Se me hacía tarde, el equipo me estaba esperando para entrenar, tenía que hablar antes con el capitán Michael, necesitaba pedirle un gran favor…
En la cancha, el equipo entrenaba y esperaba a su entrenador, cuando el portero, Benji se les acerca para preguntar sobre Roberto.
-¿Dónde está Roberto?
-todavía no ha llegado –respondió Oliver
-Roberto se retiró, ya no jugará más –afirmó el portero
-¿Qué?-todo el equipo se lo pregunta a la misma vez
-¿acaso no saben el problema que tiene a los ojos?-añade Benji
Oliver y su equipo se dirigieron a la casa de este, para saber si era verdad la renuncia de su entrenador.
En casa de los Atom…
-capitán, deje que me lleve a Oliver conmigo a Brasil , para que triunfe
Justo en ese momento abren la puerta, era el equipo que había llegado , todos se quedan impresionados con las palabras de Roberto.
*yo Roberto… contigo me voy a cualquier lado *-pensó Oliver
-¿Roberto es verdad lo de tu retiro?-Oliver asustado
- si… ya no jugaré nunca más –en un tono triste
-ah…
-pero eso ya no importa , porque tengo un nuevo sueño , en el que apareces tú
-¿yo?-sorprendido
-¿Oliver?-repitieron sus compañeros
-quiero convertirte en lo que yo nunca logre en mi carrera profesional. Capitán deje que me lo lleve así le devolveré el favor por salvar mi vida.
El capitán y su esposa pensaban en el futuro de su hijo, a lo que el capitán respondió
-Esta bien… pero con la condición que Oliver gane el campeonato
-Gracias C.Michael no se arrepentirá, se que lograré convertir a Oliver en el mejor futbolista.
En un rincón se hallaba un pensativo Benji, alejado de todos.Pensando
*Oliver no quiero perderte, no te vallas con él… quédate conmigo*
Después de esta gran noticia fueron al campo a entrenar como nunca, pero ahora Oliver tenía una misión, si ganaba el campeonato iría a Brasil a cumplir su sueño…
El entrenamiento finalizó tarde, todo el equipo se dividió y fueron a su casa. Oliver y Roberto fueron de camino a casa juntos, en el camino ninguno se dirigió la palabra.
No había nadie en casa. El menor se dirigió a su cuarto, a lo que el entrenador hizo lo mismo, se recostó en su cama y su conciencia no lo dejaba tranquilo, tenía que hablar con el nº 10. Se levantó y fué a tocar la puerta del menor, al ver que no recibía ninguna respuesta, abrió lentamente la puerta y …