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Cambio De Parejas por sazuhuri

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Notas del capitulo:

Hola, vengo con un nuevo capítulo, aquí aclararemos algunas dudas, pero es el comienzo del verdadero caos. Quiero agradecer a cada uno de sus comentarios, me dan ánimos para seguir escribiendo.

Diclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo los ocupo para mis locas historia.

Capítulo 4

 

                       Conociendo las consecuencias.

 

No podía dormir, la cama era pequeña. Esto era el colmo, como era posible que el mocoso caprichoso no lo dejara dormir en su cómoda cama.

Suspiro por enésima vez en esa noche algo cálida. El sonido de la puerta abriéndose llamo su atención. Pudo ver la luz del pasillo que entraba por la puerta y desaparecer al ser cerrada, una silueta caminaba a la cama, la cual conocía muy bien.

Fingió estar dormido, no quería pelear nuevamente, la cama se hundió levemente, unos brazos pequeños y suaves rodearon su cintura y unos cálidos besos comenzaron a caer en su cuerpo con delicadeza suprema.

No pudo resistir un pequeño gemido, intuía que Misaki sonreía – ¡Sabia que estabas despierto! –Dijo el menor,  colocándose sobre el escritor.

-¿Ya se te paso la pataleta?-Pregunto aun molesto

-La verdad sí. –Contesto como si nada. –No me gusta pelear contigo, además todo fue tu culpa.

Akihiko lo miro curioso, tratando de averiguar que pasaba por esa joven mente, que en algún momento pensó conocer. -¿Por qué mi culpa?

-Odio que pongas atención a otros que no sea yo. –Sentencio el universitario, con voz autoritario. El escritor sintió que hablaba con su yo interior.

-¿Misaki por qué te comportas así?- Esa pregunta rondaba en la cabeza del seme, desde que surgió el cambio

-Solo cumplo sus deseos. –Respondió, comenzando a besar el cuello de su amante.  El escritor cero los ojos y se dejó hacer.

La mano del menor siguió recorriendo su cuerpo, de pronto se detuvo en la  palpitante erección del escritor. –Sabes Akihiko, una vez escuche que el sexo de reconciliación es lo mejor. –Comento comenzando a dejar besos por todo el cuero del hombre.

Que se estremecía, Misaki bajo los bóxer del hombre de manera lenta, viendo como su seme se estremecía a su tacto. El menor comenzó a masajearlo de manera suave.

-Misaki, no te detengas. – Suspiraba, mientras se removía inquieto.

-Claro que no me detendré, hoy tendrás la noche de tu vida. –dijo,ante de cambiar sus manos por sus bocas, el mayor automáticamente llevo unas de sus manos al cabello castaños de su amante.

-¡Dios Misaki sí! –Decía eufórico. Guiando los movimientos del mayor de manera rápida. -  Misaki voy a terminar. –comento al borde del clímax

El castaño dejo su tarea y los miro con ojos llenos de lujuria. – Quiero probarte Akihiko. –Sentencio de manera lenta para volver a tu tarea.

Eso fue detonante para que el hombre terminara en la boca del chico, el cual trago todo y luego beso a su hombre.

-Supongo que ahora está todo perdonado. –

-Claro. –Dijo tratando de regular su respiración

-Pero aún falta algo

-¿Qué quieres?

-Quiero sentirte dentro de mí. –Akihiko sintió su  pene crecer. ¿Quizás el cambio no era tan malo?

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Los jadeos  gemidos eran lo único que se podían escuchar en aquella habitación. Miyagi se sentía en la gloria. Shinobu  estaba apoyado en sus rodillas con los brazos extendidos sosteniéndose de  la cabecera de la cama.

Mientras él lo embestía de manera dura, el rubio gemía de manera queda, las manos del profesor sostenían sus caderas con fuerza, sus ojos estaba cerrados y su cabeza inclinada hacia atrás.

El rubio había sido complaciente, las caricias mutuas, no tuvo que hacer todo el trabajo, ambo lo querían, no hubo niñerías de por medio, solo placer y eso era lo que el peli negro había deseado.

-Miyagi más rápido. –Pido el menor sin pudor. No dudo en complacer aquella petición.

La cama rechinaba, y los jadeos cada vez eran más fuertes. En un rápido movimiento cambiaron posición. Shinobu enredo sus piernas en la cintura del mayor, y este se apoyó en sus rodillas, el rubio descanso sus brazos en el hombro de amante para darse impulso y auto penetrarse.

-Shinobu, eres tan estrecho. – Jadeo el hombre fuera de control. Era fascinante ver como su pequeño amante se auto satisfacía.

Todo el control que tenía Miyagi se fue al demonio cuando su amante comenzó a masturbase. –Miyagi, voy acabar, quiero que termines dentro de mí. Quiero sentirte. –Susurro de manera agitada, con sus mechones rubios pegado a su frente y su cuerpo empapado en sudor.

El maestro recostó al adolecente sin ninguna delicadeza, acomodo los pies en sus hombros, para que las envestidas fueran mas profundas, Shinobu cada vez se masturbaba más rapido y sus gemidos se escuchaban por toda la casa.

Solo falto unos cuantos movimientos, Para que ambos llegaran al orgasmo. El mayor cayó arriba del menor dejando besos en su cara. –Eso fue increíble. –Comento en un susurro.

-Sí, deberíamos hacerlo más seguido ayuda al estrés. –dijo el  universitario, de manera divertida, pero con actitud seria.

Miyagi también pensó que el cambio no era tan malo, no negaba que extrañaba la actitud terca e impulsiva de su joven amante. Pero después de lo que acababa de suceder perfectamente se podría acostumbrar a eso.

 

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Ambos cuerpos descansaba desnudos solo cubiertos por unas delgadas sabanas. Nowaki acariciaba los cabellos de su pareja.

Había escuchado que el sexo de reconciliación era bueno, pero nunca llego a pensar que tanto. No era la primera vez que tenían sexo, pero se sintió diferente.

Miro la espalda de su novio, llena de marcas rojizas. No pudo evitar sonreí, se sentía fantástico. Era como un nuevo Nowaki.

Cerró los ojos viendo a su amado, que respiraba tranquilamente, la luz de la luna  deja ver su blanca y delicada piel, que se perdía en las sabanas.

Aun podía recordar, cada suspiro, gemido y los “Nowa-chan” que ahora tanto amaba.

Quizás el nuevo Hiroki no era tan malo, ahora tenía todo lo que deseo alguna vez.

Un novio lindo e inteligente, tierno y dulce que lo entendía y cuidaba. Debía ser sincero.

El antiguo Hiroki, el mal humorado y terco. Lo sacaba de quicio, pero a la vez esa ternura, que sacaba dejando de lado su orgullo, era lo que lo enamoro, esos “Tengo Frio” lo derretían.

Pero podía acostumbrarse al cambio con facilidad ¿N0?

Lo que ninguno de los tres hombres sabia era que cada pensamiento afectaba en su deseo

 

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Eran las 19:30 de la tarde, Miyagi estaba impaciente a la espera de sus amigos. Los tres tenían muchas cosas de la cual discutir.

Al final de la calle se podía ver una silueta alta, y suspiro al reconocer al joven pediatra, el cual portaba una sonrisa, como siempre, pero esta era diferente. Está decía, tuve el mejor sexo de mi vida.

-¡Por fin llegas!-Comento el mayor de manera impaciente, los tres semes llegaron al acuerdo de llegar antes para pensar en lo sucedido.

-Lo siento, - Dijo el menor apenado. –hubo una emergencia de última hora en el hospital.

Ninguno de los dos dijo nada pero ambos, tenían muchas dudas y no sabían cómo comenzar. El último en llegar como siempre, era egocéntrico escritor que llego en su reluciente deportivo rojo.

Camino de manera petulante, como solía hacer hasta llegar a sus amigos.- Hola. –Saludo sin ninguna vergüenza por su retraso, encendiendo un cigarrillo de manera calmada, eso intentaba aparentar.

El silencio se prolongó, ninguno de los tres hombres sabía cómo comenzar. Pero el menor de todos no podía soportar más la intriga, en estos últimos días había sucedidos muchas cosas.

-Sus amantes también cambiaron ¿verdad? –Pregunto, tranquilo esperando la reacción de los mayores.

-Misaki es un rebelde sin causa. –Respondió el oji violeta, expulsando el humo de su cigarro, como si un peso hubiera escapado de su cuerpo.

-Shinobu, -Comenzó el profesor de literatura de manera lenta y titubeante. No sabía exactamente cómo explicar el cambio actitud de su pareja. –Parece una alama vieja. –Término diciendo. Ganándose dos ceños fruncidos.

-Explícate hombre. – el peli plata lo miraba curioso.

-No me persigue, hace sus propias cosas, me corta las llamadas, ahora tengo que cocinar. –Comento angustiado, pero de pronto un sonrisa  asomo su rostro. –Pero el sexo es maravilloso.- Nowaki sonrió como un bobo, al oír aquellas palabras dicha por el homre

-Bueno al parecer todos estamos de acuerdo con eso. –Termino por decir el escritor al ver la reacción de todos.

-Pero una relación no se basan en sexo. –El comentario del pediatra dio en el clavo. Otro silencio tenso inundo el ambiente.

-No es la base, pero ayuda mucho. –Akihiko miro a sus acompañantes algo perdidos por lo que prosiguió. – Es como ese dicho, “El dinero no hace la felicidad pero pucha que ayuda”

-¿Estas comparando el amor de Misaki con el dinero? –Pregunto alarmado el más joven

-¡Claro que no idiota!- Suspiro frustrado. –Me refiero que el sexo no es todo en una relación pero es fundamental, ¿Cuántas parejas o matrimonios llegan al fin cuando el sexo se vuelve aburrido? Quiero decir que por ese descuido de no poner importancia, surgen los engaños.

-bueno, -Dijo el mayor de los tres. –Viéndolo de ese punto de vista no está bien, ¿Pero qué hay de los sentimientos?

-Bueno yo no me puedo quejar, Hiro-san, ahora es como un tímido libro esperando ser leído.

-Misaki es posesivo y muestra sus sentimientos con naturalidad. Una naturalidad algo agresiva debo decir.

-Bueno Shinobu es maduro, ya no solo piensa en él y puedo pedirle consejos y conversar de algún tema en común sin catalogado como un viejo pervertido.

De pronto Nowaki saco su piedra del bolsillo, esta estaba contaminada con más negro  de lo que recordaba.- ¿Entonces el deseo de verdad funciono?

-Eso parece. –Comento el escritor mirando la piedra del joven con determinación.

-¿Por qué esta negra? –Pregunto intrigado

-No lose

-La mía también tiene ese color. – Miyagi dijo mostrando su piedra al cual le faltaba un trozo

-¿Por qué le falta una parte? –Nowaki miraba la piedra de su amigo extrañado, esa estaba más contaminada de negro.

-Se me cayó. –Mintió el mayor. Ambos  abrieron los ojos como platos al ver la piedra de Akihiko, la cual apenas se notaba el brillo verde, el cual era consumido por ese oscuro color negro.

-Pero que puntuales son. –Ante de que el escritor pudiera hablar, una mujer rubia, estaba frente a ellos, en un muy ajustado vestido negro que no dejaba mucho a la imaginación.

-¡Ahora responderán a nuestras dudas mujer! –Exigió el escritor con muy poca paciencia.

-Por supuesto, soy toda oídos… - Los cuatro entraron al bar, pidieron una ronda de wisky y se acomodaron en una esquina del local, con poca luz y apartada de la música.

-¿Qué fue lo que le hiciste a nuestras parejas? – Miyagi miraba con impaciencia los celestes ojos de la mujer. Que miraba a esos hombres con una sonrisa divertida.

-Yo no hice nada. –Dijo de manera calmada, acomodando sus codos en la mesa para descansar la barbilla en sus manos. –Ustedes son los causantes de cada uno de sus males. –termino `por decir sin ningún pudor.

Un golpe en la mesa llamo la atención de algunos clientes, pero al recibir la gélida mirada del escritor, hicieron vista gorda a lo sucedido en aquella mesa.- No me vengas con idioteces,  yo no soy él culpable. Misaki es diferente, explica que paso.

-Bueno ¿ustedes pidieron un deseo no? –Los tres hombres asintieron, bebiéndose el contenido de  su vaso de un solo trago. –Bueno ahí tienen la respuesta.

-Me quieres decir, que eso de la piedrita mágica era verdad. –Dijo incrédulo el menor.

-Claro. –Fue la simple respuesta de la mujer,-¿traen sus rocas?- todos sacaron las dichosas piedras, la mujer casi escupo su licor al ver el oscuro color predominar en los objetos. -¡Esto es imposible!

Los tres semes miraron asustados a la mujer, la cual por primera vez se veía realmente afligida. -¿Qué sucede?

-Las piedras representan el alma de sus parejas, el color oscuro representa el deseo de ustedes. –La mujer suspiro al ver los rostros interrogantes de sus acompañantes. – Bueno cuando les entregue las piedras le dije que el deseo solo duraba un mes. – Los tres susurraron un ligero “SI”

-Bueno, el cambio se activa dos horas después del deseo es pedido y solo dura un mes, el alma de la persona se queda en la piedra por ese tiempo. Pero vuelve cuando el que pidió el deseo se da cuenta de su error y todo vuelve a la normalidad. Pero hay caso como el suyo, que el deseo es más fuerte, ya que la piedra absorbe los pensamiento del dueño de la piedra y si este está feliz con su deseo el alma se pierde para siempre.

-¿Qué quieres decir con eso? –Pregunto el escritor al borde de la histeria, la chica tomo su roca, el  color esmeralda apenas se notaba.

-Que cuando la persona que pidió el deseo se siente cómodo con él, el alma de su pareja se va para siempre y esta nueva alma se queda, la piedra se vuelve cenizas y nunca más la persona volverá hacer la que era cuando la conoció.

-¡Por qué mierda nos diste estas cosas peligrosas! –Exploto Miyagi alterado. –Por tu culpa Shinobu es diferente

-No es mi culpa. –Espeto molesta. –Ustedes fueron los egoístas que no aceptaban a sus parejas como eran yo solos le ayude, para que abrieran los ojos, pero nunca me imaginé que su egoísmo y lujuria fuera más fuerte.

-Eso es basura. –Nowaki por primera vez mostro una personalidad agresiva, tomo la piedra dispuesta a tirarla contra la pared, pero la mujer lo detuvo con prisa.

-No lo hagas, todo lo que le suceda a esa piedra le sucederá a la personas, recuerda que es su alma, si se rompe ella también. –Un silencio bastante perturbable se hizo en aquel bar.

Miyagi entendió por que Shinobu sufrió ese dolor cuando el trozo de piedra se desprendió de la roca. – Algo tiene que haber para acabar con esto.

-Solo lo pueden hacer ustedes mismo, No les puedo decir cómo, si lo hago las piedras se destruyen, solo les puedo decir que dejen su egoísmo, inseguridad y lujuria de lado, recuerden toda esas cosas que  contribuyen al amor que sienten a sus parejas, esos detalles que parecen simple, pero marcan la diferencia. Es lo único que los puede salvar.

La mujer se fue, los tres hombres tenían la mirada perdida, como su egoísmo podía llegar a tanto, que ahora sin saberlo hirieron, lo que más apreciaban.

Los tres guardaron la roca con suma delicadeza, pagaron lo que consumieron y caminaron en silencio, debían solucionar esto o si no jamás verana a sus verdaderos amores.

Los tres se fueron decidíos a recuperar a su amor perdidos en teoría.

 Pero a veces, la lujuria es más fuerte de lo que piensan el ser complacidos es más fácil que luchar por algo, quizás la tarea de recuperarlo no era tan sencilla, y esto tres hombre estaban a punto de descubrirlo.


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