El cielo más grande
12.- Una búsqueda perdida.
Narrado por Tsuna
La vida llega a ponerte en diversos aprietos gracias a las decisiones que uno por su propia cuenta toma, sin embargo hay veces que piensas que de los dichos obstáculos no puedes escapar y la palabra destino aparece mil veces en tu cabeza.
Sophie era una chica de cabello negro y piel blanca como la leche, ojos grandes y hermosos, ella era una persona discreta de buenos y refinados modales con el don de la gentileza y belleza. Esa noche era su cumpleaños y después de habernos convertido en “buenas amigas”, me invitó.
La noche resultaba ser esplendida. No hacia frio ni calor, las estrellas brillaban con gran entusiasmo y la luna sonreía a un lado.
Como era una fiesta de gala, aproveché para usar lo que mi abuelito me había mandado meses atrás y que nunca había podido utilizar. Un vestido blanco que me llegaba hasta media pierna, de tirantes y holanes en el pecho y una delegada costura en la parte de la cintura para no deformar mi figura.
Caminé entre los visitantes, algunos me elogiaron por tan buen gusto en mis ropas y yo agradecí. Sin embargo entre todos esos comentarios uno me hizo perder por un momento mi compostura.
- Tan hermoso como siempre ¿no? Dame-Tsuna
Mi aparato respiratorio dejó de funcionar dejándome sofocado y a punto del ahogo. Sin duda, no la había, Reborn estaba ahí.
Primero me tranquilicé a mí mismo y finalmente respiré hondo. Volteé a verlo de frente y en efecto ahí estaba él con una sonrisa discreta.
- ¿Q-Qué haces aquí? – le pregunté secamente
- ¿No vas a saludar a tu prometido como se debe? – Arrugué el entrecejo con confusión – veo que no sabes siquiera como…
Tomó mi muñeca y me dio un beso en la boca frente a todos los invitados.
Lo separé de mí con bastante fuerza y lo mire anonadado. Nunca me esperé que el hiciera eso.
- ¿Que estás haciendo? ¿Quién te invito? – le pregunté mientras me limpiaba la boca con la mano
- Mi poder – respondió con arrogancia
- ¿Qué quieres?
- pasar un buen rato
- ¿Con Binachi? – me tapé la boca sorprendido de mí mismo, había preguntado eso sin siquiera pensar.
- Se ha ido a casa – me respondió sincero
- ¿Se fue? ¿Por qué?
- Porque rechace su oferta de matrimonio – abrí la boca sorprendido y luego baje la mirada confundido, no estaba seguro del porque me contaba todo eso.
- ¿Por qué…
- Porque yo ya tengo una prometida. – Tomó mi mano y la beso, derritiendo mi cerebro y corazón.
- No bromees – arrebaté mi mano molesto. No quería volver a caer en sus engaños.
- Dame-Tsuna…
- ¡Tsuna! – Lorraine llego por mi espalda y me abrazo con felicidad – ¡Te ves hermosa! – me dijo feliz
- G-Gracias – dije apenado
- Tenemos que ir con Sophie ¿vamos?
- Si – miré a Reborn y me fui con ella.
Tan vil como siempre, Reborn se infiltraba en todos los lugares que podía y la fiesta de Sophie no era la excepción.
Tomé mi copa de vino con fuerza, verlo ahí me llenaba de nerviosismo y de ninguna manera quería que él me viera en ese estado, no por él por lo menos o me vería débil.
Sophie tomó mi hombro y se acercó a mí mientras miraba fijamente a Reborn
- ¿Lo conoces?
Negué fervientemente, pero ninguna de las dos parecían creerme.
- Pero si te ha estado mirando durante toda la fiesta ¿en verdad no lo conoces?
- Tsuna, podría ser que es algo tuyo ¿un familiar? – me preguntó Sophie curiosa
- Es amigo de mi abuelito, también es director de una empresa en Italia
- ¡Es más interesante de lo que imaginaba! – dijo entusiasmada y me tomó del brazo - ¿Puedes presentármelo?
La miré estupefacto. Parecía interesada en él.
- No lo conozco tan bien para presentártelo – respondí en voz baja, rezando porque esa simple excusa funcionara con alguien tan persistente como ella.
Ella me miró decepcionada y luego entrecerró los ojos como si estuviera enojada.
- Bu-Bueno… nos conocemos pero no somos cercanos
- Tsuna ¿no le harías este pequeño favor a tu amiga? – me preguntó fingiendo tristeza para que callera fácilmente, pero algo estaba mal conmigo.
- Es que… yo…
No había manera de que les pudiera decir que era mi prometido. Era algo que había mantenido en secreto hasta el día de hoy. No quería que se enojaran por haberles escondido algo de mí, aparte de mi sexo.
Cerré los ojos pues no tenía nada que decir. Ahora no había motivo por el que no debiera presentárselo pero algo en mí no podía ver esa posibilidad de que se conocieran sin hacerme sentir celoso.
- ¡Ah! ¡Aquí viene! – nos avisó Lorraine.
Reborn caminaba con gran porte y elegancia hacia nosotros. Su mirada estaba fijamente conectada a la mía y a medida que se acercaba mi aliento se iba por completo.
- Tsunayoshi-san – por primera vez me llamó por mi nombre sin ningún tono de burla o muletilla - ¿Puede venir conmigo un momento? - lo miré incrédulo. ¿Acaso era un sueño extraño? ¿Había comido algo mal?
Extendió su mano hacia mí para que fuera con él y yo abrí la boca sin saber lo que sucedería. Volteé a mis lados y mis dos amigas estaban petrificadas con el encanto artificial de Reborn.
- ¿Pa-Para qué? – pregunte tímidamente
El ladeo la cabeza como si estuviera confundido y luego sonrió, por supuesto que estaba fingiendo.
- Le prometí a tu abuelo algo ¿Recuerdas?
- No te entiendo
- Hace más de un año, frente al Noveno y frente a Hibari Kyoya le prometí algo a tu abuelo y quiero cumplirlo lo más pronto posible – dijo con seguridad y sinceridad, aunque después de lo pasado no confiaré tan rápido en él.
Bajé la mirada con la cara caliente.
- ¿Me acompañas? Quisiera hablar contigo
Ahora los nervios me estaban dejando completamente estúpido. No quería ir, pero mi cuerpo sin pensarlo con anticipación tomó su mano que estaba cálida.
Dejé a Sophie y a Lorraine en el mismo estado en el que estaban mientras me miraban extrañadas.
Reborn me llevó con él a la azotea donde la fiesta seguía, pero había menos invitados que en la parte de abajo.
Me hizo sentarme en una de las mesas que estaban más cerca del barandal y él se sentó con las piernas cruzadas y de lado, frente a mí.
En principio no dijo absolutamente nada. Se dedicó a observarme fijamente, su mirada penetrante me hizo ponerme nervioso por lo que bajé el cabeza, avergonzado. Aun cuando Reborn me había hecho tanto daño, el seguía haciendo que mi corazón latiera tan rápido que mis venas se estaban derritiendo.
- ¿Por qué huiste?
Apreté el entrecejo y lo miré molesto.
- ¡¿Enserio me preguntas eso?! – el negó lo cual me sorprendió
- ¡Tu deber era estar a mi lado! – me respondió enojado
- ¿Mi deber? ¿Y qué hay de ti? ¿Pensabas que yo te daría todo de mí y que estaría siempre a tu disposición sin recibir nada a cambio? – le reclamé así como él lo hacía.
- ¿Qué querías de mí? – apreté la mandíbula mientras me controlaba los deseos de llorar
- ¡¡Que me amaras!! – grité tan fuerte que algunos de los invitados voltearon a verme.
Guardó silencio un momento y luego continuó
- Eso era imposible – me contestó seco – yo no amo a nadie
La furia que sentía se disipó un poco cuando Reborn dijo esas palabras con tono vacío.
- ¡¿Por qué no?! – le pregunté con el deseo de un verdadera explicación – Si hay tanta gente que te ama ¿Por qué tú no puedes amarlos a ellos?
- ¿Y quién me ama? – me regresó la pregunta tranquilo
- Yo te amaba… - le contesté mientras sentía como mi cara mostraba gran dolor y angustia.
- No siempre las personas obtienen lo que quieren
- ¿Entonces viniste hasta acá, para rechazarme de nuevo?
- Vine con Bianchi para que tú vinieras como con los mismos patrones que en aquella ocasión en la fiesta
La honestidad de Reborn me era casi imposible de creer, sin embargo por alguna razón le creía.
- ¿Qué quieres de mí? – pregunté cansado de la plática.
- A ti – sus ojos fijos a los míos me llenaron de adrenalina, ambos globos oculares me daban una exhibición de la sinceridad y verdad.
Tragué saliva y el tomó mi mano con gentileza. Su amabilidad era peligrosa, me estaba haciendo caer de nuevo.
- Quiero tenerte a mi lado… Dame-Tsuna
El pánico se apoderó de mí. La respiración por momentos se me iba; mis piernas temblaron como si ya no tuvieran la resistencia para ponerse de pie y; unas cuantas lagrimas que traté de esconder cayeron por mis mejillas rápidamente, una sobre otra.
- ¿Ya no me amas?
CONTINUARÁ…