“Las pruebas que nos da la vida”… existen distintos pensamientos a esta simple frase, todo el mundo tiene un opinión sobre esta, pero existen dos palabras que mejor describe esta frase, las cuales serían valentía y esfuerzo…
La valentía de aquellos que están dispuestos a afrontar lo que la vida les da de buena cara, con muchas caídas, pero siempre levantándose, sonriendo y sabiendo que hay un mañana al cual sonreír y en el cual se esperan cambios mejores a su situación o posibles soluciones a largo plazo.
El esfuerzo, este va de la mano con la valentía, ya que sin este las personas valientes no podrían salir día a día a seguir luchando por sus metas, sus sueños, sus ideales… con la fuerza la valentía cobra una mejor forma en la vida de la persona y logran que su destino cambie a mejor con Esfuerzo y sudor. Para sentirse orgullosos de sí mismo en un futuro, al cual saben que será mejor que el de ahora
Eso fue lo que él pensó, lo que ellos pensaron, que con esfuerzo y valentía, pero mucho más esfuerzo, todo cambiaria… que sus futuros tendría un brillo al final, que serían felices, que sus sueños y deseos más grandes se cumplirían, que lo que guardaban en sus corazones al final podría salir y a pesar del dolor ocasionado por ellos mismo, lucharían para ser perdonados y ser felices.
Pero la vida no siempre es justa con todos, siempre hay personas que salen de un martirio, para ingresar a otro y a otro y así sucesivamente hasta que ven con sus propios ojos que tanto la valentía como la fuerza que tenían en un comienzo va desapareciendo y en su lugar quedando solo debilidad, miedo y conformismo.
8 años luchando una batalla interna, pero no sola, los 3 primeros ganados, cuando creía que todo cambiaría y que ahora podría hacer lo que siempre quiso, una nueva desgracia se le avecino; sin saber que hacer, retomo fuerzas y lucho otra vez. Pero ahora, 8 años se cumplieron… 8 años en los cuales ya perdió las esperanzas, la valentía, la fuerza.
Ya no tiene con que luchar, solo le queda esperar tranquilamente a que la fría señora de negro venga por él, ¿Cuántas veces no la llamó? ¿Cuántas veces no pidió clemencia? ¿Cuántas veces no suplico que su dolor, tanto físico como espiritual, desaparecieran?, pero nadie acudió a sus suplicas, sus ruegos… solo pudo quedarse ahí, soportando todo lo que le sucedía, tanto por la obra del destino como por sus propias obras.
Él había toma decisiones, las cuales creyó los primeros años que al salir vencedor de la primera prueba más grande de su vida, podría corregir esas decisiones, esas mentiras que daño tanto a él como a personas a su alrededor, daño a las persona que tanto amaba y por las cuales había decidido exactamente mentir, creyó que si les mentía y les ocultaba la verdad impediría la infelicidad de esas personas, ya que el mismo no sabía si saldría librado aquella vez, era ahora cuando se decía porque salió de esa desgracia, para que al final terminara en otra.
Pero él nunca estuvo solo, siempre lo acompaño alguien y ese alguien siempre estuvo ahí para él, cuando creía todo perdido, cuando creyó no poder seguir más, cuando la fuerza se le terminaba… aquel amigo estuvo hay con él, apoyándolo, dándole ánimos, dándole las fuerzas que había perdido… siempre sermoneándolo y apoyando sus decisiones, aunque siempre estuvo en contra, pero le había hecho una promesa, una promesa que no podía romper aunque él quisiera. Una promesa que el chico se lamentaba haber hecho, pero ¿qué podía hacer? era su amigo, tenía que apoyarlo, ya que no confió en nadie más, solo confió en él... y él no era nadie para traicionar su confianza, menos para romper la promesa que le hiso jurar con su propia vida y por la persona que tanto amaba.
Ambos, los dos juntos hicieron creer muchas cosas a los demás, hicieron que un teatro, bajo el cual sol ellos sabían sus papeles en la ficción y en la realidad, saliera al escenario y que el espectáculo se diera. Ambos forjaron un camino hecho de mentiras, sufrimientos, dolores y desamores. Era exactamente lo último por lo que ambos sufrían más, ya que al estar en aquella farsa, ya que al seguir cumpliendo aquella promesa, no solo se dañaban entre ellos, sino que dañaban a las personas que tanto amaban. Las veían sufrir de lejos, lloraban en el hombre del otro cada vez que no podían soportar más estar lejos de su persona especial, pero como se dijo, fueron ellos mismos, ambos los que decidieron esa vida.
Si tan sol desde un comienzo se hubiera dicho la verdad, si tan solo nunca hubieran mentido, si uno hubiera dicho sus dolencias, si el otro hubiera roto promesas… ahora no estarían en esta situación, no estarían sufriendo y viendo sufrir a su amigo, su hermano.
Uno se sentía mal por haberlo arrastrado junto a él hacia aquel pozo profundo del cual sabía muy bien que con esfuerzo su amigo saldría y él no, ya que sus días terminaría en aquel pozo, el moriría en esa mentira que había creado y vivido los últimos años, lamentaba que su amigo sufriera por su culpa, últimamente se preguntaba si tan solo nunca le hubiera hecho hacer esa promesa, si tan solo no hubiera existido, si hubiera dicho toda la verdad desde un comienzo… PERO NUNCA LO SABRA… nunca sabrá lo que pudo o no pudo suceder.
Ya le había pedido perdón a su amigo más veces que a su propia madre o al mismísimo Dios, ya que siempre le decía “XxXx perdóname por favor, si yo jamás…”, pero siempre era interrumpido por él otro, los primeros años le dejo hablar, pero ahora no, ya que él acepto ayudarlo, él se comprometió a ayudarlo… la única culpa que tendría seria su cobardía, ¿cuantas veces le había visto llorar? caer ante el dolor de su corazón, de su cuerpo, de su alma, ya que es difícil afrontar la vida que le había tocado levar, pero muy aparte de todo eso lo más difícil era ver a la persona que amas con alguien más, a que ver a la persona que amas sufriendo por amor y más al saber que es por tu propia culpa. Él sabía que lo entendía muy bien, porque su caso era el mismo, sabía que esa persona correspondía a sus sentimientos, pero que ni a esa persona le podía decir sobre sus secretos, sus promesas, sus mentiras.
Mientras que el otro sufría no solo por su desamor, ya que no era él quien tenía los días contados, no era él quien veía su vida llegar al final cuando ni pasabas de los 30… no era el que moriría en solo meses si su cuerpo no aceptaba las nuevas terapias, no era su cuerpo el que temblaba por las noches por el dolor en el… era él quien más sufría, al ver a su amigo del alma, al que en tan corto tiempo llego amar como un hermano, verlo apagarse día a día, ver que la vida se le escapa de las manos como agua, preguntarse y reclamarse así mismo lo mal que había sido prometer aquello, si tan solo nunca hubiera hecho esa promesa, si tan solo la hubiera roto y hubiera dicho todo lo que sabía aunque el chico se molestara con él y le dejara de hablar… PERO NUNCA LO SABRIA…
Aunque uno de ellos no sabía lo que el otro planeaba, estaba dispuesto a decir la verdad, pedir perdón para que al menos su amigo pueda ser feliz… sabía muy bien que uno de ellos moriría al final, pero ¿quién dijo que hasta en el lugar más oscuro y tenebroso, una luz no podía llegar y dar aquella alegría y paz que tanto sus corazones necesitaban? El lucharía por los dos, sabía muy bien que al ser eso muchas cosas sucederían, dolor, reclamos, sufrimiento contraería su confesión, pero… tenía la esperanza que lo entendieran, que no los juzgaran, ya que él desea que su amigo sea feliz, que ambos sean felices, aunque sea un instante, aunque él terminara solo por sus decisiones, sin compañía, sin amor… haría que su amigo dejara ese pozo, sea como sea y lo que quedara de la vida de aquel que estaba enfermo, se llenara de alegría, amor, felicidad… al menos por unos segundos antes que cerrara los ojos para siempre.