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From the stars por spookytaco98

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Arthur dormía plácidamente, aunque hacía frío podía aguantarlo y gracias al abrazo de Khan, su cuerpo estaba mas caliente y se sentía seguro, suave en sus brazos.

 

Pudo sentir una brisa rápida y tibia en su rostro, Dent estaba a punto de despertar y aquella brisa se repetía una y otra vez, deseando que Khan estuviese durmiendo frente a el ahora, respirando el aroma de sus pijamas y su bata limpia o el de su cabello rojizo lavado.   

 

-Khan...-gimió Arthur medio dormido al sentir esa brisa cálida y un tanto húmeda. -Khan...   

 

Sus ojos se abrieron suavemente, pero lo que vio frente a el no fue nada agradable. No se trataba de Khan, sino de una enorme bestia de pelaje blanco de grandes colmillos salientes de su hocico. Sus ojos eran rojos y tenía pezuñas grandes, era como un jabalí gigante y blanco.   Arthur sintió miedo al verlo, jadeó y gritó lleno de miedo. La bestia rugió mientras Arthur trataba de ponerse de pie y echar a correr, pero al intentarlo, tropezó y la bestia arremetió contra su estomago, sacándole el aire. Dent se dejó caer al piso mientras la bestia rugia.   

 

La bestia estaba a punto de atacar a Arthur, hasta que este fue arrastrado de sus patas traseras por Khan. Tomó a la criatura y la sometió. Arrancó una estalagmita y clavó el afilado hielo en su grueso cuello y lo degolló. Soltó a la bestia y toda su sangre manchó la nieve.   Khan lanzó la estalagmita al piso y corrió hacia Arthur, tomándolo del rostro.   

 

-¡¿Estas bien?! -dijo desesperado.   

 

-Si... si... -dijo recuperando el aire.   

 

Y de pronto, Khan abrazó con fuera a Arthur, tanta que parecía temer de que se lo fuesen a arrebatar.   

 

-No debí dejarte solo. -dijo con miedo. -Fui a dar un recorrido por lo que quedaba de mi nave. No debí hacerlo hasta que despertaras.   

 

 Arthur se sonrojo, Khan era fuerte y alto y Arthur era como un pequeño oso de peluche en sus brazos. Arthur quiso abrazarlo, pero antes de que pudiera hacerlo, Khan se separó de su cuerpo y lo miró con seriedad.   Un rugido invadió la cueva, Khan dio un pequeño salto en su lugar.   

-¿Que fue eso? -dijo Khan preocupado.   

 

-Mi barriga. No he comido en dos días. -tomaba con fuerza su estomago.   

 

-Por supuesto. -dijo Khan. 

 

-Trabajé en mi nave para repararla pero no traje comida.   

-No te preocupes. -dijo como si no le importara morir de hambre, solo estar al lado del aquel hombre que apenas conocía.   

 

Khan lo miraba seriamente, tan serio que podría aparentar estar molesto por alguna razón, esa expresión era extraña para Arthur pero no podía dejar de sentirse atraído a aquel hombre super dotado. Le sonrió de manera nerviosa y ruborizada.   

 

-Deberíamos aprovechar ese.... No se que es, para comerlo. -dijo Arthur temblando un poco por el miedo. -Pero habría de ver donde podemos hacer fuego.   

 

-Podemos quemar ropa. -dijo Khan decidido a quitarse la camisa para hacer fuego sobre ella. Arthur se ruborizó, una parte de el quería que se cubriera porque sabía que enfermería si se quitaba la ropa y eso sería muy arriesgado, pero otra parte de el deseaba ver su pecho desnudo.    -"Pero no soy gay." -se dijo a si mismo. -Khan, no lo hagas; puedes enfermar y eso te puede matar.    

-No enfermare, puedo con esto. -dijo con seriedad.   

 

-No, Khan. Ya te dije que no.-frunció el ceño, lucía como un pequeño minino molesto que parecía tener ganas de atacar a su amo.   

 

Khan sintió un pequeño calor en su pecho, Arthur era una criatura muy tierna para ser humano. Era lo mas hermoso y tierno que había visto en su vida.   

 

-Comamosla cruda. -dijo Arthur. -Cortemos pedazos de este y la comemos.   

 

-La carne cruda es. buena, pero a la vez está contaminada, puedes enfermar de algún virus mortal que en la Tierra no tenga cura aun.   

 

-La limpiamos con la nieve. Mi madre decía que eso desinfecta la carne.   

 

-Tiene virus que tu no conoces.   

-Hay que mantenernos positivos, tal vez no nos haga nada.   

 

-Mantenerte positivo es como estar ciego ante una situación critica y eso te convierte en un ignorante.   

 

-¡Bueno, cállate! -dijo alzando los brazos con el ceño fruncido.   

-¿Por que haces eso? ¿Por que tratas de buscar una solución practica? Eso es tan... del siglo veintiuno. Anticuado.   

 

-Quiero mantenerme positivo ahora que una gran parte de mi siente que estamos perdidos, que nos quedaremos aquí por siempre sin salida o escape. No sabemos que nos prepara el destino, si es algo bueno o malo. Solo nos queda esperar y quiero tratar de encontrarle una solución a algunas cosas. Tal vez podamos salir de aquí, pero necesitamos ser sobrevivientes en este planeta desolado. -Arthur suspiró y se sentó apoyado de sus muñecas. -Tal vez nunca volvamos a la Tierra, tal vez nos quedemos aquí, solos. Tu y yo. Y nunca volvamos a los lujos a los que estamos acostumbrados; agua caliente, comida suave y deliciosa, una cama suave y cálida, té. -Arthur suspiró con tristeza al recordar la ultima.    

Khan miró a Arthur con seriedad pero no esa seriedad agresiva, sino, con pena y un poco de vergüenza. Podría arreglar la nave, pero ¿y si no funcionaba? ¿Tendrían que adaptarse a ese planeta?   

 

-Lo que daría por una buena taza de té negro con azúcar y leche, con tostadas.... y mantequilla con... mermelada de fresa recién hecha.   

 

-¿Mermelada? -dijo con el ceño fruncido.   

 

-No me digas que no conoces esa exquisitez. -dijo sorprendido. -Es lo mas delicioso que probado.   

-Se que es mermelada, es solo que.... -se talló los ojos y acarició sus sienes. -Solo que siento que una parte de mi mente siente que ya había escuchado ese comentario sobre aquella cosa.   Arthur levantó una ceja.    

 

-A mucha gente le gusta la mermelada. -dijo como si fuese muy obvio. -Hay mermelada de todo.   

 

-No, no, no es eso. -dijo tirando suavemente de sus cabellos negros. -¡Ah! Siento que ya lo había escuchado de ti, siento como si fuese un...   

 

-¿Déjà-vu? -dijo Arthur.   

 

-¡Si! Eso. -lo señaló. -Lo siento, es solo que siento que ya nos conocíamos, pero no de esta forma. No en esta vida.   

 

-Creeras que estoy loco pero yo siento lo mismo. -dijo sorprendido.   

 

-No mientas para no hacerme sentir raro. -dijo Khan con las cejas fruncidas.   

 

-¡No! No estoy mintiendo. -dijo un poco molesto. -De verdad, siento que ya fuimos algo en el pasado. Eso es tan.... -Khan alzó su mano y nuevamente, Arthur acarició su mano y la entrelazó. La mano era fría pero suave. Y la mano de Dent era tibia y pequeña y se sentía muy bien sobre la mano de Khan. -Agradable.

 

Arthur soltó su mano y lo abrazó suavemente, un poco miedoso y con cierta duda en sus ojos pero al hacerlo, sintió que su pecho se calentaba.    

 

-Arthur... saldremos de este lugar, sanos y salvos. -dijo Khan.   

 

-¿Me lo prometes? -preguntó Arthur.   

 

-No, no lo prometo. No tengo que hacer promesas, te sacaré de aquí.   

 

Arthur sonrió y besó su mejilla. Al separarse de su cuerpo, ambos se percataron de que estaban ruborizados, no se atrevieron a mover ni un solo músculo. Solo se miraron y muy lentamente Arthur comenzó a sonreír, era inevitable no poder sonreír ante el rostro de Khan. Khan se quedó con una expresión seria pero aun ruborizada, como su se molestara de estar de esa manera.   

 

-¿Khan, podrías hacer algo por mi? -preguntó Arthur con inocencia y un toque de dulzura.   

-Si. -lo miraba a los ojos fijamente.   

 

-Sonríe. -dijo Arthur. -Quiero verte sonreír de manera sincera.    

-Yo no sonrío, no le veo sentido. -dijo con seriedad y el ceño semi fruncido.   

 

-Tal vez no tenga sentido, pero quiero verte hacerlo. -bajó la mirada, estaba muy ruborizado. -Eres muy guapo, si sonríes te veras hermoso.   

 

Khan tragó saliva y siguió con la mirada fija en otro punto. Volteó a ver a Arthur y de poco a poco, sonrió. Era una sonrisa triste y falsa. Sin embargó, Arthur sintió su corazón blando al verlo sonreír un poco.   

 

Arthur no pudo resistirlo, no pudo evitarlo. Tomó a Khan del cuello y este lo percibió como un ataque, sin embargo, no se atrevió a levantarle la mano. No lo lastimaria en absoluto, su mano era muy pequeña, sin embargo, Arthur no lo lastimó, le plantó un torpe y tímido beso en los labios.   

 

Khan estaba sorprendido, Arthur lo estaba besando. Realmente lo besa. Había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que alguien lo había besado, al igual que a Arthur. Solo que Khan había olvidado ya cuando fue ese beso, este era aun el mas hermoso de todos.    

 

Arthur se separó ruborizado de Khan, inexpresivo y un poco alarmado por su comportamiento. Khan sonrió, fue una sonrisa sincera y dulce, de emoción. Su corazón iba a mil, hacía mucho tiempo en el que no latía de esa manera. Arthur rió.   

 

-Que hermosa sonrisa tienes. -dijo Arthur y Khan no dejaba de sonreír. Khan se acercó nuevamente y besó sus labios nuevamente, Arthur se ruborizó, no imaginaba que Khan le regresaría el beso y Arthur se sintió cautivado, enamorado de esos labios y cerró sus ojos, al parecer ya no le molestaba que pensaran que era gay, no le importaba.   

 

Arthur se subió a sus piernas, buscando un angulo perfecto para acomodarse sobre Khan. Besó sus labios nuevamente, y nada ni nadie podría separarlos ahora. Arthur abrió sus ojos mientras besaba a Khan, tenía los ojos cerrados, estaba disfrutando el roce de sus labios.   

 

Pero Dent se separó, dejando a Khan con el corazón palpitando tan rápido. Arthur sonrió y besó su mejilla.   

 

-No me han besado en mucho tiempo. -dijo Khan ruborizado. -No recuerdo cual fue la ultima vez que alguien lo hizo. Pero no fue tan.... tan...   

 

-¿Tan...? -preguntó Arthur ruborizado y acercándose cada vez mas a el.   

 

-Tan perfecto. -confesó Khan ruborizado y abrazando con fuerza a Arthur, este pudo sentir sus cálidos brazos, eran largos pero fuertes.    

 

Y Arthur, mientras lo abrazaba con esa fuerza y ese cariño, sintió como si todo eso fuese tan conocido pero a al vez desconocido. No entendía lo que realmente sucedía pero era mas que perfecto.   

 

-"¿Por que me siento así?" -pensó Arthur abriendo sus ojos sin que el abrazo se detuviera. -"Me siento.... como si miles de mariposas revolotearan dentro de mi, pero... todo esto ya lo conozco, pero no recuerdo cuando fue."   

 

Khan lo soltó y lo miró a los ojos, seguía ruborizado pero con el ceño fruncido, esa seriedad suya que estaba siempre en su rostro. Era como si aquellos ojos hermosos hubiesen pasado por tanto, por tantas vidas, por tanto dolor.   

 

-Podríamos despellejar a aquella cosa, quemar su pelo y hacer una fogata con eso y cocinarlo. -dijo Khan tan ruborizado que no miraba a Arthur y su ceño estaba fruncido.   

 

-Pero apestaría y se consumiría muy rápido, necesitamos madera. -dijo Arthur. -Supongo que no queda otra opción que comerlo crudo.   

 

Khan suspiró y tomó la estalagmita, se puso de pie y comenzó a cortar el pelo de la bestia, arrancándolo junto con la piel. Arthur no quería mirar, era muy asqueroso. Por lo que Arthur decidió hablar para distraerse.   

-¿Oye, no crees que Kirk y la Enterpice nos encuentren? -dijo Arthur. -Saben que estamos en este planeta.   

 

-Si, lo saben. Pero tardarían mucho tiempo en encontrarnos. -dijo mientras seguía cortando.  . 

-Pero tienen buena y avanzada tecnología.   

 

-Estamos en una cueva sin ningún dispositivo electrónico, sin fuego y comeremos una bestia que acabo de matar. -dijo como si fuese muy obvio. -Hay tan pocas probabilidades que nos encuentren, y mas ahora que estamos como un par de salvajes. -hizo un corte clavando la estalagmita en la carne.  . 

 

Guardaron silencio por rato, Arthur miraba aun las paredes de la cueva.   

 

-Listo. -dijo Khan y Arthur lo miró. -Corte carne para los dos. -habían cuatro pedazos de carne grandes -Podrá ser un animal fuerte pero su carne es suave.    

Arthur se acercó y tomó un pedazo de carne. Dudaba, pensaba mientas miraba el trozo. Miró a Khan y este le dio un mordisco pequeño y la comió. Arthur repitió lo hecho y tragó.   

 

-No está tan mal, aunque con unas cuantas especias sabría mejor. -mascó y comió grandes pedazos hasta dejar el pedazo de carne a la mitad. -Mucho mejor.   

 

Khan iba comiendo el segundo pedazo y Arthur lo miró mientras comía, no pudo evitar sonreír. Tomó un puño de nieve y la masticó de poco a poco para quitarse el sabor. Khan hizo lo mismo.   

 

-Será mejor que nos vayamos mas hacia el fondo de la cueva. -dijo Khan. -Está oscureciendo y hace mas frío de lo que hace ahora.   

 

-Si, está bien. -dijo aun ruborizado.   

 

Ambos caminaron unos cuantos metros juntos hasta casi llegar hasta el fondo de la cueva, era mas oscuro, tan oscuro que ya no podían ver ni sus manos, solo sentir, oler y escuchar.    

 

-Aquí. -dijo Khan y Arthur escuchó un movimiento en la nieve, pero el no se movió pues temía a caer sobre un bloque de hielo o una estalagmita.    

 

-¿Kh.... Khan? -dijo temblando de pies a cabeza.   

 

-Aquí estoy. -tomó su tobillo rápidamente y Arthur pegó un grito afeminado y agudo. 

 

-¡Tranquilo! ¡Soy yo!   

 

-¡No hagas eso! Me asustas. -dijo con voz temblorosa.   

 

-Lo siento.   

 

Arthur se puso de rodillas lentamente hasta sentarse bien en la nieve, sin dejar de tocar todo a su alrededor, aun asegurándose de que todo estuviese en orden y no hubiese nada que lo lastimara durante el sueño.   

 

-Está bien, Arthur, no hay nada cerca de nosotros. Las estalagmitas están a mas de cinco metros de nosotros. No te van a lastimar. Confía en mi.   

 

Arthur se ruborizó y accedió a acostarse a su lado, Khan lo abrazó suavemente.   

 

-Ven, quédate conmigo. Nada te va a lastimar, estas seguro conmigo. -dijo Khan pagándolo a su pecho y acariciando su cabello rojizo.   

 

Arthur se sintió seguro, tan seguro con el. Jamas se había sentido tan confiado en su vida, y menos por una persona que apenas conocía. Pero Khan, el era diferente, era sincero, era serio al decir todo, era increíblemente y de alguna manera suyo.   

 

El pelirrojo frotó su rostro en el pecho del pelinegro y aspiró su aroma.   

 

-Estas caliente. -dijo Arthur, y Khan se ruborizó, interpretando eso como una forma de decir que era sexy. Arthur pensó dos veces sus palabras. -¡No me refería a eso! ¡Me refería a que tu piel es cálida! No quiere decir que no seas sexy, si eres sexy. De hecho muy sexy pero... ¿Que estoy diciendo?   

 

Khan lo silencio besando sus labios, Arthur se dejó llevar por ese beso suave. Ambos se quedaron recostados, aun besándose por algún tiempo hasta que Arthur se separó un milímetro y lamió el labio inferior de Khan, este gimió en voz baja, cosa que encantó a Arthur y aprovechó para meter suavemente su lengua en la boca la boca de Noonien Sigh.   

 

El pelirrojo lo besaba apasionadamente, mientras que el pelinegro se quedaba con los ojos abiertos, mirando en la oscuridad a su querido Arthur besándolo, jugando con su lengua suavemente.  

 

De pronto, Khan sintió algo cálido en su pecho, justo en el corazón. Enredó sus dedos en el cabello de Arthur y profundizó en beso mientras cerraba sus ojos. Arthur suspiró y continuaron un apasionado beso que no tenía un fin y no querían encontrarlo.   Arthur se separó para recuperar un poco el aliento, dejando un pequeño y delgado hilo de saliva entre sus labios y los de Khan. Arthur sonrió y subió al cuerpo del otro, tomó su mano, era grande y pesada, la besó; besó su palma, sus nudillos, sus dedos y su muñeca.   

 

Khan tomó las caderas de Arthur y las acarició bajo la bata verde.   

-Khan, yo....   

 

-Duerme, pequeño, tendremos que partir muy temprano para que ambos vayamos a la nave. Solo faltan unos detalles y terminaré para que podamos irnos.    

 

Arthur no dijo nada mas, se recostó en su pecho y este lo abrazó. El pelirrojo apretó la camisa del pelinegro, escuchando su corazón acelerado, cerró sus ojos y besó su pecho.   

 

-Te quiero...-susurró Arthur.   

 

A la mañana siguiente, cuando Arthur despertó, el sol ya había salido, la cueva estaba mas iluminada y podía sentir a Khan abrazándolo bajo su cuerpo. Khan dormía con la boca semi abierta. Era hermoso, Arthur sonrió arreglando un mechón negro de Khan que rozaba su rostro.

 

Quiso salir, pero el agarre de sus brazos era fuerte que no podía moverse mucho. Pero no importaba ahora, no importaba realmente. Aunque un segundo después, algo comenzó a tronar, eran fuertes tronidos por toda la cueva. Era extraño.   

 

Arthur alzó la vista, pues una gota helada había caído en su rostro. Había una estalactita afilada pero pequeña que estaba sobre ellos, estaba floja y estaba a punto de caer sobre la espalda de Arthur.   

 

-Khan, despierta. -dijo suavemente pero no hubo resultado. -Khan, parate. Khan. -la estalactita se movía cada vez mas. -¡KHAN!   

 

Khan abrió los ojos, mirando la estalactita que se había desprendido y estaba cayendo. Giró rápidamente hasta poner a Arthur boca abajo en otro lugar. El pedazo afilado de hielo cayó a unos centímetros de Arthur.   

 

-¡Maldita cueva! -dijo Khan soltando a Arthur. -Tenemos que salir de aquí antes de que eso pase de nuevo.   

 

Arthur tenía la respiración acelerada, pegó el rostro al pecho del mas alto y este lo llenó de besos. Se quedaron un rato abrazados hasta que Khan se puso de pie y ayudó a Arthur a levantarse. Caminaron fuera de la cueva.   

 

-¿A donde vamos? -preguntó Arthur.   

 

-A la nave. No quiero que te sigas arriesgando a bestias salvajes o hielo afilado.   

 

Caminaron por un largo rato, tal vez por horas y sin descanso. Khan caminaba tranquilamente pero Arthur sentía dolor en sus pies, estaban húmedos por la nieve y congelados por llevar pantuflas. 

 

Ahora que lo pensaba, debía dormir con tenis, solo por si acaso esto volvía a suceder.    Su paso era mas lento, sus dedos estaban entumecidos y sus piernas heladas y apenas podía sentirlas. Khan se estaba adelantando y el ya casi no podía moverse.   

 

-¿Estas bien? -dijo Khan dándose la vuelta. -¿Quieres que te de una ayuda?   

 

-No, no te molestes. Yo puedo. -dijo caminando con mucha dificultad.   

 

-Llevas pantuflas, tienes los pies congelados. -lo tomó de las axilas y lo cargó como si fuese una princesa. Khan era bastante rápido, ademas sus piernas eran muy largas.    

 

Un poco mas lejos pudieron ver algo grande, era la nave de Khan que era bastante grande, era un poco mas pequeña que la Enterprice. Pero tenía un hueco en uno de los costados, el torpedo con el que Kirk había atacado.   

 

Khan abrió la nave y entró aun con Arthur en brazos. Caminaron por algunos pasillos de la nave hasta llegar a una cocina sencilla. Khan lo sentó una silla pegada al piso. Abrió la llave de un lavabo con agua caliente que caía sobre una olla grande. La puso frente a los pies de Arthur y le quitó las pantuflas y sumergió sus pies en la olla y Arthur soltó un gemido de satisfacción.   

 

-Gracias... -jadeó.    

 

Khan sacó unos cuantos topers y le sirvió un sandwich a Arthur que lo devoró de un solo mordisco.    

 

-Toma lo que quieras. -dijo Khan.   

El pelinegro besó su frente y salió de la cocina sin decir nada.   

 

Arthur se quedó feliz tener algo en el estomago y sentirse caliente al fin aunque solo fuese de los pies. Después de un rato se pudo levantar y mover mejor sus dedos. Tomó tres sandwiches y un litro de agua. Tomó algunas galletas en un plato y fue hasta donde estaba Khan trabajando. Estaba tratando de arreglar el hueco de la nave. Arthur se sentó en la entrada a mirarlo.   

 

Khan tenía las mangas de su camisa negra recogidas y las manos cubiertas por guantes especiales. Llevaba una mascara y soldaba metal en el hueco de la nave.   

 

-Traje galletas. -dijo Arthur y Khan fue a su lado, quitándose la mascara. Estaba con el rostro un poco húmedo por el sudor, lo limpió con su camisa, dejando ver su estomago y parte de su pecho. 

 

Arthur se ruborizó, Khan estaba marcado, era bastante fuerte.   Khan comió solo una y acarició la cabellera de Arthur suavemente. Se quedaron en silencio un largo rato mientras Khan trabajaba. Soldó la nave y luego trató de reparar la turbina.   

 

-¿Por que sigues aquí? -preguntó Khan sin mirarlo y reparando.   

 

-Para hacerte compañía. -mintió, no podía dejar de Mirar a Khan, de mirar un poco de su piel descubierta, era terriblemente pálida pero hermosa.   

 

La noche llegaba, era fría pero aun así era soportable. El cielo estaba lleno de estrellas, millones de millones de brillantes estrellas.   

 

-Es tan hermoso. -dijo Arthur. 

 

-Deberíamos quedarnos a admirar las estrellas.   

 

Khan terminó de arreglar la turbina. Satisfecho, se alejó un poco de la nave. Sacó un pequeño control de su bolsillo y apuntó a la turbina de la nave, esta flotó por unos segundos, hasta que, de pronto, se apagó y sacó humo negro, algún fusible estaba quemado.   

 

-¡Maldita sea! -pateó la nave, haciendo una hendidura en el metal.   

 

-Puedes seguir mañana. -dijo Arthur. -Ven, sientate conmigo a ver las estrellas.    

 

Khan lo hizo aunque estaba molesto, la noche era oscura pero hermosa. El cielo estaba pintado de un púrpura hermoso y bañado de estrellas. Arthur temblaba de frío, pero las estrellas eran muy hermosas.   

 

Khan no dejaba de mirarlo, veía la expresión de Arthur y no ponía atención en nada mas a su alrededor.   

 

-¿Pero, por que me miras a mi? Las estrellas son hermosas, miralas.   

 

-Tu eres mas hermoso. -dijo Khan y Arthur lo miró ruborizado, el pelirrojo no pudo evitar el deseo, lo besó justo en los labios y ambos comenzaron a besarse apasionadamente como si nada mas en el universo fuese mas importante que ellos.   

 

¿Que importaba ahora lo demás? Lo mas importante ahora, eran ellos y que no se separarían el uno del otro.   

 

Continuara....


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