Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aúlla conmigo por sombra_larga

[Reviews - 89]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

(Esto ocurre en el mismo tiempo que el capítulo anterior)


*Godric*


No tengo ni puta idea de cómo termine aquí, solo sé que tengo que aprovechar este momento, intentar de acabar antes de que él se arrepienta.


Descargo el dolor que siento en mi pene empotrando al doncel de rosas cabellos contra la pared, solo sé que un minuto yo me estaba bañando en una ducha individual y en el otro él me tomaba por sorpresa besándome.


Recorro con las manos su delicioso cuerpo, es tan suave, las larguísimas piernas se envuelven en mis caderas, yo aprovecho y le aprieto las voluminosas nalgas que son del justo tamaño para mi mano.


Observo su rostro, mi pene da un salto.


Le aparto el pelo de la cara, completamente sonrojado, sus ojos verdes me miran suplicantes mientras los labios rojos he hinchados ruegan porque lo bese.


Nuevamente me sorprende y él toma la iniciativa tomándome por la cara para acercarme a sus labios, le dejo dominar el beso, su lengua acaricia la mía, mordisquea mi labio. Gruño de excitación volviéndome a restregar contra él.


Cuando mi mano viaja a los botones del vestido su delicada mano me detiene, yo le miro confundido y enojado.


-vamos a un lugar más cómodo- me susurra dándome una caricia en la cara.


-no creo que sea buena idea salir en esta fachas- empujo mi erección contra su culo, el jadea tapándose la boca. Me encanta verlo así de sumiso y adorable, no sé si esto es un sueño, solo sé que tengo que aprovecharlo.


-ese es un problema que se puede solucionar fácilmente- con suavidad sus manos me empujan y me incitan a que lo baje, sonrió al ver como sus piernas tiemblan al tocar el suelo.


Es tan perfecto, cada fibra de su cuerpo desprende sensualidad, el vestido se le adhiere como una segunda piel al estar mojado. Mis manos escosen al pensar en poder tocar su piel desnuda.


Con deleite veo como pasa su mano por mi pecho desnudo, jala los vellos haciéndome sisear, besa uno de mis pezones, antes de mirarme con esos redondos ojos verdes traviesos y bajar lentamente hasta ponerse de rodillas.


 


*Malin*


Acaricio las poderosas piernas sonriendo ante el estremecimiento del hombre, estoy algo nervioso, hace mucho que no hago esto, me muerdo el labio ante la dura erección que apunta hacia arriba, es grande.


Enrosco con mi mano el grueso falo acariciándolo, paso el pulgar por la glande puedo ver como algunas gotitas transparentes salen de ella.


Algo incómodo por mis cuernos, acerco mi boca a su pene, doy algunas leves lamidas en la glande antes de tragarlo todo.


-aahh- el ronco gemido de Godric me sabe a gloria. Su mano me acaricia la cabeza, y mi lengua “acaricia” la suya, no llego a metérmela toda a la boca por lo que opto por tomar la base con mis manos, lo siento palpitar y crecer, agarro sus testículos evitando que termine, su mano empuja mi cabeza.


El gutural gruñido me sugiere que no está para bromas, pero no me importa, alzo la mirada encontrándome con los ojos rojos encendidos por la furia.


Ignorando su enojo, me levanto intentando que mis piernas no tiemblen, al verlo así, de imponente, es alto, algunos centímetros más alto que yo, su cuerpo es puro musculo, la barba que se ha dejado crecer, al igual que el cabello le da una apariencia mucho más salvaje, está completamente desnudo y sus ojos me dicen  que está a punto de atacar.


Detengo sus manos en aire antes de que me pueda tocar.


-atrápame si puedes- mi voz sale en un susurro, quebrada de deseo, y empiezo a correr.


 


*Godric*


Lo persigo, voy detrás de esa mata de pelo rosa que me lanza una fragancia, jazmín y algo más, naturaleza, esa es la única palabra que se me viene a la mente, agradezco que sea más de media noche y nadie puede gozar de la vista que tengo enfrenté, un delicioso doncel mojado, en más de una forma.


Solo algunas personas pasan medio dormidas o regresan medio borrachos de la cantina y pestañean repetidas veces intento deducir si la imagen que acaban de ver, un hombre desnudo corriendo tras un doncel, es verdadera.


Pasamos varias puertas y pasillos, subimos hasta el punto más alto de la posada, una pequeña torre que queda oculta por los árboles nunca había estado aquí, no llegue a imaginar que fuera su cuarto.


Pero el solo cuarto demostraba las largas horas pasadas en él, el pequeño tocador blanco lleno de joyas y anillos especialmente grandes para sus cuernos,  los vestidos pulcramente doblados en una silla, una mesa de madera con muchos frascos de sospechosas sustancias, del techo cientos de frascos colgaban llenos de pequeños puntos de luz coloridos.


-¿Qué es lo que esperas?- la dulce voz me hizo volver la cabeza, en medio del cuarto una enorme cama con doseles blancos y una cabecera plateada, en medio de la cama un hermoso doncel me esperaba, desnudo, con las piernas abiertas.


Mi cuerpo se calienta enseguida, hasta ahora he sabido enterrar el síntoma de la luna llena, pero esta imagen es demasiado para mí.


Me abalanzo sobre la cama tomando entre mis manos su cara, entierro mi lengua en su boca, es tan dulce, nuestros cuerpos desnudos se enredan, recorro con las manos la suave piel de durazno.


-aaaah Godric ah- recorro con la lengua su cuello, chupo a conciencia sus pezones asegurándome de dejarlos rojos y parados, su respiración se vuelva errática mientras me voy acercando a su pene, es delgado y la cabeza rosa- es-espera, Godric aah-


-ya espere demasiado- replico, soplo en su miembro gozando de los estremecimientos que le recorren.


Y es cuando lo siento, un olor, dulzón y delicioso, irresistible. Hipnotizado sigo ese olor, lo encuentro, no sé qué es, solo sé que tengo que meter mi pene dentro de él o moriré de lo caliente que estoy.


Mi cabeza está completamente nublada, con fuerza abro sus nalgas, una abertura entre su ano y sus testículos me hace un guiño obsceno.


-por fa-favor Godric, yo ¡aaaahh!- lamo la abertura saboreando los jugos que salen de ella.


-ah ¡ah Godric!- las manos inquietas del doncel me jalan del cabello- entra por…ahí- me dice en un susurro tembloroso.


Y es cuando llego a mi límite, de un movimiento le pongo en cuatro patas y me entierro en él, entro en esa abertura.


-¡aaaahh!- cierro los ojos con fuerza al sentir la estreches  que me envuelve, maldigo ante la delgada barrera que sé, acabo de atravesar y la sustancia caliente que llena el pasaje.


Un poco más despejado, saco con toda la delicadeza que puedo mi pene.


-mierda-mascullo al ver la sangre-lo siento tanto Malin yo…-


-ah, esta, está bien- intento por todos los medios centrarme al darme cuenta de los temblores en la delicada espalda.


-pero yo te lastime- con el cuerpo tenso lo tomo de las caderas para voltearlo, gruño al ver las lágrimas caer por sus mejillas,- no está bien- borro las gotas saladas con el pulgar, lo tomo de la barbilla atrayéndolo, lo beso, apenas un roce.


Recorro su cuerpo con las manos, restriego mi erección contra la suya, que se vuelve a endurecer, lo beso con delicadeza, con amor. Lo amo, eso lose y estoy dispuesto hacérselo saber por el resto de la noche.


 


 


 


 


Varios días después


*Steven*


Observo con una sonrisa a mis padres, que junto a mi hermano y el tío Laurence, en medio del mercado están comprando ropa de bebé, mi madre y Milan discuten, ya que mi hermano asegura que su cachorro será niño e insiste en comprar ropita de tonos oscuros, mientras que mi madre le regaña, diciendo que igual podría ser niña y su nieta no vestirá como niño.


Los hombres se mantienen al margen, de brazos cruzados, esperando pacientemente, ciertamente la relación entre mis padres y mi hermano ha vuelto a ser la misma, pero todavía existe cierta tensión entre mi padre y tío Laurence. Supongo que mi padre nunca podrá aceptar que sus hijos se alejen de él.


Admiro como los cuatro pueden estar sumergidos en su mundo, mientras que todo el pueblo se arremolina a su alrededor observándolos en susurros.


Yo prefiero estar en un sombreado rincón comiendo tranquilamente un delicioso pastelillo de limón que me ha regalado una amable señora.


Viendo como la situación se extenderá por un tiempo indefinido, decido alejarme en silencio, camino sin rumbo fijo, me ajusto la capucha que no solo sirve para mantener un bajo margen sino para protegerme de los helados vientos, como van pasando los días, el sol tarda más en salir y menos tiempo en esconderse.


Llego hasta los límites de la aldea,  en donde un espeso bosque se extiende y termina abruptamente con la muralla de maciza madera. Aun no entiendo cómo es posible que Cristian pueda salir y entrar a la aldea tan fácil. Hasta para mi seria sospechoso ver a una persona que no fuera un lobo llegar e irse todos los días.


Para cuando regreso al mismo punto me encuentro con que ya todos se han ido, sintiéndome un poco triste regreso solo al castillo.


Cuando estoy recorriendo los pasillos para llegar a mi habitación, uno de los sirvientes me alcanza para informarme que la cena ya está servida.


-pero todavía es muy temprano- le replico viendo como todavía el sol esta por ocultarse.


-su padre así lo ordeno señorito Steven- es lo único que dice antes de desaparecer, algo enfadado tomo camino al comedor, primero me dejan atrás y luego me obligan a comer temprano.


Encuentro el comedor en total oscuridad, antes de que empieza a maldecir a la mujer por mentirme alguien enciende las antorchas.


Toda mi familia está aquí, Charlotte, Maxwell, Milan, tío Laurence, mis primos Hugo y Katy, y mis padres, en medio de la mesa un enorme pastel verde dice “felices estaciones Steven”


No encuentro palabras, en verdad no me lo esperaba, con tantas cosas, los bebés, la desaparición de Godric y la pelea de mis padres, en verdad si di por sentado que olvidaron mi cumpleaños.


-que haces ahí parado- mi padre llega hasta mí y me envuelve en uno de sus asfixiantes abrazos- pasa, que eres el invitado de honor- me da un beso en la cabeza- feliz cumpleaños mi pequeño-


-deja de asfixiarlo Lucian- mi madre empuja sin delicadeza alguna a mi padre para ahora el envolverme en un más suave abrazo- te amo mi cachorro- me cuelgo de él disfrutando de su cercanía nuestros cabellos blancos se juntan, escondo mi cara en su cuello para que nadie vea mis lágrimas- ¿Por qué lloras mi niño?- pregunta en un susurro mi madre.


-es que, pensé que lo olvidaron- molesto noto que mi voz sale quebrada-con todo lo que ha pasado, pues…-


- oh no,  en verdad lo olvidamos, este pastel era de otro solo le pusimos tu nombre- interviene Milan.


-¡deja de molestar a tu hermano!- regaña mi padre.


Yo le saco la lengua mientras intento borrar las lágrimas, genial, ahora seguro tengo ojos de pez, hinchados y rojos.


Todos nos sentamos, yo entre mis padres, que no paran de mimarme.


-¡eso no es justo, a mí no me miman tanto en mi cumpleaños!- termina reclamando mi hermano Milan, que estoy seguro no menciona a Godric con quien comparte cumpleaños para no echar a perder el ambiente.


-eso es porque tú te pasa tus cumpleaños bebiendo y quién sabe dónde- la voz de Charlotte hace que suene como cuchilla directo al orgullo de Milan, que no puede decir nada para defenderse.


-¡solo lo miman tanto para que no se siente reemplazado por los futuros hermanitos!- no puedo evitar bajar la cabeza, ya que de cierta manera es cierto- ¡yo aguante que estos tres me quitaran el puesto de príncipe de la casa!-


*Lucian*


-¡es suficiente Milan!- estallo al ver como mi pequeño cachorro baja la cabeza y se abraza a sí mismo. Entiendo que son las hormonas actuando, pero no puedo dejar que insulte así a su hermano, cuando para él está siendo difícil con todo lo que ha pasado- eres un adulto compórtate como tal-


Mi hijo mayor aparta la mirada avergonzado.


-lo siento Steven- murmura Milan, preocupado veo como mi cachorro peliblanco sigue aferrado a si mismo con la mirada gacha.


-querido, no le hagas caso tu hermano-interviene Claude, pasando su brazo por lo hombros de mi cachorro y atrayéndolo hacia su pecho.


Mi cachorro se acurruca en el pecho se su madre, le veo mover los labios pero habla tan bajo que ni siquiera yo lo escucho, mi esposo oye atentamente, veo pasar confusión por su rostro y luego sus mejillas enrojecer un poco. La curiosidad me pica, de que hablaran.


-salgan todos- me quedo mudo ante la petición de mi esposo. ¿Qué mierda?


-pero papá…- se queja Milan.


-no discutan y salgan en este instante- el tono junto con la mirada dorada hizo a todos huir despavoridos, me quede sentado en mi asiento no sabiendo muy bien que hacer, mi hijo seguía escondido en el cuello de su madre y podía ver como leves temblores recorrían su pequeño cuerpo- por favor Lucian, ¿podrirás pedir que me traigan una de mis batas de dormir?- con un gruñido me levante de la silla, le dedique una última mirada de advertencia a mi esposo, estaba dispuesto a derribar la puerta a cualquier atisbo de peligro.


 


 


Steven se revolvió entre los brazos de su madre una vez escucho el crujir de la puerta al cerrarse, y ya no supo que hacer.


-vamos cariño necesito que te levantes- susurro Claude, no sabiendo muy bien cómo manejar esta situación- solo fue un accidente, pero necesitas cambiarte- intento confortar al pequeño doncel que tenía los mofletes encendidos de un intenso rojo y algunas lagrimillas de vergüenza cayendo.


Se había orinado, Steven se había orinado encima, el pobre niño no sabía qué hacer, solo pudo sentir como de la nada una sensación caliente corría por sus piernas y seguramente manchaba su vestido y la costosa silla enfundada de piel de ciervo blanco.


-¿te podrías voltear?- pidió en susurro quebrado la dulce voz.


-bien, pero deja de mortificarte mi niño- el embarazado Claude se levantó con algo de dificultad para voltear a ver la pared, fue en ese momento que dieron unos discretos toques a la puerta del lado derecho del comedor, seguramente la sirvienta con una bata. Claude se apresuró a ir y antes de que siquiera tocara la manija un chillido por parte de Steven detono que la otra puerta, donde toda la familia esperaba, fuera partida a la mitad.


Dando paso a un Lucian enloquecido junto con el resto de la familia.


Claude volteo confundido, y lo entendió todo. Steven veía aterrado como su vestido estaba teñido de rojo. Una mancha roja que se expandía cada vez más.


-¡Steven!- Lucian corrió hacia su cachorro, que no dejaba de llorar asustado, todos los hombres enloquecieron gritando y no sabiendo que hacer.


Menos los donceles y las dos mujeres.


-¡tranquilícense ya!- grito Milan exasperado- lo que está pasando es que nuestro Steven ya es todo un doncel fértil-


Los hombres quedaron de piedra, y un rubor que puedo haber pasado como tierno cubrió sus caras, pero no se puedo comprar con la de Steven que estuvo a punto de desmayarse por lo caliente de su cara.


Lucian solo pudo lamentarse, ahora oficialmente todos sus cachorros habían dejado de serlo y se alegró todavía más por los futuros bebés. En verdad odiaba que crecieran tan rápido.

Notas finales:

En verdad ya no se si es mi computadora, la página, dios me odia. Pero bueno, no se podran imaginar en verdad, cuanto lucho para subir este capitulo, tendre que llevar mi computadora para que la chequen, haber si no la tiene que formatear!!:(

En fin no les culpo si no dejan comentario, pero aunque sea los que lean se los agradezco muchissssimo 

Gracias por leer!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).