Prohibído.
George, primer año.
"Aceptación."
George observa a todos.
A los chicos y chicas pululando al rededor de su gemelo, la bulla en esplendor. Escucha sus voces alabándolo y la risa orgullosa y divertida de Fred, con su cabello rojo brillando a la luz del sol de medio día de primavera y haciendo que sus mejillas pálidas cobren un leve tono rosado gracias al clima. Ahora es a George a quien se le hincha el pecho de orgullo al saberse igual a esa persona.
Persona que ahora mismo lo ve. Que le sonríe y con una mano lo invita a unirse a los escandalosos chicos, y causa que un cálido sentimiento es instale en su pecho. Lo siente aferrarse a él como lazo del diablo.
George lo sabe.
Sabe que eso que siente no lo debe de sentir.
(Ni si quiera decirlo, decir qué es).
Pero igual lo siente.
Igual le gusta cuando siente su estómago revolverse, en el buen sentido (aunque nunca hubiera imaginado que el estómago revuelto pudiera haber un buen sentido).
No sabe cómo pasó.
Pero pasó.
George tampoco sabe si Fred lo siente también. Siempre ha conocido a su hermano, desde el cabello a los pies, pero por alguna razón que no entiende, le parece que ahora no tiene idea de nada de lo que siente Fred. Como si fuera uno de esos difíciles libros con los que Percy suele estudiar incluso en vacaciones. Imposible de leer.
Se pregunta si tendrá que observar cada acción y gesto que hace Fred en las vacaciones.
Está perdido.
Y asustado. Muy asustado.
¿Y si Fred cree que es raro?, ¿enfermo?, ¿un fenómeno?
Y si... ¿Él no lo siente?
¿Que pasaría si Fred no siente esa presión en el vientre?
Un estremecimiento de desesperanza le recorre la espalda mientras obliga a sus pies a acercarse al grupillo de gryffindor's y hufflepuff's que se ríe de las graciosadas del otro Weasley.
Trata de aparentar normalidad, de estar fresco. Los chicos le abren paso y lo saludan amablemente.
Trata de ignorar el violento retumbar de su corazón y el repentino bochorno que lo ataca, cuando Fred pasa un brazo por sus hombros, lo acerca hacia sí y siente su respiración en su oído...
Caliente. La respiración es caliente.
Le causa hormigueo en la piel y eriza sus vellos. Repentinamente está alerta.
Huele a los dulces que han hurtado hace unas horas desde la cocina.
La verdad lo golpea. Ya ni si quiera lo niega.
Le gusta. ¡Le gusta!
Le gusta su hermano.
George creía que todo iba a desaparecer cuando entraran al colegio, que sólo era por estar en casa y no convivir con muchas personas. Que se le quitaría cuando conociera a más personas (ninguna tan especial como su hermano, por supuesto). Quizá hasta esperó encontrar una chica, como Bill y Charlie hacen... (afortunadamente, si Fred lo pensaba, no lo logró).
Pero claramente se ha equivocado con eso de que desaparecería.
Empeoró.
Lleva tres años sintiéndolo (relativamente poco dándose cuenta).
Es poco menos de un año en Hogwarts y ya es insoportable. Se hace cada vez más y más fuerte.
Siente que no podrá ocultarlo durante más tiempo, pero...
... Fred nunca debe saberlo.
Es su hermano. ¡Su jodido hermano!