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Cambio De Parejas por sazuhuri

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Notas del capitulo:

Hola aquí vengo con la segunda parte del capítulo, esperó que les guste, debo agradecer a cada persona que lee mis historia y a todas aquellas que se dan un tiempo para dejar un comentario saludos.

Diclaimer: ninguno de los personajes me pertenece, solo los ocupo para mis historias por diversión

 

Capítulo 9

Enfrentando los hechos (Parte 2)

 

Hiroki camina hacia el interior del edificio de manera lenta, se sentía fatal por haber besado a Tsumori, pero en realidad no se arrepentía, pudo aclarar algunas cosas.

Subió las escaleras quería pensar, debía hablar con Nowaki y decirle la verdad el menor no merecía su engaño, al llegar a su departamento suspiro con cansancio antes de entrar.

Al abrir la puerta encontró el lugar en penumbras, tal como lo dejo al salir, cuando caminaba a la sala mientras se quitaba la chaqueta, la luz se encendió de pronto.

-¿Te divertiste con Tsumori, Hiro-san? – Dio un brinco por el susto, al voltear vio a su pareja, el cual lo miraba con enfado, celos y angustia, Hiroki supo al instante que Nowaki sabía lo del beso.

-Nos viste, ¿verdad? – El menor se sorprendió un poco no pensó que el castaño fuera tan sincero.

-Si me encontré con la escenita cuando llegaba al edificio. – Susurro con sorna  e ira mal contenida

-Sé que no tengo escusa, porque en realidad no la hay, lo bese por que quise. – Nowaki sintió como algo se rompía en su interior.

-¿Lo amas? – Hiroki lo miro a los ojos, el joven pediatra pudo ver la confusión en esos ojos, los cuales ante lo miraban con pasión, ¿Por qué las cosas tenían que ser así?

-No. – Fue la sincera respuesta del demonio Kamijou. – Pero me siento cómodo con él, me gusta más que un amigo. – El silencio fue prolongado y las cartas ya estaba en juego.

-¿Por qué lo besaste? –Apretaba los puños con fuerza, debía contener la rabia, debía ser fuerte, fin al cabo él fue el creador de toda esta situación.

-La verada este último tiempo he pensado muchas cosas. – Hiroki hablo de manera tranquila y pausada era justo para su pareja saber lo que estaba sintiendo. – Primero me pregunto si nuestra relación esta tiene la suficiente fuerza para seguir. –Nowaki abrió los ojos como plato.

-¿Qué quieres decir?- Su angustiosa voz no paso por desapercibida por el castaño.

-que esto no está funcionando Nowaki, y lo sabes, por eso estas últimas semanas me estas evitando más de lo normal, ¿o me equivoco? – El peli azul temblaba de impotencia, todo se estaba escapando de sus manos.

-¡TÚ NO PUEDES DEJARME!- grito con fuerza, tomando los hombros de Hiroki  y moviéndolo bruscamente.

-Nowaki me lastimas. – Dijo en un susurro estaba asustado por la repentina y violeta reacción.

-¡NO TU MELASTIMAS A MI! – estaba fuera de control, la idea de perder a Hiro-san era imposible para su mente.

-Nowaki cálmate debemos resolver esto como los adulto que somos. – La risa irónica inundo el lugar.

-¡que resolvamos esto como adultos! – Rio de manera amarga. – Tu fuiste el que traiciono primero, todo esto es tú culpa, si ya no me amas debiste decírmelo no engañarme.

Esas palabras calaron hondo en el interior del maestro de literatura, en parte Nowaki tenía razón, nada justifica un engaño, su labio temblaba al igual que su cuerpo la situación se estaba saliendo de las manos de ambos y ninguno parecía querer calmarse.

-Sé que fue mi error besarme con Tsumori, -Su voz era suave, Nowaki estaba impaciente, se negaba a oír tales cosas de la boca de su Hiro-san. – No sé qué me ha pasado últimamente, siento que no soy el mismo de siempre, algo cambio en mí y no sé lo que fue, comencé a ver nuestra relación de diferente manera, vi que no podía respirar si tu no estabas junto a mí, pero también me di cuenta que eras egoístas al mas no poder cada uno con sus metas, sin importarle la verdadera opinión del otro, estabas tan enfrascado en esta relación que no nos dábamos cuenta de los errores que cometíamos, yo no valoraba tu esfuerzo, te trataba mal y ni siquiera respondía los te amo de tu parte.- Miro esos ojos azules que tanto amaba. – Pero también entendí que las relaciones son de dos, quizás por eso se debido mi cambio, y cuando por fin me di cuenta de eso pude notar tus defectos y virtudes.

 

-¿De qué hablas? – Las palabras de Hiroki lo dejaron completamente sorprendido.

-Eres muy celoso y posesivo, inteligente, siempre cumples lo que prometes. – Una triste sonrisa se posó en sus labios.-Atentos con lo que amas, entregado a tu carrera, pero testarudo como tú solo, no te das cuenta que a veces hay gente alrededor tuyo que solo quiere de ti lo que le puedes ofrecer, sin importar nada, pero te empeñas en demostrar que eres el mejor y terminas perdiendo el objetivo de por quién estabas haciendo eso.

El silencio reino por un largo tiempo, ninguno sabía cómo reaccionar, el más alto se dejó caer en el sofá escondiendo su rostro.

-Nowaki yo creo que debemos distanciarnos un tiempo. – El peli azul dejo escapar un sollozo lastimero

-¿Te vas a ir con él?

-Claro que no, -Contesto algo molesto el maestro por la pregunta del menor. – Pasare unos días con Akihiko, necesita ayuda con Misaki, sale en dos días del hospital y tiene reposo absoluto.

En otros tiempos Nowaki se hubiera puesto celosos, pero ahora sabía que el escritor solo tenía ojos para cierto oji verde, y le aliviaba saber que su amigo estaría con el castaño él le podría ayudar a que Hiroki se diera cuenta a quien amaba de verdad.

-¿Cuánto tiempo durara esto?

-No lo sé Nowaki. – Fue su sincera respuesta. –

El chico lo miro con dolor.-Yo creo que todo esto es solo un escusa estúpida, ya que no tienes el valor suficiente para terminar conmigo, sigues siendo el mismo cobarde que escondió por 10 años el amor a su mejor amigo. – El sonido de un golpe resonó por el lugar, lo único que se escuchaba era la respiración agitada de ambos hombres, uno de ellos con la mejilla adolorida y el otro con el alma rota.

-Yo ya no tengo nada que hacer aquí, iré por mis cosas. – Nowaki lo vio dirigirse al dormitorio que alguna vez fue testigo de su amor, lo observo guardar sus pertenencias pero no hizo nada para impedirlo.

…………………………….

-¿Cuánto tiempo estarás sin hablarme? – Miyagi estaba estresado, Shinobu se había recuperado, aún estaba en cama, pero tenía mejor semblante, el rubio lo miro con tristeza.

-Aunque quisiera no puedo  estar enojado por siempre contigo. – El mayor sonrió al escuchar la voz de su niño. – Pero siento que las cosas entre nosotros cambiaron mucho.

-Lo sé, creo que me deje llevar por lo celos, debí escucharte, darte el beneficio de la duda. – el menor sonrió, acerco su mano temblorosa hasta llegar a la cálida mejilla del pelinegro.

-Siempre decías que el niño de la relación era yo. – Sonrió burlón. – Pero el que actúa como tal, eres tú, no sé qué me pasa últimamente, pero es como si algo dentro de  me digiera que me alejara que te diera espacio y lo hice.- Miyagi se tensó notalmente, recordando una vez más el error que cometió por sus tontos caprichos. – Creo que al parecer no fue la mejor idea.

-No, no lo fue. – Aseguro el mayor con voz simple.

-quizás testarudez fue la que hacía que esto funcionaba, y sin ella, era como si fuera otra persona. –el profesor de literatura cerro los ojos con fuerza, su niño decía la verdad con todas sus letras. – Y en realidad ya no quiero seguir siendo otras personas.

-No tienes que serlo Shinobu. – El nombrado lo miro con tristeza.

-Pero tu siempre me dices que madure y que no debo depender de ti, me comparas con Kamijou-san, y eso duele, porque… ¿Sabes algo?

-que

-Yo te amo tal como eres Miyagi no cambiaría nada. – No pudo evitar que una lágrima resbalara por su mejilla, ¿Por qué fue tan ciego?

-Yo también te amo Shinobu tal y como eres, perdóname. – Le abrazo con fuerza, como si quisiera fundirse con el menor.

Una pequeña luz gris comenzó asomarse en esa roca llena de oscuridad, esa luz brillaba, la oscuridad se dispersaba, la roca comenzaba a brillar pero nadie noto ese cambio.

……………………

Los médicos estaban asombrados de la extraña recuperación de Misaki, le habían hechos muchos estudios, aunque el joven aún estaba débil y dormía mucho, no encontraba lógica a su recuperación, aun tenia conectado el suero y la sonda de oxígeno, pero su ánimo era increíble y su miraba brillaba, irradiando la inocencia que tanto amaba el peli gris.

-¿Cuándo me lo puedo llevar? – Akihiko pregunto mientras veía a su niño dormir.

-Vera señor Usami, Takashi-kun ingreso en un estado de coma sin ningún problema de salud, sus órganos fallaron, pero los exámenes aparecían resultados completamente normales, para nosotros como médicos casos como Los del joven son enigmas médicos y por protocolo se le deben realizar algunos estudios ante de darle el alta, además. – Agrego al ver la cara de molestia de Usami. – El chico aún está ocupando el ventilador de aire, necesitamos comprobar que sus pulmones trabajen normal y tenemos que estabilizar su peso.

-¿De cuánto exámenes estamos hablando? , estos últimos días no lo han dejado en paz, él se quiere ir no le gusta este lugar y si es por el ventilador artificial, yo puedo comprar uno, contratar servicio personalizado, pero quiero a Misaki en mi casa.

El medico lo miro sorprendido, sabía que el hombre frente suyo era caprichoso y adinerado, además de ser un reconocido escritor era hijo del dueño de las corporación Usami.- Señor no es necesario, yo creo que en dos días podrá llevase al joven. – El escritor sonrió triunfante.

-Me parece perfecto. – Con eso el medico de turno se fue.

-Tu no cambias verdad Akihiko.- El peli gris vio a su mejor amigo entrar a la habitación, Hiroki tenía un aspecto deplorable, hace dos días estaba viviendo con él, no sabía exactamente el motivo de la disputa con su pareja, pero algo le decía que ese maldito deseo tenía que ver.

En esos dos días también se enteró que Nowaki no había asistido al turno, no se atrevió a decírselo a su amigo, no quería preocuparlo.

Había hablado con Miyagi, que prometió esta tarde ir a visitar al joven médico, para ver su estado.- Bueno Misaki no se queja. –El castaño se acercó a la cama del menor.

-¿Cómo está? –Pregunto mirando al chico que dormía tranquilamente.

-Le darán el alta en tres días ya que aún no le pueden quitar el ventilador. – suspiro con pereza. – Lo tratan como un conejillo de india y me molesta.

-deberías alegrarte de tener a Misaki nuevamente contigo. – Comento sentándose en el borde de la cama.

-Claro que lo estoy, el que no se ve bien es otro. – susurro lo suficiente mente fuerte para que el castaño mayor lo escuchara.

-Akihiko pensé que habíamos hablado de eso.

-Hiroki, -Suspiro con pesar. - ¿Te has mirado a un espejo?- No espero respuesta. – Eres unos desastres, tienes unas ojeras enormes, no comes, no duermes, ¡NI SIQUIERA LEES! – Grito exasperado.

-Usagi-san. –Susurro Misaki entre sueño.

-Calla lo despertaras. -  regaño a su amigo al ver como el niño se removía en sueños.

-Desde que salió del coma tiene muy mal dormir.  – Comento el mayor.

-Bueno, por esa razón debe permanecer en el hospital. – Menciono burlón al ver la cara de enfado de su amigo. - ¿Cómo las cosas cambiaron tanto? –Susurro el mayor delos castaños, sentándose en el sillón que estaba en la blanca habitación.

-Creo que fue por culpa de nosotros mismos. –Comento Akihiko acariciando los cabellos de Misaki quien se tranquilizó al tacto.

-sabes, a veces siento que no soy yo mismo. – El escritor lo miro alarmado. –Lo que quiero decir, que desde hace algún tiempo siento que algo cambio en mí. – El más alto guardo silencio, realmente no sabía que decir a eso.

-¿Usagi-san? –La soñolienta voz de Misaki lo salvo del incomodo momento.

-Hey. – Susurro con voz tranquila regalándole una hermosa sonrisa. – Como te sientes.

-Cansado. – Bostezo. – Tengo hambre. – Se froto los ojos Hiroki sonrió.

-Eso es una buena señal. – El castaño menor, abrió sus hermosas orbes vedes sonriéndole al mayo.

-Hiroki-san, que alegría verle. – Saludo alegre el menor, para luego fruncir el ceño al ver  las grandes ojeras del mayor. - ¿Te sientes bien?- pregunto preocupado, tratando de incorporarse.

-sí, solo algo cansado. – Mintió el mayor con una falsa sonrisa.

……………………….

-¿Por qué estamos acá? –shinobu pregunto intrigado, con Miyagi habían ido hasta el edificio donde vivía Nowaki, el cual llevaba dos días sin presentarse a trabajar.

-Nowaki no ha ido a trabajar en dos días eso me tiene preocupado, -Contesto con simpleza subiendo al ascensor y presionando el número 12.

Cunado las puertas se abrieron ambos caminaron tranquilamente hasta llegar al departamento, Miyagi trajino su bolsillo donde guardo la llave que Akihiko le dio, el escritor la había robado de su amigo y sacado copia.

Entraron sin hacer mucho ruido, lo primero que percibieron al entrar, era un hedor insoportable, de licor y encierro. La casa era un desastre habían vidrios en el suelo, todo era oscuridad, como si un huracán paso por el lugar, Shinobu tanteo la muralla hasta dar con el interruptor, pestañearon un par de veces para acostumbrarse a la repentina luz.

El lugar era un desastre, vidrios por todos lados, el estante que alguna vez sostuvo libros estaba en el suelo, y muchas botellas de alcohol tiradas por todo el lugar, Miyagi camino con cuidado por el salón tratando de buscar a su amigo.

El menor fue a la cocina y pudo ver que esta estaba igual de desordenada que la sala, abrió el refrigerador y tuvo que taparse la nariz, había comida de compuesta, miro la alacena y esta estaba desordenada.

Miyagi camino hasta la habitación que perteneció a la pareja, el lugar era rodeado por latas de cerveza, pateo algunas, para hacerse paso, vio unas manchas de sangre en el piso, el vidrio roto de la habitación le dio a entender que el único huracán que paso por ese departamento era Nowaki.

Al ingresar a la habitación otro hedor asqueroso lo recibió, alcoholo y sudor. Pudo ver a lo que quedaba de su amigo en el piso, con una botella de vodka, el puño ensangrentado, y ojos perdidos, estaba solo en pantalones, descalzo, deliñado, sudoroso y con un barba que amenazaba con crecer.

Se acercó con cuidado, el menor no se había percatado de su presencia el alcohol consumido en exceso lo tenía perdido. – Nowaki. – Susurro

Pero el chico no respondía, estaba perdido, se arrodillo junto a él y al tomar su cabeza esta se cayó hacia atrás como un trapo. - ¡Shinobu ven pronto! – grito al ver el lamentable estado del peli azul.

-¿Lo encontraste? –Pregunto entrando a la habitación y quedando mudo al ver la escena. – ¿Está vivo?

-Sí, pero esta tan ebrio que ni siquiera sabe que no está solo. – Miyagi lo alzo con esfuerzo. – Abre la ducha, necesita un baño de agua fría. – el rubio asintió y corrió para preparar la tina.

Una vez adentro Nowaki trato de salir del agua pero el mayor no se lo permitió. – Vamos Nowaki, despierta hombre. – Shinobu veía triste la escena.

-Miyagi está bien, ya está. – Nowaki volvió a la realidad.

Se aferró a la muralla para no caer se sentía débil. - ¿Qué mierda te sucede? –Miyagi perdió la paciencia. -¿Querías morir de un coma etílico?

-Me lo merezco por idiota, ¡Todo lo merecemos! –Grito

-Calla hombre, nadie merece la muerte. – El mayor lo miro en desaprobación.

-No, tienes razón pero si merecemos todo lo que nos pasas.

-¡Claro que no!, sé que estas frustrado por la ida de Hiroki, pero nadie merece lo que nos esta pasando. – Nowaki lo miro con enojo.

-CLARO QUE LO MERECEMOS, NOSOTROS CAUSAMOS ESTO, POR NUESTRO ESTUPIDO DESEO, HIROKI SE FUE, POR ESE ESTUPIDO DESEO, MISAKI CASI MUERE Y POR ESE ESTUPIDO DESEO SHINOBU TE PIDIO UN TIEMPO, CLARO QUE TENEMOS LA CULPA.

Miyagi no pudo rebatir a los gritos de su amigo, Shinobu no entendía nada, de que hablaban que deseo.

-Lo hecho, hecho esta, cámbiate yo te hare algo de comer. – El aludido asintió.

……

Hiroki se había ido hace un tiempo, Akihiko estaba en la habitación de Misaki esperando que volviera de sus exámenes.

La puerta se abrió, dos hombres empujaban una camilla y un sonriente Misaki sin su sonda de oxigeno llego. Lo acostaron en la cama y se retiraron.

-Ya no tengo que respirar con ayuda.- Su alegría solo hizo que Akihiko sintiera que su corazón latiera con fuerza.

-Sabes cuando estuvo en coma paso algo extraño.

-¿Qué paso?

-Es verdad que tú pediste que cambiara.

-¿Misaki de que hablas?

-De que tú pediste un deseo, por que estabas cansado de mí. – Él escritor quedo de piedra


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