Fred, Cuarto Año.
Clase de Pociones con los Ravenclaw.
Fred siempre ha sido una bomba de tiempo (como comprobò su gemelo un par de años atràs); él mismo lo afirma. Y puede afirmar, justo ahora, que si aquèl estùpido no se aparta de su gemelo y deja de mirarlo lascivamente, explotará en los pròximos cinco segundos.
5...
Morirá.
Correrá Sangre.
4...
El imbècil se pega más a George, casi encima de él. Fred piensa que ya no más, que tiene rato ignorándole y convencièndose de que sólo son paranoias suyas. Harto evalua con su mirada la pociòn que hierve en su caldero -que en realidad no hierve tando como él- y piensa que tal vez podrìa ocurrir un accidente.
3...
Comienza a ponerse de pie, su compañero de mesa miràndole entre extrañado y molesto. No ha ayudado ni un poco en el trabajo y està extraño. Llevan ya dos semanas trabajando juntos. Las mismas dos semana que lleva George con el otro idiota.
2...
Quizá por obra de algún gran mago (o de alguien que quiere impedir que Fred mate a golpes al chico), la clase termina con un suspiro de alivio para los alumnos y Snape los despacha con un gesto despectivo de su mano.
George, como sintiendo la mirada de su hermano, se voltea. Y le sonríe.
Fred no puede creerlo.
El estùpido de George le está sonriendo.
No sabe si relajarse o enfurecerse aún más.
Opta por la segunda y aparta la mirada con violencia. Con el mismo ímpetu toma sus cosas para marcharse, cruzando a grandes zancadas el camino a la puerta.
No se vuelve aún cuando oye como su hermano lo llama por el concurrido pasillo. No se vuelve aùn cuando George lo sujeta por el hombro, agitado por seguirlo entre tantos alumnos y preocupado por su actitud, que ya lleva días atuando raro.
En su lugar, Fred toma la mano se su hermano y lo jala hacia en busca de algún aula vacia, o a donde sea que pueda tener privacidad. Ignora como el pelirrojo le habla, como le exige explicaciones confundido e irritado y èl solo camina más rápido.
"¡Por Merlín!" piensa con alivio cuando encuentra un salòn vacío. Suelta un hechizo silenciador, porque intuye que lo va a necesitar. Y ahora sí, mira a su hermano.
George está muy guapo con las mejillas sonrojadas, el cabello revuelto por la carrera, y sus ojos bajo un ceño fruncido destilando enojo. Pero Fred no piensa decirle lo bien que se ve y en lugar de intimidarse por la mirada de su hermano, se indigna... ¡Que él es el que debe estar enojado!
-¿Se puede saber que te pasa?-su otra mitad le gana y habla primero.
-¿Que se puede saber que me pasa? ¡Me pasa que estoy furioso, George! ¡Me pasa que no entiendo como te atreves a sonreírme después de estarte divirtiendo con el imbécil de Ravenclaw!
George lo mira, sus ojos ahora abriéndose enormemente.
-¿Pero de que coño hablas, Fred? ¿Que tiene que ver Dyl...
-¡Que ni te atrevas a mencionar su nombre!-dice, interumpiéndole, que no va a permitir que lo nombre en su presencia.
George enrojece de furia.
-¿Es eso, imbècil? ¿¡Por eso has estando borde conmigo!?
El grito del chico intimida a cualquiera. O eso es lo que se dice Fred, retrocediendo un par de pasos ante su hermano.
-¡Pues sí -se envalentona-, que es por eso! ¿¡Porqué otra cosa habría de ser!?
No sabe como tomar la reacciòn del otro, cuando pasa por su rostro el alivio para ser sustituido nuevamente por la furia.
-¡IMBÉCIL! -le grita, acerándose un paso a cada palabra y haciendo retroceder a Fred- ¡Que me has tenido preocupado, idiota! ¡Pensé que era algo serio!-para rematar, le da un golpe en el pecho de tan cerca que ya estàn. La espalda del otro se topa con la pared.
-¿¡Y tu crees que esto no es serio!? -le pregunta, indignadísimo- ¿¡Que no es serio ver como te ríes con otro tío, y como pasas de mí por tu nuevo amigito!? ¡Me mata, George, me mata!
Fred está dispuesto a seguir, a decirle como le hirve la sangre cuando mira a otro que no sea él, cuando bromea con alguien más. Y tiene ganas de gritarle a la cara que no le sonría nunca más al idiota -porque se niega profundamente a decir su nombre-, porque George es de él. De él, de nadie más. No de algùn nuevo amigito de clases. Y no está dispuesto a compartir con nadie.
Y que, de paso, le va a romper la cara al Ravenclaw.
Parece que George por fin comprende por donde van y la gravedad del asunto, y antes de darle tiempo de Fred de más, lo besa.
Lo besa duro, demandante, para callarlo. Y porque él estambién está enfadado, que penso que tal vez Fred estaba fastidiado de él.
Por un momento todo es lengua y sabor, cada uno peleando por el control, luchando por mantenerse siempre en la boca del otro.
Al final, cuando el aire de hace necesario, se apartan.
-Eres mío, Georgie.-susurra Fred a su oìdo, estremeciéndolo, sus manos acariciándolo y la temperatura subiendo.
A George se le escapa un gemido y piensa que quedan muchas cosas por hablar, pero, por el momento se le ocurre algo mejor. Ah, también piensa que Fred es un celoso de lo peor.