El cielo más grande
13.- El avecino de una nube negra
Narrado por Tsuna
- ¿Ya no me amas? – su pregunta tan directa me dejó en shock.
La mirada de Reborn parecía sincera y seria. En verdad quería saber mi respuesta.
Comencé a balbucear en voz baja mientras reaccionaba a esa pregunta tan difícil de contestar, sé que Reborn se convirtió en algo demasiado importante desde el primer momento en que lo vi, sé que mi corazón aún se pone nervioso cuando él está tan cerca como ahora y sé que mi piel arde cuando me toca. Sin embargo, aun con todo eso, no puedo olvidar el dolor que me hizo pasar al saber que yo era un simple juego para él y que yo era mucho menos importante que una cucaracha.
Volví a tragar saliva y me paré con una pose indefinida frente a él mientras buscaba un rastro de mentira en lo que me estaba mostrando, pero mi olfato era tan pobre que comencé a creer que el de verdad estaba ahí por mí y una gran alegría llenó mi corazón sin querer.
Su mano era mucho más grande que la mía y también estaba cálida. El me sujetaba con fuerza para que le contestara. Embriagado, apreté el amarre y lo miré profundamente a los ojos como únicamente lo podía hacer con él. Abrí mi boca para decirle mi respuesta ante su mirada ansiosa.
- Yo…
- ¡Tsuna! – la voz de Sophie me hizo quedar mudo y sin pensarlo hice que Reborn me soltara.
- ¿Sophie?
- Tu abuelo está abajo – me informó amistosa pero en su mirada había clara curiosidad por lo que estaba pasando.
- Gr-Gracias – le respondí y corrí hacia el lugar donde estaba mi abuelo dejando a Reborn sin respuesta y en compañía de Sophie.
Vi a mi abuelo desde que estaba en las escaleras y entusiasmado me acerque a él.
- ¡Tsunayoshi! – me dio un abrazo con gran alegría que acepte con gratitud y luego me miró a los ojos. – Te pusiste el vestido que te di – dijo feliz – te vez hermosa, mi adorada nieta.
Me sonroje y le sonreí nervioso ya que era un poco vergonzoso que lo dijera en frente de los invitados.
- ¿Qué haces aquí abuelito?
- Me alegra que preguntes, pero quiero hablar de eso contigo después… - asentí extrañado, mi abuelo no era de los que guardaran un secreto pero me encogí de hombros y nuevamente me abrazó.
Narrado por Reborn.
Miré el lugar por donde Dame-Tsuna me había dejado sin respuesta. Estaba completamente perdido, ya no sabía qué hacer con los sentimientos de aquel niño, pues estos habían cambiado mucho.
Tomé aire para ayudarme a pensar sobre lo que debía hacer a partir de ahora. Las cosas no habían funcionado como lo había planeado ni antes ni ahora. Si hubiera sido el mismo Dame-Tsuna que antes, él se hubiera lanzado a mí con solo haberle dicho lo que dije, pero ahora era una persona más madura y adulta.
Mientras pensaba seriamente una chica se sentó en la misma mesa que yo y cruzo sus manos sobre la mesa para reclamar mi atención a través del escote de su vestido.
- Hola – me saludó contenta – tú eres Reborn…
- ¿Quién eres? – la interrumpí secamente
- Bueno… - dejó de sonreír y en cambio se puso nerviosa – soy la festejada de la fiesta, Sophie Lombard
La miré detenidamente y recordé que era una de las chicas que estaba platicando con Dame-Tsuna hace un rato.
- Lamento mi confusión, estoy un poco distraído hoy – tome una de sus manos y le di un beso de cortesía
- N-No te preocupes – dijo sonrojada – yo... quería preguntarte algo…
Levanté mi mandíbula y la mire directamente a los ojos.
- ¿En qué puedo ayudar a la festejada de hoy? - le pregunté con una sonrisa falsa, guardada en mi closet de sonrisas.
- ¿Conoces a Tsuna? – se veía interesada en mi relación con él.
- Así es
- ¿Es tu amiga?
- ¿Por qué quieres saber eso? – le pregunté seductor y ella me miró tímidamente
- Ella nunca nos había mencionado nada de ti… y bueno… la verdad me pareces muy atractivo
Levanté mi mirada y lo que me preocupó no fueron sus sentimientos, sino el que Dame-Tsuna no dijera nada de mí.
- ¿Ella nunca me mencionó? – se notó sorprendida por mi cuestión y un poco decepcionada de que hubiera saltado de largo esa tonta confesión.
- Nunca
Suspiré y asentí. Supuse que era normal, nadie en esta vida hubiera querido contar algo tan doloroso como lo que le hice a él. Me sentí como un verdadero miserable y de la nada me dieron ganas de ir a por él y abrazarlo.
- Gracias por esa información – me levanté de mi asiento y camine por el mismo lugar por el que Dame-Tsuna había escapado.
Sin embargo su amiga siguió a mi lado como una verdadera molestia.
Aparecí en el salón con una chica siguiéndome peor para disimular aquello no me quedó de otra más que ir a su lado, ya que de todas maneras ella era la estrella de esa fiesta.
Miré a Dame Tsuna y a su lado al abuelo.
- La dejaré por ahora – le dije a su amiga y me separe de ella antes de que dijera algo.
Me acerqué a la conversación que mantenían mi prometido y su abuelo y tomé por un hombro a Tsunayoshi apegándolo a mí
- Buenas noches, Noveno – el anciano me observó con gran sorpresa pasando a ser terror.
- ¿Qué haces aquí? – me preguntó en el mismo estado de shock
- Acompañando a mi prometida – ahora bajé mi mano hacia la cintura de Dame-Tsuna mientras los dos Sawadas observaban mi mano con estupefacción.
- ¿Q-Qué?
- R-Reborn
Sus reacciones eran tan parecidas que era imposible que no fueran familia, aquello me causo gracia y sonreí mientras miraba sus caras de asombro.
- Tsunayoshi… - lo miró en busca de una explicación pero el propio nieto continuaba confundido.
- ¿Por qué pone esa cara Noveno? – el anciano me miró sin entender, pero de nuevo se dirigió a él pequeño que sostenía
- ¿Qué está pasando Tsunayoshi? – el negó sin saber lo que decir
- No parece alegre Noveno
El anciano compuso su postura y me miro tan firmemente como cuando hacemos negocios
- ¿Qué quieres de mi nieta? Creí que no la amabas
- Al no tenerla cerca me hizo entender que la amo de verdad
Los dos me miraron incrédulos. El anciano no creía que después de que fuera un mujeriego fuera capaz de enamorarme y mucho menos de un hombre y eso lo entendía; pero que Tsunayoshi me mirara de la misma forma me parecía casi imperdonable.
Levante su rostro hacia la mía y cuando lo vi más confundido le di u beso en la frente para que no dudara más.
Sus ojos se vieron mareados cuando lo miré de nuevo y le sonreí con plena honestidad.
- Te amo Tsunayoshi – sentí como tembló y vi como sus ojos comenzaban a quebrarse y brillar por unas lágrimas que comenzaron a formarse.
Sus manos tímidamente se sostuvieron de mi saco como si fuera a caer y siguió aguantando las ganas de llorar poniendo es cara arrugada que de cierta manera me daba ternura.
- Reborn…
- Tsunayoshi, nunca me dijiste esto – sus ojos no se separaban de los míos – le he dado mi autorización a Hibari-kun de casarse contigo
Dame-Tsuna abrió los ojos como platos así como yo lo hice. Ambos miramos al anciano quien se veía apenado y sin saber qué hacer.
De pronto y como si lo hubieran invocado, Hibari Kyoya apareció por la puerta principal.
Camino hacia nosotros con elegancia y porte y cuando supo que estaba ahí sonrió de lado victorioso.
Sin dejar de abrazar a ese chico que estaba a mi lado lo miré molesto. Había dejado en algún lugar ese porte de vencedor que siempre tenía y por primera vez me sentí amenazado.
Dame-Tsuna apretó el amarre en mi saco y pude percatarme de lo muy asustado que estaba.
- Reborn… - me llamó el Noveno con seriedad – este es el primer favor que te voy a pedir en mi vida como pago por todos los favores que he hecho por ti
Lo miré negado.
- No puedo fallar a mi palabra, por eso… aléjate de mi nieta desde ahora… - Sus ojos cerrados con una expresión apenada y una leve inclinación hacia mí, me dejo sin armas.
CONTINUARÁ…