El aludido sonrió—. Pero ya estamos casados.

—Sí, lo sé, pero… el tiempo en que estuvimos separados, el dolor que sufrimos, fue como un divorcio. Quiero sepultar todo eso y renovar los votos.

—¿Y por qué no esperamos a la fecha de siempre?

—Porque en ese matrimonio cometimos errores que no quiero volver a cometer. No quiero juzgarte, no quiero lastimarte, no quiero volver a separarme de ti.

—Tomi… —suspiró.

El mayor sacó la cajita que llevaba oculta en sus bolsillos y la sacó—. Sé que no puedes llevar una joya con mi nombre, pero siempre me llevarás a “mí”.

Bill vio que era el anillo de oro macizo que vio hace un tiempo y que llevaba grabada la palabra “mí”. Su corazón latió muy fuerte, tanto o más que la primera vez que recibió esa propuesta y, por primera vez en mucho tiempo, se quedó sin palabras, así que solo asintió.

—Te amo, mi pequeño bribón. —Tom cogió el anillo y lo deslizó por el delgado dedo de su gemelo, quien no dejaba de admirar el nombre de su amado. No era el nombre literalmente hablando, pero sí su presencia absoluta, marcada en negro diciendo que allí estaba y siempre estaría—. Marry me (cásate conmigo)

—Sí, claro que sí.

Días después, Bill no pudo contener las ganas de compartir con el mundo su nuevo matrimonio, pero como obviamente no podía mencionar a su adorado esposo, puso la frase “hasta que alguien más lo haga, cásate contigo mismo” junto a una fotografía de su bello, simbólico y costoso anillo.

 

&   Fin   &

¿Les gustó? Espero que sí, fue algo cortito y ahora siento el deseo de escribir otro pequeño microrrelato de lo que fue su “luna de miel” en Las Vegas. Después de todo, este drabble fue inspirado en otro llamado también “luna de miel”  jijijiji. ¿Qué opinan?


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