Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde ahora y para siempre por Nacu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es un fanfic algo loco que se me ocurrió, es una mezcla de algunas telenovelas y series que me hace tragar mi madre, pero siempre con muchos toques mios.

Espero les agrade.

Todos los personajes son de Masashi Kishimoto

Notas del capitulo:

El prólogo me ha dado casi 10000 palabras, como entenderán no subiré un prólogo tan largo. Lo he dividido en dos. 

Espero sea de su agrado.

17:05 Instituto correccional de menores.

Instituto correccional de menores.   Eso decía el cartel que se posaba en ese viejo edificio de aspecto fúnebre.

Dos personas ingresaron en el inhóspito lugar. Un hombre gordo y refunfuñón los guiaba hasta donde se encontraban sus denominados pequeños demonios. Dicha pareja estaba formada por un hombre y una mujer.

La mujer, de aspecto aún más fúnebre que el correccional, llevaba ropa larga y de color negra. Su pelo rubio estaba recogido y escondido bajo un turbante del mismo color que su ropa. Sus ojos marrones inspeccionaban a cada niño de hito en hito. Pero su rostro seguía teniendo ese aire de frialdad.

El hombre, de aspecto elegante, llevaba un traje blanco con una camisa rosácea. Además portaba un sombrero blanco, a juego con el traje. Sus cabellos dorados estaban muy bien peinados y ordenados. Su aspecto era sin duda impoluto. Una gran sonrisa adorna su rostro, que junto a sus enormes ojos azules, le daba un aspecto de ser angelical.

Nada más lejos de la realidad.

Por fin, llegaron al cuarto donde uno a uno los niños se encontraban en fila.

Don Namikaze, busca a un joven para llevar a su fundación. Ya saben que Don Namikaze cuida niños huérfanos en su casa, como una gran familia.- Explicaba el grueso encargado.- No le importa vuestro pasado delictivo.

La mujer miró a su acompañante, como pidiéndole permiso, con la mirada, para comenzar a hacer algo. El blondo asintió.

La mujer se acercó uno a uno por su espalda y empezó a enumerar fallos de cada uno: Flaco, bajito, mal nutrida…

Pero alguien dentro de la fila rompió el silencio. Un golpe se escuchó, acompañado de un varón que caía al suelo.

Como vuelvas a intentar tocarme, juro que romperte la nariz será lo mínimo que haré.- El varón, denominado Don Namikaze, siguió con la mirada al portavoz de esa melodiosa voz.

Un doncel.

Un doncel; Alto, con el cabello negro azabache con reflejos ¿Azules?, piel blanca como la porcelana y unos ojos penetrantes.

Pero nada de eso le llamo la atención al malévolo rubio. Sino, en cambio vio en sus ojos una actitud brava, indomable. Y eso, le gustaba. Quizás demasiado.

¡¿Qué demonios pasa aquí?!- Grito refunfuñando el encargado.

Ese. Ese es mi doncel.- Sentenció el rubio, hablando por primera vez.

Esa voz tan varonil llamó la atención del doncel, el cual lo miró con una mezcla de confusión y enojo.

¿Qué quieres decir? ¿Quiénes son?- Pregunto frunciendo el ceño el azabache.

Tu nueva familia.- Sonrió el rubio con una gran sonrisa. Una sonrisa nada buena.

La fúnebre mujer se acercó seria al doncel y le agarró del brazo. Para acompañarlo a recoger sus cosas.

Créanme, este doncel no les conviene.- Explicaba el encargado viendo como el doncel ya tenía recogidas las cosas y bajaba al lado de ambos blondos.- Es indomable. Roba, pelea, e incluso ¡Es pirómano!

Todas las ovejas descarriadas, pueden volver al rebaño.- Esas palabras le parecieron al doncel algo católicas. Y eso no le gustó. Había oído de católicos que decían cuidar a donceles y damas descarriadas y acababan…- ¿No cree? Ya conoce al Señor Minato. No elige a sus pequeños con la cabeza. Sino con su corazón.

Muchas gracias por todo.-Empezó a hablar Minato viendo que ya llegaban a la puerta, pero no podía apartar la mirada de ese joven.- Mañana le haré llegar un jamón, y pasado pasa Tsunade a recoger los papeles de este hermoso doncel.- Explicó Minato. La fúnebre mujer asintió, ella mañana pasaría sin falta a recoger los papeles de ese mugroso, como ya lo llamaba en su mente.

El pequeño doncel sólo se dejaba hacer, todo era mejor que vivir allí en ese correccional. Todo era mejor…

O eso se repetía en su mente.

Si Minato y Tsunade supieran todos los dolores de cabeza y más cosas, que le traerían ese doncel, sin duda, lo hubiesen matado en el acto.

El viaje en el coche se le estaba haciendo eterno. No paraba de mirar por la ventana. No hablaba con sus nuevos tutores. Prefería no hablar.

 

Casa Konoha 17:35

El coche paró en una plazoleta. Había muchas casas pero sobretodo había una que sobresalía. Era una mansión de dos plantas, su fachada era blanca pero estaba llena de macetas y adornos.

Bienvenido a tu nuevo hogar.- Comento el rubio aún con su sonrisa amable. El doncel miraba todo con escepticismo. No se lo podía creer.

La mujer llamada Tsunade le puso una mano en el hombro y la guió hacia el interior de la casa. Mientras Minato cerraba las cancelas que rodeaban a la casa.

Esas cancelas que evitaba que alguien entrara… O saliera.

 

Circo de la Luna 17:05

Lejos de esa casa y de sus secretos, una función se estaba llevando a cabo en la ciudad. Ni más ni menos que un gran circo. Pero en él, no destacaba los animales, ni los payasos. Sino que las personas de alrededor iban a ver a su trapecista.

Un doncel colgaba ágilmente de un trapecio, llevaba un traje blanco como la de un ángel. Ese color hacia que resaltara su morena piel, y su cabello largo castaño que le llegaba por los hombros. Era un doncel sumamente hermoso, con unas formas muy marcadas. Ni si quiera esa cicatriz que iba de una mejilla a otra le afeaban.

El doncel bailaba en el trapecio con los ojos cerrados, mientras llamas abrazadoras lo esperaban abajo. Pero el doncel no tenía miedo. Confiaba en él mismo.

Mientras dicho doncel bailaba apasionado, algo estaba sucediendo en el circo. Un varón, entraba a la carpa.

Su cabello era largo como el doncel que bailaba pero era de un color negro mate, y estaban recogidos en una coleta. Llevaba una ropa algo andrajosa y un gorro. Pero el varón no destacaba por eso, sino por que portaba unas gafas oscuras y un bastón para guiarse. Era ciego.

Que problemático…- Susurro antes de entrar.

 

Una montaña 17:05

Un albino de ojos negros escalaba una gran montaña. Llevaba años deseando escalar esa montaña, y por fin lo estaba haciendo. Miraba todo a su alrededor, que grandes vistas. Se ajustó la mascarilla que llevaba por la altura. El sol lo cegó por un momento. Pero el aire puro removía sus cabellos.

Pronto una risa se oyó.

¿De qué te ríes?- Pregunto el albino medio ahogado llegando a la cima.

No, nada.- Contesto un chico con el pelo negro en forma de tazón, piel blanca y ojos negros pero con forma ovalada. Se veía a leguas que era extranjero. Era un varón. Siguió riéndose. Kakashi lo mató con la mirada.- Ser flojo para subir montaña.- Dijo de una manera apenas comprensible para muchos pero Kakashi ya estaba acostumbrado a él.

¿Yo flojo?- Bufó. Iba a subir cuando de repente se resbalo, y su mochila calló al vacío. El peculiar hombre sólo se rió más.

 

Casa Konoha 17:50

Minato paseaba por el gran salón de la casa. El salón servía como entrada. Había una escalera que llegaba a la segunda planta, había unos sillones rojos otros lilas, además tenía un gran arco que dejaba ver un glamuroso comedor, y tres puertas más, cuatro añadiéndole el del recibidor.

Se sentó en su sofá. Uno de una sola plaza, rojo y elegante.

A la cocina sólo se puede entrar en horas de comer…- Se escuchaba la voz de Tsunade provenir de la cocina. Además de pasos.- O si te toca cocinar, claro está.- Una mujer de aparentemente uno treinta y cinco años, aunque en realidad rondaba mucho más alto, entraba al salón acompañado del doncel.-No te arriesgues a romper ni una regla, ¿está claro?– Iba a seguir andando cuando miró las escaleras.- Ah, arriba nunca. Zona prohibida para ti.

No te dejes amedrentar por Tsunade.- Comentó Minato con su gruesa voz y con una sonrisa que el doncel no supo cómo interpretar.- Parece rígida pero en el fondo es un dulce de arándanos.- El doncel no se tragó eso.- Hermoso, unas pocas reglas para una sana convivencia. Respetando a los demás me respeto a mí mismo.- Explico mientras se levantaba y se acercaba lentamente al doncel, al cual aunque ese hombre rubio le intimidaba, no se movió.- ¿No es divertida esta casa?- Entonces sus pupilas se encontraron. Una azul perversa y una negra inocente.- ¿Cómo te llamas?

Sasuke.- Espetó el doncel con aire masculino que le hacía gracia a Minato.

Sasu-chan, ¿Comiste?- Antes de que respondiera, pregunto de nuevo.- ¿Y los chicos? Vamos a presentar a Sasu-chan ¿Ne?- De nuevo sus pupilas se encontraron.- Tienes una mirada… - Dijo acercando su mano al rostro de Sasuke, pero este antes que dejar que toque su piel, se alejó.- Tranquilo, aquí estás a salvo. Ya te sacamos de la pesadilla de la que estabas.

Sasuke agachó la cabeza, no sabía por qué pero no quería que ese hombre lo mirara. Ni lo tocara. Tsunade lo guió para seguir enseñándole la casa mientras Minato se sentaba tranquilo en su sillón favorito.

 

Circo de la Luna 17:30

El show seguía. El trapecista cantaba y bailaba mientras hacía piruetas ya en la pista. Con sus pies en la tierra. Mientras cantaba y bailaba vio algo que le llamó mucho la atención. Por un extremo, no vigilado, de la carpa, entraba una niña de 6 años arrastrándose. Tenía el pelo marrón recogido en dos roetes, y llevaba un vestido viejo que le quedaba dos o tres tallas más grandes.

El chico ciego seguía sentado en su silla, escuchando la música. Pronto un chico de doce años se le sentó al lado. Tenía los cabellos blancos y unos ojos liliáceos. Este sonreía abiertamente dejando al descubierto sus dientes estropeados. Parecían los de un tiburón.

Entonces empezaba el verdadero show. El supuesto ciego miraba embobado al bailarín, para él era precioso. Entonces escuchó la voz de la pequeña de roetes. Su hermana.

La función debía comenzar.

El ciego se levantó y camino entre la multitud, chocando todo lo posible con personas de aspecto de dinero. Y no es para menos, porque cuando él chocaba, el otro varón de dientes de tiburón les cogía la cartera.

 

 Circo de la Luna 17:50

El tiempo pasaba rápidamente, en veinte minutos ya había recaudado una gran cantidad de carteras.

Pero el trapecista que bailaba de un lugar a otro del escenario vio a la pequeña niña de dos roetes, agarrar un reloj de oro de un hombre con aspecto importante. Pero en menos de un segundo, el hombre cogió a la niña de la muñeca. Se había dado cuenta.

El trapecista estaba acongojado, era una niña pequeña ¿Qué le harían? De pronto un ciego chocó con el hombre, lo que hizo que se callera al suelo y la niña corriera.

 

Una montaña 17:50

¡Gai lo encontré!- Gritaba el peliblanco emocionado.- Hay que saltar.- Comentó señalando el agujero. Gai y él no se lo pensaron. En menos de un minuto ya estaban dentro de esa extraña cueva subterránea.- Tengo que lograr lo que mi viejito no pudo hacer. Tengo que encontrar Akatsuki.- Gai le acarició la espalda a su amigo.- ¿Eso es un mimo?- El extraño pelinegro negó al momento.- Sí que lo era…

Caminaron durante unos minutos hasta que el ambiente había cogido mucha humedad de lo profundo que estaba.

Odiar agua.- Comento al aire, el peliblanco se rió.

Se está mejor aquí que en un hotel.- Reía irónicamente mientras salía del estrecho pasillo donde se encontraba y entraba en una estancia llena de huesos.

Pasos se escucharon.

Espíritus querer venganza.- Gimió escondiéndose atrás del de la mascarilla.

 

Circo de la Luna 18:00

Los payasos seguían con el espectáculo, pero ninguno podría igualar al hermoso trapecista. El cual había estado buscando a los tres ladrones durante diez minutos. Hasta que por fin cogió a uno de ellos: A la nena de roetes.

Pero de repente el directo del circo llegó. Era un director nuevo que quiso agarrar a la nena pero el doncel se interpuso lo suficiente como para que la nena huyera.

¡¿Qué haces?!- Espeto el hombre con enojo.- ¡Estás despedido!

No me importa, a ver cuánto dura este circo sin mí.- Espetó con su melodiosa voz.

Después de eso dio media vuelta y empezó a buscar a la nena de nuevo, tenía que ver que nadie la cogiera y le pegaran. O algo peor.

Mientras en una esquina, no vigilada, el albino y el moreno de la coleta buscaban con la mirada a la nena pero nada. No conseguían verla.

¿Dónde está mi hermana? ¡Qué problemático!- Espetó el moreno frustrado.

No sé, pero vámonos como nos pillen, somos carne de león.- Comento el peliblanco mientras corría fuera del circo. El supuesto ciego gritó frustrado, aunque sabía que Suigetsu tenía razón.

 

Una montaña 18:00

El albino rebuscaba en su bota. Sabía que le sería útil llevar en el zapato un mechero. Ya le había ayudado eso varias veces.

En menos de dos segundos se fabricó una antorcha con una rama que había en la cueva tirada. Inspeccionaron el lugar. Miraron piedra a piedra, hueso a hueso.

Hasta que lo encontraron…

Un huevo de aspecto anormal, más grande que las dos manos de Gai.

Vamos a encontrar Akatsuki.- Espetó con una sonrisa nostálgica.- Jiraya se sentiría tan orgulloso.

Algunas lágrimas de emoción se agolparon en sus ojos. Estaba tan emocionado. No podía creer que cada día estaba más cerca de encontrar Akatsuki.

 De nuevo los pasos se escucharon, esta vez, detrás de ellos. Se giraron lentamente y entonces lo vieron. Un niño, de cabellos marrones y ojos negros. Tendría unos 6 ó 7 años. Entraba mirándolo todo fascinado. Le parecía tan increíble, casi como si viviera una película.

¡Konohamaru!- Gritaron a la vez los dos adultos.

El albino se tiró encima del chico abrazándolo e inspeccionando que no tuviera ningún rasguño.

¿Cómo llegaste hasta aquí?- Pregunto desesperado.

Relájate, papá.- Susurra Konohamaru, abrazando al peliblanco.- Te seguí con el rastreador del móvil.

 

Casa Konoha 18:15

Sasuke seguía en silencio a Tsunade, ya le había enseñado toda la casa. Al fin, llegaron a los cuartos.

Un patio pequeño que conectaba con el salón fue lo primero que vio. El patio era lo suficiente grande como para tener una pizarra y diez pupitres con sus respectivas sillas. Además de adornos como macetas, un espejo…

Tenía tres puertas: Un baño diminuto. El cuarto de las chicas y donceles. Y, el cuarto de los varones.

Tsunade entró al cuarto de las chicas y los donceles.

Era un cuarto pequeño que apenas tenía muebles: Cuatro camas (De las cuales sólo parecía que se utilizara una), y dos armarios. Nada más. Había una puerta que daba al cuarto de los varones.

Aquí, vas a dormir.- Sasuke miraba a su alrededor, ya había escogido una de las camas desocupadas. La que estaba pegada a la puerta de salida. De todas formas, según él, no pensaba quedarse allí mucho tiempo.- A la hora de dormir no quiero ni un ruido. La noche es como la muerte, esta echa para descansar.- Sonreía con maldad la rubia mirando al doncel.- Vamos a tener que hacer algo con ese pelito, ¿Qué hay en esa bolsa?- Pregunta la mujer mirando la bolsa con las cosas del doncel.

Es mía.- Fue su escueta respuesta.

Aquí, todo es de todos. – Sasuke giró los ojos, si todo fuera de todos ¿Por qué le prohibió subir a la segunda planta?- Tienes ropa limpia en el armario. Debe de haber algo de tu talla.

La mujer de aspecto fúnebre no pudo acabar de hablar, unas voces, desconocidas para el doncel, la llamaban. Provenían del patio. La mujer salió encontrándose a dos de sus huérfanos: Shikamaru y Suigetsu.

Tsunade ¿Tenten está aquí?- Pregunta algo desesperado Shikamaru. Sasuke mientras los miraba intrigado.

Estaba con ustedes…- Les susurra.- ¿Dónde está tu hermana, Shika?

Estábamos…- Pero antes de que Suigetsu empezara a hablar Tsunade lo calló, miró al doncel, y le cerró la puerta del cuarto para que no pudiera oír la conversación. - ¿Ese es el nuevo? Está para hacerlo papi, ¿eh?

Tsunade lo mandó a calla de inmediato, preguntó qué había pasado, y ellos  le contaron de inmediato.

Salen, ya a buscarla.- Tsunade cogió por el cuello de la camisa a Shikamaru.- ¿Qué quieren que hablen o nos denuncien?- Los varones se fueron raudos a seguir buscándola. Mientras Tsunade volvió junto a Sasuke.- Tú, querido, báñate.

Tsunade salió por la puerta. Sasuke por fin pudo respirar tranquilo. Deseaba estar solo de nuevo. No le gustaba ser el centro de atención. Lentamente se sentó en su nueva cama, la cual era muy dura, pero de todas formas, él ya había dormido en sitios peores.

De repente sintió como alguien le abrazaba por la espalda.

Un frío aliento le susurro algo al oído.

Bienvenido.- Era la voz de un varón, sin pensarlo Sasuke le dio un codazo al de detrás. Este se separó inmediato.- Eso ha dolido…

Sasuke miró por un segundo al chico que golpeo. Alto, fuerte, pelo negro, ojos negros, y piel blanca como la leche. Sin duda ya le caía mal, era como una copia barata de él mismo.

 

Una montaña 18:05

Konohamaru, no puedes estar aquí. Pero, ¿Qué quieres que te meta en un internado o qué?- Regañaba un peliblanco a su hijo.

Hatake, no te rayes. Sabía que encontrarías una pista de Akatsuki.- Decía el pequeño a su padre.

¡Claro que la encontramos!- Se rió al momento el Hatake.

¡No, Kakashi! Konohamaru poder hacerse daño escalando montaña- Interrumpió Gai el momento. Kakashi reflexiono medio segundo.

En eso tiene razón, ¿Qué hago yo si te hubiese pasado algo? Yo me muero sin ti.- Explicaba acariciándole el rostro.

Oto-san, déjate de tontería, ¡el huevo sagrado! – Seguía insistiendo el chico.

Kakashi se acercó al huevo extraño, estaba emocionado. Ese huevo tenía símbolos extraños, sólo tenía que descifrarlos y encontraría Akatsuki. Nada más cogerlo algo tembló. Kakashi miró a todas partes, hasta que sintió como él y Gai eran cogidos en una trampa red.

Su BlackBerry cayó al suelo.

Hijo, no te muevas. Puede haber más trampas.- Sentenció Kakashi nervioso, notando el peso de su amigo sobre él. Tenía que poner a dieta a Gai cuanto antes.

¡Quédate quieto tú! Voy a cortar la cuerda.- El chico se sacó una navaja de la mochila que portaba. Kakashi se preguntó al momento de donde habría sacado ese pequeño esa gran y afilada navaja.- No te muevas, vaya a ser que te corte la nariz. U otra cosa…

Estuvo unos minutos cortando la cuerda, ensimismado en su trabajo. Cuando el contestador del móvil BlackBerry sonó.

Este es el teléfono de Kakashi Hatake, si quieres algo deje su mensaje después de escuchar el pi.- Kakashi se rió de su propia voz de pito en el contestador.

Una voz de mujer inundo el lugar.

Soy yo, gordito. Escalador de mi corazón, perforador de mi alma.- Kakashi reconoció su voz al momento.- Soy yo, Ino. El amor de tu vida. Nunca te encuentro, nunca me coges el teléfono.- Su voz sonaba en tono lastimero.- Bueno nada, tres cosas: Primero, no quiero que te olvides que mañana hago una fiesta en tu honor ¿Vale? Segundo, ¿A qué hora sale tu vuelo? Tengo pánico de que no llegues amor. Y Tercero, te amo mucho…- Un silencio se hizo presente.- ¿Tú me amas?- Kakashi tragó saliva.- Ah, no me vas a contestar cierto. Se me olvidaba que hablo con el contestador.- Una risita floja se le escapó de los labios.- Espero que me ames. Ah y acuérdate, si viajas en primera, prueba el salmón que está buenísimo. Si viajas en turista, no comas nada.- Kakashi se rió, sabía que Ino no era la más inteligente de todas, pero era buena mujer.- Chao, gordito.

De nuevo el silencio adornó la cueva, y Gai sólo pudo reírse.

 

Circo de la Luna 18:20

Un trapecista recogía todo enfurecido. Tantos años trabajando allí para que ahora lo echaran por esa tontería. Estuvo buscando a la nena un buen rato, pero para nada. Se había esfumado.

Se sentía lleno de ira. Cuando sus viejitos vivían, el circo era completamente diferente. Pero cuando murieron y lo compró su nuevo jefe, todo cambio. Bueno, ahora exjefe. Antes todos eran como una gran familia. Pero, al no estar ellos, hay algo que se perdió. Sin embargo, Él entendía que los viejitos no podían vivir toda la vida.

El doncel se despedía uno a uno de todos; Payasos, ayudantes, domadores, trapecistas como él.

Ahora tendría que buscar un nuevo trabajo. Mientras se montaba en su pequeña caravana, cogió el periódico y miro uno a uno los anuncios de empleo.

Hasta que encontró uno.

Se necesita bailarina o bailarín doncel, que salga de una gran tarta (que nosotros facilitaremos) y que actúe y baile. Pagaremos 60 euros.

Para hablarlo todo mejor, aquí le dejo mi número

955… …

Gracias por todo, de parte de la fundación Namikaze

 

Aeropuerto de Venezuela 21:00

Acabamos de encontrar este huevo. Acabamos de venir a Venezuela por primera vez, y justo ahora nos tenemos que ir.- Decía enojado Konohamaru.- Y todo por esa.

No le llames así, esa tiene nombre.- Decía Kakashi amigablemente, no le gustaba pelear con su hijo.- Se llama Ino, repite.

Ino.- Dijo con voz cansada.

Además no vuelvo solo por Ino…- Konohamaru ya se sabía la excusa que el Hatake le iba a dar. Tenía que ir al colegio.

Y si en vez de ir a España, nos desviamos y vamos a China a buscar a mi mamá.- Pidió inocentemente el chico. Kakashi suspiró, y Gai también.

¿Qué te escribió mamá en la carta? Está enferma en China ¿No?- El Hatake se quitó la mascarilla para ponerse ahora un pañuelo alrededor de su boca.- Pero, se va a recuperar. Y no la vas a visitar porque no quiere que te contagies.

No me importa contagiarme, quiero verla.- Murmuraba el joven lleno de nostalgia, y no era para menos. No tenía ni un recuerdo de su madre.

La verás pero no ahora. No es el momento.- Kakashi paso su mano por los morenos cabellos de su hijo, que sin duda alguna, heredó de su madre. Luego lo abrazó fuerte y lo dejó ir al avión.

Los dioses te castigar por mentir a hijo.- Dice Gai, una vez que Konohamaru estaba distraído y no los podía oír.

Idealizo, no miento…- Kakashi odiaba hablar de ese tema. No quería hablar de la verdad, porque cada vez que la recordaba… Un dolor fuerte en el corazón le agarraba. Justo como le estaba pasando ahora.

 

Casa Konoha 18:40

Un doncel iba cabreado por el salón, no se había bañado como recién le habían ordenado. Ni si quiera había soltado sus cosas. Y claro que no las soltaría. Miro hacia atrás y vio a su copia barata, como ya le había denominado, siguiéndole.

Eres muy bruto para ser un doncel, eso me ha dolido.- Seguía quejándose el varón, el cual sonreía divertido.

Eso te pasa por asustarme- Comentó Sasuke serio encogiéndose de hombros.

Sasuke se sentó en un sillón pero pronto su intimidad se vio invadida por el varón. El cual casi estaba sentado encima de él. Notaba su piel fría con la suya, también fría. Y su aliento en su mejilla.

 

Bueno, no te asustes. El gusto es mío. Soy Sai.- Sai cogió por la barbilla a Sasuke.- ¿Y tú?

Sasuke.- Responde escueto el doncel moviendo su cara para que el varón dejara de sujetarle la barbilla. No le gustaba que lo tocaran. Y Sai no era la excepción que confirma la regla.- ¿No que los varones no pueden estar en nuestros cuartos?

Hay un montón de cosas que no se pueden hacer aquí.- Dice Sai poniendo su mano sobre la pierna de Sasuke.- Pero yo te puedo mostrar cómo hacer lo que quieras…

Mira, igual no creo que me quede mucho tiempo…- Sai sonreía pícaramente, era un doncel cabezón. Le recordaba a alguien de su pasado, pero ahora no caía a quien.

¿Te piensas ir?- Pregunta curioso.- Esto no es un hotel, pero es mucho mejor que otros lugares… ¿De dónde vienes? ¿Reformatorio?

Sasuke le giró la cara. Puede que ese no fuera un mal lugar. Pero, definitivamente, no era su lugar. Él necesitaba otra gente, no esa oscura mujer y ese hombre de mirada tan penetrante.

El lugar de donde venga ya no importa.- Minato ya se había quitado su sombrero pero sus cabellos seguían igual de bien peinados. Sai se separó rápidamente de él. E inclusive, se puso en pie.- Vuestro pasado se borra cuando cruzan esa puerta.- Comento el rubio señalando la puerta de entrada.- Lo importante es el futuro. Tú futuro, hermoso.

Se puso frente a Sasuke, el cual se levantó por inercia para encararlo pero lo que sirvió fue para que queden muy pegados. Demasiado. Sus ojos se volvieron a encontrar. Inocencia contra maldad.

No me mires, Mina-kun.- Una voz femenina se dejó escuchar por el salón.

Sasuke observo a la chica que bajaba. Delgada, estatura media, pelo rubio platino recogido en una coleta alta, y unos hermosos ojos azules opacos. Pero llamaba la atención por un hermoso Kimono largo de color lila que portaba. Ese color le quedaba muy bien. Era largo y sencillo pero le quedaba genial. Además llevaba en su pelo flores lilas.

¿Qué pasa ahora, Ino?- Pregunta Minato sin separar los ojos del doncel, hasta que acaba girándose.

Ella es Ino-cerda, la hermana del jefe.- Susurro Sai por debajo. Sasuke no lo entendió, no vio ni fea ni gorda a la chica.

Que no me mires porque me estoy probando el vestido y si me miras trae mala suerte.- Explicaba terminando de bajar las escaleras. Minato bufó.

Trae mala suerte que lo vea el novio, y el vestido de boda. Baka.- Minato se rió por lo bajo.

¡No me digas baka! Estoy súper agobiada, súper estresada. –Chillaba ella medio tirándose de los pelos.- ¿No me queda precioso?

Sasuke miró a Sai por un segundo, el cual tenía una sonrisa en su cara. La misma que le vio al llegar. Ahora entendía, esa sonrisa es muy falsa.

Precioso no, celestial. Pareces un ángel.- Con ese cumplido de parte de Minato, Sasuke dedujo que Ino era la típica niña mimada.- Tomemos un té.

Claro, ¿Me puedes traer un té? Gracias, con hielo.- Dice rápidamente la única mujer mirando a Sasuke, el cual se quedó un poco sorprendido.

Ya voy yo.- Comento Sai servicialmente, yéndose por la puerta de la cocina. Sasuke lo maldijo por dentro. No se quería quedar solos con ellos.

Entonces, tanto Minato como Ino pasaron de largo y se dirigieron al salón cuchicheando algo del prometido de la rubia, pero Sasuke no le prestó mucha atención. Simplemente oyó tres palabras claves; prometido, casamiento y herencia. Pero no entendía bien qué relación tenía esas palabras. Quiso escuchar un poco más, pero sólo oyó un nombre que seguro olvidaría. Kakashi Hatake.

Sasuke no perdió oportunidad, rápidamente se fue hacia la puerta principal, pero nada más abrirla se retiró de ella asustado. Enfrente de él tenía a Tsunade, y parecía que estaba cabreada.

¿Todavía sin bañarte?- Tsunade pasó adentro de la casa y cerró la puerta.- Ese pelito…- Sasuke por instinto se tocó las puntas. Es cierto que hacia mucho que no se peinaba pero no debía estar tan mal ¿No?- Vamos, sino quieres que el señor Minato decida bañarte el mismo.

 

Caravana 21:00

El trapecista conducía, no le gustaba lo oscura que era la noche por lo que decidió aparcar al lado de un parque. Pero, algo le inquietaba. Escucho algo en la parte de atrás, antes pensaba que era algún animalito pero ahora no estaba tan seguro.

Decidió ir a la parte de atrás de la caravana. Nada más entrar no vio nada extraño.

Quizás entró un zorrito.- Comentó el doncel. Cuando de repente escuchó un gritito.

Debajo de su cama estaba la niña de los roetes, la ladrona. Se levantó y fue deprisa al baño, donde vomitó. El doncel corrió a ayudarla.

Me marea el auto.- Comento la chiquitina. El doncel la ayudaba a dejar de vomitar y luego a limpiarla, pero mientras lo hacia una duda le surgió.

¿Por qué robabas?- Le pregunto serio.

Perdón, ¿Me vas a pegar?- Pregunto la chica de repente alejándose.

¿A pegar? No, claro que no.- Negó rápidamente el doncel.

Los grandes pegan a los chicos.- Explico la niña dirigiéndose al sillón que había donde se sentó.

Si, bueno. Pero eso sólo lo hacen los grandes malas personas…- Explicaba cómo podía, y es que en realidad no entendía como había personas que pegaban así a los pequeños.-  Yo no soy así.

 

Casa Konoha 00:00

Shikamaru no podía evitar dar vueltas sobre si mismo. No paraba de pensar en su pequeña hermana.

No te preocupes Shika.- Susurró Suigetsu que se encontraba en la cama de al lado.

No puedo dormir, la enana no aparece…- Susurraba quedamente, no quería despertar a Sai.- Es muy pequeña.

Aparecerá.-Dijo otra voz, Sai estaba despierto.- Preocúpate por lo que te van a hacer a ti pro haberla perdido.

Shikamaru bufó. Sólo esperaba que alguna buena alma le hubiese dado un techo para dormir. Y sin nada a cambio.

Mientras en la habitación de al lado, Sasuke no podía pegar ni ojo. Estaba sólo en una habitación que no conocía, ¿Y si a Minato se le daba por visitarlo? O ¿Algún varón?

No definitivamente, esa noche no dormiría.

 

Caravana 00:00

El doncel y Tenten ya estaban en la cama, ambos habían comido unos sándwiches que había hecho el  más grande.

Lindo nombre, Tenten.- Decía el doncel mirando el techo de su caravana.- ¿Dónde vives?

Con mi hermano en una casa.- Explico la chica con orgullo por tener un hermano.

¿Cómo es tu hermano?- Le pregunta con una sonrisa escueta, aunque ya están en la oscuridad y no pueden verse.

Es muy inteligente.- Responde acordándose de él, sólo esperaba que no estuviese muy preocupado.

Charlaron durante un rato más de temas triviales. Se reían juntos, Tenten se dio cuenta de que ese doncel era muy buena persona. Y el antiguo trapecista se dio cuenta que esa nena ha sufrido mucho en la vida.

Algo bueno está por venir…- Susurra el doncel, aunque ya Tenten estaba junto a Morfeo en el mundo de los sueños.

 

Notas finales:

Os voy a poner aquí un guión con las edades:

Sasuke 14 años apunto de cumplir 15

Minato 41 años

Ino 25 años

Kakashi 31 años

Iruka  21 años

Gai 33 años

Konohamaru 7 años

Shikamaru 15 años

Sai 16 años

Suigetsu 12 años

Tenten 6 años

 

Creo que no se me olvida nadie. Si se me olvida alguien avisen. Espero les guste como divido por horas el episodio para que tenga más sentido y no estar dando un salto de escena a otra de una forma sin sentido.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).