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CHANGE por Rikkathum

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Notas del capitulo:

Buenas noches.


Lo prometido es deuda, aqui esta el segundo capitulo, espero que les guste y muchas gracias a :


Cata-chan


por comentar y bueno, espero que les guste, nos vemos abajo.

2.- EL INICIO DEL CAMBIO.

- ¡hola Hiro! – saludo el pelirrosa al llegar al estudio, no cambia duda que todo pintaba para ser un día de lo más normal, encontró a su amigo como lo venía haciendo desde hace tiempo, tocando su guitarra con la mirada perdida en algún punto del estudio, suspiro resignado, desde que tenía ese tipo de relación con su manager el pelirrojo se veía cada vez mas perdido, miro hacia el otro lado del estudio encontrándose con Suguru, miraba con algo de tristeza al pelirrojo, Shuichi lo miraba algo curioso, ya había días que había notado como el peliverde le miraba de esa manera – ¡Hola Suguru!

El nombrado se sobresalto al llamado, volteo a ver asustado al pelirrosa y sonrojándose desvió la mirada y contesto el saludo – hola Shindou-san.

Conocía la mirada del peliverde, esa mirada es una de las que el mismo le ha dedicado a Yuki cuando se ve cansado o estresado por su trabajo, cuando no llegaba a casa o cosas por el estilo, la mirada estaba cargada de amor con mucha preocupación, suspiro y miro a su amigo, en ese momento deseo que Hiro mirara hacia él, que se diera cuenta, porque algo le decía que Suguru le profesaba más que una simple amistad.

Camino hacia Hiro y puso una mano en su hombro llamando por fin la atención de su amigo – ¡Shuichi!, ¿Cuando llegaste? – pregunto mientras dejaba la guitarra de lado.

- tú, que ya ni te das cuenta cuando lo hago, llegue hace unos minutos – le dijo haciendo un puchero.

- no, tú que ya ni haces ruido cuando entras – le dijo alborotando su cabellera.

-¡oh! Déjame, Suguru, ¡dile algo! – dijo el pelirrosa a propósito.

-¿eh?, ¿Yo? – eso lo agarro desprevenido, el pelirrosa lo había visto como los miraba, así que decidió unirlo a la “pelea”.

- si tu Suguru – dijo el pelirrojo levantándose de la silla en la que estaba para ir hacia el peliverde mientras levantaba sus manos en señal de atacar los cabellos verdes – ¿qué me vas a decir? – Suguru al ver las intenciones del pelirrojo sale corriendo entre risas detrás de Shuichi pasando rápido por un lado del pelirrojo – ¿eh? – se sorprendió por la velocidad del chico y volteo a ver a los dos.

- ¡que se hace así! – dijo el peliverde detrás de Shuichi comenzando a zarandear los cabellos rosas más fuerte que como lo había hecho Hiro.

- ¡oh!, ¡No Suguru no se vale!! – decía entre risas el pelirrosa, Hiro se ataco de la risa al ver eso y no pudo evitar unirse, después de molestar un poco a Shuichi, el pelirrojo tomo de las caderas a Suguru y lo aventó al sofá y se sentó arriba de las piernas del peliverde.

- a ver si aprendí Suguru, ¿así? – dijo entre risas haciéndole cosquillas, el peliverde se retorcía en el sillón a carcajada viva, Hiroshi también reía y miraba al chico que tenia de bajo, no podía creer como se relajaba y se llenaba de paz con tan solo estar de esa manera con el peliverde, siempre que lo veía era como si no hubiera nada más que tranquilidad, Shuichi solo miraba a los dos, siempre empezaban los juegos o las platica los tres pero siempre terminaban ellos dos y el contemplando, se preguntaba si alguna vez Hiro se daría cuenta de esos pequeños detalles.

Los chicos se reían de lo lindo cuando un rubio americano entro y al ver a Hiro y a Suguru de esa manera se molesto mucho – ¡Hiroshi! – el nombrado al grito se separo rápidamente del peliverde mientras este se sentaba algo asustado, Hiro miro a K el cual lo miraba un poco molesto, como reclamándole con la mirada el cómo los había encontrado.

- solo están jugando K, no le veo nada de malo, después de todo a ti también te gusta jugar no – fue lo que dijo Shuichi mirándolo de una manera que el manager no pudo descifrar.

- si…es solo que Hiroshi es más grande y fuerte que Suguru, no debería molestarlo…

- ¡no es una molestia! – dijo rápidamente Suguru poniéndose de pie y mirando a Hiro algo sonrojado, este lo miro sorprendido y le sonrió.

- si…pero K tiene razón, tu eres de complexión chica así que te pude lastimar las piernas cuando me senté en ellas.

- pero no lo hiciste, aparte no soy tan delicado y yo… me gusta jugar contigo… eh con ustedes jeje – rio algo nervioso ya que el pelirrojo lo miraba con una sonrisa.

- vez K, solo nos divertíamos – dijo Shuichi viendo a K.

- si pues no tienen tiempo para jueguitos, así que pónganse a trabajar – dijo mientras terminaba de adentrarse al estudio.

- ¿y Sakano-san? – pregunto Shuichi.

- esta con Seguchi mostrándole las canciones que recién escribiste, que por cierto no parecen convencerlo.

- ni a mi… - dijo en un susurro el pelirrosa la verdad cada vez sus canciones estaban decayendo mas y mas, supuestamente eran canciones de amor, pero parecían de desolación, falta de esperanza, llenas de angustias y lamentablemente las canciones no cambiaban de tema, ya no había canciones de amor, puro desamor, lo peor es que no solo estaba escribiendo mal, sino que la voz ya no estaba tampoco siendo la misma.

- bueno, pónganse a ponerle música a las otras letras en lo que viene Sakano.

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En otro lado se podía ver a un castaño de ojos verdes que caminaba presuroso a la cocina, se le hacía ya tarde para ir a la editorial y aun no preparaba el desayuno por culpa de Usagi que no lo dejaba levantarse, estaba algo nervioso porque su hermano había quedado de hablar con el peliplata ese día, estaba tan metido en sus pensamientos que se quemo la mano al momento de agarrar donde calentaba el agua para el café.

- ¡Ah! – el peliplata que venía bajando escucho el quejido de Mizaki y salió corriendo a verlo, este ya tenía la mano en el chorro del agua, se acerco hasta él y puso una mano en su hombro – ¡Usagi-san! – se asusto por el repentino contacto.

- ¿Mizaki qué fue lo que te paso? – los ojos lilas se posaron en la mano del chico.

- estaba distraído y me queme la mano con el agua caliente, no te preocupes, no es nada – le dijo con una sonrisa, la  verdad es que ya no le dolía, más bien fue más el susto  por andar de distraído.

El peliplata tomo la mano de Mizaki y se la llevo a la boca para darle pequeños besos, el castaño sonrió ante eso, que tonto al sentirse inseguro por lo de su hermano, Usagi en verdad lo amaba, lo sabia en como lo miraba, como lo trataba, era momento de dejarse de tonterías y ser sincero.

- Usagi-san, necesito decirte algo – tomo entre sus manos las de Usagi y fueron hacia el sofá.

- ¿qué sucede Mizaki? – pregunto algo preocupado.

- necesito decirte algo, pero me gustaría que si te dan ganas de festejar o algo así, sea cuando regrese del trabajo.

El peliplata sonrió de lado y lo miro sensualmente – ¿serán buenas noticias?

- no me mires así y es un hecho, algo que de todas maneras debes de saber – el peliplata lo miro curioso – te amo – soltó sin más y Usagi se quedo en estado de shock, del cual salió al seguir escuchando las palabras del castaño – te amo como nunca creí amar en mi vida, eres mi primer amor y espero que sea también el único, no quiero que nada nos separe y es por ello que he decidió ser honesto con mis sentimiento de una buena vez porque no quiero ser yo quien dé pie para que esto acabe, te amo y cuando mi hermano este mejor planeo decírselo.

- Mi…za..ki… - estaba más que sorprendido, nunca espero que el castaño le dijera eso que tanto esperaba de buenas a primeras, una sensación de felicidad extrema inundo sus sentido y no pudo más que abrazar con fuerza al ser que mas amaba en la tierra.

- pero claro depende de si tu quieres…

- claro que sí, ¡claro que sí! – dijo de lo más feliz abrazándolo – porque sería un paso para no tener que esconderlo en caso de que quiera tomarte de la mano en la calle, darte beso y abrasarte, aunque sobre todo poder decirte que te amo en cada momento, porque así es, te amo.

A Mizaki le salieron unas cuantas lágrimas pero con una sonrisa se separo del peliplata – bueno, término de hacer el desayuno y me voy…

- Mizaki, sabes el sacrificio que estoy haciendo con dejarte ir, así sin más, después de lo que me has dicho – lo tomo de la cadera  y lo sentó en sus piernas – quiero hacerte el amor…

- pero tengo que ir al trabajo y … dime algo – el castaño no hizo ningún berrinche para que el peliplata lo soltara siempre que no lo dejaba irse, de eso se dio cuenta pero decidió no decir nada – ¿cómo vas con tu trabajo?

- ya sabes apenas antier entregue la novela, ¿porque?

- uf me alegro haber acertado – dijo para sí mismo – bueno, lo que pasa es que hace unos días pedí las vacaciones que me debían y mañana comienzan, cuando regrese…pues… - el castaño bajo la mirada bastante sonrojado, que aceptara ya que amaba al peliplata no le quitaba lo tímido.

- jeje entiendo… - le dio un pequeño beso en los labios después de levantarle la mirada.

- nos podremos…mmm…quedar toda la semana…bueno tu y yo…estemm – un beso mas demandante lo hizo callar – ¿Usagi?

- vete ya, para que regreses ya – dijo mirándole a los ojos – antes de que me arrepienta.

El castaño sonrió y le dio un pequeño beso tímido para después disponerse a ir a hacer el desayuno para luego marcharse al trabajo, el peliplata estaba de lo más feliz, nunca imagino que el castaño se animara a decirle todo eso, claro ya llevaban algunos años juntos, al parecer ya considero como tiempo apropiado para ello, se alegraba el saber que era amado como el amaba al castaño.

Mizaki termino el desayuno y se despidió de Usagi con un beso, dos horas después el timbre del departamento sonó haciendo que el peliplata fuer a abrir, lo más seguro es que era Takahiro y así fue, al abrir la puerta se encontró con el hermano de su Koi, algo sorprendido por su aspecto desalineado lo dejo pasar – Takahiro, bienvenido.

- gracias por recibirme Akihiko – le sonrió y levanto una mano con bolsas en ella, al parecer alcohol – traje unas cervezas y sake, sé que es aun algo temprano pero creo que las necesito para poder hablar.

El peliplata se lo pensó un poco ya que no quería emborracharse para cuando regresara su Koi, pero al ver como estaba el pobre de Takahiro no se negó y lo dejo pasar.

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Kisa se encontraba en su trabajo viendo los nuevos proyectos, eligiendo con cual comenzar primero, en eso su celular vibro – uhm? Quien será… - se fijo en la pantalla viendo que era un mensaje de Yukina.

De Yukina:

“ hola Kisa-san sé que es temprano pero como hoy quedamos de comer pensé que era mejor avisarte que no voy a poder porque me salió una muy buena oportunidad de trabajo y me van a entrevistar, es algo relacionado con la pintura, ¿recuerdas a Sanada-san? Pues él fue quien me llamo, espero que puedas comprender y que no haya problema...”

- ¡ah! Sanada-san, es el tipo que admiro el trabajo de Yukina en la exposición…

FLASH BACK

- ¡Yukina! – le hablo Kisa cuando llego al pequeño salón donde se llevaba a cavo la exposición de los cuadros de la universidad, fue hacia el pintor que estaba con un pantalón negro de vestir y una camisa blanca y saco negro sin corbata, estaba parado a un lado de sus pinturas que eran unas cuatro.

- ¡Kisa-san! Qué alegría que si pudieras venir – dijo el chico conteniendo las ganas de besarlo por el esfuerzo de poder haber ido, pero lo recibió con una de sus características sonrisas, de oreja a oreja.

- sí, me escape por muy poco tiempo, lo que pasa es que aun no terminamos el trabajo – dijo Kisa algo agitado porque venía corriendo – siento no poder quedarme mucho tiempo.

- no te preocupes, entiendo, de hecho me alegro que pudieras venir, ven te voy a mostrar mi trabajo – el pintor feliz de la vida le enseño las pinturas que le correspondían en el pequeño salón, Kisa estaba fascinado por tan buen trabajo, uno era una puesta de sol, otro era una pintura abstracta de lo que significaba la universidad para Yukina, el tercero era la vista que se tenía desde una terraza, el otro era una pintura de una hermosa mujer, tenía el mismo color de cabello que Yukina y solo que sus ojos eran de un hermoso color azul, su piel era clara y tenía una sonrisa muy cálida y amable, le llamo mucho la atención a Kisa.

- ella es mi madre – el pelinegro lo miro sorprendido, regreso su mirada a la pintura y con una cálida sonrisa comento.

- es muy hermosa – Yukina se sintió feliz ante las palabras de su amor.

- ella ahora vive en Florencia con mi padre, se fueron porque su salud es delicada y en ese lugar ella se siente más tranquila, la vista de la terraza es una foto que ella me mando, ella es una gran fotógrafa, claro que me hubiera gustado pintar desde donde ella estaba – le contaba muy feliz.

- ya veo… en realidad eres increíble Yukina…

- de eso no cabe duda, son muy buenas pinturas – la voz de otro hombre llamo la atención de la pareja volteando hacia atrás y encontrándose con un elegante sujeto, portaba un traje gris claro con camisa negra, su cabello era castaño y un poco largo llegando hasta sus hombros, tenia ojos negros y usaba lentes finos y era un poco más bajo que Yukina – tu eres Kou Yukina o me equivoco? – pregunto señalando al pintor.

- ehm…si, ¿usted es…?

- soy Ryu Sanada… - dijo sacando una tarjeta del interior del traje estirándola hacia Yukina quien la acepto – soy el representante de Ritto Noir.

Ante el nombre mencionado por el sujeto Yukina lo miro sorprendido, sabia quien era quien había nombrado, era uno de los pintores japoneses que estaba siendo reconocido mundialmente en esos momentos y entonces se pregunto qué hacia su representante en ese lugar.

 - ¿Ritto Noir? – pregunto Kisa, el, por su trabajo ver televisión o leer alguna revista relacionada con el arte era casi imposible, todo lo que sabía era por Yukina, ante la pregunta el trajeado no lo miro con buena cara, cosa que Yukina no noto ya que iba a contestarle mirándolo, en cambio Kisa si lo noto pero decidió ignorarlo.

- es un pintor japonés que está siendo reconocido a nivel mundial, también es un reconocido escultor en Japón – le dijo simplemente sonriéndole como siempre.

- así es, yo regularmente vengo a estos eventos a ver qué hay de nuevo y déjame decirte que tu trabajo es muy bueno, creo que nos volveremos a ver, que tengan lindo día – el sujeto se despidió con una reverencia dejando a los dos chicos algo extrañados.

- qué raro – dijo Kisa después de que se marcho.

- si…

END FLASH BACK

Kisa se quedo pensando un momento, si ese tipo era el representante de un pintor importante, había reconocido el trabajo de Yukina y ahora le ofrecía un trabajo, eso significaba algo bueno, ¿o no?, tomo su celular y mando un mensaje.

De Kisa:

“no te preocupes, entiendo a la perfección, es una buena oportunidad para ti, mucha suerte…”

Suspiro un poco, la verdad deseaba verlo pero Yukina apenas comenzaba en el mundo de los trabajos y encontrar uno relacionado con su carrera era algo muy bueno, suspiro una vez mas y tomo la decisión de comenzar con su trabajo, pero antes de hacerlo recibió otro mensaje.

De Yukina:

“te amo Kisa-san, gracias por comprender…si no llegas muy cansado esta noche te lo recompenso haciéndote sentir bien…te amo…”

El rostro de Kisa se sonrojo pero contesto el mensaje y después se puso a trabajar.

De Kisa:

“baka!...hoy salgo temprano…te espero…”

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

En uno de los cubículos del baño de NG se encontraba un pelirrojo contra la pared siendo penetrado fuertemente por detrás, las embestidas eran cada vez más rápidas y bruscas, aun no entendía cómo es que había terminado teniendo sexo en el baño con K.

- aah…K…no tan…aah…fuerte… - no supo que paso, solo que cuando Sakano anuncio el descanso K lo había jalado hasta los baños, lo metió de forma brusca a uno de los cubículos y lo puso contra la pared, le desabrocho los pantalones con ansiedad y se los bajo junto con los bóxers y sin ninguna preparación previa había sido penetrado, grito dolorosamente al parecer lo suficiente para que el rubio por lo menos se quedara un poco quieto, pero no fue mucho y comenzó a embestirlo con fuerza.

Pasaron unos minutos y K termino dentro del pelirrojo, recargo su cabeza en la espalda de Hiro mientras regulaba su respiración, el pelirrojo por su parte se encontraba recargado en la pared sus cabellos ocultaban sus ojos que se estaban llenando de lagrimas, se sentía peor que nunca, el rubio esta vez le demostró cuando lo vio salir y escuchar “no te tardes, tienen mucho trabajo”, que no era más que un desahogo, un simple agujero para descargarse, no hubo caricias, no hubo besos, no hubo nada.

El rubio americano llego al estudio, su mente estaba algo turbada por lo que recientemente paso en el baño, esa era la primera vez que trataba de esa forma a Hiro y se sentía un completo bastardo, pero nunca pensó sentirse tan molesto en verlo hablando con Suguru, aparte lo de la mañana haberlos visto jugando y riendo era algo que lo enojo indescriptiblemente, Shuichi al verlo entrar se preocupo un poco por Hiro ya que el no venía con K.

- Suguru – el peliverde también estaba algo preocupado ya que cuando K y Hiro salieron el primero no tenía una muy buena cara haciéndolo temer por Hiro – ¡Suguru!

- ¿eh? – el peliverde al fin reacciono, Shuichi tenía más de diez minutos tratando de devolverlo a la tierra – ¿qué sucede Shindou-san?

- creo que deberías ir a los baños… - le dijo en un susurro para que K no escuchara.

- ¿porque…?

- creo que Hiro necesita ayuda… ya era para que hubiera regresado.

- pero… ¿porque no vas tú?

- porque yo entretendré a K.

El peliverde se lo pensó un momento pero asintió y se encamino a la salida, K lo vio.

- a donde Suguru, solo esperamos a Hiro para comenzar.

- voy al baño – dijo saliendo rápidamente del estudio.

- es… - K no pudo llamarlo porque de repente tenia a un pelirrosa colgado de sus piernas llorando a mares gritando que lo de siempre, que Yuki no lo quería, que Yuki esto, que Yuki lo otro.

El peliverde corrió rápido a los baños y abrió la puerta, a primera vista parecía que no había nadie entonces dudo que el pelirrojo estuviera en los baños, suspiro resignado y cuando iba a salir un sollozo proveniente de un de los cubículos lo hizo detenerse, camino hacia el ruido y fue abriendo uno por uno los cubículos hasta llegar al último, empujo la puerta y encontró a Hiro sentado en el piso con su cabeza oculta entre sus piernas, este al escuchar que se abría la puerta levanto la mirada encontrándose con la mirada preocupada de Suguru.

- Hiro… - camino hasta estar cerca de él e hincarse para posar una de sus manos en el hombro del pelirrojo.

- Suguru…– se limpio las lágrimas con una de sus manos.

- Shuichi me mando, estaba preocupado… y…yo también – Hiro miro al peliverde, sonrió un poco.

- gracias… es solo que no me siento muy bien – Suguru miro hacia el cesto de basura y vio que el papel estaba sucio con sangre y algo blanquecino, el sabia la relación que tenia con K por lo que se imagino que paso en ese lugar, pero al parecer había sido algo violento como para que uno de los dos sangrara y como no era ignorante sabia quien había sangrado.

- Hiro creo que será mejor que vayas a casa, yo te doy para un taxi, así no podrás manejar la moto – el pelirrojo miro a Suguru algo sorprendido.

- pero el trabajo… y mi guitarra…

- yo me la llevo, Shindou-san y yo podemos hacerlo, no tienes de que preocuparte, solo ve, atiéndete y descansa… no me gusta verte así.

- … - Hiro lo miraba tristemente, sus labios temblaron y abrazo fuertemente a Suguru llorando en su hombro – soy un idiota…

- no lo eres…tu – la voz se le corto por las ganas inmensas de ponerse a llorar junto con Hiro, pero tenía que ser fuerte – tu solo estas enamorado.

- tu…tu lo sabías…

- el único que no lo sabe es Sakano, pero ya sabes cómo es, no sabría que está en las vías del tren ni aunque este le pasare por encima – le saco una risilla a Hiro, los dos se separaron y el pelirrojo con algo de dolor siendo ayudado por el peliverde se puso de pie – toma… - le extendió dinero para dárselo a Hiro – es para el taxi yo te acompaño a la salida y me encargo junto con Shindou del trabajo.

- gracias Suguru, muchas gracias y también dale las gracias a Shuichi…por mandarme a un ángel – eso hizo sonrojar al menor.

- ¡no digas tontería! – y entre risas los dos se fueron a la salida para que Hiro tomara un taxi.

El peliverde después de ver que Hiro se marcho fue hacia el estudio cuando entro vio a Shuichi con unos lagrimones saliendo de sus ojos y un enorme chichón, K se veía algo cansado, al parecer recién se pudo quitar de encima al pelirrosa.

- Hiro se fue a casa – dijo mientras caminaba hacia la guitarra del nombrado para guardarla.

- ¡¿Qué?! – pregunto K.

- se fue a casa porque se sentía mal – dijo sin siquiera mirarlo a él, solo al pelirrosa, este asintió algo preocupado.

- ¿Que se sintió mal?, ¿Pero que le paso? – pregunto todo alterado Sakano, el rubio no pregunto pero si estaba preocupado.

- no se preocupe, con un poco de descanso mañana estará como nuevo – de nueva cuenta solo miraba a Shuichi – Shindou, el trabajo lo aremos entre los dos y no se preocupe, mañana lo verá pero déjelo descansar hoy.

El pelirrosa solo asintió y le sonrió a Suguru, se acerco a él con hojas en mano que se supone era el trabajo – gracias – le dijo en un susurro.

- usted sabe que él me… - se puso rojo por lo que quería preguntar ya que era admitir sus sentimientos.

- estaría muy feliz que él te viera, pero el amor es ciego y lamentablemente K no es malo sino el jamás se hubiera fijado en el, pero las cosas se les están saliendo de las manos y espero que se den cuenta de eso antes de que las cosas se pongan peor, solo espero que no salgan muy lastimados y mucho menos tu.

- espero… - dijo algo triste.

- pero el que se den cuenta de que las cosas van mal no es solo para que las arreglen y se queden juntos, puede que sea todo lo contrario, que para arreglarla necesiten separarse, darse cuenta que no hay tanto amor, entonces puede que Hiro te vea, pero aquí la pregunta es si es demasiado egoísta pedir que lo esperes para entonces, hasta que él se defina y que seas consciente de que aun separándose el no te corresponda – esas palabras sorprendieron al peliverde, pero era verdad, había una carta con variedad de posibilidades, solo una decisión podía cambiar todo, por eso había esperanza.

- lo esperare… - el pelirrosa sonrió y asintió agradecido.  

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Mizaki se encontraba alistando todo para ir a casa, ya había terminado su trabajo y Aikawa lo había dejado salir antes por ello, regularmente su horario de salida es a las seis pero hoy saldría a las cinco, tomo sus cosas y se despidió ya que no vería a nadie hasta dentro de una semana, se dirigió a tomar el autobús, suspiro pesadamente, esperaba que su hermano ya se hubiera marchado para estar con Usagi a solas, supuestamente su hermano iría a las once de la mañana, seis horas debió bastar para que su hermano pudiera hablar con el peliplata y marcharse a casa y dejando la esperanza de que volvería con su mujer y su hijo.

Llego a su parada, camino dos cuadras y ya estaba frente al edificio cuando vio como un carro negro se estacionaba frente a él, de él vio bajar a nada más ni nada menos que el padre de Usagi, Fuyuhiko Usami, se mordió el labio inferior al adivinar a que venía, lo más seguro que a convencer al peligris que lo dejara que porque la inseguridad en los sentimientos de Mizaki terminarían lastimándolo, tenía que admitir que esa era una de las cosas por las que se había también decido a sincerarse para quitarse la presión del padre de Usagi.

- Usami-san – saludo el joven con sus buenos modales como siempre.

- ¡oh! Takahashi-kun vengo a ver a mi hijo – dijo el hombre con una sonrisa parándose delante del castaño, siempre con su elegante traje y su imponente porte.

- me lo imagine, sígame por favor – los dos se encaminaron al edificio y mientras hacían el recorrido para el departamento del peligris el mayor decidió que era oportunidad para hablar con Mizaki así que lo detuvo antes de entrar al elevador.

- Takahashi-kun, me gustaría hablar contigo antes de ver a mi hijo – le dijo de forma seria, haciendo que Mizaki detuviera su mano la cual ya iba a picar el botón para pedir el ascensor, trago en seco y miro al mayor, estaba seguro de que se trataría la conversación, así que decidió acabar con esto de una vez por todas, era el momento de dejar de ser un cobarde y que mejor enfrentado a su mayor tormento en la relación con Usagi, así no solo quedara en palabras si no que en hechos.

- de acuerdo Usami-san.

- bueno… quiero ser sincero Takahashi-kun, no te odio – se sorprendió el menor – antes lo había dicho, no me caes mal, eres un muy buen muchacho, tanto que me alegra en parte que alguien como tu entrara en la vida de mi hijo, pero… – El odioso “pero”, pensó Mizaki – por mucho que en realidad me agrades, no pienso permitir que arruines la vida de mi hijo por las inseguridades que tengas, Akihiko si no me equivoco es capaz de muchas cosas por ti, no le importaría decirle a todo el mundo que tu y él están juntos, no niega sus sentimientos, pero tu…

- entiendo – interrumpió con una sonrisa sincera.

- no, no lo entiendes Takahashi-kun, no es que me interese con quien mis hijos tengan una relación, no importa si es hombre o mujer, solo quiero que conozcan lo que es en verdad el amor, algo que yo no pude conocer por mis errores, que sepan lo que es ser correspondidos en sus sentimientos y que no sean dañados por qué no son apoyados por su pareja, que enfrenten el qué dirán juntos.

- lo entiendo, ahora lo entiendo Usami-san – lo miro a los ojos, el mayor se extraño un poco por el actuar del castaño, estaba muy calmado y sonreía – es por ello que hoy fui sincero con él, le dije que lo amo y ahora se lo digo a usted y a quien haga falta, amo de verdad a su hijo  - esas palabras sorprendieron mucho a Usami.

- ¿qué?

- lo que escucho, no tengo más miedo en decirlo, a quien pregunte le responderé, amo a Akihiko Usami – a voz decidida y firme de Mizaki hizo no tener ninguna duda al mayor que el castaño era sincero – le voy a ser sincero, lo único que no quería era ser una molestia para Usagi-san…

- ¿Usagi?

El castaño se sonrojo ya que el sobrenombre del peligris se le salió sin pensarlo – si bueno, así le digo… de cariño.

- ¡oh! Ya veo – no pudo evitar reírse por dentro, el apodo si le quedaba a su hijo – pero no creo que seas una molestia para él, creo que él es feliz contigo…

- y yo con él, pero no quiero que en algún momento, por algo que yo quiera lo dañe a él, pero me di cuenta que a él le gusta que yo le pida algo, no cosas materiales pero le gusta que yo sea dependiente de él en algunos sentidos – sonrió un poco – sabe, cuando mis padres murieron yo me culpe por ello fui una molestia al pedirles que llegaran pronto a casa – esa es una historia que el mayor no sabía, por lo que decidió escucharla atentamente – ellos murieron camino a casa, después me volví una molestia para mi hermano porque decidió cuidarme a su muerte, dejo muchas cosas de lado por mí, fue por lo que decidí ser independiente de todo, ayudar en lo que podía y no pedir ni exigir nada, pero entonces llego Usagi y sentí miedo…

- ¿miedo?

- sí, miedo a que mis sentimientos por el se volvieran una molestia, miedo en convertirme en un sustituto para Usagi y aun así no ayudarlo…

- ¿sustituto? – en eso se perdió porque él nunca supo de la historia de su hijo con el hermano del castaño.

- bueno antes de conocerme el solo era amigo de mi hermano, eran o son los mejores amigos, pero Usagi se enamoro de mi hermano, era un amor unilateral, pero después nos conocimos, no fueron las mejores circunstancias, de hecho nos odiábamos jeje.

-¿odiarse? Eso si no me lo creo – no sabía porque, pero esa conversación le estaba gustando y una parte le decía que la prueba de fuego para saber si ese chico que tenía en frente era el indicado para estar con su hijo.

- pues sí, yo note que andaba tras los huesos de mi hermano, yo en ese entonces no creía en el amor entre hombres – el mayor estaba algo sorprendido por la fluidez con la que hablaba el muchacho, regularmente tartamudeaba – y pues era mi hermano del alma jeje, entonces hubo varios incidentes, entre nosotros, pero hubo un momento muy difícil para Usagi cuando mi hermano llevo a su prometida a casa, el estaba con nosotros por el cumpleaños de mi hermano, yo vi como se sintió y me lo lleve de la casa con la escusa de que íbamos a comprar bebidas, creo que el ya me gustaba desde entonces, lo ayude en ese momento, el lloro por la pérdida de un amor, yo estuve con él en ese momento, supongo que dé hay comenzó todo, un día por celos de él con un sempai que termino estando tras de él fue cuando él se confeso de verdad, diciendo que era yo con quien quería estar, yo le dije que no iba a ser el sustituto de nadie y él me aseguro que no era así, le creí.

- ¿tu hermano jamás se dio cuenta?

- pues él hizo pensar que no, pero el realmente ignoro cualquier señal, según lo que recién me dijo.

- ¿el todavía lo sigue amando?

- el primer amor nunca se olvida, según lo que Usagi me dijo fue que su primer amor fue mi hermano, así que no lo ha olvidado, lo sé por  lo que me dijo en la primer navidad que pasamos juntos.

- si él se le confesara crees…que…

- no – la pregunta clave fue hecha y la respuesta correcta fue dada – el me ama y me respeta, lo de mi hermano ya paso, el ahora tiene su familia, está teniendo un bache pero ama a su mujer y ella a él.

- esa es la seguridad que necesitaba escuchar, al parecer los años que has estado con mi hijo si te han hecho decidirte.

- así es – aunque algo le incomodo, algo que no sabía que era, pero era relacionada con la seguridad antes mencionada sobre los sentimientos de Usagi, Mizaki creía en el peliplata, pero estaban esas palabras que una vez leyó, “mientras más seguro estas de tener algo, mas fácil se va”.

- en verdad estoy feliz Takahashi-kun, me alegro que ya te decidieras, ahora si podre decir lo que siempre he querido.

- ¿qué cosa? – vio como el mayor aplastaba el botón para pedir el ascensor.

- si mi hijo te hace algo se las verá con papa Usami – dijo riéndose del sonrojo y la cara incrédula del chico mientras lo metía al ascensor, la verdad es que siempre le agrado el chico, quien no quisiera a alguien como el cómo yerno, leal, trabajador, ahora si completamente honesto, no podía quejarse en lo absoluto.

Mizaki estaba que no se la creía, era como haber conseguido que el suegro lo aceptara, eso era muy bueno, sobre todo porque le apoyaba ahora si con todas las de la ley, de seguro que sería algo que tranquilizaría a Usagi, llegaron al piso y Mizaki se dirigió a abrir la puerta, pero cuando toco la manija le dio un fuerte escalofríos, un miedo irracional a su parecer por abrir la puerta, que decidió abrirla poco a poco, la puerta daba exactamente hacia la sala, sobre todo al sofá grande, lo que vieron sus ojos le rompió el corazón y fragmento su alma.

En el sofá se encontraba su hermano completamente desnudo, estaba en cuatro sobre el sofá, siendo penetrado por Usagi que estaba en iguales condiciones que Takahiro, ambos jadeaban por el placer que sentían, no se entendía lo que el peligris decía entre jadeos, pero su hermano decía el del peliplata entre gemidos y gritos de placer, estaban tan concentrados en lo que hacían que no se dieron cuenta de que estaban siendo observados por dos personas en la puerta.

Usami estaba más que sorprendido de lo que veía, entonces volteo a ver a Mizaki, este se encontraba sin mover un solo musculo, aun sostenía la manija de la muerta, sus labios entre abiertos temblaban, de sus ojos salían lagrimas sin siquiera darse cuenta, Mizaki solo atino a cerrar la puerta de la misma manera, en silencio y miro hacia el mayor.

- creo… que el que… - hablaba con la voz cortada por las lagrimas – no estaba seguro… de sus sentimientos era el – puso sus dos manos en su boca para acallar los sollozos que amenazaban con salir y con los ojos muy abiertos continuo hablando lastimosamente – que tonto fui…era obvio… mi hermano venia prácticamente… a confesarse… era obvio…era obvio… fui un sustituto… realmente fui un sustituto.

El mayor no sabía que decir, ni mucho menos que hacer, lo único que se le ocurrió fue sacar al menor de ese lugar – ve-venga Takahashi-kun acompáñeme… - lo tomo de los hombros y lo guio al ascensor, lo abrió y lo dejo entrar, pico el botón para detener las puertas un momento – espere aquí – tomo las llaves que aun estaban en las temblorosas manos del menor y fue corriendo a la puerta del departamento, abrió sin hacer mucho ruido la misma escena se poso en sus ojos, saco su celular y tomo varias fotografías para de nueva cuenta cerrar  la puerta, fue hacia el elevador y vio a Mizaki ya hincado en el piso llorando aun con sus manos en su boca, lo levanto tomándolo de los hombros y aplasto el botón para poder bajar.

Usami lo subió al auto diciéndole al chofer que los llevara a la mansión, Mizaki no protesto, no podía, se sentía mal, sentía que su mundo se despedazaba poco a poco, la imagen de Usagi y su hermano no se iba de su cabeza, por lo que nunca se dio cuenta cuando llegaron a la mansión ni cuando lo tomo en brazos el mayor, al entrar Usami le pidió a su mayordomo que preparara una habitación para el chico, Tanaka al reconocer al muchacho salió prácticamente corriendo a preparar una, Haruhiko que estaba en la sala leyendo un libro al escuchar el pequeño alboroto se acerco al recibidor, viendo como su padre con un chico en brazos le pedía a una sirvienta que llevara un té a la habitación que preparara Tanaka, Haruhiko, que era el hermano menor de Usagi se acerco a su padre y al reconocer al chico lo miro exigiendo una explicación.

- no es el momento Haruhiko – dijo su padre encaminándose a la habitación con el chico aun en brazos, el cual iba con el corazón completamente destrozado.

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Ya eran las ocho de la noche, era hora de que Shuichi y los demás fueran a sus casa, Suguru y el peliverde solo vieron como K salía a toda velocidad en su camioneta, no era de genios saber a dónde se dirigía.

- Hiro… - susurro el peliverde preocupado.

- el estará bien, no te preocupes – puso una de sus manos en el hombro del menor sonriéndole tranquilamente – bueno me retiro.

- ¿Yuki-san vendrá por usted o se va a ir en taxi? – pregunto Suguru.

- ninguna de las dos, la primera menos que la segunda jaja – se rio un poco el pelirrosa – me voy caminando quiero pensar un poco…

- que descanse Shindou-san.

- igualmente – dijo para irse a casa a pie, Suguru solo lo miro irse, algo le decía que esa era de las pocas veces que le quedaban para hablar el pelirrosa, no entendía porque pero sabía que las cosas estaban cambiando y que no venían cosas fáciles.

Por otro lado el rubio americano llegaba a la casa del pelirrojo, se había quedado preocupado por Hiroshi, bajo de la camioneta y toco el timbre, mas no paso nada, lo hizo de nueva cuenta y de nuevo nada, toco esta vez la puerta y de nueva cuenta nadie abrió, se pregunto si Hiroshi estaba en casa por lo que saco su celular, marco a la casa y solo se escucho como sonaba desde el otro lado de la puerta, nadie contesto, de nueva cuenta marco pero esta vez al celular del pelirrojo, así supo que estaba apagado, estaba tentado a romper la puerta pero no lo hizo, esperaría a mañana para verlo y se subió a la camioneta para marcharse.

Del otro lado de la puerta se encontraba un pelirrojo con un vaso de agua en sus manos y con el pijama puesta, sus ojos grises lloraban mirando la puerta y esa fue la primera vez que Hiro no le abrió la puerta a K, la primera de muchas.

Mientras en el departamento del escritor, este se encontraba escribiendo en su estudio, tenía la puerta abierta para cuando llegara el pelirrosa este fuera hacia él y pudieran tener una buena noche juntos, recordó que tenía que utilizar una cita de un libro de poesía que recordaba tener para su nueva novela, lo saco de su estante de atrás de su escritorio, estaba algo empolvado por la falta de uso, lo dejo en la orilla del escritorio y continuo escribiendo.

El pelirrosa llego al departamento a paso lento, cada día le costaba más regresar a ese departamento, pero amaba al rubio así que tenía que ser paciente, algún día volvería a ese departamento como antes, con todas las ganas del mundo, o por lo menos eso creía, nunca se imagino el infierno que viviría a continuación.

Entro y puso su mochila a un lado de una mesita que estaba en la entrada, siguió su camino y al llegar a la sala se dio cuenta de que la puerta del estudio estaba abierta, eso significaba solo una cosa, que el escritor quería ser interrumpido y pasar algo de tiempo con él para terminar teniendo relaciones, no es que se quejara pero le gustaría que en alguna ocasión pudieran estar juntos sin la necesidad de terminar en sexo, suspiro y salió corriendo hacia el estudio, dio gracias a que con antelación había comprado una película de suspenso así ya tenía una escusa.

- ¡Yuki! – grito el pelirrosa lanzándosele al rubio que estaba muy metido escribiendo, solo sintió el grito casi en su oreja y el peso del pelirrosa sobre sus piernas, del susto tiro al pelirrosa al suelo cuando se levanto de la silla, el pelirrosa callo sentado al suelo y se trajo con él, el libro de poesía el cual cayo abierto al piso – ¡ouch!

- ¡baka! – regaño el rubio al chico – que acaso ya no haces ruido al entrar al departamento – era verdad desde hacia tiempo el pequeño entraba sin hacer mucho ruido y solo cuando el pelirrosa se daba cuenta de que quería pasar tiempo con él era cuando hacia escándalo como normalmente lo hace.

- jeje lo siento Yuki – dijo rascándose la cabeza y sacando la lengua infantilmente.

El rubio lo miro un momento para después sonreír de lado, esa bola rosa nunca va a cambiar y eso era lo que más le gustaba – baka, vi que compraste una película, no estoy tan atrasado con el trabajo así que vamos a verla – no le pediría que si la veían juntos de forma romántica ni nada por el estilo, no sería el si lo hiciera, el rubio comenzó a encaminarse hacia la sala mientras Shu se levantaba junto con el libro que tiro en manos, pero de entre sus hojas salió una foto, Shuichi hincado subió el libro al escritorio, tomo la foto entre sus manos, esa foto le quito el aliento.

En la foto se podía mostrar al rubio en su niñez, junto con el estaba otro rubio de ojos castaños abrazándolo cariñosamente, entonces muchas preguntas se le vinieron a la mente, entre ellas era que si el rubio estuvo viendo esa foto, ¿habría estando recordando a su sensei?

- ¿qué haces baka, no quieres ver la película o qué? – pregunto el rubio girándose a ver a Shuichi sin saber que era lo que estaba viendo el pelirrosa se le acerco un poco y este le extendió la foto.

El rubio la tomo entre sus manos y abrió desmesuradamente los ojos por la impresión, hacia más de cinco años que no veía una foto de su sensei, desde que dejo la terapia porque se le hacía molesta y no veía avances, enfrentarse al pasado era algo que ya no quería volver a hacer, aunque no lo hubiera superado, aunque las pesadillas aun existieran y cada vez fuera peor, no quería acepta que aun necesitaba ayuda, le dio la espalda a Shuichi mirando aun la foto, su respiración se volvió profunda y su mente se estaba haciendo un caos tremendo.

El pelirrosa por su parte miraba a Yuki, tenía miedo pero tenía que preguntar, tenía que saber si el rubio ya había superado a su sensei, quería saber si por lo menos ya había logrado entrar en su corazón e ir desalojando un poco a Kitasawa, quería saber si estaba valiendo la pena todo el sufrimiento de los últimos años.

- ¿Yuki… tu…tu me amas? – pregunto inseguro mirando la espalda del rubio mientras se ponía de pie con sus manos agarrando su shorts color verde militar que traía puesto.

- ¿amarte? – pregunto con algo de ironía, su mente no procesaba, esa foto removió malos sentimientos con mucho mayor fuerza, coraje, ira, odio.

- ¿me tienes aunque sea un poco de cariño? – la esperanza se le estaba escapando del alma, su corazón estaba destrozándose  cada vez mas y mas.

- ¿cariño? – volteo a ver a Shuichi, su mirada era muy diferente, no parecía ser el mismo.

- yo te amo Yuki, dime, ¿dime me quieres aunque sea un poco…algo?

- ja, que te hace pensar eso, que te hace pensar que yo alguna vez podre llegar amarte, ¡DIME! – Shuichi tembló ante el grito, pero no se hizo para atrás.

- dime, ¿aun amas a Kitasawa?... es por eso que jamás podrás quererme… ¿ni aunque sea un poco? – Shuichi ya lloraba ante la situación y sus propias palabras.

- no me digas que te estás queriendo comparar con él – dijo irónico – no le llegas ni a los talones, tu solamente eres mi puta, no eres más que el agujero que me da placer, eres el arrastrado que solo quiere de mi sexo y te lo doy, ¡deberías de estar satisfecho! – los ojos de Yuki mostraban cierto tono rojizo, su respiración era acelerada, estaba fuera de sí.

- yo…te amo… solo quería…estar contigo - fue la última vez que Shuichi dijo esas palabras, su corazón se evaporo de su cuerpo por las palabras del escritor, entro en un letargo lleno de dolor.

- jajaja ¿amarme? – se rio desjuiciadamente, aun sin soltar la foto – tu solo quieres de mi sexo como todos, no me puedes decir que no porque adrede deje la puerta abierta para que entraras, si no querías eso no hubieras entrado y no digas que es por querer estar conmigo, ¡PORQUE NO TE CREO! Y hoy tengo ganas – se acerco al pelirrosa que ya tenía la mirada perdida, lo tomo fuertemente de los cabellos y lo jalo hacia la habitación – y no me voy a quedar con ellas.

Shuichi solo gimió del dolor porque el cuerpo lo sintió, subió sus manos a la mano que sostenía su cabello con fuerza, pero no opuso resistencia, llegaron a la habitación y Yuki lo aventó a la cama boca abajo.

- que sucede, no reaccionas, ¿no dices nada? – su respiración era agitada, estaba fuera de sí, no sabía lo que hacía – no importa, no es necesario – se acerco al chico que no se movía de su posición, le quito sus short junto con sus bóxers casi arrancándoselos, se desabrocho sus pantalones y saco su miembro de los bóxers, se masturbo un poco mientras que con uno de sus dedos mal preparaba a Shuichi lastimándolo, este se quejo pero no era consciente de nada.

Cuando ya estuvo duro entro en el sin contemplaciones, gimió de placer y de dolor porque estaba demasiado estrecho, no espero al que el pobre pelirrosa se acostumbrara y comenzó a embestirlo con fuerza, sin piedad, gimiendo al igual que Shuichi, solo que este era de puro dolor, cuando termino el rubio se dejo caer en su espalda, su respiración se tranquilizo y salió del interior de Shuichi y se puso de pie, su mirada estaba opaca, el brillo rojizo de sus ojos se fue y solo miraba el cuerpo del pelirrosa, después le dio la espalda y se dirigió al baño y con todo y ropa se metió debajo de la regadera abriendo el grifo del agua fría, estuvo así, en esa posición tal vez minutos u horas, no estaba consciente del tiempo, su mente procesaba a mil por hora lo sucedido, cerro la llave y sin quitarse la ropa húmeda salió del baño, encontrándose con la cama vacía pero con la colcha manchada con sangre, camino hasta la cama y se dejo caer de rodillas delante de ella, sus manos tomaron la colcha y la acerco a su pecho, sus labios temblaban y sus ojos se cerraron con fuerza, por fin regreso en sí y se dio cuenta del enorme error que había cometido, la atrocidad que le hizo a Shuichi solo por no poder controlar los millones de sentimientos que le hizo tener solo una miserable foto que ahora estaba a un lado de la cama tirada, no pudo más y con un incontenible llanto grito el nombre de la persona que más daño le causo.

- ¡SHUICHIIIII!

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En Londres, Ritsu se encontraba en su casa viendo unos papeles que parecían recibos y estados de cuenta, su amiga Mizu estaba con el ya que ella le ayudaba con esas cosas.

- esto no va bien Ritsu – dijo la chica algo afligida mirando a su amigo.

- lo sé, no me alcanza, no me va a quedar de otra – dijo el castaño con una mirada resignada.

- ¿de qué hablas?, ¿Le pedirás dinero a tu padre?

-¡No!, Sería lo último que haría – dijo negando frenéticamente con la cabeza.

- ¿entonces?

- voy a rentar los dos cuartos libres…

Notas finales:

espero que les gustara y sigan leyendo

nos vemos el viernes con el siguiente capi

review??

saluditos!!


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