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The Way You Make Me Feel por Witch Chameleon

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Notas del fanfic:

He hecho este fic en junio, pero recién me animo a publicarlo, todo esto ha nacido por algunas fotos que salieron durante e Tour de Alice Nine por China, y sumándole además al fanservice que Tora y Shou hacen durante la canción  “Rainbows”, decidí hacer una secuencia de historias, me parecía interesante, interpretar a partir de cada foto, que es lo que pudo haber detrás. Digamos que sería crear una historia en base a una foto o mejor dicho, crear esa supuesta situación. Me pareció  interesante y como la tengo dando vueltas en mi mente, decidí escribirla. Tengo la continuación, pero aún debo revisarla mejor, tendrá al menos unos tres capítulos, así que tengan paciencia. Y disfrútenlo.

Notas del capitulo:

Para poder ubicarlos les dejare ambas fotos, lo iba a ser en medio de la historia, pero me parecía que quedaría bastante desubicada, así que mejor se las dejo en estas notas:

 

Foto 1: https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-xap1/t1.0-9/10398096_882132491800235_117892223558615161_n.jpg

 

Foto 2: https://fbcdn-sphotos-d-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xpf1/t1.0-9/10306255_883973294949488_5323000009419900677_n.jpg

 

Este fic no está dedicado a alguien en especifico, pero si a todas aquellas personas que amen a esta pareja y más a todos los que dejan sus reviews en mis fic, realmente les estoy muy agradecida, gracias por sus palabras y espero que lo disfruten.

Foto 1:

 

Desde la mañana temprano habían ido y venido con la banda. Saga no había querido ni siquiera probar bocado del desayuno, estaba con su mente dando vueltas en las cosas que necesitaba ajustar, que prefirió encargarse de ello. Para su “mala” suerte, aquella mañana debía compartir gran parte del día con el guitarrista. Ambos estaban distanciados debido a una restricción que el menor había propuesto dada la secuencia de hechos sospechosos entre su pareja y el vocalista de la banda. Tora le decía una y mil veces que sólo estaba teniendo ideas erróneas, que lo único que había entre ellos era amistad, pero aunque Saga quisiese a toda costa creerle, le dolía verlo con el cantante y más cuando se entregaba a hacer fan service.

 

Era una idiotez, lo sabía. El fan service era algo para las fans, pero Tora no acostumbraba hacerlo y ahora hasta parecía gustarle. Si buscaba “provocarlo” estaba errando el camino, al contrario no toleraba verlo tan cariñoso con su compañero de banda, en especial con Shou. No es que el vocalista sea mala persona ni mucho menos, pero tenía una fama indiscutible y se le hacía un tanto extraño que Tora nunca haya intimado con él, conociéndose de tantos años. Según Tora es que no se atraen físicamente para llegar hasta esas instancias. De todos modos sus respuestas no le cerraban, por lo que luego de la comulación de hechos y dado que se había provocado en lapsos de años, prefirió darse un tiempo. El pelinegro estuvo un tanto molesto con esa decisión, pero si lo necesitaba prefería esperarlo, alego que al fin de cuentas no tenía que pensar en nada,  que luego de ese tonto impass, el bajista le aceptara el casamiento que estaban posponiendo desde el primer año de noviazgo.  

 

El guitarrista no había puesto resistencia y al contrario se mostraba seguro, incluso parecía no afectarle el impass, o al menos de ese modo se mostraba. Mientras que el bajista lo sufría en silencio, desde que se subieron al avión camino a China todo era una secuencia de lamentos y de sentirse desprotegido. Es que Tora siempre estaba para él, incluso cuando se comportaba de forma cursi,  o simplemente le sonreía o lo buscaba para hablar de lo que sea, incluso si su humor era de perros y no tenía interés por nada, Tora siempre hallaba el modo de robarle una sonrisa. Tora…Tora…Tora… o Shin, como más le gustaba decirle. Y al parecer el guitarrista no lo vivía de ese modo, a como él lo sentía. Ello lo confundía y lo ponía a la defensiva constantemente. Lo que provocaba que incluso el guitarrista se volviese un tanto más distante, pero luego regresaba con su sonrisa radiante.

 

Y ahí estaba, parado frente a la puerta del dormitorio del hotel, mientras tocaba a la puerta y emitía una voz de mujer. El castaño, no tardó en responder, para cuando abrir la puerta, encontrarse con el pelinegro y una sonrisa ancha en sus comisuras.

—     Tramposo… ¿Qué haces aquí?— Preguntó el bajista dejando la puerta abierta, para que el pelinegro entrase.—

 

 

—     Vengo a buscarte. Nao me pidió que te llevara hasta el lugar donde tocaremos esta noche. Necesitamos hacer las prácticas. No quiere perder tiempo, ya sabes el staff no es el mismo y no queremos problemas. —

 

 

—     Comprendo. Ve, en unos minutos estaré listo. — Anunció, mientras terminaba de peinarse frente al espejo.

 

 

—     No…iremos juntos, Takashi. Debemos pasar a retirar la comida, de todas formas.

 

 

—     ¿Los Mac? Maldición…solo llevó un día comiéndolos y siento que mi estomago no podrá soportarlo mucho tiempo más.

 

 

—     Eres demasiado delicado, Takashi. Deberías a acostumbrarte.— Agregó en un comentario gracioso—

 

 Nao había salido temprano, porque Shou lo había llamado, así mismo le había avisado en un mensaje de texto que de casualidad lo había leído. Pero, compartir la tarde con Tora era prácticamente una tortura. Al menos para sus ideas que estaban demasiado alborotadas. Tan pronto como terminó de acomodarse, bajaron hasta el lobby del hotel para poder encaminarse al vehículo que los trasladaría. Efectivamente iban solos, incluso el chofer era alguien que hablaba los dos idiomas, pero aunque hubiese querido entablar una conversación era inútil. Tora estaba sentado a su lado, de lo más tranquilo. De pronto lo sintió dormirse, su respiración se había vuelto acompasada, sin duda se había quedado dormido. ¿Cómo lo había logrado? Normalmente él se quedaba dormido, no el guitarrista.

 

Al cabo de unos cuantos minutos, el chofer detuvo la marcha y les indicó que era aquella locación la que tenía señalada para dejarlos. Agradeció mínimamente, sacudió a Tora  para que despertase, este tardo en hacerlo, pero bajo con un despido casi murmurante y bostezando.

—     ¿Acaso no dormiste?— Cuestionó el bajista un tanto molesto, mientras caminaba por delante del pelinegro. Aunque figuraba estar apurado no enojado. —

 

 

—     Solo un poco. — Señalo aquello  con poca importancia, mientras se tapaba los labios. —

 

 

—     ¿Y por qué? ¿En qué estabas ocupado?— El tono empleado para ese planteo era frio, pero en realidad estaba enojado.—

 

 

—     Pensándote…

 

 

—     ¿Eh?— El tono frio que había utilizado acaba de romperse, para detener su paso y voltearse a mirarlo. Los destellantes ojos verdes de su ex pareja, parecían brillar como nunca, quizás el cielo azul y los colores abstractos que los rodeaban ayudaban a que su mirada se volviera más intensa. Sobre sus labios de muñeca, estaba pintada una sonrisa sincera. Tora se detuvo y uno del staff se acercó hasta donde se encontraban, que con aquellas palabras compartidas y el sueño extraño del guitarra no se habían percatado, estaban cerca del lugar donde debían tocar. El integrante del staff les entrego la bolsa de Mac, aunque Tora la recibió, Saga ignoro completamente a aquella persona, esperando una respuesta por parte del otro. Tan pronto como el “intruso” se alejo, Tora retomó el habla.

 

 

 

—     No puedo dormir cuando pienso en ti. Y más… aunque sepa que debemos dormir separados, no lo tolero. Años de mi vida dormí solo, nunca necesite del calor ajeno, y ahora resulta que te necesito. ¿Puedes comprenderlo? Y no pienses cosas pervertidas, solo necesitaba un abrazo. Incluso cuando el calor de esa infernal habitación, se vuelve insoportable. Hiroto es muy quisquilloso y ni siquiera puedo ducharme como me gustaría. Estoy un poco agobiado. – Señalo con tranquilidad, mientras observaba hacía el frente, el manager les hacia seña para que se acercaran. Inmediatamente el de los ojos verdes, bajo su mirada. Saga volteo a mirar que ocurría y comprendió que por ese día, la charla moriría ahí. —

 

 

Se dio vuelta y sin mirar atrás camino hacía dentro del recinto. El manager les indicó lo que harían primero y que Shou estaba con un humor un tanto inestable, que debían tener sumo cuidado en todo. Ambos asistieron y se dedicaron a su trabajo.

Qué más se podía decir, Tora había sido completamente sincero, fiel a su estilo y sin palabras cursis que podrían molestarle, simplemente señalo cuando lo estaba extrañando. Pero ello… ¿Era suficiente para perdonarlo? No…aún falta Tigre. Falta mucho, para que Saga se recomponga de todas las dudas que golpean duramente a su mente. Pero aún más a sus sentimientos.

 

 

 

Foto 2:

 

Llevaba varios días comiendo comida rápida, uno de sus principales problemas, no le gustaba comerlas del todo y otro, sentía que pronto su hígado terminaría reaccionando a tanta grasas y frituras. No quería alarmar a nadie, pero aún  sufría más cuando la comida China no era precisamente su favorita. Pero aquel mediodía, decidió que al menos se animaría a probar algo. Cada uno de sus compañeros estaban ocupados en otros asuntos, en unas horas debían estar listos para una entrevista, razón de porque se había maquillado temprano y hasta incluso peinado, pero para esa cita, faltaban alrededor de una hora, por lo que le aviso al manager que necesitaba comer, que cualquier cosa lo encontrarían en el comedor del hotel. Fue solo…completamente solo porque nadie más, ni siquiera miembros del staff se animaron a acompañarlo, quizás su excesiva blancura los asustaba. Bufó suave, pero al ingresar al comedor se sintió más aliviado, no habían demasiados  comensales, por lo que podría estar tranquilo. Eligió una mesa apartada del resto, para no advertir su presencia y mientras observaba la carta, esperaba que lo atendiera. Ello no demoro mucho,  una vez efectuado el pedido, reviso su teléfono móvil.

 

 

Los mensajes eran escasos, a ninguno contesto fiel a su costumbre. A pesar de la poca concurrencia, su plato no llegaba y su hambre era voraz, sin duda debían hacer un documental de lo que es vivir en base de Mac comida que no te alimenta y que encima solo te produce más hambre. Buscó la cámara en su teléfono celular y directamente se saco una foto, donde solo mostraba su peinado y uno de sus ojos, la subió al ameblog con un titulo “desesperante”, sonrió ante aquel informe de su viaje por China, ya que no había día que no posteara aunque sea algo mínimo. Pero su comida seguía sin llegar, lo cual su desesperación iba incrementando. Cuando volteo a ver, si había movimientos del lado donde se visualizaba la cocina, observó al pelinegro entrar en el comedor. ¿Acaso lo siguió?... O quizás… lo vio en el Ameblog. Se lamento por su estupidez.

 

Pronto el mesero se acercó a dejarle el plato, a lo que agradeció cortes, para luego  evitar la mirada del guitarra, pero ello fue inútil, pronto lo tenía sentado a su lado. Lo saludo como siempre, de manera informal pero cariñosa y con ello se refería a los motes que usaban originalmente en la intimidad, el mismo era “bonito” lo había usado en japonés por lo que esperaba que nadie se percatara de ello.

 

—     ¿Vienes a comer?— Preguntó curioso, mientras comenzaba a probar su plato, no sin antes haberle sacado una foto. —

 

 

—     No…Ya he comido.  Solo vine a…hacerte compañía. Manager-san me dijo que habías venido solo. No me gusta verte solo y tampoco me gusta estar solo. Estaba aburrido en la habitación, mi maquillaje como mi peinado están listos. Solo falta el vestuario. Pero si te molesto, puedo retirarme. —

 

 

—     No me molestas. Puedes quedarte. — Señaló en un tono que no expresaba nada en concreto, aunque su mirada estuviese fija en el tono avellana claro de los ojos contrarios. Cada día sus ojos parecían variar de color y con el mínimo de maquillaje resaltaban incluso más. Le hubiese gustado ser más duro y decirle que se retirara, pero ello incluso demasiado cruel. –

 

 

—     ¿Todavía estas enojado?— Pegunto al cabo de algunos segundos, mientras  la mirada del guitarrista volaba desde los labios opuestos hasta sus ojos marrones chocolates, que hoy estaban un tanto más oscuros, casi café negro.—

 

 

—     No estoy enojado. Solo…necesito un tiempo para pensar. —

 

 

—     Takashi  … ¿Recuerdas nuestro primer beso?— Preguntó, aprovechando que estaban lejos del resto de los comensales y que al parecer nadie parecía hablar japonés.—

 

 

—     Sí, pero no uses golpes bajos, para hacerme sentir mal. Si viniste a eso, puedes retirarte. — Tampoco podía dejarse pasar por el pelinegro. —

 

 

—     Te bese delante de Shou…lo hice porque tu pensabas que yo tenía algo con él y que hizo…nos felicito. Fue el primero en saber que estábamos saliendo. — Había ignorado por completo el comentario del castaño, simplemente porque entendía que tampoco quería caer en memorias de ese tipo, pero ambos lo necesitaban. No podía ser que por una situación fantasiosa, su relación se corte de un día para otro. —

 

—     Sí ¿A qué viene eso, Amano?— Repuso, mientras lo observaba de reojo y seguía probando la comida, aunque no le hallaba el gusto. —

 

—     A que siempre, Shou ha sido tu karma y crees que yo he tenido algo con él o que lo tengo. Pero aunque te sea sincero, de que no puedo tener nada con él, tú pareces no entenderme. No me gusta Shou, solo lo veo como un hermano, ni siquiera me atrevo a tocarlo de otra forma que no sea fraternal. —

 

 

—     La cercanía en los concierto no dicen lo mismo. Están siempre demasiado juntos…demasiado…ahgg— Hizo una mueca de molestia de solo recordarlo, a lo que el guitarra, sin pudor alguno, tomó la mano izquierda del bajista y le obligo a mirarlo. —

 

 

—     Basta Takashi…es fanservice. Shou se le ocurrió que usemos ese tema para acercarnos…tampoco puedo parecerme frio frente a él, los demás pensaran cosas que no son. Nos llevamos bien, pero no me animo ni siquiera a besarlo.

 

 

—     Pero él sí. Dime la verdad… ¿él gusta de ti?—

 

 

—     No lo sé…nunca me mencionó nada al respecto. — A pesar de la calurosa conversación que el guitarrista y el bajista mantenían, se mostraban como si no estuviesen más que hablando de negocios, ambos entendían que el contexto no permitía ni siquiera levantar la voz, por lo que el castaño no entendía porque al mayor se le había ocurrido hablarle precisamente en aquel lugar.—

 

 

—     Entonces no entiendo…no bastaría solo con que te abrace… qué necesidad hay de que este siempre pronto a besarte o que intente besarte. Sé que debería entenderlo, que es parte de un juego…pero no puedo. No quiero que ese juego termine…en ya sabes. Algo peor…—

 

—     Saga…deja de pensar en cosas sin sentido. ¿Por qué te precipitas? ¿Acaso te he engañado alguna vez de los años que llevamos juntos? Cuando acepte el desafío de hacer algo como eso, fue simplemente para renovar. Tú siempre aceptas los cambios, porque si fuese siempre igual, perdería el sentido. Pensé también en nuestra relación, estábamos consolidados y nos sentimos confiado…es porque sé que no podría engañarte. No soy de esas personas que le gusta engañar y me has visto, soy sincero contigo.

 

 

—     Está bien… No quiero discutirlo. Me siento incomodo. — Exclamó frunciendo el entrecejo, mientras movía sus labios en una mueca.

 

 

—     Necesitaba aclararte ello. Me parece ridículo que estemos separados por esto. Pero seguiré dándote tu tiempo, pero no me pidas que no te persiga…porque me mataras.

 

 

—     No te lo pediré…solo necesito mi espacio. Necesito acomodarme. —

 

 

—     Te daré todo el tiempo que necesites. ¿Prefieres que me retire?— Pregunto, mientras le dirigía una rápida mirada. —

 

 

—     No…volvamos juntos, apenas estoy por terminar mi comida. — Exclamó con mayor tranquilidad, aunque el planteo del guitarra había provocado que su mente pensara en mayores cosas. —

 

 

—     ¿Puedo probar?— Preguntó, y Saga le entregó los palillos, pero no se percato que eso que estaba haciendo era algo propio que ellos siempre hacían cuando comían fuera de casa. Él era tan importante en su vida que esa distancia estaba doliendo demasiado. —

 

 

—     Tora…puedo decirte algo. — Cuando  el bajista pronunció aquello, Tora inmediatamente asistió.— Nunca podré dejar de amarte. —

 

 

El pelinegro elevó sus cejas en forma de interrogación, cuando el bajista observó a lo lejos como el Manager se acercaba para anunciarles que era hora de volver y que Tora debía volver cuanto antes, hubo un problema con su vestuario. Se miraron, pero la conversación, volvió a morir ahí.

Notas finales:

¿Qué tal? Cualquier tipo de comentario que quieran dejarme son bienvenidos. Gracias a todos lo que leen y esperen, que espero pronto colocar el próximo capítulo. Serían como minis-historias. No hay lemon, pero en el próximo habrá sin duda.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

 

¡CUIDENSEN MUCHO!

 

¡BESOS!


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