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El cielo más grande. por sukichoco

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Notas del capitulo:

Hola!

Sinto mucho no haber actualizado el viernes pasado, pero ya estoy aqui.

¡¡¡DISFRUTEN!!

El cielo más grande

23.- En el camino.

 

Narrado por la autora.

 

Dino Cavallone estaba en un dilema.

Kyoya comía con una tranquilidad que al rubio le parecía cínica ya que había un problema gigante sobre él y no parecía enterado de la gravedad.

Dino por primera vez tuvo miedo de la fidelidad en las relaciones, de ninguna manera había pensado antes en dejar a un lado a un amigo en problemas, pero justo ahora comenzaba a cuestionar ese principio de lealtad. Resultaba difícil por primera vez el seguir al hincapié una idea que ha pasado por generaciones entre los Cavallone, ya que con el solo brindar ayuda a Kyoya se estaba metiendo contra Reborn y sus socios y por no mencionar al Noveno quien por lo que pasó estaría enfurecido con Hibari.

Suspiró cansado de tanto pensar y aturdido aunque el verdadero culpable parecía tan placido y sereno que de alguna manera le molestaba.

Romario entro al comedor donde los dos comían en los extremos de la gran mesa y se acercó a Dino para susurrarle algo al oído.

Su piel se erizó y un frio de ultratumba lo sacudió.

“El noveno está aquí”

Tragó el bocado que aun tenia, tomó algo de agua y se levantó del asiento. Kyoya lo notó pero no se interesó por ello, estaba pensando en sus propias cosas.

 

Dino camino hasta el vestíbulo acompañado de su mano derecha Romario. Antes de llegar comenzaba a crearse un discurso en la cabeza excusando el motivo por el cual ayudaba a quien había hecho tanto daño a su nieto.

- ¡Noveno! – exclamó fingida sorpresa mientras se acercaba a él para saludarlo - ¡Es un placer tenerlo aquí!

- Buenas tardes Dino-kun – lo saludo tan amable como siempre confundiendo al pobre rubio.

- ¿A que debo el honor de su visita?

- Está aquí ¿verdad? – Dino tragó en seco y ambo se miraron a los ojos.

- Los Cavallone siempre han sido personas de buen corazón y tienen principios que deberían ser fundamentales para que todos seamos como ustedes – comenzó a dar un discurso que Dino escuchó atento – la lealtad es algo que siempre admiraré en tu familia, pero… necesito verlo.

Dino volvió a tragar saliva y movió la cabeza sintiéndose perdido. Era claro que no podía negarle a alguien como él verlo, pero tampoco quería entregar a su amigo. 

- Te prometo que no le haré daño… solo necesito hablar con él. Además quiero que estes presente cuando ambos hablemos, seguramente ya te contó parte, pero no todo.

Dino lo observó sorprendido y sin negarse más le guio por el camino para llegar a Kyoya.

 

El azabache continuaba comiendo tan sereno como podía. Por dentro estaba a punto de estallar de puro estrés.

Escuchó pasos dirigirse al comedor de nuevo. Pensó que se trataba de Cavallone después de una visita al baño, pero escuchó a varias personas caminar hacia él.

Levantó la mirada y espero a que alguien cruzara por la puerta y tan pronto paso la primera persona, se levantó de su asiento con obvia intranquilidad.

Los dos se miraron fijamente con seriedad y controlando sus acciones.

El rubio llamó a Kyoya para que fueran a un lugar más privado como la biblioteca de la mansión. Al principio el azabache se figuró una traición de Cavallone pero al ver su cara sorprendida, dejo de lado esa suposición y caminó sin quejas a la dichosa biblioteca.

El noveno se sentó en un sillón y los otros dos se sentaron juntos en uno más amplio. El anciano admiro todo a su alrededor antes de comenzar a hablar. Entonces cuando hacía gestos de sorpresa y gusto los otros dos no se imaginaban lo que éste haría con ellos, después de todo las acciones del noveno siempre son enigmáticas.

Finalmente colocó su mirada sobre ellos y suspiró al ver a Hibari.

- Antes de que yo diga algo. Quiero saber tus razones Hibari-kun – el mencionado se sorprendió internamente al ya no ser llamado por su nombre, el noveno había usado su apellido en cambio.

- ¿Esta muerto? – pregunto fríamente, con una mezcla de seriedad y rabia en sus ojos.

El noveno suspiro incrédulo de que al parecer no estaba arrepentido de haberlo hecho. Aunque había hecho tanto daño al mismo tiempo a él y a su nieto.

- ¿Quieres decir que no te sientes arrepentido? – preguntó calmando su enojo por dentro.

- El robó lo más importante para mí en esta vida – comenzó a hablar con furia sosegada. - ¿Por qué cuando yo tomo su vida es el único que es víctima? Ese… pff.. – rio levemente – herbívoro – remarco bien esa palabra – se lo merecía.

- Tsuna nunca fue tuyo – dijo un humilde Noveno.

- Já – se burló con fuerza -  Yo lo compré ¿No es así?

El noveno aparto los ojos con dolor. Y apretó los puños con cólera reprimida que ponía su cara completamente roja. La culpa oprimía su pecho con fuerza y el arrepentimiento era tan grande que sentía las ganas de matarse para únicamente hacer feliz a su nieto.

Pero entonces recordó.

- Tu prometiste que nunca le harías daño a mi nieto – demandó con un tono de voz más alto – Pero.. ¿Qué fue lo que me contó él? Me dijo que intentaste violarlo.

El rostro de Hibari empalideció un poco, pero su cara llena de orgullo no bajó la mirada ante quien debía hacerlo. Con absoluta razón el Noveno venia ahora a pedir que se largara de sus vidas a cambio de no refundirlo en la prisión más horrorosa que hubiera en toda Grecia. Ahora el anciano que le pidió un fuerte préstamo para no perder su riqueza tenía un as que le permitía salvaguardar a su nieto de todas las maneras, tanto económicamente como de salud.

En el hospital se dio cuenta al ver los ojos de Tsuna, que éste aun guardaba culpa en sí. La huida del altar pudo haber sido un detonante para que todo se convirtiera en lo que estaba pasando. Pero el noveno sabía que el único culpable era él y el azabache frente a sí. 

- Yo reclamo siempre lo que es mío y Tsunayoshi lo es

- Si una persona puede reclamar derechos de propiedad sobre él, únicamente seré yo – le izo saber mientras me levantaba de su asiento producto del enfado. – Él es mi nieto y nunca se lo daré a alguien tan enfermizo como tu

- Lo vendió. – aseguro para de nuevo bajar de su caballo al Noveno quien lo miraba como si fuera más grande que él. – El deposito lo hice antes de la boda ¿no recuerda? Estoy seguro que ya se lo gasto y por eso olvida algo tan importante.

El Noveno tomo vuelo y trato de darle un puñetazo en la cara por sus palabras infames. Pero Hibari lo detuvo sin poner gesto de fuerza.

- ¡Alto! – por fin el rubio se levantó y trato de separarlos de una próxima pelea. - ¡No pueden pelear! ¡Eso no solucionará nada! – trato de hacerlos razonar pero el Noveno nuevamente intentó hacerle daño a Hibari, pero éste no se dejaba en absoluto.

- ¡Ese bastardo está comparando a mi nieto como una mercancía más! – gritó el Noveno enojado.

- No venga con hipocresías – dijo un altivo Hibari quien lo miraba divertido – Usted me lo propuso primero.

- ¡Haré que pagues Hibari Kyoya!

De un momento a otro el Noveno sacó la fuerza que había tenido en sus años de juventud y de un golpe en la mejilla hizo caer a Kyoya de espaldas.

El azabache se levantó con rabia y también lo golpeó en la cara y cayó en el suelo melodramáticamente. Los dos comenzaron a pelear tirando todo a su alrededor mientras Dino los observaba sin hacer nada más que verlos con seriedad.

Cuando los golpes se escucharon afuera, Coyote y Romario entraron con apresuro y preocupación.

El más viejo trató de defender a su jefe, pero Dino lo detuvo.

- Si tienen un problema ellos deben resolverlo – dijo serio. Por ende, se detuvo.

Los golpes resonaban en toda la biblioteca. El noveno sangraba por la nariz, mientras Kyoya sangraba levemente de un corte en los labios.

Hibari se puso a la defensiva, la poca razón que aun tenia no quería golpear a un anciano aun. Pero el noveno testarudo continuó intentando al menos hacerlo desmayar.

El noveno lo sujeto de los hombros y Hibari paso sus manos por en medio y se zafo con facilidad. El anciano entonces le dio un nuevo golpe en la cara y Hibari se la regreso con una patada en el estómago que lo dobló y sin desaprovechar un segundo le dio un rodillazo en el mismo punto y entonces lo azoto contra el suelo para darle un par de patadas.

El Noveno se veía rendido y aburrido se alejó de él para ir a comer de nuevo y después de retirarse de la casa de un verdadero traidor.

Pero en ese momento el viejo lo tomo por sorpresa y lo tiró al suelo para subirse sobre él y dar una serie de puñetazos que no paró hasta que el Noveno se sintió extremadamente cansado y no pudo volver a subir su brazo para darse vuelo.

Los dos terminaron rendidos sobre el piso. El noveno se levantó y se sentó en uno de los sillones que por la brusca pelea había caído de lado.

Respiró con fuerza, necesitaba tranquilizar el ejercicio y la ira en su cabeza.

Hibari permaneció en el suelo mirando el techo de la biblioteca con expresión perdida. El enojo se había esfumando y ahora solo tenía cansancio.

- Ustedes… - dijo con una bocanada de aire hacia Dino, Romario y Coyote – Váyanse… quiero estar a solas con él – señaló con la cabeza a Kyoya tumbado en el suelo. El aire le faltaba al respirar y agotado se recostó en el sofá con triunfo.

Los tres se vieron dudosos de ejecutar la orden pero lo hicieron al darse cuenta que no podían pelear más en ese estado.

- ¿Qué quieres ahora? – pregunto Hibari mientras se sentaba en el suelo limpiando con el cuello de su camisa la sangre que le brotaba de la nariz.

- Tengo que hacerte una propuesta – dijo cuándo por fin recuperaba el aire – en realidad vine hasta aquí para esto, nunca imagine que llegáramos a pelear – sonrió pero de inmediato sintió dolor en la cara así que se abstuvo de hacerlo de nuevo.  

- Solo dila – dijo enojado pues parecía que había perdido la pelea.

- Aléjate de mi nieto y en cambio no iras a la cárcel

El azabache lo miró inexpresivo. El noveno parecía serio en su propuesta por lo que con la cordura sacada a golpes por el propio Noveno, comenzó a pensar en la proposición.

 

Tsuna había caído dormido.

Gracias a que el abuelo llegó Reborn fue trasladado a un hospital privado con habitaciones privadas y amplias donde varias personas podían estar.

Su condición mejoró pero aun no había abierto los ojos.

En el sofá de la habitación de Reborn yacía el cuerpo de Tsuna cansado, pues no había tomado una siesta desde que el de patillas rizadas estaba en el hospital.

Colonello en cambio mantenía la guardia y Lal su acompañante estaba a su lado viendo al pequeño que parecía deshecho, aun soñando.

- Por fin durmió – dijo el rubio aliviado.

- Debe estar muy preocupado – dijo Lal seria y un poco conmovida.

El rubio la miró por el rabillo del ojo mientras se sentaba a un lado de ella. Había una duda constante en su cabeza desde que la vio aparecer en el otro hospital.

- Lal… ¿Por qué has venido? – preguntó verdaderamente curioso pero sin ningún tipo de ánimo.

- ¿Debe haber razón? – le preguntó seria.

- Debe – aseveró Colonello burlón.

- No la hay... además si te digo un razón seguramente la malinterpretaras a tu antojo – su rostro sonrojado le divertía al rubio e inconsciente sonrió con honestidad.  

- Menos mal estas aquí Lal… – tomó su mano y enredó sus dedos con la de ella, sacándole un quejido de molestia que se suavizó cuando  sintió la cabeza del rubio sobre su hombro.

Al principio la mujer trato de quitárselo de encima hasta que se dio cuenta que al igual que Tsuna, Colonello estaba cansado y se había quedado dormido sobre ella con una cara tranquila.

La chica se enrojeció un poco al verlo y sin quejarse más lo dejo dormir.

CONTINUARÁ…    

Notas finales:

Gracias por leer y de antemano les agradesco por algun review que me vayan a dejar XD

 

Han pasado ya dos años desde la primera vez que publique en esta pagina con un One-shot llamado Doble Amor con la pareja 182769. 

Les tengo que dar las gracias por este tiempo que han estado por aqui. Quiza no haya alguna lectora de las que tenia en un inicio, por ejemplo, cuando inicie Sangre Vogola pero a todas ellas, a ustedes y a las futuras les doy las GRACIAS!!!

Ha sido una experiencia enriquecedora e muchos ambitos el publicar aqui. Me siento mas confiada que antes de hacer algo, me he hecho buena amiga de algunas de ustedes... en fin.

Espero tambien, que este proximo 2016 sea un año lleno de exitos para todas ustedes. Cada quien cosecha lo que siembra, por lo que ls deseo las mejores de las suertes y mucha buena vibra para que sus deciciones y sus acciones sean exitosas!

Espero leerlas el proximo año y que por lo menos este tiempo que paso aqui dure por un buen rato más!

Las quiero y FELIZ 2016!!!!!

Bye

 

PD: hice un bonito One-shot de las misma pareja con la que inicie, espero que lo lean y les guste!

Bye Bye---- 


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