El cielo más grande
15.- La prueba de tu amor
Narrado por Colonello.
El noveno me esperaba en la entrada de su mansión con una amplia sonrisa. Se mostró amable al invitarme y por supuesto que esto también resultaba ser algo de su propia conveniencia.
- ¿Cuánto tiempo ha pasado Colonello? – me preguntó ya sentados en la esplendorosa y elegante sala compartiendo un whisky.
- Ya no soy capaz de recordarlo – le dije en broma mientras él se reía levemente.
- Dime…. ¿A qué debo el honor de tu visita? – me pregunto yendo al grano de inmediato. Típico del noveno Vongola tan apresurado.
- Resulta que apareció una invitación en mi correo esta mañana – la saqué de mi saco y se la mostré – No podía reusarme a asistir a esta dichosa reunión – comenté ocultando mi sarcasmo
- Me alegra mucho que puedas asistir, aunque para serte sincero, estaba un poco inseguro de invitarte – me miró fijamente
- ¿Por qué? – le pregunté sorprendido
- Ya que eres amigo de…
- Eso es algo aparte Noveno – aclaré con elegancia – Reborn está siendo un cabezotas y entiendo el por qué no lo invitó a esta importantísima reunión, sin embargo yo no estoy en ese problema que ustedes tienen, yo soy un personaje neutro no me inmiscuyo en esos asuntos del corazón tan personales entre ustedes.
- ¿Quieres decir que podrías traicionar a Reborn? – Le sonreí maquiavélico y el asintió dichoso.
- Dime Colonello, tu respuesta... ¿es la única razón por la que viniste? – negué alegre
- Una nueva vida de recién casados siempre debe comenzar con bienes completamente nuevos – le aseveré mientras él se recargaba en el sillón con las piernas cruzadas – si no le importa quisiera brindar a esta nueva pareja con un obsequio modesto pero con mis mejores intenciones
El noveno sonrió.
- ¡No tenías que molestarte! – se levantó complacido para brindarme un saludo con la mano
- Si no le importa, quisiera entregárselo en persona a su hermosa nieta
El noveno me miró por unos segundos, con una cara efímera y seria que parecía entender de lo que se trataba todo esto, pero finalmente asintió llenándome de incredulidad.
- Pasa a su habitación
Narrado por Tsuna
Seguía pensando en cómo escapar de ahí, sin embargo no se me ocurría nada. Escuché que mi puerta era abierta y atrás de ella aparecía el hombre que conocí gracias a Reborn en aquella fiesta.
- Buenas tardes Tsunayoshi-chan
- ¿Tu eres…
- ¿No me recuerdas? – me preguntó con tristeza pero con una sonrisa
- ¿Colonollo-san?
- Me alegra de que recuerdes mi nombre – se acercó a mí y tomó mis manos – Es una pena lo que esta aconteciendo ¿no es así?
- ¿Dónde está Reborn?
- ¡Que cruel! – comenzó a reírse – pasas de mi por completo…
- Lo siento... es que…
- En realidad estoy aquí por él – mi corazón comenzó a latir sin freno alguno y sonreí encantado
- ¿Está aquí? – le pregunté entusiasmado
- No hay manera que él pueda acercarse a éste lugar – bajé la mirada con tristeza y en ese momento él saco algo de su bolsillo.
Era una hoja de papel doblada varias veces hasta quedar pequeñita. Me tomó una mano y la extendió, entonces puso esa hoja sobre mi palma.
- Reborn te manda esa carta, la verdad no sé lo que está tramando, pero me dijo que no permitirá que te cases con Hibari Kyoya
- ¿Vendrá por mí? – le pregunté nervioso
- No lo sé, nunca me cuenta sus planes a fondo – dijo molesto pero al final puso su mano sobre mi hombro y se acercó a mi cara para robarme un beso.
Y aunque ese idiota de Reborn no venga a por ti, yo mismo te salvaré preciosa. Trató de besarme de nuevo pero lo rechacé tapándole la boca con mi mano. Y el comenzó a reír.
- Tu sonrojo es tierno – acarició mis mejillas con los nidillos de sus dedos – ahora entiendo porque cautivaste a el mismísimo Reborn
Se reincorporó y se dirigió a la puerta.
- Por cierto… - saco algo más de su saco – esto te lo manda ese mismo necio, me dijo que es su regalo de comprometido.
Salió mientras me lanzaba un llavero con figura de nube y una única llave.
Mi corazón se disparó de nuevo y corrí mi cama para lanzarme a ella y leer la carta que me había mandado el hombre que amo.
Aunque la situación era adversa, no pude evitar sonreír con vergüenza al ver cómo nos comunicábamos en secreto por medio de esas cartas.
Dame-Tsuna:
La boda con ese sujeto se llevará a cabo en una pocas horas. La rabia que consume mi cuerpo al saber que ya tuvieron que haberte probado más de un vestido de novia me mata lentamente.
Para que lo sepas, no pienso siquiera dejar que te vayas de mi lado, mucho menos para estar con ese bastardo vestido de traje.
En el momento en que tú estés leyendo ésta carta estaré haciendo mis planes para evitar esa boda. Me presentaré ante ti ese día y deberás elegir; seguir por ese camino con Hibari Kyoya o con el hombre que amas.
Te veré más pronto de lo que te imaginas.
Reborn
No podía creer lo que leía. Reborn vendría por mí.
Sin querer pequeñas lágrimas de felicidad cayeron por mi rostro y aplaste la carta contra mi pecho en un intento de llevar esas palabras y la esencia de Reborn a mi corazón para tranquilizarlo. Ahora estaba emocionado porque el día de la boda llegara.
Narrado por la autora
Dos días después
Tsuna se miró al espejo mientras se ocupaban de su peinado. Con profesionalismo y talento los dos estilistas habían logrado domar el cabello de Tsuna, poniéndolo coqueto y hermoso. Juntando su largo y blanco vestido de novia, un velo corto parecido a una red que cubría sus ojos.
Sin embargo la pureza del color de su vestido ante sus ojos se vio opaco, no había duda de que era hermosísimo pero no podía verlo de esa manera si no era Reborn con quien se estaba casando.
- Te ves hermosa – apareció Luche por la puerta del camerino especial que resguardaba a la novia con sumo cuidado.
- ¡Luche-san! – Se sorprendió al verla ahí – Tanto tiempo sin verla
- ¿Cómo estás preciosa? - le pregunto mientras entraba y se acercaba a tomar sus manos con gentileza.
- B-Bien – tartamudeo con inseguridad de responder esa simple palabra
- A penas puedo creer que hayas dejado a un lado a Reborn – comentó sorprendida – pensé que estabas enamorada de él
- Y-Yo – sonrio amargamente, acción que no pasó desapercibida por Luche
- No me digas… - soltó las manos del menor y lo observó espantada - ¿Estas enamorada de él aun? - susurró con gran cautela
- Luche-san… ¿Puedo contarle algo a cambio de su discreción?
La paliazul asintió y llevó al castaño a sentarse en un sofá para que pudieran hablar cómodamente.
Narrado por Reborn
La fiesta parecía prometedora. Pensar que el anciano había hecho toda esa gala en menos de una semana resultaba sorprendente ¿Estaba tan desesperado por separarme de su nieto?
Observe desde mi posición. Los personajes parecían hormigas, había logrado infiltrarme desde varios días atrás, gracias a Colonello estoy aquí aunque él no se hubiera dado cuenta. Lo vi desde la alcoba de la mansión y saque mi celular.
Pude ver que se sorprendió y de inmediato atendió mi llamada.
- ¿Reborn? ¿Dónde estás?
- Estoy viéndote ahora – contesté burlón
- ¡¿Eh!? ¿Estás aquí?
- Collonelo… mañana tienes que revisar mi escritorio, deje cosas importantes sobre el. Mañana no iré al trabajo
- ¿Qué quieres decir con eso Reborn?
Colgué.
Una brisa otoñal recorrió el lugar, los invitados se apresuraron a entrar a la mansión para que de una vez diera inicio la ceremonia de matrimonio y al mismo tiempo yo pudiera ejecutar el plan que hará que Dame-Tsuna nuevamente éste a mi lado.
Narrado por Tsuna
Los nervios me recorren. Luche-san quedó extremadamente sorprendida sobre el plan que Reborn y yo hemos confabulado… o más bien él.
Escuchó por afuera el sonido del megáfono, al parecer es mi abuelo quien está dando introducción a la ceremonia. Comienzo a jugar con mis dedos y me miro al espejo; comienzo a dudar ¿Está bien que haya sido Reborn quien planeo todo? ¿Todo saldrá bien?
En el momento que suspiro tratando de controlar mis nervios escucho como se abre la puerta de mi camerino y entonces por el espejo puedo vislumbrar que quien entra es él.
Abrí los ojos como platos y poco a poco voltee a verlo directamente. No había duda, era Reborn. Su sonrisa de lado me perdió por los varios sentimientos que se alojaron en un segundo dentro de mí. No pude evitar sonreír con lo más que podía pero astutamente él se acercó para robarme un beso quitando todo obstáculo; entonces supe que estaba entregándome la confesión más hermosa que jamás imaginé.
CONTINUARÁ…