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¿Prometes No Decir? por just breath yaoi

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Este fanfiction es un remake de uno de mis primeros fanfictions, por lo que la historia me pertenece.

SHINee es propiedad de SM Entertainment glup, glup, glup...

Y finalmente, la canción en la que este song-fanfiction  está inspirado, pertenece a la mente maestra de la autoría McCartney-Lennon.

 

Notas del capitulo:

'Déjame Susurrar a Tu Oído'

 

Porque antes de ser Shawol, soy Beatlemaniaca.

Pero antes de ser una etiqueta más, soy parte de una sociedad en la que todo aquello que es diferente, es visto con horror, repudio y odio. Recuerden:

 

"'Diferente' no significa que esté mal" -- Kim JongHyun

 

Ojalá lo disfruten.

Recordaba aquél día tan claramente, tal como si lo hubiese vivido a la hora del desayuno de ésta misma mañana.

1963…vaya que habían pasado un centenar de eventos de gran impacto en la sociedad de aquél entonces, pues fue el año en el que la era de los Beatles comenzaba; fue el año en el que el presidente John F. Kennedy había sido fríamente asesinado una mañana en la tierra de la libertad, y el mismo año en el que Martin L. King dio aquél magno discurso que comenzaba con las inmortales palabras ‘Tengo un sueño…’.
 
Pero en fin. Como ves, lo recordaba bien.

En esos días, vivía en Inglaterra, siendo yo parte del equipo de periodistas de la BBC de Inglaterra. En ese entonces, era difícil encontrar extranjeros caminando por la calle como bien lo podrás ver hoy en día. Era difícil, pues había varios conflictos en muchas partes del mundo en esas épocas.

Pero era afortunado, y ese pensamiento pasaba por mi mente cada vez que daba un paso bajo la lluvia, pasando por los largos parques de Londres. Amaba ese país; tierra que había sido cuna de tantas y tantas historias, donde se respiraba tranquilidad y se apreciaba la elegancia de lo moderno perfectamente entremezclado con el misticismo de la imponente Inglaterra de antaño.

Desvarío, lo sé…hace ya unos días que siento que mi mente cobra vida propia.

Aquél día del que te platicaba, llovía como casi todos los días en Londres. Incluso me había puesto ya tan pálido, que solía exclamar en las cartas que mandaba a casa ‘que me bronceaba con la lluvia inglesa’.

Y tras una larga jornada de trabajo, en la que se cubrió el inmortal discurso de Luther King, me vi merodeando en el centro de Londres a media noche, con un cigarrillo en una mano que iba directo hacia mi boca, y un paraguas en la otra.
 
Hacía frío, lo que hacía que las gotas de lluvia punzaran al pegar en mi rostro. Y fue entonces que suspiré. Me sentía solo, demasiado solo. Aún con todo, no podía sacarme esa opresión que había en mi pecho. Vivir era más fácil con los ojos cerrados, sin duda.
 
Eché la cabeza hacia atrás, bajé el paraguas, y dejé que la lluvia me mojase un momento, queriendo así poder ver al cielo y a la lluvia caer con su dramatismo y gracia.
 
Tras terminar el tercer cigarrillo de la noche, me detuve frente una barda de piedra, y me apresuré a encender otro más. Fue cuando su voz quebró el sonido uniforme de la lluvia.
 
“¿No crees que ya es mucho?”

No volteé a ver de quien trataba. En ese momento, no era más que una voz extraña la que criticaba mis acciones.
 
Me encogí de hombros y di una fuerte calada al cigarrillo, girándome para partir de ahí y reanudar mi camino sin un rumbo aparente, dejando atrás al extraño metiche.
 
Cerca de donde estaba, alcancé a percibir la tenue luz que salía de las puertas del pequeño bar al que en alguna ocasión fui. Una cerveza de raíz no me vendría del todo mal en aquella lluvia.
 
Había bastante gente—sobria y ebria— en el cálido interior, y aunque el aroma que despedía el lugar no era el mejor, se veía cómodo el lugar, así que tomé asiento en la solitaria barra, y esperé a que el barman me atendiese.
 
Le pedí un Martini de manzana con un tono de voz neutro, poco incitante a una plática. Realmente tenía poca disposición a establecer contacto con cualquier persona. Tenía demasiados pensamientos revoloteando en mi mente.
  
“Eso fue un poco rudo, KiBum.”

Una vez más, escuché la extraña —ahora era burlona— voz que había escuchado hacía un rato bajo la lluvia.

Con algo de retraimiento, le miré al fin…y la sorpresa no fue de esperarse, pues aquél extraño metiche trataba de un ya viejo conocido.
 
“JongHyun…”

Murmuré en voz baja, sorprendido de verlo en aquél lugar. Kim JongHyun era una persona que había conocido de niño cuando vivía aún en Corea del Sur; habíamos crecido, jugado y estudiado juntos. Era lo más cercano a un mejor amigo para mí.

Entonces reaccioné, bajando la vista apenado.

“No te ofendas pero, ¿de dónde saliste? ¿Cómo supiste que estaba aquí?”
 
Él río ligeramente y se acomodó sobre su asiento para verme de frente. Alcé la vista, y le vi fingiendo sostener un cigarrillo frente a sus labios.

“¿Lo recuerdas?”—volvió a bajar la mirada, dibujando una tenue sonrisa en su rostro. — “Te vi caminando bajo la lluvia cerca de donde estoy quedándome. He de admitir que me sorprendí y me emocioné demasiado al verte. No hay muchos coreanos en el exterior, y no sabía que estabas aquí; hace mucho que dejé de ver a tu familia.”

Parlanchín como siempre…era bueno saber que no había cambiado la chispa que siempre llevó él consigo.

Tomé la pequeña copa con el Martini y di un corto sorbo antes de preguntar:

“¿Y qué haces aquí?”—Traté lo que pude por no sonar cortante o condescendiente…pero así era mi tono de voz la mayoría de las veces.

“¡Hey!”—afortunadamente, JongHyun no era de las personas que se tomaban las cosas personales, y sonrió en su lugar. —“No eres el único coreano que puede viajar, ¿sabes?” —Robó un sorbo de mi bebida. — “En realidad, vine a terminar la tesis en mi maestría de música… y a conocer Liverpool. ¿Conoces a los Beatles?”
 
“¿Que si los conozco?” –Dije tras soltar un bufido. ¿Quién no los conocía?
 
¿Entonces sí?”—Cuestionó con emoción. Sólo asentí.

“Son realmente asombrosos…tienen una canción que me hace pensar en todo lo que pudo haber sido…”

“¿A qué te refieres?”— La emoción de su rostro cayó de pronto.¿Me había perdido en la conversación?

“¿Hace cuánto fumas, Ki?”

Fue un cambio rápido de tema.

Solté una risilla. Hacía un buen rato que nadie me llamaba ‘Ki’. Sólo JongHyun lo había hecho.
 
Dos años.”
 
“Vaya, qué cosas, ¿no crees? Es el mismo tiempo que llevas fuera de nuestras vidas...”

Fue un golpe clave en ese momento, pues realmente nunca me había puesto a pensar en el origen de mi adicción al tabaco, sencillamente, una mañana me di cuenta que fumar era lo primero que hacía, antes de siquiera beber un vaso de agua.

Miré a JongHyun; definitivamente, había cambiado en ese tiempo de no vernos. Ya no traía la expresión de idiota y pillo que siempre nos metía en problemas. No. Su rostro mostraba ya cierta madurez, y sus palabras una calidez algo impropia de él.

Se veía...bien.
 
Posó sus orbes en mi rostro fijamente, me dedicó una sonrisa sincera que me hizo sentir una curiosa calidez en mi estómago.
 
Y fue entonces que una canción empezó a sonar al fondo, una que conocía perfectamente al ser una ya popular entre los jóvenes.

Do you Want to Know a Secret?
 
En eso, JongHyun se levantó al instante, y tendió con gentileza su mano delante de mí, dejándome perplejo al no saber lo que con ello pretendía.

Acaso…

¿Acaso quería que bailara con él?
 
No supe realmente en qué momento acepté aquella escandalosa invitación, simplemente, en un momento me vi bailando en medio del bar, siendo rodeado de miradas curiosas y otras casi inquisitivas. Y con todo su derecho, después de todo, éramos un par de hombres asiáticos que bailaban al son de una canción romántica en medio de un bar...Claro que nos iban a ver raro.

Pero a pesar de que aquellas preocupaciones me saturaban la mente, ni JongHyun ni yo nos frenamos en nuestras acciones.

Y comenzó a cantar.
 
“Listen, do you want to know a secret? (Escucha, ¿quieres saber un secreto?)”— Cantó mientras ponía sus manos alrededor de mi cintura.
 
“JongHyun,”— Reí con nerviosismo. —“¿qué haces?”
 
“Do you promise not to tell? (¿Prometes no decir?)”— ignoró mi pregunta con otra estrofa. Comencé a sudar hasta la punta de mis dedos.
 
“Jong…”
 
“Closer. (Más cerca)”— Me interrumpió una vez más, y me pegó aún más a él.

Sentía su respirar casi sobre mi nariz.

“Let me whisper in your ear (Déjame surrurarlo a tu oído)”— Sentí como dirigió lentamente a mi oído, y soltó un suspiro que no pudo hacer más que estremecerme.
 
Y tras eso, no pude hacer más que dejarme llevar.
 
“Say the words you long to hear (Decirte las palabras que tanto deseas oír)”

Me quedé un poco confundido.

¿Estaba...? No, imposible, qué tontería.

No sería tan tonto… ¿Verdad?
 
Se detuvo, tanto él como el tiempo y así como yo.
 
-I'm in love with you (Estoy enamorado de tí)

Lo susurró a mi oído, y no pude evitar sentir una extraña mezlca de emoción y confusión en mi pecho.

Pero…
 
Pero... ¡¿Qué?!
 
Me separé de él, casi empujándole, entonces cayendo en cuenta de los abucheos y del revoloteo de las personas a nuestro alrededor.
 
“¿Qué?”

Él lo ignoró todo, y siguió, atrayéndome una vez más sin protesta mía.
 
“Listen, do you want to know a secret?”
 
“Deja eso ya...”

No me quedó más que fingir molestia. Pero de nada sirvió, pues lo fingía, y lo sabía, porque en realidad lo disfrutaba más de lo que debería.
 
“Do you promise not to tell?”
 
“Lo prometo.” 

Respondí a aquella estrofa de la canción, mirando fijamente los oscuros ojos de JongHyun.


“Closer”

Acercó sus labios a los míos, peligrosa y deseosamente.

“Let me whisper in your ear”

Colocó la larga mano bajo mi oreja.

“Say the words you long to hear…”

Y me besó. Sólo un toque de labios que hizo crecer rosas en mi interior.

No podía respirar.

“I'm in love with you”
 
“¿Hace cuánto...?”— Susurré, buscando sus ojos.
 
“I've known the secret for a week or two (hace una semana o dos que sé de este secreto)”

Casi parecía que la canción era la respuesta a mis preguntas. Y quizás lo era.

“Nobody knows, just we two (Nadie lo sabe, salvo nosotros dos)”

‘Y el resto del bar’, pensé divertido.
 
En eso, un hombre de complexión robusta y expresión molesta en el rostro, se acercó a nosotros, y nos habló, casi asqueado al hacerlo.
 
“Les pido de favor que salgan de mi establecimiento.”

JongHyun dejó de cantar, y se puso frente a mí, separando al hombre corpulento de mí.
 
“Tenemos todo el derecho a estar aquí, señor.”—Exclamó con indignación— “No hemos hecho nada mal.”

Al ver que el hombre torció más la boca, y apretó un puño, fui yo quien se puso en medio de ellos, mirando de frente a JongHyun.
 
“Jong, vámonos. No vale la pena discutir en este lugar.”

Miré de reojo al hombre más grande.
 
“Pero KiBum...”
 
“Por favor, Jong...”

Pude ver que JongHyun refunfuñó internamente, pero al final, aceptó el irnos de ahí.

Realmente, no lo valía.
 
“De acuerdo.”

Besó nuevamente mis labios, para disgusto del más grande, y caminamos hacia la salida.
 
“Que asco...”

 Escuchamos al irnos, con un tono tan cargado de odio, que me hizo sentir que esto…iba a ser más que complicado.
 
JongHyun entrelazó su mano con la mía, y salimos a un Londres post-lluvia.

Una vista hermosa.
 
“Listen, do you want to know a secret?”
 
“Jong, ya no hay músi—”

Me calló, colocando un dedo sobre mis labios.
 
“Te amo, KiBum. Te tengo dentro de mis venas y  de mi alma desde que éramos niños, desde que te fuiste…Desde siempre. Y quiero estar a tu lado, aquí y ahora.”

Lo miré, estupefacto de aquella confesión.

JongHyun era lo más cercano a un ‘mejor amigo’ que tenía. Había sido mi confidente desde que éramos pequeños; era mi compañero de juegos y de travesuras. Mi compañero de castigos y de logros. Mi compañero de vida.

Mi alma gemela.
 
Me lancé a su cuello y lo abracé fuertemente. Nunca le había prestado unos momentos de reflexión a aquello que sentía por él, o por qué cuando pensaba en él, lo recordaba con cariño. 

Sólo sabía que no era normal lo que sentía hacia mi mejor amigo.
 
“¿Es un sí?”

“Es un por siempre.”
 

 

 

 

 

En esa época, lo que vivimos juntos, aunque oculto, fue lo más hermoso que haya vivido en mi vida. Aquella canción se volvió nuestra.

Nadie nunca lo supo, tan sólo nosotros dos.
 
Al poco tiempo, dejé de fumar, pues el hueco existencial que había tenido desde que me había mudado a Inglaterra y aquel vacío que sentía antes, había desaparecido por completo al estar al lado de JongHyun.

Nuestra relación era secreta, y eso le daba el encanto a nuestra historia.
 
 
                                                            Do you want to know a secret?
 
 
Unos veinte años después, ninguno de los dos imaginamos que habría manifestaciones que defendieran los derechos de las parejas del mismo género. No imaginamos que la gente perdiera el miedo al rechazo y al ‘qué dirán’ de la sociedad. Realmente, no vimos venir el impacto que éstas tenían…

 

Pero lo que menos imaginamos…


 
¡BANG!


 
                                                                                               …fue aquel estruendo que acabó con   la vida de JongHyun por defender lo que más amaba...


 
....maldita homofobia.

Notas finales:

Y que fusilo al enano :I...sorry? No pongo advertencia de 'Muerte de un Personaje' porque ¡ah, cómo me joden los spoilers!

Este fic, cuando lo escribí por primera vez hace unos 5 años, salió realmente de la nada, pues me encontraba recostada en mi cama, escuchando a los Beatles, y cuando esta canción --'Do You Want to Know a Secret'-- sonó, comencé a llorar,  y no pude evitar imaginarme esta historia, que en su tiempo fue protagonizada por personajes de Naruto (Sai y Gaara).

Decidí hacer el remake porque es un fanfiction que amé escribir, y que aún hoy en día disfruto leer, aún cuando está horriblemente escrito. Pero pensé que es digno de ser compartido con ustedes.

Gracias por leerme, siempre es un honor escribir para ustedes.

*Walleta~


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