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Más que besos por Scarlett_Rose

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Notas del fanfic:

Nombre Fic: Más que besos.

Novela: Ventajas de ser un marginado.

Autor: Stephen Chbosky.

Pareja: Patrick x Charlie

Resumen: A Charlie no le molesta ser besado por Patrick, porque siente que así le está ayudando de alguna manera, pero ¿Qué hacer cuando los besos ya no son suficientes?

Notas del capitulo:

Desde que me leí el libro quise escribir algo sobre ellos, pero nunca me decidía y finalmente la pareja se fue quedando en el olvido... -suspiro- pero bueno, ahora que tuve un poco de inspiración decidí finalmente cumplir este capricho y esto fue lo que salió, espero les guste.

 

S.R.

Capítulo único: Entre besos y caricias.

 

            La primera vez que le beso, Patrick iba medio borracho y atontado. Sus labios sabían a cafeína y cigarrillos, para Charlie ya era costumbre que Patrick le besara después de cada salida, con calma le había enseñado como mover su lengua, y cada erótico movimiento que le aceleraba el pulso.

 

Y aunque Charlie se repetía que eso lo hacía por ayudar a su amigo, y que a él le gustaba Sam, todos sus pensamientos se habían llenado de Patrick y sus labios.

 

Esa noche Patrick le llevo a un parque donde los hombres tienen encuentros con otros hombres.

 

—Charlie —le detuvo, sosteniendo el delgado brazo del chico, con los dedos recorrió la piel desnuda. Charlie debió tomar una chaqueta antes de salir de su casa—, Si no quieres que te molesten, lo mejor que puedes hacer es no mirar a nadie a los ojos, ¿Bien?

 

El menor afirmo titubeante, inclinó la cabeza como preguntando: ¿Por qué?

 

—Mediante el contacto visual es como se acuerda ligar anónimamente. Nadie habla. Solo buscan sitios adonde ir.

 

Patrick le hecho una larga mirada alrededor, quizá recordando los momentos calientes que vivió con Brad. Charlie bufó fingiendo buscar un lugar para sentarse.

 

—Ey. ¿Necesitas cigarrillos? —pregunto con una pícara sonrisa. Charlie confuso negó el ofrecimiento, y entonces su mente hizo clic, al verle alejarse con un chico.

 

Perezosamente su hundió en su asiento, levantó la mirada al cielo, se sentía fuera de lugar, así que probablemente lo mejor sería esperar a Patrick en el auto, bajo la mirada para ver sólo sombras de personas. Algunas en el suelo. Algunas junto a un árbol. Algunas solo caminando. Todo estaba muy silencioso. Después de unos minutos, encendió un cigarrillo, escuchando de fondo un susurro vago.

 

—¿Tienes un cigarrillo de sobra? —preguntó la voz. Viro la cabeza para ver a un hombre oculto por la sombra.

 

—Claro —dijo, palpando sus bolsillos, en busca de la dichosa cajetilla. Estiró el brazo para pasársela al hombre.

 

—¿Tienes fuego? —dijo.

 

—Claro —contesto, y encendió una cerilla para él.

 

En vez de inclinarse a encender el cigarrillo, se acercó para cubrir la cerilla con sus manos, algo que todos hacen cuando hace viento. Pero no hacía viento. Al parecer solo quería tocar sus manos porque, mientras encendía el cigarrillo, lo hizo durante mucho más tiempo del necesario.

 

Apagó la cerilla de un soplido.

 

—Gracias —y exhaló el humo.

 

—De nada —respondió, mordiendo el filtro de su cigarro, dando una profunda calada, tenía frío, pero no quería irse sin Patrick.

 

—¿Te importa si me siento? —preguntó.

 

—La verdad es que no.

 

Le observo de reojo, intentando descubrir su rostro, sostuvo el cigarrillo, exhalando todo el humo que inundaba sus pulmones. Tumbo la cabeza hacía atrás, para ver la luna y las estrellas. ¿Ya estaría follando? Probablemente sí, a ese lugar se iba a coger, no se andaban por las ramas, seguramente Patrick no tardaría mucho.

 

—Bonita noche —dijo el extraño, y Charlie ladeo la cabeza para verle, su tono de voz, se había vuelto ligeramente más rasposo, entorno los ojos. El extraño soltó una risita jovial—, Nunca te había visto por aquí, ¿Es tú primera vez?

 

—Supongo que sí. —respondió, dando otra calada al cigarrillo. Torpe, se quitó algunos mechones del rostro.

 

—¿Cómo te llamas? Yo soy Noah.

 

—Charlie —respondió, tirando la colilla de su cigarrillo. Noah, sonrió de medio lado, inclinando sugerentemente su cuerpo hacía el joven. No era muy común ver a chicos tan jóvenes por estos rumbos, especialmente cuando se ven tan inexpertos. Deslizo la mano hacía su pierna, y en efecto, Charlie le miro estupefacto pero sumiso, quizá sólo estaba confuso.

 

Se acercó con intenciones de besarlo, más sin embargo, el chico retrocedió, Noah, rió divertido, avanzando de nuevo, sin saber cómo, Charlie termino recostado sobre aquella banca, por su retraída y sumisa personalidad se mantuvo quieto, atento de cada movimiento.

 

—Buen niño —susurro Noah, deslizando la mano hacía la entrepierna de Charlie. Pestañeo, perdiendo un poco el atontamiento vidrioso de la cerveza que habían estado ingiriendo antes de llegar al parque, llevó las manos a su parte baja, para cubrir cualquier toque, sin embargo, Noah se apresuró, dando una fuerte sobada en esa área. Y Charlie sólo gimió como respuesta.

 

—¿Qué…?

 

Le tomó de la barbilla, besando con ferocidad su boca, metiendo su lengua y robándole el oxígeno. Sus labios sabían a tabaco y menta, sus manos estaban sobre su nuca, fuertemente sostenidas por una de Noah, mientras la otra, intentaba desabrochar su camisa y pantalón. Movió las piernas, no es que no le gustaba el toque, es que realmente no era a él a quien quería tener encima.

 

Se quejó en cuanto Noah, mordisqueo con fuerza su labio inferior. Apretó los ojos, removiendo las muñecas.

 

—¡Ey! —gruño Patrick, tomándole del cuello de la camisa, arrojándole contra el suelo. Noah estaba estupefacto—, Lárgate de aquí, imbécil.

 

Noah se levantó apresurado, desapareciendo entre las sombras, el cabello de Patrick estaba revuelto, y su ropa igual de desordenada que la suya. Le tendió la mano para ayudarle a incorporarse, en silencio le saco de aquel parque, Charlie tenía la mirada fija en el suelo.

 

—¿Estás bien? —pregunto frenando sus pasos, dio media vuelta para encararle

 

—Ajá.

 

—Te dije que no hicieras contacto visual con nadie —se acercó para abotonarle la camisa, metiendo los dedos entre su cabello para intentar peinarle un poco. Levantó su rostro, atrapando sus labios, beso sin prisas su boca, deslizando su lengua dentro, mordiendo gentilmente su labio, que después era acariciado por su lengua. Charlie gimió contra sus labios, subiendo las manos hasta su cuello, sorbiendo el labio inferior de Patrick, justo como a él le gustaba. Se alejó para poder envolverle en un fuerte abrazo—, Perdón por traerte aquí, no lo volveré a hacer.

 

—Está bien. Al menos te divertiste esta noche, ¿no? —respondió él con suavidad.

 

—La verdad es que no —dijo, hundiendo la nariz en el hueco de su cuello, oliendo bien el aroma de Charlie.

 

::: ::: ::: :::

 

Observo la habitación de Patrick, a diferencia de la habitación de Sam, esta era más sombría y desordenada, mientras su amigo se terminaba de bañar, Charlie le dio dos o tres vueltas a la habitación, leyendo un libro que estaba sobre su escritorio, finalmente lo dejó y regreso sobre sus pasos para tumbarse en la cama.

 

—¿Charlie? ¿Te has dormido? —pregunto Patrick, subiendo a la cama, llevaba encima sólo la toalla atada a la cadera, con un profundo suspiro, Charlie despertó medio dormido aún.

 

—¿Listo? —musito, estirando el cuerpo.

 

Como ya era costumbre, Patrick se inclinó para besarle. Los besos de Charlie habían comenzado como una extraña terapia, después se volvieron una costumbre y ahora mismo eran una adicta droga. Sorbió su labio, empujando su lengua, que morbosamente se enredaban. Apoyo los codos en sus costados para no dejarle caer todo su peso.

 

—Pa-Patrick —jadeo Charlie buscando oxígeno— Ya no quiero besos.

 

—¿Eh? Ah, es verdad, supongo que es un poco chocante —respondió él metiendo los dedos dentro de su mojado cabello.

 

—No es eso —contesto Charlie, deslizo la mirada sobre el pecho desnudo de Patrick, titubeante, acerco los dedos, acariciando la piel mojada—, Yo… Uhm, yo necesito… necesito más que besos… ya sabes, quiero que me toques…

 

Charlie era tan malditamente lindo.

 

—Charlie —susurro desnudándole con la mirada—, No sabes cuánto he fantaseado con esto.

 

Enterró su rostro en el hombro de Charlie. Sus labios suaves se movieron debajo de su mandíbula y su garganta se estremeció. Acaricio la curvatura de su cuello enviando ondas de placer a los músculos que se encontraban ahí. Hábilmente desabotono su camisa, su boca estaba enfocada en succionar su piel, dejando un sinfín de marquitas.

 

Luego esos labios se adhirieron fuertemente a una tetilla y succionaron. Era una mezcla entre dolor y placer, pero de forma masoquista le gustaba tanto que sus caderas comenzaron a moverse por su voluntad. Patrick continúo succionando, moviendo la tetilla con su lengua. Un gruñido impaciente, y usó sus dedos para pellizcar la otra.

 

—Hmm. Ah… ¿Por… qué?

 

—¿Acaso no se siente bien?

 

Charlie asintió en silencio, sus manos temblaban, pero no por miedo, sino por mero y absoluto placer, acaricio su pecho, miro tímido, la toalla azulada, estiró el brazo, metiendo los dedos entre los pliegos de la toalla. Con la yema de los dedos toco la resbaladiza erección.

 

 —¡Ah! —dejó caer la cabeza sobre su hombro, moviendo su cadera, incitando al menor a que le tocara más. La mano de Charlie envolvió su erección, sus dedos se movieron detrás de la cabeza de su pene, tocando la vena que se encontraba ahí, y la hendidura. Masturbo con un ritmo acompasando, guiándose con los gemidos ahogados de Patrick.

 

—Santa mierda —siseó el mayor, apresurado le saco el botón y bajo la cremallera. Tironeo del bóxer, y el pene de Charlie le saludo vigorosamente, húmedo y erecto. Le dio un pico en la boca, se alejó y luego se deslizo abruptamente.

 

—¿Patrick?… ¿Q-qué… ?

 

—Te voy a dar una estupenda mamada —le guiño un ojo coqueto, empujo la parte baja de su ropa—, Anda, Charlie, levanta la cadera.

 

Su pantalón y la ropa interior desaparecieron en algún lugar de la cama, Patrick tomó entre sus dedos, su duro pene, envolviendo con la palma todo su eje, subiendo y bajando. Con el pulgar acaricio la cabeza, hundiendo gentilmente la yema en su hendidura. Charlie se retorció en la cama, masticando su labio ansioso.

 

Empujo el pene dentro de su boca, dando una íntima succión al glande, chupo una y otra vez, apretando gentilmente con sus labios el tronco, después serpenteo la lengua, sorbió un testículo, y después el otro.

 

—¡…Ah! Pa-Patrick —jadeo empujando su cadera—, M-me voy… a correr.

 

Patrick, volvió a la llorosa cabeza, empujando todo el falo dentro, con más animo chupo toda su longitud, entonces, con ligeros espasmos Charlie se corrió en su boca.

 

—Pe-perdón… no pude… evitarlo —intento sentarse, sin embargo, con movimientos fuerte, Patrick le hizo quedar boca abajo—, ¿Pa-Patrick?

 

El mayor amanso los glúteos suaves y vírgenes de Charlie, separo dejando en vista la fruncida y rosadita entrada. Charlie se retorció nervioso, y pego un brinquito al sentir el líquido caliente y espeso caerle encima.

 

—Charlie —le habló al oído, besando su hombro—, Lo siguiente que haga, será un poco incómodo, así que aguanta, ¿vale?

 

Asintió vigorosamente, se apoyó en las rodillas para poder tener en alto su cadera, mientras su pecho descansaba plenamente sobre la cama. Deslizo el semen entre sus dedos, presionando con la yema, empujo tan lento como pudo su dedo.

 

Para Charlie todo se reducía a una ligera incomodidad, era plenamente consciente de que algo estaba dentro de él, ladeo el rostro, aplastando su mejilla contra el colchón, su pecho subía y bajaba con un ritmo alocado. El segundo digito, sí que le mando punzadas de dolor hacía su columna.

 

—Duele.

 

—Shh, relaja tú cuerpo. Se pasara —susurro, masturbando de nuevo su pene, que sorpresivamente, se volvió a endurecer. El tercer dedo, se adentró y el dolor y placer se entremezclaron.

 

Los dedos tocaron algún punto, que hicieron gritar a Charlie de placer, mordió la sabana ansioso, levantando más la cadera.

 

—Si tocas de nuevo ahí… me voy a venir de… nuevo.

 

Patrick sonrió, la inocencia de Charlie era hermosa, con cuidado le giro, beso su frente y después sus mejillas, abrió las piernas del menor, se sentía ansioso, e inquieto, sería el primero para Charlie, acaricio sus muslos, alineando su sexo, con un movimiento lento, se empujó dentro.

 

—Aww —apretó los labios. Tensando todos sus músculos.

 

—Espera… —jadeo Patrick, terminando de entrar—, Tienes que relajarte… «¡Mierda! Está muy apretado» Charlie, Charlie. ¿Está bien si me muevo?

 

Meneo la cabeza en una afirmación vaga. Embistió con un ritmo tranquilo, era deliciosamente estrecho, y sus gemidos eran encantadores, sostuvo los tobillos del menor y entonces, le penetro con fuerza, saliendo y entrando en un ritmo rápido. Los testículos golpeaban sus glúteos, Charlie rodeo sus piernas y casi las pego a su pecho.

 

—Más —susurro intentando verle—. Más fuerte

 

Patrick salió por completo, se tumbó en la cama mirando bobalicón al menor, que estaba tumbado en la cama, tembloroso y excitado, frotaba insistente su erección sobre las sabanas.

 

—Ven, Charlie. Móntame.

 

Embelesado, Charlie gateo, empujando la dura erección dentro de él. Ronroneo placenteramente, subiendo y bajando sobre todo su eje. Se inclinó para besar su boca con hambre.

 

—Se siente bien. Patrick… t-tan bien —jadeo cuando el mayor marco un nuevo ritmo. Charlie jadeo en alto, corriéndose fuertemente. Se removió suavemente, cuando el semen caliente de Patrick le lleno por completo.

 

—Patrick, ¿Charlie está aquí? —Sam se quedó callada. Farfullo algunas cosas, y al siguiente segundo, cerró la puerta tan roja como una manzana.

 

—Mierda —bufó Patrick, dejando de abrazar la cintura de Charlie. Hizo intento de romper todo contacto entre ellos—, Quizá deberíamos explicarle a Sam… ya sabes, que no es lo que parece.

 

—Nah —susurro Charlie abrazando a Patrick, Sam era lo último que le interesaba.

 

—Pero joder, Charlie. —le miró enternecido, llenando su rostro de besitos, Patrick de nuevo tenía esa mirada dolida, como si estuviera sufriendo en silencio, y Charlie creyó que quizá su amigo estaba recordando a Brad—, A ti te gusta Sam, ¿no?

 

—No recuerdo haber dicho eso nunca —respondió, aferrándose con piernas y brazos al chico—, Estate un poco más.

 

—Todo lo que quieras.

 

::: ::: ::: :::

 

La noche de la graduación, todos estaban realmente animados. Sam bailaba con algunas chicas de su curso, Charlie le miró sin realmente mirarle, después de finalmente salir de la habitación de Patrick, Charlie sólo le había saludado y despedido, sin contarle porque estaba follando muy a gusto con su hermano, no era necesario darle explicaciones a ella, y extrañamente, Charlie no tuvo complicaciones con su elección.

 

Deslizó la mirada hacía Brad, que bailaba pegado como una lapa de su actual novia.

 

—¿Bailas conmigo? —pregunto Patrick, que se veía espectacular con su traje de gala negro. Le acerco la mano y sonrió pícaro.

 

Charlie se encogió de hombros, colocando las manos sobre sus hombros, asumiendo el papel de chica. Y a la mierda todas las miradas críticas y comentarios mordaces, ellos hacían lo que venía en gana. Charlie apoyó la mejilla sobre su hombro, atrapando la venenosa mirada de Brad.

 

Patrick, apretó más la cintura de Charlie, siempre quiso bailar así con su pareja. Quien iba a pensar que aquel chico extraño y retraído se volverían tan importante para él.

 

—¿Sabes? —le susurro cerca del oído—, Pensé mucho sobre mi futuro, y toda esa basura. Al final creo que me quedaré a estudiar en la universidad de aquí.

 

Charlie se detuvo de golpe, mirándole estupefacto.

 

—Pero… ¿Por qué?

 

—Bueno. Me quería ir lo más rápido posible por lo que ocurrió con Brad, ya sabes —comenzo— Sin embargo, ahora tengo algo importante. Y si me voy, probablemente él no me espere.

 

—Yo te esperaría —contesto Charlie con una mirada profunda.

 

—Pero yo no podría aguantar mucho. Entonces, Charlie, debes hacerte cargo de mis sentimientos.

 

—Lo haré —sonrió enternecido, Patrick, era tan Patrick.

 

—¡Aww! ¡A la mierda! —siseó tomando entre sus manos, el rostro del menor, besando con hambre sus labios, mandando al demonio a toda la escuela, que les veía estupefactos.

 

Estaba bien, se sentía bien.

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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