Toda nuestra historia comienza en un aeropuerto, con el querido pececito de Mokpo. Donghae esperaba ansioso el vuelo a Seúl, puede que en general no le gusten mucho las grandes ciudades, pero él sentía que en Seúl todo sería diferente. La madre de Hae esperaba abrazando a su hijo, era la primera vez que lo dejaría ir, por su cuenta y solo. Esta misma estaba llorando, a mares parecía que su bebé se estaba haciendo mayor y la verdad ya era así, Donghae era un hombre hecho y derecho, quizás algo infantil para algunas cosas pero ya era un hombre de 22 años, que iba a estudiar solo a Seúl, la madre del pececito no podía estar más orgullosa de su bebé. - Pasajeros del vuelo 77 con destino a Seúl, favor de abordar - Donghae sonrió, ya era hora. Iba a independizarse y eso era lo único que él quería. - Es mi vuelo Omma - La madre miro a su pequeño pececito, jamás se imaginó que el menor fuera más alto que ella y además era muy apuesto. La madre sabia la "Condición" de su hijo, la verdad le desagradaba bastante saber que el menor era Homosexual, era un chico tan apuesto, cualquier mujer caería de rodillas por el pequeño pececito de Mokpo. Ambos se abrazaron, la madre besó la pequeño.
- Segunda llamada para los pasajeros del Vuelo 77 con destino a Seúl -
- Cuídate, te iré a visitar, recuerda comprar comida, recuerda ir al médico todos los meses para tu revisión, recuerda pagar luz, agua y gas, nunca dejes del gas prendido, recuerda cerrar la puerta en la noche, no hables con extraños, no te quedes hasta muy tarde no- El menor abrazó a su madre riendo, era tan exagerada.
- Omma, estaré bien - Le besó la frente, recordando lo que su madre le decía cuando él tenía malos recuerdos de la muerte de su padre "Cada beso en la frente es mi intento para hacerte borrar todos esos malos recuerdos mi querido pececito" - No me extrañes tanto, cuídate tú también, si vas a ver a Appa... Dile lo que estoy haciendo, quiero que se sienta orgulloso -
- Ya lo está querido Haecito - La madre volvió a abrazar a su pequeño, con tanto cariño que dolía, le dolía no estar cerca de su pequeño pececito. - Recuerda algo... "Siempre que estés solo puedes hablar con él, te escuchara siempre, es como tu amigo incondicional" - Donghae sonrió
- Última llamada para el vuelo 77 con destino a Seúl - La voz habló un poco más fuerte.
- Me voy, Adiós Omma, Saranghae - Se despidió con un beso en la mejilla y agitando la mano en modo de despedida.
- Chao mi bebé Saranghae Hae pequeño - Se despidió con la mano, cuando el pequeño salió de su vista ella se quebró totalmente, comenzó a llorar desconsolada, como odiaba estar lejos de su pequeño bebé
Al entrar al Avión, Donghae se sentó junto a un chico rubio, el chico era delgado, de piel muy blanca, tenía un mentón marcado y labios gruesos, además de tener los ojos casi de un tono negro, que le daban algo de curiosidad al castaño. Al sentarse el rubio lo observó. Si, definitivamente era muy apuesto aquel chico. Su cabello rubio tapaba sus cejas y estaba a punto de tapar sus ojos, pero por alguna razón sus ojos resaltaban más que sus rubios cabellos.
- Vamos a despegar, por favor apaguen teléfonos celulares y aparatos electrónicos - Dijo una azafata, sonriéndole tanto a Donghae como al rubio, la chica era ya de edad avanzada, quizás unos 30, 35 años. - Gracias - Continuó caminando. El rubio se acomodó en su asiento, era la primera vez que Donghae viajaba en avión, el nunca antes había salido de su casa, bueno obvio que había salido pero no de esta forma.
- Hola - Dijo el chico rubio mirando a Donghae, su voz era aterciopelada, algo femenina pero era muy hermosa, se notaba que su acento no era como el del castaño.
- H-hola - Sonrió, estaba tan nervioso que quería tirarse del avión para abajo, y eso que aún no despegaban.
- Oh, ¿eres de Mokpo? - El rubio rio, su pregunta era tan estúpida que hasta el mismo se había dado cuenta. Donghae solo asintió y grabó la risa del rubio en su mente, era hermosa. - Lo siento, soy un poco estúpido algunas veces - Le sonrió - ¿Cómo te llamas? -
- Eh, M-me llamo Lee Donghae - El castaño se dio una bofetada interna, siempre tartamudeaba, era muy tímido para no hacerlo pero ya hace años que había dejado de hacerlo constantemente, pero frente del rubio no podía hacer nada más que sentirse nervioso.
- Yo soy Lee HuykJae, pero dime Eunhyuk - Sonrió - Y ¿Por qué un chico de Mokpo va a la gran ciudad de Seúl? -
- Voy por... este... - "Rayos, ¿Por qué iba a Seúl?, no lo recuerdo, este chico me pone nervioso" - Eh... por -
- ¿No me quieres decir, o no te acuerdas? - Rio el chico de cabello rubio, el pobre pececito sentía que le faltaba el aire, no podía responder algo cuerda por más que quisiera.
- No recuerdo - Porfín, dos palabras que salían de su boca sin tartamudear. En ese momento lo recordó - Tengo una promesa que cumplir -
- ¿Promesa? ¿A quién? - Preguntó interesado el rubio.
- A alguien muy importante para mí - El rubio sintió un leve dolor en su pecho, quizás este chico tan inocente tenía a alguien ya. - Pero que ya... no... - El castaño no pudo seguir hablando, sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos. El rubio, se sintió feliz, porque la persona que el chico con cara de pez apreciaba ya no estaba, pero también estaba triste al ver los ojos del castaño vidriosos.
- Oh, lo siento - El rubio sonrió en forma de disculpa. Donghae negó con la cabeza diciendo "no te preocupes".
El viaje no era muy largo, quizás unas 2 horas en avión, pero la verdad Donghae sintió esas dos horas como 4 horas, con el chico rubio hablándole, poniéndolo nervioso y además con sus nervios en la garganta ya que tenía que dar una audición, el pobre pececito tenía su corazón latiendo a mil por minuto, al llegar la misma azafata les dijo donde se encontraba la salida, Donghae le dio una reverencia.
- ¿A qué parte de Seúl te diriges? - Otra vez esa voz, la voz que tenía al chico de Mokpo con el corazón en la garganta.
- Eh - Revisó un papel con la dirección exacta de la compañía a la cual se dirigía - Gangnam-gu - El Rubio sonrió
- Excelente, voy exactamente al mismo lugar - Donghae trato de sonreír, ojala que el rubio no insistiera en acompañarlo a la audición, o sino vomitaría allí mismo. - ¿Pasó algo? Te pusiste pálido de la nada -
- No, no te preocupes Hyukkie - "Rayos, ¿Acabo de llamarlo Hyukkie? Babo, babo, babo Donghae-ah" Se repetía Hae en su mente. El rubio se acercó peligrosamente a Donghae, estaban frente a frente, el rubio tenía la mirada fija en Donghae, mientras que él miraba al suelo con las mejillas más rojas que un tomate.
- ¿Cómo me llamaste? - Donghae no quería responder, comenzó a caminar hacia atrás hasta chocar con una pared, una puerta o que sabía él que era lo que tenía en sus espaldas, el solo quería huir de allí. - ¿Cómo me llamaste Hae? -
- T-te llame Hyukkie... Perdón, no creí que te molestara - El chico sonrió mostrando sus encías, lo que a Donghae le pareció extremadamente perfecto
- No me molesta, es solo que jamás me habían llamado así, me gusta - Donghae seguía con la espalda en la pared y el cuerpo de él y de Eunhyuk tan pegados, era incomodo ya que era un lugar público.
- Eh Hyukkie... - Los señalo a ambos haciendo un gesto de súplica - ¿Podrías alejarte un poco? - El otro chico no había notado la situación, Donghae estaba rojo como un tomate y habían personas mirándolos, en corea no eran muy bien vistas esas clases de cosas. Eunhyuk enrojeció.
- Como lo siento, no me había dado cuenta - Donghae bufó - ¿Acaso no me crees? - Donghae negó sacando la lengua, el rubio mostro sus encías y sus blancos dientes - Eres de lo peor - Hizo imitando una voz femenina algo gangosa empujando con poca fuerza al Castaño, este rio con fuerza.
- ¡OPPA! - La felicidad de Eunhyuk había terminado en ese momento, unas "Fangirls" habían llegado a pedir autógrafos, algo que no le había comentado al castaño, él era famoso. - ¿Podemos sacarnos una foto contigo? Oppa Saranghae - Donghae no tenía idea porque estas chicas se acercaban a Hyukkie así. El dejó al rubio tomándose fotos con las chicas y siguió su camino. Iba sumamente distraído, a lo que chocó con alguien. Esta persona tenía un café en sus manos, el cuál se derramó.
- ¿Eres idiota o qué? - Donghae dio una reverencia
- Lo siento, no fue mi intención - - No te hagas el santurrón conmigo muchacho - Al verlo de frente Donghae notó que era un señor de quizás unos 50 años, el castaño no supo nada hasta el momento en el que se encontraba en el suelo con el labio sangrando, el Hyung lo había golpeado. - ¿Qué crees que estoy para que me quemes? - Se subió encima de Donghae y siguió golpeándolo - TU NO ERES NADIE PARA HACER ESO - Le dio un puñetazo en la mandíbula, la cual se descolocó un poco, la cara de Donghae era un mar de sangre, el señor seguía golpeándolo. Donghae estaba metido en un profundo sueño, la verdad estaba desmayado, lo único que sintió fue que alguien lo levanto con mucha dulzura y lo colocó sobre una cama, oía sirenas a lo lejos lo único que veía era una cabellera rubia y unos ojos muy obscuros.
- Hyukkie...-