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Aúlla conmigo por sombra_larga

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*Lucian*

Hace tanto que no sentía esto, esta furia, la ira recorre cada parte de mi cuerpo. Yo solo puedo luchar para controlarla, pero estos años a lado de Claude y mis hijos habían apartado cualquier atisbo de sentimientos que no fueran felicidad, mi mente ya no sabe separar el enojo de mi cuerpo y todo se confunde. No puedo pensar con raciocinio, no cuando recuerdo al pequeño cuerpo de mi hijo que sufre a tan solo unos metros de distancia, solo pensar en lo minúsculo de mi nieto hace que los colmillos pulsen en mi boca y las garras atraviesen mis palmas.

Es solo entre Godric, Charlotte y Laurence que logran separarme del maldito bastardo, con renuencia suelto el frágil cuello que ha quedado con la marca de mis dedos, el cuerpo cae pesado en la silla de madera, las cadenas resuenan, solo se escucha la pesada respiración del muchacho de cabellos castaños, que para mí enojo me devuelve la mirada, los ojos negros inyectados de sangre.

Le pateo la pierna escuchando el crujir del hueso, seguido de un grito agónico. 

-¿y bien? ¿Quién mierda eres?-

 

 

*Charlotte*

La pregunta de mi padre hace que los guardias se remuevan incomodos, estamos en los calabozos, que a decir verdad no se usan con demasiada frecuencia, son miles de celdas mayormente abandonadas, por lo que el olor a añejo se mezcla con el de la sangre, el prisionero está sentado en una silla con las manos unidas al piso por pesadas cadenas, el cuerpo se encorva hacia delante dejando escurrir saliva roja hasta el piso, la mitad de la cara es abarcada por un enorme hematoma morado, la pierna izquierda se tuerce en un extraño ángulo.

A pesar de los ligeros sollozos nadie tiene misericordia, al igual que los demás, Charlotte  esta fúrica, de no haber sido por los guardias habría clavado su espada en el pecho de ese bastardo en el mismo instante en que lo encontró en la playa, tan tranquilo, sentando en la arena contemplando en silencio el atardecer, como si hace unos momentos no hubiera cometido atroz acto.

No podía contemplar porque alguien le haría algo así a su hermanito, el pobre se había arrastrado por el bosque, violado y golpeado, embarazado, dios, como nadie se había dado cuenta, ninguno de sus hermanos, ni ella misma, que procuraba el bienestar de cada integrante de su familia, con algo de culpa pensó que todos estaban muy ocupados.

Saliendo de sus pensamientos vio como Laurence se acercaba al prisionero, tomando el pelo castaño en un puño, obligándolo a alzar la cabeza.

-contesta la pregunta- le exigió el de rastas.

-mi nombre es Cristian-

 

 

*Godric*

El olor del muchacho indicaba claramente que era humano, aunque podía detectar algún rastro de algo inusual, algo que hacía picar a su nariz, como el azufre, el aroma de los brujos.

Estaba seguro de que su padre podía hacer la relación fácilmente, claramente ese muchacho era el padre del bebé, su olor no dejaba duda para ello. Eso solo dejaba las cosas más difusas, nadie quería decir en voz alta su mayor temor, si este era el padre ¿Esto quería decir que esta atrocidad había pasado anteriormente? Su sobrino había sido engendrado de este modo, todos estaban horrorizados de pensar esa posibilidad, si era así, eso quería decir que nadie había notado que el pequeño Steven había pasado por esto, en total silencio, sin que nadie detectara nada de su dolor.

Godric no podía dejar de sentir en el estomago ese nudo pesado de culpabilidad, su pecho se removía inquieto, si tal vez el no hubiera sido un cobarde, si hubiera regresado antes, tal vez solo así todos hubieran estado menos preocupados por su desaparición y habrían prestado atención a todos los signos que pudo haber dado Steven. Dios había estado embarazado, todos lo habían tenido cerca y nunca nadie noto nada. Sentía algunas lagrimas de rabia asomar por sus ojos.

De solo pensar que su pequeño bebé, Magog, tan solo pensar la remota posibilidad de que su adorado hijo pasara por lo mismo, hacia a su lobo rabiar de ira. Con ese pensamiento miro a su padre que analizaba al prisionero, de pie, con las piernas rectas y los puños a los costados, su voz le hizo temblar.

-bien Cristian, mañana al amanecer-su padre tomo una respiración, hasta el podía ver los colmillos que se asomaban por sus labios, apretados en un rictus de enojo- serás ejecutado con el castigo para los violadores, la hoguera- la última palabra salió con increíble control por parte de su progenitor, Laurence, Charlotte y el sabían el trabajo que hacia su padre para no desgarrar el cuello de ese humano con sus mismas manos, anteponiendo su papel de Alfa, teniendo que cumplir con los castigos necesarios y adecuados.

El muchacho no parecía sorprendido o con miedo a la muerte, pero si parecía enojado. El puño de su padre se estrello en la cara ya lastimada cuando si quiera hizo amago de hablar. Pudo ver como algunos dientes salían volando, la sangre salpico la pared.

-perdón, pero creo que te confundiste maldito hijo de perra- su padre cerro su poderosa mano en el delgado cuello, tanto el como Laurence dieron un paso hacia delante, indecisos si intervenir o no- perdiste el derecho a hablar y a vivir cuando osaste poner un dedo en mi hijo- alzo el cuerpo de la silla como si pesara lo mismo que el papel.

El único ruido que se oyó fue la trabajosa respiración.

-papá es suficiente- la única que se atrevió a intervenir, fue Charlotte, con un movimiento lento poso una mano en el musculoso hombro, la cara del muchacho se tornaba de roja a morada, con desesperación intentaba abrir la mano de hierro que mi padre clavada en su cuello. Fue cuando el mismo dio otro paso hacia delante, que en un rápido movimiento su padre azoto la cabeza del muchacho contra la pared, dejándolo inconsciente, el cuerpo se desparramo en la silla como un muñeco de trapo.

Todos salieron en total silencio.

Godric solo quería volver con su amado y su pequeño cachorro, alejarse de toda esa burbuja de dolor que formaban sus padres y su hermano. Pero sabia que no podía ser tan egoísta, el estaría ahí para hacer reír a su hermanito junto a Milan, Max le leería esos cuentos que tanto le gustaban, pero no podía leer porque estaban escritos en lengua muy antigua, a escondidas Charlotte le llevaría más flores para nuevas coronas y se las probaría sonrojada, su madre estaría encantado de ayudarlo con su sobrino y cantaría nanas a ambos para que no tuvieran pesadillas, su padre le llevaría de contrabando dulces que alterarían al supervisor de la moneda por lo costosos que eran.

Así es, lentamente, como siempre, ellos se repondrían.

 

 

*Claude*

Contengo la respiración cuando por interminables segundos mi pequeño deja de respirar, para luego continuar con trabajo. Me apuro a cambiarle el paño húmedo de la cabeza cuando la sirvienta trae el nuevo cubo de agua con algunos hielos en ella. La fiebre no parece bajar a pesar de haber trascurrido ya más de un día, Malin y Katy temen que se presente una infección, muerdo mis labios deseando que Lucian vuelva ya, no hace tanto que se fue, pero esta situación me sobrepasa, hace rato que cayo la noche, por la ventana la brisa marina entra refrescando el cuarto.

Un pequeño y débil sollozo irrumpe el silencio, me levanto de la silla donde no he dejado de ponerle trapos mojados a Steven, su blanco cuerpo tiembla desnudo bajo la sábana, su ceño fruncido y los ojos inquietos bajo los parpados me dice que no sueña tranquilo.

Dándome la vuelta tomo entre mis brazos a mi pequeño nieto, aun sin nombre, solloza casi tímidamente, como si no tuviera el derecho de lanzar un sonoro berrido, no puedo evitar dejar caer una lagrima cuando siento su liviano peso, es incluso tal vez mas pequeño de lo que fue Max cuando nació. Máximo tenía seis meses había dicho Katy, blanco como la nieve, sin cejas y demasiado flaco, pasa su mano sobre la pequeña pelusa de pelo azul, apenas algunos cabellos lacios.

Bajándome el camisón negro, lucho como tantas veces desde que lo tuve en mis brazos, el bebé sigue sollozando bajito, mas se niega a aceptar la leche a la primera, voltea la carita, a pesar de tener ya ocho niños no puedo evitar desesperar cuando veo su tez pálida tornarse roja por el continuo llanto.

Para mi alivio el pequeño comienza a mamar, sin dejar de lanzar pequeños sonidos de disgusto. Es en ese momento que escucho unos pasos ligeros, algo decepcionado se que no es mi esposo. Sin dejar de ver a mi nieto comer escuchó la voz de Malin a mis espaldas.

-todos los pequeños ya se durmieron- Giro hasta encontrarme la ojerosa y desmejorada cara de Malin, siento algo de remordimiento al haber dejado a mis hijos mas chicos al cuidado de su hijo Milan y del propio Malin, al ser ambos madres primerizos deben de estar pasándolo duro, especialmente con Jace, su pequeño cachorro remilgon. Pero la sola idea de dejar solo a su nieto y a su Steven por su segundo le causan ganas de llorar.

-no sabes cuanto te agradezco Malin- responde el en un susurro.

-¿Cómo se encuentra el cachorro?- pregunta el del cuernos, acercándose primero a Steven, con delicadeza baja la manta de suave lino, pasando la mano por el vientre soltando aquellas misteriosas luces amarillas, el blanco estomago es cruzado por una fea cicatriz, el veneno retrasa la curación- la fiebre debería a empezar a bajar para mañana, no hay signo de infección y el veneno ya ha salido casi de su cuerpo- comenta seguro, Claude le cree, ya ha salvado a otro de sus hijos antes.

-lo único que me temo en lo que suceda cuando despierte- confiesa Claude, ve como Malin vuelve a subir la manta, para luego cambiar el trapo.

-sucederá que vera a toda su familia junto a él, apoyándolo- Claude aprieta los labios no queriendo decir más, ve como la pareja de su hijo se acerca ahora a su persona pasando igualmente su mano por el cuerpo del bebé- aun esta débil, pero si sigue así, debería estar fuera de riesgo en unas dos semanas- la mirada de Malin le dijo a Claude que eso era lo mejor que podía esperar.

-dos semanas es mucho tiempo…-fue en ese momento que Lucian entro por la puerta. Alarmado, Claude noto los puños de su marido llenos sangre.

-Godric fue a su habitación- comprendiendo, Malin se retiro en un discreto silencio. Lucian cerró la puerta una vez que el pelirosado termino de salir.

Estaba a punto de cuestionar sobre los puños llenos de sangre cuando su mirada conecto con la de su esposo, las lagrimas contenidas se soltaron, sin tener que decirlo en voz alta Lucian corto la distancia, envolviéndolos en un fuerte abrazo.

Claude apoyo la frente en el fuerte pecho, oyendo el corazón que sabía sufría en este momento, igual, o tal vez mas que el suyo, el temor de perder a alguien que ama siempre ha sido abrasador para Lucian y el lo sabe.

Un gemido mas fuerte de los que habían escuchado hasta entonces los hizo separarse en un brinco.

Su esposo bajo la mirada, como con cada uno de sus hijos y nietos paso esa gigante mano por el moflete con total devoción, recogiendo en el camino una gota de leche.

-es tan bonito- susurro esa voz apera y grave, con maestría cambie a mi nieto de pecho, aunque el pequeño ahora mas que mamar se limitaba a jugar con su pezón, succionando de vez en cuando. Sin poder evitarlo se sonrojo al sentir esa fija mirada en su pecho.

Su esposo lo noto, alzando la mirada.

-¿Qué sucedió?- la pregunta era corta, pero sabia que su esposo podía entender a la perfección, él quería saber, todo, que había pasado con su pequeño para que las cosas terminaran así.

-no paso nada Claude- molesto el doncel se aparto de los brazos de su esposo, habían discutido precisamente por eso en la mañana, su esposo se negaba a interrogar al prisionero, él ya había decidió la sentencia, Lucian no permitiría un posible encuentro entre Steven y el prisionero.

-¡Lucian!- Claude se alejó unos pasos de la cama, no queriendo perturbar más el sueño de su hijo, soltó su enojo en un audible suspiro- vuelve ahí e interroga a ese muchacho, ni siquiera sabes si es el verdadero culpable de todo esto- supo que hizo enojar a su esposo cuando vio la vena palpitar en su cuello, los puños sangraron un poco más cuando los cerro con fuerza.

-¡claro que lose Claude, su maldito olor estaba en todo el cuerpo de nuestro hijo!- ambos hablamos en susurros toscos.

-¡puede haber muchas explicaciones para eso Lucian!- me da la espalada, se el trabajo que esta haciendo para contenerse, la respiración agitada solo me lo confirma- es el padre de nuestro nieto-  

-solo me interesa lo que diga nuestro hijo Claude- se impone mi alfa, girándose se acerca a la cama, tomando asiento sostiene la pequeña mano de nuestro cachorro, que se ve aun mas delicada entre las manos de un guerrero- no quiero que sufra más- me confiesa, oír la voz quebrada de Lucian hace que duela mi pecho.

-Este cachorro fue engendrado hace tiempo- acaricio la manita del bebé, se ha quedado dormido con el ceñito fruncido, conozco a mi familia y sé que ninguno ha pensado en una posibilidad, tal vez este cachorro no fue engendrado por el odio, no totalmente, yo más que cualquiera se lo que es amar a alguien que te lastima. Dejo a mi nieto en la cuna tapándolo con la pequeña manta gris con bordados de lobos verdes-¿Qué harás si Steven lo ama?-

Veo el cuerpo de mi esposo tensarse, con violencia su rostro gira a verme.

-carajo Claude, no te atrevas a..- un grito nos deja mudos a ambos.

El cuerpo de mi hijo se levanta con violencia. Su respiración es agitada y mira para todos lados asustado, el grito a despertado al bebé que solloza con desespero, quiero tomarlo entre brazos, pero mi cuerpo se ha quedado congelado.

-¿papá, mamá?- Steven comienza a llorar en silencio, bajando el rostro y mirando su cuerpo desnudo, niega con la cabeza mientras se cubre con la sábana, sus mejillas están rojas y se muerde el labio.

-tranquilo cariño, respira- mi esposo habla suavemente, hace el amago de abrazarlo, pero su hijo se aleja.

-no no no no no- la voz de Steven sale frenética, cierra sus ojos fuertemente, apresurado me apuro a ir a su lado, voy a posar una mano en su hombro, pero el me la aparta de un manotazo-¡no me toques!- asustado me alejo unos cuantos pasos, mi esposo busca mi ayuda con la mirada pero yo estoy  tan perdido como él- yo, lo si-siento- hipa mi cachorro.

-Steven, pequeño, tranquilízate, no te voy a tocar, pero necesito que te tranquilices- intento calmarlo, pero mis palabras solo parecen alterarlo más.

-por favor cachorro- suplica mi esposo con tanto anhelo que Steven por un segundo parece reaccionar, abre los ojos dorados, aun con lagrimas cayendo de los ojos, su respiración se vuelve errática intentando controlar el llanto, se lleva una mano al vientre. -maldición cachorro, no sabes cuánto nos preocupaste- mis esposo procura avanzar despacio hasta acercarse a la cama, manteniendo distancia-¿Por qué no nos dijiste nada?-

 

El no responde solo vuelve a cerrar los ojos, encogiéndose, tal vez lo mejor sea dejar las preguntas para otro momento. El llanto del bebé aún resuena por la habitación, sin dejar de ver a mi hijo me acerco a la cuna.

- ¿Por qué están mis hermanitos aquí?- confundido le veo.

-no son tus hermanitos cariño, es tu bebé, mira- le explico suave, no quiero que piense en lo ocurrido, solo quiero que descanse tranquilo con su cachorro- es precioso-

-¿Qué?- la cara de Steven ha quedado pálida, sus ojos están abiertos al máximo, su boca se abre en un grito mudo, en un segundo todo se descontrola, empieza negar a la vez que se tapa los oídos, sus gritos terminan de asustar al bebé que termina berreando.

-¡Lucian, llama a Malin y a Katy!- mi esposo no dice nada, solo sale corriendo-¡por favor Steven, solo tranquilízate!-

 

 

*Malin*

Me encuentro recargado en el pecho desnudo de Godric, su brazo envuelve mi espalda y mi pierna su cadera. Tengo los ojos cerrados, pero sé que esta despierto, desde que volvió del interrogatorio no ha dicho ni una palabra. Solo llegar al cuarto después de haber visitado a mi suegro me envolvió en un abrazo para después besarme hasta tírame en la cama. En silencio me desnudo y beso todo el cuerpo, sin llegar a nada más.

Ahora los cuatro bebés descansan a un lado nuestro, en una cuna bastante grande, Milan hace mucho se llevo al pequeño Nico, hemos estado cuidando entre los dos a los trillizos, no tengo ni idea de como lo hace mi suegro, ese doncel es un santo.

Desde que tuve a Magog sentía que me había recuperado por completo, la muerte de Ágata fue en verdad devastadora, pero era algo que tenía que pasar en algún momento, ella me crio, después de lo ocurrido en la torre, mi primer hogar, sé que yo fui su razón de vivir, sé que ahora descansa en algún lado junto a mi padre, como debe ser. Ahora con mi pequeño cachorro de lobo y mi pareja a mi lado me siento de nuevo en un hogar, completo.

Sin embargo, esa felicidad se ve empañada, se cuanto sufre y se culpa Godric, no tiene caso decirle que es absurdo que se culpe por lo ocurrido, de nadie mas es la culpa que del que cometió aquel horrible crimen.

No es que compartiera una relación tan cercana con Steven, pero es imposible no recordarlo con ternura, es tan chiquito y adorable, siempre sentando en el patio recogiendo bayas y flores para sus coronas, varias veces se lo encontró en la biblioteca comiendo dulces a escondidas de Claude. Ahora cuando despertara tendría que cargar con aquel horrible recuerdo, él podía ayudarlo con las heridas físicas, pero no tenia nada para su lastimada mente. Solo rogaba porque ese bebé sobreviviera,  sino, no imaginaba por que podría pasar con su nueva familia.

-solo pensar que Magog pase por algo similar…-las palabras de Godric flotan en el aire, oye su corazón palpitar desbocado.

-nadie puede prevenir estas cosas Godric- abro los ojos, encontrándome con esas gemas rojas que me miran con angustia, estiro una mano acariciando la incipiente barba- no es tu culpa-

-si tan solo hubiera regresado antes, o no me hubieran lastimado- es imposible con este hombre.

-si hubiera regresado antes posiblemente no tendríamos a Magog o no estaríamos juntos- le replico- ¿eso es lo que quieres?-

-claro que no Malin, sabes que los amo-

La puerta se abre de un portazo, no nos da tiempo de avergonzarnos  por nuestra desnudes porque la voz de Katy sale dura y sin vacilaciones.

-¡Steven despertó y esta mal!-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Besos


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