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Tveeggat [HunHan] por LizzyLia

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Notas del fanfic:

Hola ~

He vuelto solo que esta vez con un Fic escrito por mi. b25;

Esta es una idea que surgio en un rol y me encanto un montón, asi que con permiso de mi compañera de rol aqui se las traigo[?].

Si desean pasarse por la cuenta de ella aqui se las dejo porsiacaso, allí tambien hay otra historia hecha por ambas solo que esta narrada por ella; también es Hunhan.

Ahora si, espero les guste...

Besos~

 

Notas del capitulo:

Holaaaa bueno no tengo mucho que decir, solo lean y dejenme sus opiniones, ojala les guste. b25;

 

 

 

 “Desear no es querer. Se desea lo que se sabe que no dura. Se quiere lo que se sabe que es eterno.”

Rousseau                           

 

~**~

De vuelta a su departamento, caminando lentamente entre los árboles de cerezo, LuHan no tuvo ningún mal presagio respecto a lo que le depararía ese nuevo día. Parecía un lunes cualquiera, un día tranquilo en el que los humanos, con aspecto cansado, seguían con sus vidas normales. El lugar se encontraba en medio de la primavera, los arboles copados de flores y el entorno silencioso acompañaban su camino mientras la tibia brisa acariciaba su delicado rostro; aún no había amanecido, en el apogeo de dicha estación, el sol no salía hasta las ocho, pero aun así el ambiente era agradable ante la mirada suave del ángel.

Las calles de Seúl, cubiertas por pequeñas flores que caían de los árboles, la semioscuridad aún reinante, los débiles destellos de las farolas y el ambiente rodeado de una fría y opaca bruma, le otorgaban a la ciudad un aspecto casi mágico que era capaz de embelezar la vista a cualquiera que pudiera encontrarse fuera a estas horas.

 

Mientras caminaba, su mente trabajaba a toda prisa, aun acostumbrándose a este cuerpo casi humano que le había sido asignado. La suave brisa proporcionaba un suave frescor sobre su anatomía, provocando que su piel se erizara a pesar de la vestimenta que lo cubría, la misma que había encontrado en su departamento cuidadosamente doblada y ordenada. Le asombraba constatar que ellos habían pensado en todo lo que pudiera necesitar, inclusive documentos auténticos con su identificación humana. Xi LuHan, rezaba en la pequeña tarjeta plástica que debía cargar siempre, aunque el Xi había sido un invento, debido a la necesidad de un apellido, algo totalmente innecesario de dónde provenía.

El cielo antes de oscuro comenzó a aclararse con suaves tonalidades lilas y naranjas, provocando una sonrisa en los delicados labios del ángel. Le sorprendía todo lo relacionado con este inexplorado mundo humano, pero no tenía manera de saber que no todo era tan hermoso como sus ojos miel lo veían.

 

**

 

De pie al borde de un balcón ubicado en la parte más alta de un edificio, SeHun contemplaba con expresión fría y distante como las luces de la ciudad se extinguían lentamente mientras el sol se asomaba por el horizonte, llevándose la oscuridad de la noche para dar paso al alba. Aquel amanecer parecía ser como cualquier otro, pero él intuía que ocultaba algo. Podía sentir el penetrante halo de energía como una molestia para su naturaleza oscura, aquella energía que le causaba desagrado casi hasta el extremo de la repulsión, eso era obvio, su especie era enemiga de aquella de la que provenia la energía. Un ángel, eso era, al parecer había llegado aquel enviado por el cual él mismo se hallaba en el mundo humano.

Dejando caer sus brazos a cada lado de su cuerpo extendió sus enormes alas; eran hermosas, un delicado plumaje de una tonalidad oscura, rodeado de lenguas de fuego que irradiaban un apenas visible fulgor escarlata al surcar los aires, él por su parte era alto, delgado pero fuerte, en definitiva hermoso. Aún a pesar de ello, era arrogante, ruin y perverso; eso, además de ser uno de los demonios más atractivos que había, era la razón por la que le habían conferido tan importante misión. Robar un alma pura… una en específico.

 

 

**

 

 

LuHan caminaba tranquilamente rumbo al departamento que le había sido asignado por los ángeles que lo habían enviado, realmente esperaba que aquello fuera sencillo, pero si no era así, de todas maneras estaba dispuesto a cumplir con ello.

Al entrar al edificio donde  se encontraba su nuevo hogar, notó la presencia de una extraña energía, era débil y muy sutil llegando a confundirlo por las sensaciones que lo invadieron al sentirla, al inicio en su mente se formó la idea de que podría ser el muchacho al que debería encaminar en aquel mundo lleno de maldad, sin embargo su clara tranquilidad no dejaba notar que aquella presencia era mucho más ruin de lo que pensaba pues a diferencia de sus ideas, no era un humano, muy por el contrario era una especie al igual que la suya totalmente aparte de dicho mundo, era  un demonio quien allí se hallaba, uno de los peores que podían cruzarse en su camino, pero claro, el joven ángel aun no lo sabía.

Luhan tomó el ascensor y a medida que subía piso tras piso, dicha energía se intensificaba, le resultaba abrumador, pero por otro lado, aquello era bueno en parte, ¿o no?; su misión consistía en purificar a alguien y al parecer la persona ideal para eso se encontraba cerca.

Al abrirse las puertas del ascensor su mirada se dirigió al amplio pasillo que se extendía frente a él, noto a lo lejos una silueta oscura, pudo sentir que de ahí provenía dicha energía; al parecer aquel sujeto se percató de su presencia pues giró y lo miro fijamente; al sentir aquella mirada penetrante sobre él, un escalofrió recorrió su espalda haciéndolo estremecerse; rápidamente saco sus llaves y sin decir palabra ante la intromisión de sus pensamientos, se introdujo a su departamento con el corazón acelerado; aquel sujeto emanaba más maldad de la que el jamás pensó encontrar en una persona, era extraño y escalofriante, incluso para él.

Uno…Dos…Tres…                                                                                                              

El muchacho de tez blanquecina empezó a contar en silencio para regularizar sus latidos y poder calmarse, aunque a pesar de todo en el fondo de su ser sentía una corazonada, algo le decía que aquello no estaba bien, que debía alejarse de aquel lugar…

 

**

 

Pudo verlo al inicio del pasillo, estaba seguro que era el, aquel ángel por el que lo habían enviado a este lugar, LuHan… su víctima, el objetivo de su misión...

– Luhan… ­­– susurró con una leve sonrisa ladina al verlo desaparecer apresurado tras la puerta de dicho departamento, aun sabiendo que el contrario no había podido oírlo.

Finalmente había ubicado al ángel, ahora solo debía acercarse a este, hacer que confíe  en él y así poder entre engaños y seducciones conseguir su objetivo, la pureza de este; probablemente no sería fácil, ya que aquello era lo más preciado para un ángel pero estaba seguro que lo conseguiría, Oh Sehun nunca fallaba sus misiones…

 

**

 

Tres días habían pasado desde que Luhan había sentido aquella extraña sensación al observar al extraño muchacho al final de aquel oscuro pasillo; sin embargo aún podía sentir la energía presente cerca de él, a lo mejor aquel chico vivía en su edificio, ¿podría ser acaso alguno de sus vecinos?

Suspiró pesadamente, esto estaba siendo más difícil de lo que esperó, ¿Como era posible que aquella mirada lo hubiera intimidado de esa forma? Todo era tan extraño…

Ahí de pie en el balcón observaba las calles bajo el edificio en el que se encontraba; era jueves  y a esa hora la ciudad se hallaba abarrotada de personas que volvían a sus hogares apurados y cansados, ignorando todo lo hermoso del mundo, alejados de sus familias por culpa del trabajo, alejados de la belleza de la vida, habían perdido su razón de ser para convertir su día a día en algo monótono y aburrido. Su mirada se dirigió hacia el cielo y una lagrima se deslizo por su mejilla con suavidad para luego perderse entre la textura de su sweater, extrañaba su mundo, a sus amigos…la paz y tranquilidad que le impartía aquello.

 

–  Hey, ¿estás bien? – Una voz en un extraño tono lo saco de sus ensoñaciones.

 

–  Si, lo siento. – Aun sin reparar en quien le había hablado se limpió el rostro con la manga de la prenda que llevaba para librarse así de la humedad.

 

–  No luces bien. – Otra vez ese escalofrió y aquella presencia…

 

–  No te… – Su voz se cortó al girar su rostro y reconocer al muchacho frente a el – preocupes… – susurró con la voz ahogada entre su garganta mientras analizaba las fracciones del contrario.

El otro muchacho que era rubio, de mandíbula fina, rostro inexpresivo y más alto que él, aún a pesar de las sensaciones sonrió desde su lugar y le extendió la mano al adverso.

 

–   Oh Sehun. – Se presentó. – Soy nuevo aquí, me mude hace tres días.

El castaño correspondió a su saludo tomando su mano sintiendo la suave textura de esta a la vez que un nuevo escalofrió recorría su espalda baja

 

–  Hola, soy Xi Luhan. – Recordó el nombre que le habían asignado un poco antes de llegar a dicho lugar.– También soy nuevo por aquí a decir verdad. – Sabía que debía de acercarse al muchacho así que le sonrió cálidamente; si quería que este cambiara para bien, debía ser amable y esforzarse al máximo por ganarse su confianza.

 

–  Bonito nombre. – Comentó el mas alto de forma casual – ¿Porque estabas llorando?

 

–  Supongo que me puse algo melancólico, es todo, a veces suele pasarme, nada de que preocuparse. – Comentó como de manera casual antes de girar su rostro hacia el cielo. – ¿Alguna vez has pensado en como es allá arriba? La paz y tranquilidad que se puede llegar a sentir… – Cerró sus ojos mientras la suave brisa acariciaba su rostro haciendo que su cabello se removiera de manera sutil bajo la mirada penetrante del muchacho junto suyo.

 

–   ¿Has pensado tú en que después de la muerte todos dejamos de existir? – Mentía, sabía que luego de la muerte cada uno era juzgado por sus acciones durante vida, el mismo había condenado a muchísimas personas al infierno; sin embargo deseaba saber la postura del ángel ante ello.

 

–  No dejamos de existir, solo nuestro cuerpo; nuestra alma tiene vida eterna. – Sonrió mientras sus parpados caian nublando su visión. – Tú, yo, todos aquí podemos entrar en gloria al cielo…solo es cuestión de enmendar nuestros errores.

 

–  Tienes un pensamiento interesante, pero no todo el mundo es bueno, las personas de mal actuar y los impuros... – Recalcó esta última palabra con una media sonrisa en los labios mientras admiraba la beldad del muchacho allí presente antes de continuar con sus palabras. – No pueden llegar al cielo, están condenados a sufrir en el infierno; todo el mundo  comete pecados y termina condenando a su alma.

 

–  Te equivocas, siempre hay una manera de arreglar eso; si realmente estas arrepentido de todo aun puedes entrar al cielo Sehun; nada es imposible…solo necesitas querer hacerlo y todo puede cambiar, aunque a veces necesitamos un pequeño empujón, un poco de ayuda para alcanzarlo…y para eso estoy aquí.

~**~

Notas finales:

Lamento que sea tan cortito, prometo que el siguiente será mas largo, mucho amor y espero poder estar muy seguido aqui, depende de ustedes[?] los quiero, gracias por leer. b25;


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