Habían trascurrido 5 años de la batalla y Harry trabaja en el ministerio como auror hace dos años, su relación con los demás era como siempre, fue como si nada hubiese cambiado, saludaba a todos sin importar quien fuese, con su humildad de siempre. A pesar de llevar una vida “perfecta” con sus amigos muy cerca de él, sentía que algo debía hacer, algo faltaba en su vida… Siguió su caminata por el callejón Diagon, llego a un jardín y se sentó en una banca de madera muy rustica pero fue muy inesperado ver a un hombre rubio, muy pálido, esbelto y refinado a su lado, se veía muy serio leyendo “el Profeta”, no parecía haber tenido un buen día.
-Disculpe- dijo Harry tratando de entablar una conversación – ¿Ese diario es de hoy?- por alguna razón el castaño sabía quién era solo que no asumía la verdad de las cosas.
-Así es Potter- Esa voz suavemente ronca dejo a Harry sin aliento, no sabía como ni porque, solo sabía qué hace más de 5 años que no se volvió a encontrar con ese hombre que por alguna razón odio más de lo que podía odia a Lord Voldemort, pero también lo salvo tantas veces como el rubio lo encubrió.
-Lo siento, no note que eras tú Malfoy- dijo el muchacho con lentes al lado de Draco.
-ya me iba- contesto seriamente el rubio. Se paró y siguió su camino dejando a Harry solo, le pareció muy raro que Draco se encontrara en ese jardín, para ser un burgués no se veía como años anteriores, algo tenia distinto.
Esa tarde de día Martes paso por su despacho y por alguna razón bajo al segundo piso del ministerio y reviso los expedientes de mortifagos y otros enemigos del mundo mágico, al notar que todos estaban en askaban suspiro y leía todos hasta detenerse en Lucius Malfoy, le parecía muy raro que Malfoy padre apareciera en la cárcel, siendo que él y Narcissa no fueron condenados. Detuvo los papeles y encontró el de Narcissa Malfoy Black en el que aparecía como difunda. Dejo lo expedientes tirados y subió al cuarto piso a buscar a Kingsley.
-Kingsley hay algo que no entiendo- Dijo Harry caminando junto al primer ministro
-¿Que pasa Harry?- el moreno sin darse cuenta seguía caminando.
-Hay algo que no me calza y no entiendo muy bien, se supone que Lucius Malfoy no estaba en Askaban- hablo el salvador del mundo mágico.
-Y a quien le importan los Malfoy ahora, ya pasó Harry está solucionado, no te preocupes- repuso Kingsley muy relajado.
-Es que tenía esa duda, no puedo comprender porque Narcissa está catalogada como difunda- El joven no podía negar su preocupación.
-Bueno Harry, lo que pasa es que hace el año anterior cuando fuiste a Escocia a investigar con la liga de aurores el suceso de los Gryndilows terrestres, Narcissa Malfoy murió, el problema fue que nadie fue capaz de decir la verdad de los hechos, pero Draco Malfoy hablo contra su padre, Lucius estaba torturando a su esposa con la maldición cruciatus, según el si el señor tenebroso estuviese vivo él podría restregarles a todos sus dineros, pero Malfoy junior no soporto más el sufrimiento y las amenazas de su padre.- contesto aliviado el ministro.
-¿y cómo es que yo no supe nada?- pregunto un poco enojado Harry Potter
-Con Hermione no creíamos que fuese importante contártelo seria como cargarte de más trabajo, la familia Malfoy y tú no eran los mejores amigo por lo que no creímos algo importante- Harry trago saliva para omitir todo lo que tenía pensado decirle a su jefe pero solo asintió.
-Por cierto Harry, hoy tienes que hacer unas entrevistas de trabajo a unos muchachos que quieren entrar en el ministerio el listado te llegara cuando comiencen, necesitamos personal encargado de vigilar todas las residencias y paraderos de las brujas y magos de toda Gran Bretaña. Solo una persona puede quedar, en una hora más estarán en tu oficina.-al escuchar esto Harry olvido a lo que realmente fue y se devolvió a su oficina para esperar a los supuestos nuevos empleados del ministerio.
Ya habían pasado dos chicos y a Harry ninguno lo había dejado totalmente ilusionado, no sabía si sus experiencias no eran las mejores o porque ninguno le agradaba, simplemente aun no creía encontrar al adecuado. –Dile al siguiente que pase- le dijo al segundo chico que salió desde su oficina, mientras Harry escribía con su pluma en una hoja anotando nombres y lo que cada persona decía o encontraba importante. Trabajar en el ministerio era algo muy complicado ya que no solo necesitaban un buen expediente sino también su casa debía ser registrada por un auror para asegurarse que todo esté bien se deba hacer un seguimiento por tres meses para asegura que no pusiera en peligros los secretos del ministerio.
Mientras Harry pensaba todo esto un joven alto se detuvo en la puerta y el castaño lo miro de reojo y volvió a mirarlo para asegurarse de quien era.
-No sabía que tú eras el encargado- contesto Draco en la puerta retrocediendo para irse.
-Draco espera por favor- dijo Harry levantándose de su silla, y cerró los ojos al escucharse asi mismo, era primera vez que decía el hombre de uno de los Malfoy.
- Potter, tu y yo sabemos que ninguno de los dos soportara esta charla y no quieres verme aquí- dijo el rubio cruzándose de brazos.
-Siéntate, y comencemos tu entrevista, no quiero que creas que somos enemigos Malfoy, podríamos ser buenos compañeros de trabajo, siempre estoy trabajando a la par con el personal de la identificación de hogares de brujas para verificar adonde debo ir y cosas por el estilo, no quiero pensar que tú y yo nos seguiríamos llevando mal, ya no somos unos niños, nunca entenderé cual fue tu gran odio hacia mí, pero o no te odio, ni si quera me desagradas Draco- dijo el chico de la cicatriz sentado en el borde de su mesa.
-Dos cosas. ¿Quién te hace pensar que yo me quedare con el puesto? Y otra cosa más… ya habrá tiempo para discutir el pasado Potter por ahora concentrémonos en esta entrevista que no vine a rogarte y tampoco lo are por un simple trabajo.- Harry se quedó helado al escuchar a su ex compañero de Hogwarts y observo su expediente, era bastante limpio a excepción de los problemas en la guerra mágica, los cuales fueron removidos pero aun dejan marcas de agua en sus papeles.
-Cuéntame de tus trabajos- Dijo Harry evitando la pregunta del rubio, no quería decir nada pero sabía que a Draco dejaría con este trabajo era esa chispa de adrenalina que faltaba en su vida, podría saber más de su vida y miles de cosas que nunca supo y quedo con la intriga en su momento.
-Pues… no mucho, actualmente nadie quiere aceptar a un ex mortifago en un trabajo, ni si quera con pociones- Harry sonrió y lo quedo mirando. –¡Que!, ¿Te ríes de mi cesantía y mi mala vida? Potter- el chico de anteojos miro los grises ojos del rubio. –no me rio, sonrió de que siempre fuiste muy destacado en pociones, algo que admiraba de ti- Al decir esto Harry trago saliva y se arrepintió totalmente de lo que acababa de salir de su boca. –Draco lo miro y estuvo a punto de sonreír pero su orgullo lo detuvo- ¿y en que no soy bueno Potter?- El salvador solo bufo irónico- ¿No crees que con toda la fortuna de tu familia no es necesario trabajar?- Draco se puso serio y miro a Harry con cara de resentimiento. –Mi vida privada no debe importarte Potter, vengo a trabajar y lo demás no te incumbe a ti- contesto enojado el rubio –no por ahora- volvió a hablar más bajo el joven alto. Al escuchar esto Harry Potter levanto su mirada y solo podía pensar las últimas palabras que dijo Malfoy, ¿Por ahora? Eso significa que si el queda podrá saber aún más del pasado de su ex compañero. –Lo siento no debí…-
-No importa, da igual- Repuso Draco poniendo sus manos en su barbilla lo que hizo que Harry se detuviera a mirar las expresiones y facciones de aquel hombre. –Bueno… Mañana a primera hora debes estar acá, tu turno comienza a las 10:00 am, si necesitas algo solo mándame una lechuza, mañana un auror ira a tu casa a corroborar y te ara una serie de preguntas.- Le entrega un papel con la dirección de su hogar para que Draco se sintiera más en confianza. El rubio no podía creerlo nunca pensó que su peor enemigo le dio el trabajo y de muy buena manera, tomo el papel atónito. –Mañana te entregare tus horarios- El rubio se paró mientras Harry lo hizo al mismo tiempo, quería estrechar su mano pero no sabía cómo respondería el orgullo del rubio así que se reprimió solo a decir Adiós, con la respuesta de Malfoy solo con la cabeza salió en silencio de la oficina y se dirigió a su casa para ordenar las cosas para mañana.