*Steven*
Es como si saliera de lo más profundo del mar. Parecido a esa vez cuando Godric nos llevo a todos a escondidas a los acantilados, recuerdo haberme tirado para luego sentir el agua impactándose dolorosamente contra mi piel, como mil agujas perforándola. Sentí que me hundía por una infinidad de tiempo, solo podía ver negro a mi alrededor, hasta que la voz de mis hermanos me guio a la superficie de nuevo, la bocanada de aire quemo mis pulmones, un extraño llanto resonó como un eco interminable.
Siento que mi mente es un torbellino, gira sin control y no hay nada que yo pueda hacer para pararlo, por más que intento tomar las riendas de mi cuerpo me es imposible, solo puedo llorar. Sentir el miedo que me causa una nausea en la boca de la garganta cuando mi padre me envuelve en sus brazos solo hace que solloce más, no quiero, en verdad no quiero sentir esta angustia por algo tan tonto como el tacto en mi cuerpo. Pero las imágenes de Cristian penetrándome, el recuerdo de sentirlo adentro es simplemente asqueroso.
Siento una mano posarse en mi hombro, reacciono por impulso apartándola de golpe, el arrepentimiento y angustia me carcome aun mas cuando veo que es mi madre, su mirada me hace temblar, intento disculparme, pero no logro hablar con estabilidad.
¿Por qué Cristian? ¿Qué fue lo que hice? ¿Qué acaso no me amabas? Yo sí, con todo mi corazón, o bueno, creí hacerlo. Como el amor pude esfumarse tan rápido para dejar atrás este sentimiento que no tengo palabras para describir, tal vez la tristeza es lo mas cercano. ¿Qué hice para no merecerme tu amor?
Muy lentamente comienzo a escuchar las voces de mis padres, jalando de mí, trayéndome a la realidad. Cuando logro enforcar y dejar que todo se vea doble. Me doy cuenta de que estoy en mi cuarto, me duele el estomago y siento mi cuerpo pesado. Aun escucho un llanto, confundido veo una cuna, mi padre esta solo unos centímetros de mí, quiero tomar su mano, esa que siempre me pareció que me protegería de todo, pero estoy demasiado avergonzado.
El llanto solo hace que mi cabeza comience a latir dolorosamente.
- ¿Por qué están mis hermanitos aquí?- lanzo la pregunta, esperando que mis padre entiendan y se los lleven. Mi madre se acerca a la cuna, reclinándose y sacando con cuidado un diminuto bulto, demasiado pequeño para ser mis hermanitos, desconcertado reconozco el olor del cachorro.
-no son tus hermanitos cariño, es tu bebé, mira- la voz de mi madre es clara, pero mi cabeza no logra procesar lo que dice, no puede ser, no, es mentira- es precioso- mi madre me lo tiende, al parecer esperando que yo lo agarre, pero mi cuerpo parece haberse convertido en piedra.
-¿Qué?- intento decir más, pero no puedo, pierdo el control de mi cuerpo nuevamente.
*Lucian*
Solo pasan algunos minutos antes de que Malin junto con Katy entren al cuarto, Claude ha salido llevándose a mi nieto en los brazos, Godric esta con el intentando tranquilizarlo, la situación a rebasado a mi esposo, yo intento mantenerme firme junto a mi hijo, quiero tomarlo en brazos pero temo que eso solo empeore más las cosas, su llanto es desgarrador, la cara la tiene totalmente roja, temo que se lastime al ver como sus manos abrazan sus propio brazos tan fuerte que puedo oler algo de sangre en el aire, me alarmo cuando veo sangre expandirse en la sabana, en la zona del vientre.
Katy actúa rápido solo entrar en el cuarto, toma a Steven por las manos apartándolas con firmeza, los gritos solo se vuelven mas fuertes, Malin aparta la sabana, la herida por donde fue sacado mi nieto se ha abierto un poco, la herida vuelve a cicatrizar después de la ayuda de Malin.
-¡SUELTAME!- Mi hijo lucha contra Katy, logrando darle un golpe en la cara, pero ella se mantiene firme.
-¡hay que dormirlo ya!- grita Katy- traigan mis instrumentos- ordena a la sirvienta que se mantiene en silencio en una esquina.
-¡no quiero dormir, por favor no!- oír la voz de mi hijo me trae algo de tranquilidad, prefiero esto a ese estado de letargo en el que se adentró hace tan solo unos minutos.
-pues entonces tranquilízate-Malin habla bajo pero firme, los ojos dorados de mi hijo lo ven fijamente hasta que asiente, aun temblando deja que las manos recorran todo su cuerpo, el de cuernos termina de revisar la herida del vientre, alejándose un poco, veo a Katy dudar por un segundo, pero al final le suelta las muñecas cuando ve a mi hijo tranquilizarse lentamente, aunque los temblores no abandonan de todo su cuerpo, ahora el llanto son solo hipidos que veo lucha por contener.
-Steven necesito que respires profundamente, si vuelves a alterarte tendré que dormirte, tu cuerpo aún no está bien- Katy habla duramente, pero se que detrás de esa fortaleza está muy preocupada, después de todo ella misma ha conocido a Steven desde que este era tan solo un cachorro- bien, así, te voy a dar un té para bajar esa fiebre, no hagas movimientos bruscos, la herida de tu estomago necesita sanar-
Después de pensar en la palabra cachorro, mi cerebro parece reaccionar, el bebé, la reacción de mi hijo, no se que pensar. Miles de respuestas pasan por mi mente. Varios posibles escenarios, sin embrago mi cuerpo parece entumirse, pocas veces me he quedado helado, no sabiendo como actuar, siempre he sido un hombre orgulloso de saber como actuar bajo presión, después de todo soy un líder para mi pueblo, la mayoría de las veces he estado seguro de mis decisiones, pero con mis hijos todo es diferente, no puedo dejar de considerar como mis acciones pueden afectarlos.
La sirvienta entra tan silenciosa como salió, con ella trae una gran caja. Katy se acerca apresurada metiendo sus manos en la caja empezando a sacar frascos con diferentes contenidos, desplegando todo en una mesita dispuesta junto a la pequeña cuna de madera vacía.
Pego un brinco cuando siento una mano en mi brazo, confundido veo a Malin que me mira muy serio, como todos tiene ojeras, el pelo rosa recogido en un moño.
-necesitamos hablar- no es una pregunta, la su mirada que me indica salir.
-¿papá?- mi corazón se derrite cuando escucho la voz preocupada de Steven, giro a verlo, esta medio desnudo, aun protegiéndose con los brazos, el largo cabello revuelto enmarcándole el rostro, los moretones que tenía en la cara y el resto del cuerpo casi han desaparecido, pero no por eso se ve menos frágil.
-no te preocupes cachorro, en un segundo vuelvo- sus grandes ojos dorados me hacen querer ignorar a Malin y quedarme a su lado pero un nuevo jalón en mi mano por parte de la pareja de mi hijo me recuerda que debe ser algo importante para la propia salud de Steven- Katy se va a quedar contigo, le voy a pedir a las cocineras que preparen esos caramelos que te gustan-
Mi hijo no me regala la sonrisa llena de alegría que siempre me da cuando consigue sonsacarme los dulces que sabe su madre le tiene prohibido comer, ya que casi siempre termina con dolor de panza. Solo se limita mover la cabeza en forma de asentimiento, no muy conforme me dejo guiar afuera de la habitación.
No me sorprendo cuando veo al resto de mis hijos afuera del cuarto junto con Hugo y Laurence, todos están en sus ropas de dormir sin embargo ninguno tiene atisbo de haber dormido algo.
Milan esta recargado contra el cuerpo de Laurence, Hugo y Max tienen las manos entrelazadas, Godric tiene un brazo sobre los hombros de su esposo, Charlotte esta de brazos cruzados en una esquina alejada.
-¿Cómo esta Steven?- el primero en hablar es Claude, mi esposo se ve tan pequeño y enfermizo en los brazos de mi hijo, con el bulto en sus brazos me recuerda al Claude de dieciséis años que acababa de tener a los gemelos, preocupado me acerco a el, Godric se hace a un lado para dejarme besar a Claude en la frente, el enseguida, en una sincronía ya establecido por todos los años pasados juntos se recarga en mi pecho, aspiro ese aroma que quedo con un toque infantil.
-de salud está estable, solo debe cuidar de no hacer movimientos bruscos o esfuerzos, en unos tres días la herida del vientre debe de desaparecer por completo- Malin toma aire, como siempre busca con la mirada a mi hijo mayor, buscando su apoyo- lo que acaba de pasar debe ser causado por lo que paso con aquel muchacho, su mente ahora esta en un estado muy frágil, deben tener cuidado al hablar con el-
Aprieto los puños, mi pequeño ha quedado así por culpa de ese bastardo.
-creo que el no sabía de este bebé- mi esposo habla, aprieta contra si al pequeño cachorro.
-¿Cómo es eso posible?- Milan mira confuso a Claude- yo creo que todos aquí saben que un embarazo no es algo que se diga muy discreto-
-yo no creo que el supiera algo, Steven nunca ha sido bueno ocultando secretos- Max habla inseguro.
-Max tiene razón, la forma en que lo vio- dice mi esposo soltando un suspiro.
-si bueno, al parecer nadie de aquí sabía que se veía con ese extraño- como siempre Milan no tiene tapujos en decir las cosas – este bebé no se hizo de un día a otro, fue violado antes o ese hombre no era un extraño-
-¡Milan!- Godric lo reprende.
-¿Qué?- Milan reta a su gemelo con la mirada – solo sabremos la verdad preguntándole-
-no podemos hacer eso, no ahora- Godric niega con la cabeza, se muerde el labio girando a ver la puerta del cuarto de Steven- primero necesita recuperarse, luego podremos hablar con el-
-Godric tiene razón, Steven no esta bien, la verdad puede esperar- habla Charlotte.
-igual podríamos interrogar al prisionero- sugiere Laurence, doy un gruñido que hace a todos saltar.
-ese hombre ya tiene su sentencia, mañana morirá- declaro en un tono que no deja espacio para cuestionamientos-no tiene nada que decir-
-Miren solo porque esperen meses o incluso años sin tocar el tema no significa que esto va a desaparecer- Milan alza la voz, ante la sorpresa de todos una lagrima cae por su mejilla- nadie aquí noto nada, tal vez todos somos un poco culpables por esto…- por un momento su segundo hijo se queda sin palabras- por haber ignorado tal situación, todos tuvimos otras cosas en la cabeza, pero necesitamos resolver esto ahora, se lo debemos a Steven, le haremos mas daño si hacemos como si nada hubiera ocurrido- Milan se limpia con violencia la lagrima de la mejilla.
Por unos minutos todos quedan en silencio, por mi mente pasan todos los episodios ocurridos en los últimos días, me pregunto si mi familia esta destinada a sufrir siempre episodios trágicos. Tal vez este fue mi castigo por no haber podido salvar a Sol y a nuestro hijo. Un agrio nudo se crea en mi garganta. La mano de mi esposo en mi mejilla me hace centrar mi atención en él.
-todo estará bien Lucian- miro esos ojos que desde el primer día llamaron mi atención, termino asintiendo en silencio.
-lose, solo tengo miedo de empeorarlo todo- Claude sabe a lo que me refiero, no quiero molestar a mi hijo aún más, pero Milan tiene razón, es mejor intentar aclarar las cosas en cuanto antes, solo espero que Steven se puede abrir ante nosotros.
-Malin, ¿Crees que sea bueno hablar con el ahora?- Malin sopesa por un momento antes de responder.
-no veo problema, siempre y cuando hablen con calma- el de cuernos hace a un lado el mechón rosa que le cae en el rostro- es importante no forzarlo…creo que sería mejor si solo ustedes hablaran con el- dice refiriéndose claramente a Claude y a mí.
-bien, vuelvan todos a sus dormitorios, hablaremos por la mañana- el tono en mi voz hace saber a mis hijos que no les estoy preguntando, es una orden, Charlotte y Godric me miran duramente, seguramente no estando de acuerdo con mi decisión.
-cualquier cosa pueden volver a llamarme, necesito ir a revisar a los bebés- Malin jala del brazo de Godric para terminar de llevárselo.
Mi hija está apunto de irse cuando la detengo- Charlotte cancela la sentencia a muerte del prisionero-
Mi hija me mira como si me hubiera vuelto loco, es la primera vez que la veo tener intención de discutir una de mis ordenes, pero al final solo asiente dejando en claro su enojo en la expresión de su cara.
Estrecho a mi esposo contra mi cuerpo antes de entrar a la habitación nuevamente.
*Claude*
Mi pequeño ahora viste su bata favorita para dormir, una delicada pieza de seda verde botella con algunas estrellas bordadas en plata, aunque no creo que Steven se hubiera fijado o le diera importancia de que aquella pieza es su favorita para irse a la cama, no en este momento, es una de las primeras ropas que le compre después de que tuvo su sangrado, era una pieza mas para adultos que para niños. Se había puesto rojo hasta las orejas cuando se la puso la primera vez, Lucian solo había gruñido cuando le aclare que era para mi hijo y no para mi la vez que la vio.
Ahora Steven parece haber rejuvenecido algunos años, ahí en medio de la cama, mirando sus manos que no dejaban de moverse nerviosamente, en la mesita de noche junto a su cama descansa una taza vacía, Katy ocupa la silla donde mi esposo y yo habíamos estado velando por su sueño.
Los ojos dorados iguales a los míos están aun rojos, mi hijo baja la mirada enseguida cuando se da cuenta que tanto yo como su padre lo miramos fijamente, ninguno sabe cómo actuar.
-Katy, puedes dejarnos a solas un momento- Lucian es el que encuentra fuerza para hablar, mientras tanto yo me acerco a la cuna, dejando delicadamente a mi nieto en ella, siento la mirada de mi hijo clavarse en mi espalda.
Katy no discute y sale del cuarto en silencio.
Despacio me dejo caer en la silla junto a mi hijo, siento a Lucian situarse a mi espalda, posando sus grandes manos en mis hombros. Mi hijo se rehúsa a vernos.
-¿puedo tomar tus manos?- es lo primero que se me ocurre decir, temo que se niegue pero mi hijo asiente energéticamente, acercándose el mismo a la punta de la cama.
-cuidado con tu herida- susurra Lucian, mi hijo deja las piernas blancas y delgadas colgando de la cama, de forma casi infantil.
Estrecho entre mis manos las suyas, temiendo estarme sobrepasando beso esas pequeñas manitas, como tantas veces lo había hecho antes, espantando el llanto de algún raspón hecho por alguna travesura. Solo que ahora soy yo el que suelta algunas lágrimas, deseando que fuera algo tan simple como un raspón y no una maldita violación.
-no llo-llores mamá, yo lo siento tanto- la voz de mi hijo se ha vuelto un hilo quebradizo, subo la mirada para encontrarme con aquellos ojos que luchan por no llorar.
-no, no, no cariño, no tienes que disculparte- como quisiera poder abrazarlo, pero temo empezar otra ronda de gritos.
- somos nosotros los que te debemos una disculpa, debimos protegerte cachorro- en las tristes facciones de mi hijo se vislumbra algo de sorpresa cuando Lucian habla, no puedo verle la cara, pero estoy seguro que igual está llorando.
-yo nunca debí haberte desobedecido- mi hijo niega- yo salí del castillo a pesar de que tu me lo prohibiste, todo esto es mi culpa- mi hijo oculta la cara avergonzado de sus lágrimas.
-no te atrevas a decir que es tu culpa cariño- digo ya a lagrima viva- todo esto es culpa de ese hombre, Cristian-
Mi hijo alza la cara sorprendido, su mirada va de mi hacia Lucian, claramente sorprendido de que sepamos ese hombre.
-¿Cómo…? ¿Cómo saben su nombre?-
-Así que si lo conoces- asegura mi esposo, mi hijo aparta sus manos lentamente de las mías. Se queda en silencio, temo que nuevamente entre en otro ataque.
-¿no sabias que tenías un bebé en el vientre?- mi hijo queda en silencio, dioses no, no quiero perderlo de nuevo- por favor cariño, responde, nunca podríamos enojarnos por algo como eso tu padre y yo-
-te enojaste con Milan y Laurence- susurra.
-eso es diferente cachorro, y aun así al final los acepte, por mas que tu hermano me saque de quicio- mi esposo avanza hasta colocarse junto a mi- nunca podría rechazarte cariño, no importa lo que hagas, amo a ese bebé como al resto de mis nietos- no hay duda en la voz de mi esposo.
-yo les juro que no sabía, bueno lo sospeché, pero nunca creció mi panza, así que no se, supuse que solo fue mi imaginación- mi esposo suelta una audible exhalación, supongo que enterarse que su hijo nunca tuvo la confianza de decirle le hace mella.
-ese Cristian es el padre- volteo a ver a Lucian molesto, no quiero mencionarlo aún, temo que se descontrole de nuevo, con miedo veo como Steven cierra los ojos.
-si, el es el padre- sale un suspiro tembloroso, la mirada de su hijo se clava en la cuna- esto es tan confuso-
-¿Dónde lo conociste?- pregunta mi marido.
-en el bosque, me dijo que era un mercader que se había perdido-
-dime cariño, el…-tomo aire- el te violo antes- su hijo solloza un poco y sorbe por la nariz negando con la cabeza.
-yo, yo nose- se limpia la cara con una mano- yo, pensé que me amaba-
-¿Qué quieres decir?- con delicadeza tomo una de sus manos, incitándole a que me mire. Mi hijo mira con duda mira a su padre, se ruboriza.
-la primera vez que lo hicimos- la voz le tiembla tanto que es difícil entenderle- fue brusco y dolió, pero pensé que así debía de ser, no se mamá yo…- veo que comienza a negar nuevamente mientras lagrimas caen- después de eso no volvió a aparecer pensé que me había abandonado, yo aun seguía llendo al bosque, por si volvía…luego regreso, pero estaba diferente yo, no entiendo que paso, el me empujo y golpeo y luego…yo intente transformarme pero creo que me dio algo por que no podía…intente luchar pero, pero…-el cuerpo en la cama comienza temblar.
-esta bien cachorro, no es tu culpa, tranquilo, ya no pienses en eso- mi esposo habla conciliador.
-¿Qué tal si mejor descansas y mañana terminamos de hablar?- propongo no queriendo que mi hijo vuelva a su estado errático anterior - ¿te parece?-
Mi hijo me mira tembloroso antes de asentir, vuelve a tomar posición en medio de la cama veo como se acuesta acomodándose para dormir, sin embargo un llanto hace que nuevamente se levante tenso.
Me apresuro a ir hacia la cuna, mientras meso a mi nieto, veo preocupado a mi hijo que no a separa ojo de lo que hago. Conociendo un poco mas de los hechos temo su rechazo a este bebé.
Con sigilo me acerco a la cama, mi hijo retrocede un poco.
-¿quieres conocer a tu bebé?-