El cielo más grande
8.- Primera vez
Narrado por la autora
Reborn pasó por la puerta hasta donde se encontraba Tsuna. El castaño se mostraba con los ojos bien abiertos y la cara sonrojada, quizá nunca podría acostumbrarse a ver a Reborn de frente nunca en la vida.
- Al parecer no eres tan Dame-Tsuna – el mencionado entrecerró los ojos pues no le gustaba que le llamara así.
- ¿Te ha gustado mi presentación? – le preguntó cambiando de tema y Reborn sonrió
- Te ha faltado un poco de entonación en las notas altas pero ha estado bien
Luche observó todo con confusión en su cara, pero luego sonrió divertida.
- ¿Por qué no practicas con nosotros? – ofreció sentarse con ellos pero se negó.
- Hace mucho que deje el piano – la cara de Luche se llenó de melancolía.
- ¿Tocabas Reborn?
Tsuna preguntó algo que le llenaba de malos recuerdos, sin embargo no tenía la intención de que fuera así. Solo fue un poco imprudente.
- Solía hacerlo… ¿Verdad Luche?
Ella dejo de sonreír, bajó la mirada nostálgicamente y asintió entristecida. Tampoco el azabache debía liberar esas frustraciones con ella, pero le era casi imposible reprimir aquellos recuerdos que transformaron su personalidad a la de un mujeriego, sobre todo si aquella persona era la que estaba frente a él.
Años atrás
Reborn era apenas un joven de diecisiete años que por azares del destino en el último semestre de escuela en Japón conoció a Luche
Para él fue lo tan afamado amor a primera vista. Los ojos azules de Luche se juntaron por primera vez con los ojos negros de Reborn en cuanto ella entró al salón de clases como estudiante de intercambio. Reborn pudo sentir de inmediato al ver el cielo de sus ojos que ella sería alguien importante en su vida.
Ya que ambos eran italianos pronto se convirtieron en buenos amigos; y ya que compartían la clase de piano como actividad extraricular en la escuela siempre estaban juntos. El tiempo que pasaban juntos era algo anormal por lo que muchos los tomaron como una pareja más.
Estos rumores le parecían graciosos a Luche mientras que a Reborn le llenaban de orgullo y seguridad, a que nadie se atrevía a posar sus ojos sobre su amada Luche. Sin embargo pronto la relación de ambos se fue marchitando ante la llegada de otro estudiante de intercambio. Su nombre era Gamma.
Aunque al principio Luche a Luche no le agradaba el rubio, por su rígida personalidad, poco a poco estas primeras emociones fueron cambiando ante los ojos de Reborn. Y al final este se dio cuenta que Gamma le había robado su lugar. Los rumores de que Luche salía con Reborn se desvanecieron y pronto comenzaron los nuevos rumores del romance entre el rubio y la ojiazul.
Reborn se dio cuenta que Gamma le había robado a Luche, cuando está en vez de reírse como lo hizo cuando había murmullos entre ellos, esta vez se mantenía nerviosa y apenada y hasta feliz de aquellos comentarios.
El amor que sentía Reborn por Luche le era inmenso y cuando finalmente se declararon una pareja oficial, Reborn comenzó a perseguir a mujeres con una característica similar a la de Luche, sus ojos.
Sin embargo después de haberse relacionado con tantas mujeres que al final le decepcionaban por no llegar a los talones de su amada, todas ellas comenzaron a verse como poca cosa. Luche era la única persona indicada, ella era su Madonna.
Para cuando se dio cuenta, Reborn ya estaba jugando con cualquier mujer que se cruzara en su camino, y no obstante no dejo de hacerlo, más bien se sentía un poco más lleno al acostarse con ellas ya que creía que de alguna manera eso lo hacía sentir como si nunca hubiera sido víctima de un corazón roto.
…
Narrado por Tsuna
Supe de inmediato que algo pasaba. El ambiente se hizo tenso, la mirada de mi instructora se llenó de tristeza y los ojos de Reborn parecían culpables pero juzgadores al mismo tiempo.
Nadie dijo nada. Los tres nos sumergimos en un extraño y filoso silencio. Sin embargo éste fue cortado cuando el sonido del reloj de la clase sonó.
Los tres miramos el reloj rojo que sonaba la alarma indicando que la clase había terminado. Mi instructora se levantó y me miró con una sonrisa amarga.
- Mañana continuaremos ¿vale? – su voz sonó áspera
No espero a que asintiera siquiera cuando ella ya salía del lugar rápidamente. Reborn ni siquiera miró el lugar por donde ella había salido. Se quedó inmóvil con la mirada seria frente a mí.
Por un momento me dio miedo que Reborn se quedara como una estatua así que me acerqué a él.
- ¿Reborn? – me observó detenidamente y luego se acercó a mí.
Mi estoica persona comenzó a delinear con los dedos las teclas del piano pensativo y después de unos segundos comenzó.
Las teclas eran tocadas con naturalidad y perfección. Me mantuve apegado a Reborn, nuestros brazos se tocaban cada que el tocaba teclas cercanas a mí. La música lleno el salón y mi mente se dejó llevar por ella.
Comencé a escuchar con más atención y entonces rogué por que la canción nunca parara. Reborn era perfecto, todo lo que hacía lo hacía bien y escucharlo tocar ahora solo provocaba que ese pensamiento se corroborara más. Las notas seguían sin prisa ni lentitud, mi corazón ya estaba siendo balanceado entre sus notas magistrales y entonces me sentí ahogado.
Lo miré con un poco de discreción, sus ojos se mantenían centrados en las teclas y aunque yo lo miraba con el deseo de que me mirara, no lo hizo.
Cuando la música acabo me sentí decepcionado, por un momento me vi a mí y a Reborn en otro mundo, en uno en el que únicamente estábamos los dos, sin embargo con las notas finales mi aterrizaje fue forzoso.
Aplaudí fascinado, él me regalo una mirada y mi corazón comenzó a sentirse como si lo estuvieran apretando por dentro.
- Así es como se hace – me dijo Reborn mientras me daba una suave caricia en la cabeza.
Jadee al sentir como mi pecho era apretado y atemorizado a que mi órgano vital saliera, yo mismo me tuve que poner las manos ahí con fuerza.
- ¡Lo siento, tengo que ir a otro lado! – dije mientras me levantaba y salía corriendo del salón.
Corrí tan rápido como mis pies podían, el pasillo hacia mi habitación de pronto se me hizo eterno, mis pies no parecían dar los pasos lo suficientemente largos como para llegar ahí. Tenía miedo y confusión, aunque amaba a Reborn el estar a su lado me parecía mortal.
Entre a mi habitación y cerré la puerta atrás de mí. Luego me lance a la cama para taparme entre las sabanas. Era muy doloroso, mi corazón no paraba de latir de tal manera que hacía que mis oídos zumbaran.
¡Toc! ¡Toc!
Mi puerta había sido tocada desde afuera.
Cerré los ojos, si era Reborn yo iba a morir de felicidad.
- Tsunayoshi-sama – la voz de una mujer de edad me llamaba desde afuera.
Me sentí decepcionado pero luego agradecido, si aparecía frente a mi Reborn yo iba a morir.
- ¿Que pasa Mary? – le pregunté a la ama de llaves
- Tsunayoshi-sama, puede salir un momento – me pidió cortésmente
- Sera mejor que tu pases Mary – le dije aun enredado en mis sabanas
- Como usted diga – abrió la puerta con sus llaves y entro - ¿Puedo saber lo que hace? – me pregunto confundida al verme entre las sabanas
- No es nada – saque mi cabeza y la miré de frente - ¿Que pasa Mary?
- Ya es hora de la merienda – me informo aun extrañada - quiere que le sirva aquí en su cuarto, o prefiere tomarla en el comedor
Agradecí que ella lo pidiera.
- Podrías ser tan amable de traérmela.
Asintió y luego salió de mi habitación. Suspiré aliviado y recargué mi cabeza en la cabecera.
- ¿Así es como tratas a los invitados?
Aquella voz tan varonil me saco de la relajación que comenzaba a sentir. Me di cuenta demasiado tarde que Mary no había cerrado la puerta y ahora Reborn se había metido a mi habitación.
- ¡No! – grité a medida que saltaba de la cama para sacarlo del lugar
- ¿Qué haces Dame-Tsuna? – me pregunto molesto mientras yo lo empujaba hacia afuera
- Por favor sal de aquí – le pedí casi rogando
- ¿Que estas escondiendo como para no dejarme entrar?
- ¡No es eso!
Me tomó de las muñecas con fuerza deteniéndome por completo. Sus ojos irradiaban enojo. Con fuerza me levanto en el aire con su agarre y me metió por la fuerza a mi habitación de nuevo.
Me lanzo con poca delicadeza a la cama y luego cerró la puerta con seguro.
- ¡Ah… - me tapó la boca y se subió sobre mí con violencia.
- Ahora escucha – me dijo en susurro y yo le puse extrema atención – cierra la boca, no grites ni digas nada
Asentí como pude, comenzaba a entrar en pánico
Suavemente quitó su mano de mi boca y me miró con seriedad en sus ojos. Por mi parte yo lo miraba confundido, no entendía lo que estaba haciendo conmigo. Sus ojos penetrantes me hipnotizaron y me dejo con solo eso, totalmente inmóvil.
Sus ojos, me analizaban, como si quisiera comprender algo.
- Re… - nuevamente sujeto mis muñecas y las presiono contra la cama. Sorprendido no me di cuenta cunado su cara se encontraba muy cerca de la mía y en un acto rápido juntaba sus labios con los míos.
Sin querer y por la sorpresa abrí mi boca dándole la oportunidad de meterse en ella. Su lengua estaba en mi boca jugando con la mía.
Abrí mis ojos impactado. Reborn también tenía los ojos abiertos y me miraba en medio de un beso que el guiaba como total experto. Sus ojos pegados a los míos me hicieron sentir débil, tanto que como si estuviera somnoliento cerré los ojos.
Reborn no entendía, aunque me saboreaba y comía con un solo beso, no se estaba dando cuenta que yo le estaba entregando mi ser. Lo amaba demasiado, si no me estuviera agarrando de las manos fácilmente yo mismo lo apegaría a mí.
Después de un rato bastante largo y asfixiante nos separamos para buscar un poco de oxígeno, lo miré expectante y el a su vez coloco una larga sonrisa en su cara.
- Deberías comenzar a resistirte ¿no quieres llegar virgen a tu boda?
Unas cuantas lagrimas se me escaparon, producto de amar tanto a Reborn. Sus palabras eran agridulces.
Reborn sonrió y nuevamente se acercó a mis labios. Esta vez dejo libres mis manos para que estas pudieran meterse por debajo de mi blusa.
Sus manos eran calientes y su lengua también. Jadeaba entre besos mientras el solo hacía unos cuantos sonidos de satisfacción. Solo con eso mi cuerpo comenzó a calentarse a tal extremo que mis prendas ya eran demasiado calurosas.
Sentí sus dedos tocar mis pezones y sin querer gemí enloquecido.
- ¡Ah! ¡Reborn! – me separe del beso y como pretexto, el bajo a mi cuello para saborearlo también. - Ah.. Ah… - mi cuerpo comenzó a revolverse en la cama, la sensación era inexplicable pero me gustaba.
Su respiración y su lengua delineando mi cuello y sus dedos torturando mis pezones hicieron que algo más comenzara a despertar en mi parte baja.
- ¡Ah… Reb… ¡Ah! – el me miró tratando de comprender lo que quería decirle, bajo su mirada y miro mi entre pierna, entonces sonrió orgulloso y me miró a los ojos
- Tienes un cuerpo muy lascivo Dame-Tsuna - gemí ante sus crueles palabras
- ¡Reborn! Ah… ¡Reborn! – repetí su nombre entre jadeos
- ¿Quieres que te ayude ahí también? – me preguntó seductor
Yo lo miré con lágrimas en los ojos, suplicantes a su ayuda.
Sonrió de lado y no dejando de lamer mi cuello, una de las manos que jugaban con mis pezones, bajo hasta esa parte que estaba caliente.
La falda que traía puesta rápidamente fue levantada dejándome totalmente expuesto.
Su mano tocó mi pene por sobre las pantis y medias que llevaba ese día.
- Ya veo que incluso usas ropa interior de mujer
- ¡Reborn! – comencé a jugar yo mismo con mi cabello con desesperación, mi cuerpo comenzaba a temblar también.
- Estas completamente desesperado por diversión ¿eh?
Asentí embriagado de su colonia que comenzaba a impregnarse en mi habitación ¿cómo poder dormir ahora aquí?
Reborn soltó mi cuerpo y se dirigió a mi parte baja. Ahí tomo las medias entre sus mano y las rompió para abrirse paso. Luego movió mis pantis un poco para dejar salir mi miembro levantado y chorreando de vergonzosos fluidos.
- Dame-Tsuna – me llamo para verlo y al momento que ambos cruzamos miradas él se metió mi pene en la boca.
- ¡Ah! ¡Reborn! - Me era imposible aguantarlo más, así que gemí su nombre al mismo tiempo que me venía en su boca.
Jadeé cansado, mi cuerpo no dejaba de temblar. Había sido una sensación completamente nueva y placentera.
Reborn se reincorporó y besó mis labios nuevamente, solo para pasarme todo aquello que había expulsado en su boca. Aun con lo cansado que estaba, pude aguantar ese último beso y luego caí en los encantos de Morfeo.
Narrado por Reborn
Dame-Tsuna apenas pudo aguantar unas simples caricias y de la nada se vino el muy mocoso en mi boca. Me sentí irritado y ganas de golpearlo no me faltaron, pero al ver su cuerpo cansado, jadeante y tembloroso únicamente me dieron ganas de seguir jugado con él.
Me acerqué a su boca para pasarle todo lo que me trato de hacer tragar y cuando termine me di cuenta que se había dormido.
Su cuerpo indefenso estaba ahí frente a mí, su frente estaba sudorosa, su cuerpo exhausto y además sus medias rotas realzaban su seducción. Ra difícil controlarse ante alguien así, pero no hice más, después de todo si se me ocurría hacerle lo que tenía pensado, el Noveno me mandaría a matar.
Así que únicamente le quite todo lo que sobraba de las medias rotas. Y lo metí en su cama para que descansara después de su primer orgasmo. Sonreí orgulloso.
Metí las medias rotas en mi bolsillo y salí de la mansión sin ser visto. Dame-Tsuna cada vez era más y más interesante. Después de esto, seguramente me divertiré mucho con él.
CONTINUARÁ…