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... Pero nunca lo sabras... por Rin Bunny

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Notas del capitulo:

Les vengo atraer otro cap.

Para ser sincera se me hizo algo dificil hacerlo... lo reescribi como 6 veces, pues no me gustaba como quedaba...

Este me convencio ^_^, espero que sea de su agrado.

Bueno a leer... abrazos. 

Japón, Osaka 22:53

 

Eran casi las 11 de la noche cuando Jung Min y Minwoo llegaron a su destino… como nadie de la prensa ni las fans sabían de su arribo aquel día a Japón, el camino al auto que lo llevaría a su hotel estuvo tranquilo y sin griteríos, no es que a Park no le guste ver a sus fans, solo que algunas veces llegar a algún sitio y caminar como gente normal, sin fotos por todos lados, sin gritos o llantos, no estaba mal… se tenía que acostumbrar a eso muy pronto. 

 

Corea del Sur, Seúl 21:37

 

“¿Cómo estás?” – El chico de tez blanca pregunto a su amigo, el cual permanecía sentado con las manos frotándose él rostro por la frustración, enojo, tristeza que tenía en esos momentos… tenía que calmarse, si alguien más lo veía en ese estado...

 

“Bien, contando que deje pasar otra oportunidad más…” – le dijo aun con el rostro oculto entre las sombras que el gorro y sombrero del suéter negro le daban a su rostro. Lo levanto y con una mueca que parecía sonrisa dijo – “Esto no va conmigo, no va conmigo… no es para mí, solo se eso, yo no puedo… no mere…”

“Ya cállate, estoy harto de lo mismo siempre. No hagas que lo repita otra vez que ya me canse…” – le interrumpió el chico – “Venga, ya es tarde… mañana tienes mucho que hacer, a parte no estamos en un buen lugar como para ponerte a llorar ahora… así que por favor, ¿nos vamos?”

 

El chico le dio una sonrisa, pero esta vez fue una burlona “Me estas mandando o me parece…”

“Ash, ni en momentos como estos te pones serio… si no te conociera tan bien seguiría tu juego, así que muévete que estas a punto de soltar lágrimas” el otro chico lo miro y la sonrisa de segundos antes desapareció por completo, se puso los lentes negros y siguió con pasos lentos a su amigo que lo jalaba de un brazo para apurarlo.

 

Al llegar al estacionamiento no se sorprendió al ver aquel auto negro y mucho menos se sorprendió ver que el auto tenía un ocupante. Su amigo le abrió la puerta que daba a los asientos traseros, subió y este lo siguió… no dijo nada al ver su acción, lo agradecía en silencio… se quitó los lentes, le dio una mirada por el retrovisor al piloto y este lo vio, no hubo palabras, no las necesitaban… Ellos… ellos eran los únicos que sabían por todo lo que estaba pasando, se los agradecía, les debía tanto que no creía vivir lo suficiente como para pagárselos.

El chico puso las llaves al auto, volvió a ver por el retrovisor y asintió con la cabeza… y como si hubiera presionado un botón en su sistema, las lágrimas comenzaron a salir sin control. Esas que hace mucho tiempo atrás obligaba a no aparecer por el simple hecho de no querer reflejar su dolor… aquellas que solo salían cuando él lo permitía… ahora ellas mandaban, le avisaban que saldrían y nos les importaba si él estaba de acuerdo o no, solo salían y salían y salían.

 

Lo único que pudieron hacer los otros ocupantes fue guardar silencio, uno conducía y el otro lo abrazaba y frotaba su espalda… sabían muy bien que era lo mejor que podían hacer, consolarlo y apoyarlo. Siempre apoyaron las decisiones que tomo, siempre lo debatieron, pero nunca pudieron ganar… si decidía algo, nadie… nadie se lo quitaba de la cabeza y cuando decidía no le importaba las consecuencias de sus actos, ni aunque esto mate y carcoma al pobre corazón que latía en su pecho o lo que quedaba de este. No le importaba sufrir el doble siempre, si con eso podía evitarle más dolor a esa persona especial.

 

Japón, Osaka 2am

 

Jung Min daba vueltas en la cama… no podía dormir, era la primera noche que pasaba sin escribir o leyendo el cuaderno verde… sí, no escribía muy seguido en él, pero desde que lo tuvo… siempre lo llevaba consigo, aunque no escribiera nada en el por días, semanas, meses o años.

Se sentó, se frustro por no poder dormir, se decía a cada rato que a su manager no le importaría si durmió o no… sabía que lo reprendería por tener aquellas ojeras de todas formas. Se dirigió a la cocina abrió el pequeño congelador que había en el lugar y saco una botella de jugo de manzana, la abrió y bebió un poco de ella. Con la botella en mano se dirigió al balcón, abrió la puerta de vidrio y dejo entrar el aire fresco, a comparación de Corea, Japón estaba en verano, por lo que el viento fresco le cayó bien. Se sentó en una de las sillas y contemplo el paisaje… vio al Japón de noche y no pudo evitar que los recuerdos vengan a él, movió la cabeza en negación y se dijo así mismo “Jung Min, hiciste una promesa a tus amigos más cercanos, te hiciste una promesa a ti mismo… ve a la cama y duerme, que a partir de mañana tus días serán muy pesados” se levantó, cerró la puerta y se dirigió a la cocina, bebió un poco más del jugo, lo guardo y se encamino a la habitación… no quería recordar, no quería recordarlo… pues sabía que rompería en llanto.

 

Fue en Japón, la vez que debutaron en el país del Sol naciente, en el 2007, que se enteró que su amigo y la persona que amaba eran pareja… fue cuando el verdadero sufrimiento de no tener a la persona que amas al lado y verla con alguien que no seas tú, llego a su vida… se podría decir que desde antes sufría por solo tener la amistad de Joong, pero desde ese día… desde ese día sufrió porque sabía que tal vez nunca, tenga su amor. Cuan cierto estaba con su conclusión de aquella vez, nunca tendría su amor, porque no solo no lo ama, sino porque ahora se casaría con alguien más.

 

Pero dicen que el callar las cosas muchas veces nos traen sufrimientos leves, pero en pocas ocasiones… traen los peores que una persona común podría soportar. Jung Min está pagando por su silencio, si se hubiese atrevido a decirle de sus sentimientos a Hyun Joong, tal vez el dolor sería menor… porque estaría en claro que lucho y que perdió, pero al menos lucho. Pero ese no era su caso, se había dado por vencido mucho antes, había tirado la toalla hace 6 años atrás sin pelear… por tres años estuvo enamorado de el en secreto, esperando que Saeng lo ayude a que se enamore de él, 3 años en los que estuvo siempre pendiente de él de una u otra forma… 3 años de los cuales se arrepentía de haberlos desperdiciado, pero ya era demasiado tarde para arrepentimientos… había dejado pasar la oportunidad de ser feliz… fue él quien no lucho. Un silencio que tal vez le pudo traer felicidad o más dolor… pero no lo sabrá.

 

Pero caras vemos y corazones no sabemos…

Uno sufre por un amor no correspondido, pero otro sufre por un amor sabido, pero sin compromiso… sin futuro según él y otro por saber secretos que lo matan día a día, secretos que han hecho que se odie y secretos que lastiman a las personas que ama.

Tres personas unidas por el destino.

Tres personas que tomaron distintas decisiones.

Dos de ellas destinadas a enamorarse, a amarse.

Pero la vida no siempre es hermosa, te dan muchas oportunidades, entre ellas las de ser feliz, aunque sean pequeños momentos, pero se las dan. Pero si no supiste aprovechar esos momentos… si no supiste vivirlas al máximo, no te quejes, que el “Tal vez” no existe.


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