‘Como gatos’
La luz artificial abandono por completo aquella zona llena de casas rusticas pero elegantes, grandes y hogareñas, era una zona muy reservada para ser sinceros, no cualquiera podía vivir en aquellas casas, estaba alejado de la gran ciudad y entre casa y casa había una gran distancia, al ser una zona de campo, las personas que residían ahí prefería apagar los alumbrados, de cualquier manera tenía vigilancia y una gran barda que delimitaba las casonas., sin embargo, las calles no estaban en penumbras, si bien no había ningún farol de gasolina prendido estaba la luna, que casualmente era luna llena, redonda y luminosa, la luz blanquecina que regala los dejaba en paz, alumbra en cada rincón, no obstante, una casa, la casa más lejana entre todas, la casa que pertenecía a súper estrellas, se llevaba gran parte de esta iluminación, su gran ventanal parecía querer abarcar la luna, tragársela y mantener su luz para el solo.
Doce de la noche, la media noche había llegado y las doce campanas de aquel reloj gigante colgado en la entrada comenzaron a sonar, pero ese no fue el único sonido que absorbió el silencio, un maullido, mejor dicho dos, una pareja de gatos viejos que llevaban, al parecer, toda su vida en esa zona residencial, no les tomaba mucha atención, algunos los alimentaban, tal vez un mimo pero de ahí no pasaba. Los maullidos sonaban al son de cada campanada, como si de un canto se tratara, aquellos maullidos acompasados lo hicieron abrir los ojos, una de las dos súper estrellas, conocido como T.O.P de BIGBANG abrió los ojos con lentitud, miro la luna con anhelo y sonrió al desviar su mirada a su acompañante, la segunda súper estrella, G-Dragon de BIGBANG, su compañero de grupo, su líder, su novio, su todo, suspiro acariciando su cabello oscuro, escucho la ultima campanada acompañada por el maullido de ambos gatos, si lo pensaba bien, existía algo que admiraba de los gatos, aunque jamás hubiera tenido uno, cualquiera conocía esa cualidad que los “caracterizaba” de cierta forma, ya que si bien no era completamente cierta, por la razón que fuera que se creyera, el la creía o al menos quería crearla, por que dicen que solo ellos la poseen es razón por la pensaba que la vida de aquella pareja de gatos podría ser mejor, 7 vidas.
Se dice que los gatos tienen siete vidas para gastar y mal gastar como gusten, comprobado científicamente podrían decir que es un mito por su características físicas o lo que sea, el seguía creyendo que estas existían y podían llevarlas como quisieran, siendo en algunas gatos callejeros, en otras con una familia acomodada o incluso con una pobre pero amorosa, como quisieran pasarlas podrían hacerlo, tendrían siete vidas para hacer todo lo que quisiera, a diferencia de los humanos, que solo contaban con una, que si bien podían hacer más cosas que los gatos, el tener siete vidas supera esas cosas, podías ser un aventura y en la otra un gato gordo, tranquilo, como quisieras, e inclusive disfrutar el amor siete veces, por supuesto con tu pareja destinada que en algún momento se encontraran, tal vez es eso lo que más deseaba, la razón de anhelar las siete vidas de los gatos, encontrarte con tu amor una y otra vez en distintas circunstancias, pero siempre existiendo el amor, podría ser como la reencarnación o algo así, pero era diferente ya que los gatos no tardaban tantos años en regresar a la vida como los que reencarnan, o eso creía.
Si le contaba a alguien aquella idea seguro se burlaría y diría que esta loco dejándolo con su ideas, sin embargo, el chico a su lado no lo hizo, le brindo una sonrisa sincera, sin burla y con un cariño impregnado en toda la hilera de perlas blancas.
Flash Back
-Siempre me he preguntado por que maúllan cada que las campanadas suenan, si no lo hicieran creo que nadie notaria que están ahí- en aquel entonces un rubio sentado en una silla con una taza de café caliente en su mano hablaba escuchando unos maullidos.
-No lo se Yongie, pero dime ¿No te gustaría ser un gato?- le pregunto con temor a una respuesta que le dijera lo estúpido que era el pensar eso, vio a su chico fruncir el ceño demostrando que estaba analizando la pregunta.
-Nunca había pensado en eso- contesto después de unos segundos- pero creo que depende que tipo de gato
-¿A qué te refieres?
-Por ejemplo, si yo fuera un gato preferiría ser un gato de una familia amorosa que me preste atención- se detuvo un segundo y prosiguió- no me gustaría ser el gato de alguien famoso, alguien como yo, por que jamás tengo tiempo para ellos- contesto con el ceño fruncido y un suspiro- Pero pienso que sería genial ser un gato o un perro domestico ya que no hacen gran cosa, duermen, comen, juegan, no creo que sea difícil ser un gato- sonrió imaginándolo- ¿A ti te gustaría ser un gato?
-Sí- contesto con simpleza mirándolo fijamente
-¿Por qué?- dio un sorbo a su taza invitándolo a sentarse en el sofá de la sala
-Por que tienen siete vidas- dijo sentándose en el sillón individual
-¿Siete vidas?- frunció el ceño sin entender
-Dicen que los gatos tienen siete vidas, me gustaría ser un gato para tener siete vidas- se sonrojó ligeramente bajando la mirada - Es tonto, lo sé - sintió una mano en su cabello frotándolo ligeramente, levanto la mirada encontrándose con los ojos de JiYong, lo miro fijamente sintiendo unos segundos después el contacto de sus labios con aquellos.
-No es tonto- hizo un puchero sentándose en el regazo del mayor- Es lindo- le brindo una sonrisa brillante-
Fin Flash Back
Una sonrisa se plasmo en su rostro, amaba a ese chico, con toda su fuerza, su mirada se fijo en el ventanal de enfrente, se levanto con cuidado sintiendo la usencia del calor de su amante, miro la habitación, grande espaciosa, de color marfil, sencilla pero elegante, esa casa les es especial, tenían una grandiosa privacidad, podían salir y estar por la zona tranquilamente, aspirar el aroma de los arboles, reír, gritar, amarse, sin ninguna preocupación. Si bien, estaba lejos de la ciudad eso es lo que más les gustaba la lejanía de los problemas, de la opinión publica, del trabajo, de todo, pocos sabían de la existencia de esa casa, solo ellos y los demás miembros de BIGBANG, nadie más. Abrió ligeramente la persiana observando la luna resplandecer y enfrente de ella, en la gran barda que delimitaba la zona, la pareja de gatos descansando uno sobre el otro, una sonrisa pasajera lo apodero, quisiera ser un gato, quisiera tener sus siete vidas y a JiYong, no pedía más que eso, lo miro una vez más oyendo su ronquido suave.
Cerro los ojos imaginando que haría con siete vidas, tantas aventuras que podría vivir junto a JiYong.
** El sol entraba por todas las ranuras que podía de aquella pequeña casita, sus dueño abrían los ojos con delicadeza observándose entre si, sonrieron por un momento antes de ver el reloj, algo viejo, y abrir los ojos con sorpresa, salieron de la cama de un salto, era tarde.
-Hoy me toca el desayuno Hyun- escucho el grito de su castaño- Lo hago de inmediato
-¿Yong?- le llamo deteniendo su huida
-¿Si?
-Buenos días- le robo un beso fugaz
-Buenas días Hyun- sonrió con parsimonia, ahora apresúrate.
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-Nos vemos Seung, te amo- le dijo antes de subir al autobús que lo llevaba a su trabajo
-Yo también- respondió entrando al restaurante detrás de si, trabajaba en un pequeño restaurante familiar, no recibía una paga que lo hiciera vivir cómodamente, pero con los trabajos de el y su pareja vivían tranquilamente, su hermoso JiYong trabajaba en una pequeña tienda de corsetería. Ninguno de los dos tuvo muchos estudios, pero se habían conocido y hoy vivían juntos y eso le bastaba para ser feliz, sonrió dándole un plato a un mesero.
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-¡Ya llegue!- el grito de JiYong resonó entra las pocas habitaciones de su vivienda.
-Hola- salió Seung de la cocina con una cuchara de madera en su mano- Esta casi lista la cena, deja tus cosas y descansa un poco y después vienes a cenar.
-Gracias- le agradeció dirigiéndose a la habitación- ¡Y ¿Cómo te fue?!- le grito después de unos minutos.
-Ven a cenar y te platico- contesto poniendo un plato
-Esta bien, voy en seguida.
Segundos después apareció con ropa más cómoda y una sonrisa, olfateo la comida sonriendo en el acto.
-Amo como cocinas- se acerco a el pasando sus brazos por su cintura- ¿Te lo había dicho antes?
-Muchas veces- rio robando un pequeño besos de sus labios.
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-Al final la señora se fue molesta y mi jefe salió del local sin decir nada- sonrió terminando su historia.
-No puedo creer que tu jefa se haya peleado así con alguien
-En realidad- sonrió con sorna- fue muy divertido verla así, deberías verla- rio, Seung le acompaño en su risa.
**
Las personas pensarían que esta loco, ¿Cómo perder una vida de lujos por esa vida?, pero en realidad le gustaría vivirla, siempre y cuando fuera junto a Ji Yong.
Cocinarle, verlo ir y regresar de su trabajo, si bien en esta vida podría hacerlo, había veces en las que no podían ni verse, a veces ni siquiera una llamada por teléfono, nada.
Sin embargo, no negara que le gustaría vivir acomodadamente, sin hacer que jiYong pase por alguna carencia o inclusive mantenerlo en la casa, solo para el, cosa imposible por que Ji necesita salir, entretenerse.
**
-¿Ji Yong?- le susurro en el odio- Es hora de levantarse.
-Estoy despierto Seung- respondió con cansancio- Estoy despierto.
-Me doy cuenta- rió dándose media vuelta- Vamos tienes que prepararte
-Esta bien, pero ayer me quede despierto haciendo todos mis diseños, 5 minutos, por favor- hizo un puchero mirándolo con ojos soñolientos.
-Esta bien- beso su frente alejándose- Pero solo cinco minutos.
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-Ji Yong, vamos tenemos que desayunar- lo saco de la cama cargándolo- Tengo un caso en unas horas y tengo que llegar temprano
-¿Me dejaras por tu caso?- le pregunto enredando sus brazos alrededor de su cuello
-No te estoy dejando Ji, pero es mi trabajo- le comento mirándolo fijamente
-El famoso abogado Choi- le susurro- Quisiera que solo estuvieras para mi- hizo un ouchero desarmándolo poco a poco
-Solo estoy para ti Ji- su voz cambio mirando a su esposo en sus brazos, lo observo bien, sus labios rosados combinado con su pelo del mismo color, sus ojos cansados pero deslumbrantes, se encontraba en bóxer utilizando solo su camisa que tapaba hasta una parte de sus mulos, sus piernas blanquecinas deslumbraban llamándolo, besos esos labios que estaban por abrirse para dejar salir la voz de Ji Yong, el beso comenzó a subir de intensidad, lentamente regresaron a la habitación, observo los diseños de Ji regados por toda la mesa, JiYong era diseñador, de los grandes y exitosos, vivían una vida llena de lujos y, por supuesto, de amor. –Creo que hoy llegare tarde al trabajo- habló haciendo que Ji soltará una risita.
-Encantado de hacerte llegar tarde- le sonrió ladinamente acercándolo a el. Tendría una mañana algo movidita.
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Por imaginación tan realista como esa, JiYong le decía que era un pervertido de primera, que esa carita de niño pequeño solo la traía puesta pero nada que ver con lo que en realidad era.
A veces quisiera ser salvaje, que no le importara los demás solo el, solo JiYong, una vida de aventureros sería perfecto.
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-¿Estas listo JiYong?- le pregunto con una gran sonrisa en el rostro
-Más que listo hyung- respondió tomándolo de la mano
-1- comenzó el conteo.
-2- hablaron al mismo tiempo mirándose a los ojos- y 3- saltaron del avión tomados de las manos, su agarre se reforzó contra la fuerza del viento, miraron el paisaje y, después de un esfuerzo, juntaron ambas manos dándose un beso en el aire.
JiYong, era su todo en ese momento y sabía que en el futuro seguiría igual, no era alguien que pensara en el futuro, ‘Lo que venga es bueno’, era su filosofía, sin embargo, había algo que quería en el presente, en el futuro y más allá, Ji Yong, el hombre que sonreía emocionado frente a el.
-¡¡Hyunnie!!- el grito de su chico lo saco de sus sueños- ¡¡Te amo!!- grito lanzándole un beso al aire. Sonrió encantado, iría a más de mil países por el, ciudades, selvas, desiertos, iría a donde fuera por ese chico.
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Le encantaría hacer y eso y más con JiYong, pero no podían, de vez en cuando tenían tiempo juntos pero no salían mucho debido a los fans y reporteros. Le gustaría tener privacidad, salir a una cita como los jóvenes, sin discriminación ni nada por el estilo.
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-¡Hyung!- escucho el grito de un castaño detrás de el, lo miro sonriendo- Lamento la tardanza hyung, el profesor no dejaba de darme un sermón por no poner atención en clase- hizo un mohín contando lo sucedido- Pero ya estoy aquí- se sonrojo ligeramente- Podemos irnos.
-Deberías prestar atención, siempre estas atento ¿Por qué esta vez no?- le pregunto revolviéndole el cabello.
-Estaba pensando en otras cosas
-¿Qué cosas?
-En ti- Ambos se sonrojaron con la respuesta del menor, si bien ya no eran tan jóvenes aun tenían esa actitud tímida e inquieta junto al otro.
-¿E-en mi?- titubeo al preguntar.
-Hyung, mejor vamos a nuestra cita- el sonrojo regreso, aún más fuerte para ambos, Seung sonrió después de un rato.
-¡Vamos!- dijo con emoción.
El tenía 19 años y JiYong 18, estaban en la universidad y eran algo más que amigos, querían intentarlo.
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Vivir ese tipo de cosas junto a JiYong, le hubiera encantado hacerlo, cortejarse entre si, salir a citas, sonrojarse, tomarse de la mano lentamente, besarse tímidamente, le hubiera encanta eso.
Vivir sin prejuicios, incluyendo el avance en las mentes de su país, que si bien amaba, le impedía muchas cosas, revelar su relación con Ji, salir por las calles tomados de la mano, que si bien en otra vida, con más tiempo en la evolución puedan hasta casarse.
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-¿Kwon Ji Yong aceptas a este hombre, Choi Seung Hyun, como tu esposo para amarlo y respetarlo en la tristeza y en la felicidad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe?
-Acepto
-¿Choi Seung Hyun aceptas a este hombre, Kwon Ji Yong, como tu esposo para amarlo y respetarlo en la tristeza y en la felicidad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe?
-Acepto.
Una sonrisa los lleno a ambos.
-Por favor, ambos firmen aquí- la voz del juez los interrumpió- Testigos acérquense y firmen por aquí- señalo varios lugares en los papeles- Pues bien desde este momento son esposo y marido, pueden seguir- les sonrió con sinceridad, por fin se habían podido casar, después de tanto tiempo, Corea lo permitía, el matrimonio entre homosexuales se había logrado y eso le era felicidad pura, podía declarar ante la ley a Ji Yong como suyo.
-Te amo- escucho el susurro de Ji en su oído
-Yo también- lo tomo por los hombros besándolo frente a todos sus amigos, quienes aplaudieron alegremente. Sus manos se movieron hasta quedar juntas ambas con una argolla deslumbrante.
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Le gustaría eso, le gustaría vivir para poder casarse con Ji, quería más vidas para poder hacerlo, no creía que en esta fuera a pasar, es más quería ser ambicioso y llegar a un limite más allá, tener un hijo.
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-Oficialmente son los padres del pequeño Yun Hae, felicidades.
-Muchas gracias licenciado- escucho a Ji agradeciéndole al hombre frente a ellos y recibiendo los papeles necesarios, tenían un hijo, por fin pudieron adoptar, habían adoptado a un niño de cinco años que los enamoro de inmediato.
-¡Yun hae!- le grito viéndolo jugar- Tenemos que irnos- le dijo sonriendo cuando se acerco, vio a Ji llegar por detrás sonriéndole al pequeño.
-¿Ahora son mis papis?- pregunto con ternura.
-Si cariño, ahora seremos tus padres- Ji le acaricio las mejillas sonriéndole, el chillido de felicidad del niño los derritió- Iré por mis cosas appas- ambos asintieron sonriendo.
-Gracias Ji- le susurro abrazándolo.
-¿Por qué Hyunnie?- correspondió el abrazo
-Por todo- le dio un beso en su mejilla- Por hacerme el hombre más feliz del mundo- le dijo sellando sus labios contra los suyos.
-¡Papi!- entre el momento sintió la voz de su pequeño- ¿Por qué no me dan un beso a mi también?- pregunto con su cabeza ligeramente inclinada, sonrieron tomándolo en sus brazos y ambos besando cada mejilla, el niño rio encantado.
-Vayamos a casa- le susurro Ji, tomándole la mano.
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Y con eso le quedaba una vida, vivir seis vidas de esa manera, sería excelente y a séptima, a pesar de ser la que podría tener más problemas, incomodidades y demás, no se la perdería por nada.
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-¡Wow! Fantastic Baby! Dance- el escenario brillaba, los gritos resonaban dejando todo como un zumbido, el sudor corría por sus rostros, las sonrisas se plasmaban por todos lados y la gente gritaba sus nombre y cantaban junto a ellos.
-Im signing my blues- el baile, las voces, la coordinación, todo iba viento en popa.
-High High, I’m so high, high, high, touch the sky- decían que el mejor duo.
-Haru haru- las voces entonando junto a ellos, como si se hubiera practicado miles de veces.
-¡V.I.P’s!- las voces de los cinco provocando gritos por doquier- Gracias por todo su apoyo, nosotros somos ¡¡BIGBANG!!.
Los aplausos y gritos, las voces, sus fans, BIGBANG, todo eso valía toda la pena, sus manos se unieron dando una reverencia.
-¡Chicos! Fue maravilloso- la voz de Seungri, guardando esa energía les hizo sonreír.
-Lo se Ri- la sonrisa satisfecha de Taeyang decía lo que sentía.
-Fue hermoso- repitió Daesung dejándose caer en aquel sofá.
-Es por que somos BIGBANG- pronuncio GD a lado de Seung , con una sonrisa que compartimos, le tome la mano con cariño y los demás sonrieron, Ri se abrazo a GD con una sonrisa, le siguió Taeyang y después Daesung haciendo un abrazo grupal, no importaba el cansancio, el sudor y demás, la felicidad estaba presente y esa es la vida que jamás quisiera cambiar, BIGBANG, por más difícil que fuera todo tenia una recompensa.
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Una sonrisa estaba en su rostro, si tuviera siete vidas eso haría, las viviría de esas maneras y muchas más, las disfrutaría al máximo, sintió unos brazos delgados abrazarlo por al cintura.
-Hyunnie- un susurro que lo estremeció- Es hora de dormir- soltó un suspiro sonriendo.
-Yongie- le llamo escuchando un quejido como respuesta- Te amo.
-Yo también Hyunnie, mucho- le contesto aferrándose a su cuerpo- Pero es tarde y debemos dormir, mañana hay varias cosas que hacer- sintió un beso en su espalda que lo relajo por completo y lo hizo pensar de nuevo, si tuviera siete vidas solo JiYong le bastaría.
-Vamos Yongie- lo enrollo en sus brazos recostándose ambos en la cama, se miraron a los ojos sonriendo.
- ¿Qué harás con esas siete vidas?- pregunto de repente haciéndolo sonreír, ese chico lo conocía al derecho y al revés
-Amarte- respondió con seguridad, sin titubear, sus labios se unieron con una sonrisa en ambos rostros y un ‘te amo’ en sus gargantas, dispuesto a salir.
Por que era cierto si tuvieran siete vidas, se les darían al contrario, todo para el, sus segundos, sus horas, sus siete vidas si tan solo fueran, como gatos.
Como gatos