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Caos, deseo y miedo por Cristabelle

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a Aeris y Ferrunison por dejarme tan lindos reviews, disculpen la tardanza, aquí la continuación.

Ondas de colores luminiscentes que surcan el firmamento con maravillosa sincronía, un espectáculo etéreo producido por la combinación de las ráfagas de partículas solares y los átomos de la atmosfera terrestre, creando luz. Para muchos la aurora boreal es sólo un fulgor bonito, para otros un fenómeno científico y para unos cuantos más, motivo de mitos y leyendas, pero para Los Guardianes es un llamado de emergencia y aunque algo grave había ocurrido, en el cielo no hubo nada; la razón para Jack Frost y Sandman todavía era desconocida.  

Sin perder un minuto Sandman tomo una gran cantidad de arena dorada y formo una alfombra voladora a la que invitó a subirse a Jack. Tomando una velocidad increíblemente vertiginosa que sólo podía ser posible gracias a sus poderes, con los cuales el largo camino que se debía atravesar para llegar al castillo de los dientes, que bien pudo durar días o semanas, se redujo a un cuarto de hora.

Escondido en una recóndita cadena montañosa, el castillo de los dientes estaba estructurado en el corazón de uno de sus más grandes macizos, al que atravesaban cavernas de lado a lado, en las que se instalaban majestuosas construcciones que colgaban como estalagmitas y estaban decoradas con detalles dorados y elegantes calados.

Normalmente el lugar abundaba en el bullicio de incontables haditas de los dientes, yendo y viniendo por todos lados en su ajetreada faena de trabajo, pero en esos instantes, las pocas haditas que se encontraban aún sanas llevaban barbijos por protección y debían cargar con muchas más responsabilidades, no pudiendo detenerse para siquiera saludar a los amigos de su querida guía, en especial a Jack Frost que les parecía sumamente atrayente, tal vez por la hermosa dentadura que poseía.

Así, Sandman dirigió a Jack a un aposento que se había adaptado especialmente para las circunstancias, bastante alejado, en pos de poner en cuarentena a las haditas enfermas, al que ingresaron observando un millar de diminutas camitas, para aprovechar el espacio incluso habían camillas, colgando del techo y alineadas en bastantes hileras en el suelo, donde reposaban trémulas y debilitas haditas que tosían sin parar.

Ahí se encontraban sus amigos guardianes.

Norte intentaba alegrar una hadita a la vez, regalando tallados en miniatura que hizo con madera de pino de camino al castillo. Bunnybund, por su parte intentaba hacer algo similar repartiéndoles flores que trajo de su jardín y Tooth sollozaba apoyada en el hombro de alguien que Jack Frost conocía apenas de nombre y que sólo había tenido la oportunidad de ver a lo lejos unas contadas veces en todos sus años como inmortal.

Él representaba una festividad bastante importante, pero conservaba un perfil bajo, además no habían muchos que creyeran en él y fue el primero en notar la presencia de dos entes nuevos en la sala, seguido de los demás guardianes que recibieron con amabilidad y preocupación en la mirada a Jack y Sandman, en especial Toothiana que en cuanto vio a Jack, voló veloz a sus brazos y lo estrujo con fuerza.

—Me alegra tanto que estés aquí… ¡es horrible! No soporto ver enfermas a mis haditas.

—Encontraremos una solución— dijo el albino correspondiendo a su abrazo.

—Es bueno volverlos a ver, lástima que sea en estas circunstancias— menciono Norte.

—Tardaron bastante— intervino Bunnybund.

—Ni que tú fueras tan rápido.

Conejo rio.

—Soy diez veces más rápido de lo que podrías ser en cien años.

—¿Eso crees? —Jack se alejó un momento de Tooth y se acercó a uno de los ventanales señalando la montaña más cercana— te apuesto que puedo llegar a la cima de esa montaña antes que tú.

—¿Cuánto quieres perder?

Pero Sandman se interpuso y les hizo unas señas de arena dorada recordándoles que lo que importaba en ese momento eran las haditas 

A pesar del tiempo, aún había cierto sentimiento de competencia en ese par, lo cual no quería decir que su amistad flaqueara, sino que simplemente aquello les parecía entretenido, entonces el albino y el conejo desistieron de la carrera mirándose desafiantes, pero con una sonrisa de complicidad.

—Bien.

—Bien.

 Dijeron al unísono, momento en que Norte intervino.

—Espero hayan terminaron con eso porque tenemos cosas más importantes de las cuales hablar— indico Norte

—Una extraña epidemia ha enfermado a casi todas mis haditas— intervino Tooth

—Lo que sabemos por ahora es que la enfermedad sólo se esparce entre ellas y no a cualquier otra clase de seres, los síntomas comenzaron hace unos días, pero ninguna hadita quiso decir nada al respecto por no preocupar al resto y antes de que se dieran cuenta una gran mayoría estaba afectada, lo cual curiosamente coincidió con que le sucediera algo a la señal, estaba atascada y por más intentos que hice, no me fue posible arreglarla, impidiendo que pudiéramos reunirnos antes— añadió Norte

—Eso explica porque no apareció la Aurora Boreal— comento Bunnybund.

Meme asintió triste apoyando la moción.

—Ellas nunca habían enfermado antes ni siquiera sabía que era posible… y si no hubiera sido por C. que se tomó la molestia de avisarle a Norte y rescatar a cuantas haditas encontró enfermas… no sé cuánto más tendríamos que lamentar ahora…— dijo Tooth con un profundo tono de agradecimiento hacía el susodicho.

—Sólo hice lo que cualquier caballero hubiera hecho al ver a una dama en aprietos— expreso C. suavemente.

—Y no imaginas cuanto te lo agradecemos— indicó Norte

—No fue nada.

—¿C.?— pregunto Jack extrañado.

—Es mucho menos formal que Cupido, un nombre simbólico cabe añadir… y es muy agradable tener al fin la oportunidad de conocer al espíritu del invierno— expreso este con amabilidad dirigiéndose al muchacho albino.

—Jack Frost, o mejor Jack…. — menciono sintiéndose analizado por la escrupulosa y profunda mirada de Cupido, de tal forma que le pareció que incluso podía observarle el alma con aquellos hermosos ojos rojo lechoso, notando algo curioso y contradictorio a la vez, C. era ciego, pero podía ver más allá de los sentidos.

Cupido era casi tan alto como Norte, joven delgado, pero de aspecto fuerte, poseedor de  un rostro que parecía sacado de una escultura griega, con piel ligeramente bronceada y un cabello elegantemente peinado hacía atrás de un intenso color rojo, como el de la pasión, tonos enérgicos que contrastaban con su atuendo que era totalmente blanco, desde la suntuosa gabardina, camisa, pantalón y los brillantes zapatos de vestir. Un aspecto muy distinto a la versión del imaginario colectivo respecto al ser que representaba a la festividad de San Valentín.

—Un placer— completo C. extendiéndole la mano a Jack que la estrecho percibiéndose cohibido sin una razón concreta, mirándolo como bobo por unos momentos, hasta que Conejo se aclaró la garganta, sintiendo tanto como los demás que el ambiente se ponía incómodo, lo cual saco de su trance a Jack.

—¿Y qué más descubrieron?— continuo Jack apenado.

—Creo que a eso iban— respondió el Conejo que tampoco estaba enterado de todo.

—Entonces tal vez deba retirarme. No soy un guardián y es información clasificada, no sería educado quedarme a escuchar.

—Nos brindaste tu ayuda, lo menos que podemos hacer para retribuirte es que puedas informarte de lo que está sucediendo— menciono Norte.

—Eso es realmente considerado— agrego Cupido con una dulce sonrisa.

En aquel momento Norte continúo hablando:

—Lo más preocupante del asunto es que las haditas han empezado a escupir un líquido negruzco…

—Debe haber alguna forma de curarlas, antes de que su condición empeore— comento Jack

—Sin contar que en ausencia de haditas muchos niños podrían dejar de creer…— agregó Tooth

—Lo cual hace mucho más sospechoso este asunto. Debemos investigar si hay algo o alguien más detrás de esto— indicó Bunnybund.

—Pero lo que primero debemos hacer es cuidar de las haditas, traer a alguien que atienda su condición y encargarnos del trabajo que ellas no pueden realizar— tercio Norte.

Mientras hablaban Cupido y Meme escuchaban con atención, el segundo bastante ensimismado en sus pensamientos, asociando el líquido oscuro a la arena negra de Pitch Black, claro que aunque todo es posible, hacía años que no sabían nada de él, justamente desde que lo vencieron.

Con tantas incógnitas y sucesos sumamente alarmantes que podrían devenir en algo mayor, era el momento ideal para la intervención del Hombre en la luna, pero en esa ocasión no parecía haber señal alguna de él, primeramente el cielo se encontraba sumamente nublado y no permitía ningún atisbo de la luna, aunque no fuera una estación del año en la que lloviera por esos lares y era inaudito pensar siquiera que Jack provoco las nubes y el clima sin querer, aunque nada de aquello debería ser un impedimento para que los poderes de aquel ente se manifiesten, sin embargo no sabían que el infortunio los estaba siguiendo y sin más se dio por acabada esa reunión, en la que se acordó que se organizarían en grupos y turnos para recoger dientes y dejar monedas a los niños reemplazando a las haditas de la misma forma que hicieron hace varios años atrás cuando Pitch las secuestro, mientras buscaban una cura para la extraña epidemia, resoluciones obvias en apariencia que sin embargo eran el primer paso para resolver lo que sea que estuviera ocurriendo.

Notas finales:

Muchas gracias por leer, si tienen alguna sugerencia, critica constructiva o idea para el fic, agradecería que la dejaran en los comentarios, felices fiestas <3

P.D. Lo de que Cupido fuera ciego, es una idea de último momento XP por ese refrán de que el amor es ciego lo cual también explicaría porque no suele acertar con sus flechas el condenado :v


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