Capítulo 5. Lo vi marcharse
La luna nos ilumina, hemos llegado por fin a la cima de la montaña rusa, toda la ciudad se puede ver desde aquí, pero eso no importa ahora, solo me importa el, se separa de mí y sujeta mis manos contra su pecho, ese pecho que he querido tocar, acariciar y lamer hasta cansarme es mío ahora, es de mis manos de mi cuerpo.
-Wólfram ¿quieres ser mi novio?- La luz de la rueda de la fortuna alumbran ¿Esto es real?
-Yuuri yo…- suspire mientras me acerque más a su pecho, tomo mi rostro mirándome a los ojos- yo… si quiero…-
-Wólfram- su esencia me cubría por completo, como un manto que me protegería éramos solo el, yo y las estrellas en el cielo, que miraban expectantes cada movimientos que ambos hacíamos, nuestros rostros y la manera en la que esto había comenzado.
El viento movía de un lado a otro la canastilla de la rueda de la fortuna, las luces de la ciudad deslumbraban a quien las mirara atentamente, luces azules, rojas, amarillas, rosas, de todos colores como un campo de flores brillantes, en cada lugar hay algo hermoso pensé, solo que no lo vemos ya que nos centramos tanto en nuestros problemas que no hay manera de quietarte esa venda, hoy después de mucho tiempo de estar preocupado y agobiado por su amor, hoy por fin puedo ver las cosas mejor.
Sus labios buscan los míos nuevamente, no abro los ojos solo siento el contacto de su piel con la mía, esta vez sus manos con mayor confianza comienzan a acariciar mi espalda una de las dos se mueve lentamente hacia mi rostro, mientras que la otra presiona fuertemente mi trasero, leves sonidos comienzan a salir de mi boca, logro meter mis manos bajo su playera, acaricio suevamente su abdomen, nos separamos un poco, entonces muerdo la punta de su oreja, la recorro con mi lengua.
Los momentos, las circunstancias y los sentimientos se dan sin que nosotros los podamos obligar, nada se puede forzar, mucho menos el amor, el amor es algo que pocas veces se encuentra porque está ahí solo que esta venda no nos deja verlo.
-Yuuri… te amo…- sumerjo mi cara en su pecho, cubo mi rostro con mis manos, solo siento sus brazos rodearme, este es el momento más feliz de mi vida.
Sus ojos siguen contemplando el paisaje, conforme vamos descendiendo él me va a abrazando un poco más fuerte hasta que casi me deja sin aliento de seguir, las voces, la música, las risas nos rodean, me toma fuerte de la mano antes de bajar de juego y no me suelta, mi cálido rostros comienza a teñirse de rojo, mis mejillas están a punto de explotar -¡Qué bonita pareja!- Exclaman algunas chicas cuando pasamos frente a ellas, algunas dan brinquitos y nos desenan suerte, pero ¿Por qué? ¿Qué tan malo es el amor que deben desearte suerte?
Las calles se encuentras vacías, como si algo malo hubiera pasado, pero no en este día no, seguramente nadie quiso molestarnos, el paro a media cuadra antes de llegar a mi casa, se puso frente a mí y dijo –Esto no puedo llegar a otro lado ¿entiendes?-
-No- respondí confundido
-No lo puedes decir, tenemos muchas cosas por delante como para arruinarlas por esto-
-¿Cuáles cosas?-
-Hijos, trabajos, amores… tú sabes-
-No lo sé-
-Tú no debes tomarlo tan en serio, tú debes vivir el día a día sin que otra cosa importe solo que quieres hacer-
-No creo que sea así-
-Lo es-
-No es así Yuuri, cuando alguien quiere de verdad van a haber cosas que se lo impidan que igual puede que sean importantes, pero eso no quiere decir que no existan-
-Solo te lo dije para tocarte-
-¿Cómo? ¿De qué hablas?-
-No somos novios-
-Si lo somos-
-No solo lo dije porque si- En ese momento sentí miles de golpes por todo mi cuerpo, mi cara ardía de vergüenza o de furia, mi corazón o más bien mi cuerpo parecía romperse a pedazos, comenzando a caer cada pedazo al suelo, y sin más caí de rodillas al suelo, lagrimas comenzaron a salir de mis ojos al mismo tiempo que veía su silueta marcharse por la acera.