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¿Esto es amor? por girlutena

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Notas del capitulo:

Uwaaaaaaaa 

Antes que nada quiero agradecer a todos ustedes quienes se dieron el tiempo de leerlo y dejar sus comentarios. 

En verdad, nunca pensé que esta historia tendria tantos comentarios ni tantas leidad, lo empece como algo "sin importancia" y se volvio en una historia tan larga y bonita *-*!!!! y es todo gracias a ustedes!!!!.

Y bueno aquí les dejo el ultimo capitulo que aunque es cortito....espero que les guste ;)!

Epilogo

Las luces de navidad brillaban desde las altas copas de los árboles, las suaves y delicadas canciones navideñas, las tiendas rebotaban de personas saliendo con bolsas llenas de regalos; los padres de familia caminaban con demasiada prisa, sumamente abrigados mientras que los niños corrían por los largos y luminosos pasillos, eligiendo los regalos para la noche buena.
 
 
 
Los pequeños copos de nieve caían suavemente, mientras en el hermoso cielo senmostraban los últimos destellos del hermoso atardecer que había habido, el sonido de los autos se perdían a lo lejos, siendo opacados por las fuertes canciones de los villancicos.
 
 
 
Hiyori se había detenido al frente del enorme árbol de pino, rodeado de hermosas esferas de cristales de colores, las luces fosforecentes de hermosos colores brillaban con fuerza, alumbrando toda la plaza central. Sus hermosos y grandes ojos de color miel brillaban con emoción, soltó un suave suspiro al sentir el viento helado chocar con su descubierto rostro, llevó suavemente sus manos hasta su bufanda que rodeaba su delgado cuello, para rodear con fuerza alrededor.
 
 
 
-¡Hija, vamos! –La pequeña corrió al suave llamado, hasta tomar la mano de Kirishima, sonriendo al ver las bolsas llenas de regalos, se alzó sobre el cochecito y jugó con la naricita roja de su pequeño hermanito, riendo al ver como fruncia su ceño e inflaba sus cachetes, igual a su oto-chan.
 
 
 
-nee-chan. -El pequeño morenito soltó un suave suspiro y rio al sentir los suaves besos de la niña sobre sus mejillas, movió sus piernitas y sus brazos dejando que su hermana lo cargara.
 
 
 
-Oto-san. –El castaño sonrió suavemente al ver a la pequeña arreglar el gorrito de lana sobre la cabecita del morenito y él también jugó con los mechones castaños que salían del gorrito de su hija. – ¿Ya le compraste el regalo a Oto-chan?
 
 
 
-Muchos, muchos regalos; mi princesita. –La menor sonrió abiertamente al escuchar el dulce apelativo de su padre. – ¿Y tú? –La menor asintió con fuerza, mostrando una sonrisa. 
 
La pequeña había ahorrado todas las propinas que sus padres le habían dado. Kirishima tomó fuertemente la mano de la pequeña y siguieron caminando entre todas las personas.
 
 
 
 
 
Las hermosas luces de colores decoraban la entrada de la pequeña casa, los grandes árboles habían sido decorados con las brillantes luces, mientras que los finos copos de nieve caían con sutileza, cubriendo todo el pórtico y la pequeña banca blanca, dondo al doncel le gustaba descanzar todas las tardes y quedarse viendo el hermoso atardecer, siendo relajado por el suave murmullo de las olas chocando contra las rocas.
 
 
 
El suave viento frío se colaba por las pequeñas rendijas de las ventanas, el olor a pavo se podía percibir en todo el agradable ambiente, la pequeña niña sonrió abiertamente y corrió olvidandose de su padre y de su pequeño hermanito que quiso seguirla; la pequeña llegó hasta la cocina, abrazando por la espalda al doncel moreno, ocultando su infantil rostro en la espalda del mayor.
 
 
 
-Oto-chan, huele demasiado bien. –El moreno sonrió y besó los cabellos castaños de la pequeña niña. –Iré a ayudar a Oto-san con los regalos. 
 
 
 
La pequeña niña corrió hasta el auto donde aun se encontraba su padre, dejando la entrada de la casa abierta, sin fijarse que el pequeño morenito de casi ya dos años, ingresara con tambaleantes y cortitos pasitos.
 
 
 
El pequeño morenito caminó despacio y en silencio, agarrándose fuertemente de la lisa pared, mostró una gran sonriss con apenas unos dientesitos de leche y cerró lentamente sus ojitos al observar las brillantes luces del árbol, para luego abrirlos grandes y brillantes al ver toda la hermosa decoración,  gimió bajito al sentir como su cuerpecito caía lentamente hasta el suelo; se quedó un momento observando los deliciosos y coloridos dulced que se encontraban sobre la mesa del comedor pero con sus manos y ayudandose de sus rodillas, empezó a gatear al percibir el dulce aroma de la comida.
 
 
 
Gateó lentamente hasta que entró a la cocina, se quedó sin moverse al ver cómo su papi caminaba de un lado a otro llevando bandejas con comida, el pequeño balbuceó algunas palabras intendibles y alzó sus bracitos al ver como su papi se agachaba para quedar a su altura.
 
 
 
-Mi pequeño ¿Cómo llegaste hasta aquí? –El doncel tomó con suma delicadeza el pequeño cuerpo del varoncito, sintiendo como la mano del menor jalaba suavemente un corto mechón de sus cabellos. –Seguro tu tonto padre te ha dejado solito. 
 
 
 
El pequeño aplaudió con sus manitos, soltando una pequeña risa, al sentir los labios del mayor sobre sus brunos cabellos; el doncel caminó despacio, deteniéndose en el umbral que llevaba a la sala, sonrió suavemente al ver como Zen colocaba los regalos debajo del pino, mientras que la pequeña Hiyo ayudaba en acomodar la mesa central.
 
 
 
Viró levemente su mirada al escuchar el sonido del timbre y antes de ir a abrir la puerta, la pequeña Hiyo ya se había acercado con pasos rápidos, dejando entrar a Maito y a Shon, quien cargaba a un pequeño doncelito de apenas un año.
 
 
 
Detrás de ellos también venían la pareja de esposos, que le habían ayudado tanto en aquellos meses que necesitaba el amor verdadero de una familia.
 
 
 
Todos rieron al ver como el pequeño Yurishi aplaudia fuertemente al ver todos los regalos que traían los amigos.
 
 
 
Después de comer, el pequeño varoncito se había mostrado demasiado inquieto por querer recibir los regalos, Yokosawa besó suavemente los cabellos de su pequeño niño, percibiendo el aroma de menta en ellos, le sonrió suavemente haciendo que se calmara y con pasos suaves se acercó hasta la entrada de su casa, se sentó en la pequeña banca que minutos antes el varón había limpiado, los ojos oscuros del moreno se fijaron en el cuerpo bien abrigado del niño. 
 
 
 
Soltó un leve suspiro y cerro sus ojos, recordando los tres años que había pasado al lado del varón, los días de lluvia en la que pasaron metidos en casa, abrigados con el calor de la chimenea, escuchando las historias de la pequeña, jugando con los juegos de mesa con los dos niños y tomando varias tazas de chocolate caliente, para después terminar el día en la cama siendo abrigado con los fuertes brazos de Kirishima, aprisionando su vientre.
 
 
 
Sonrió suavemente al ver los grandes y brillantes ojos de su pequeño niño de dos años y como le mostraba una hermosa sonrisa, mientras que intentaba ponerse de pie, con ayuda de las delicadas manos de su papi, sus pequeños piesecitos se apoyaron con firmeza sobre las piernas de su oto-chan, dejando que las manos del.doncel se aferraran con sutileza sobre su estomaguto
 
 
 
El pequeño aplaudió fuertemente al sentir como un pequeño copo de nieve caía sobre su respingada y roja nariz, abrió su boquita intentando que los copos cayeran sobre su lengua y ante la suave risa que soltó el mayor, el pequeño arrugo su ceño al sentir el frío y el sin sabor de los copos.
 
 
 
-Sabía que te iba a encontrar aquí. –El doncel sintió como Maito se sentaba a su lado, también con su pequeño en brazos. El pequeño de año y medio intento alcanzar los pequeños copos de nieve que habían empezado a caer con más fuerza. –Quién lo diría, tres años.
 
 
 
Yokosawa observó como su pequeño intentaba hablar con el pequeño doncelito y miró fijamente los ojos verdes de su amigo y se dio el lujo de sonreir suavemente al verlo tan enamorado de su pequeño niño.
 
 
 
-Sí, tres años. 
 
 
 
El doncel llevó su cabeza hacia atrás, sintiendo la fria madera sobre su desnuda nuca; cerro lentamente sus ojos y sintió como su pequeño empezaba a mover sus cortas piernitas y lo dejó suavemente sobre el piso, sonrió feliz al ver como el pequeño Yurishi empezaba a caminar con más libertad y escuchó la suave risa de Maito al ver como su pequeño Sora tambien quería caminar y seguir al varoncito.
 
 
 
-Me gusta verte así. -Yokosawa miró a su amigo, quien tan solo mantenía su verde mirada sobre los dos niños,pero mantenía una pequeña pero hermosa sonrisa en su bello rostro. -Recuerdo el peimer día en que llegaste, todo destrozado y triste, con un niño en tu vientre, en ese momento me prometí nunca dejar que algún otro varón te hiciera daño.
 
 
 
El moreno agacho su rostro al sentir las pequeñas manos de su pequeño tocar sus rodillad, acariciónsus cabellos para luego ver como se acercaba a la nieve y tomaba un poco entre sus manitos.
 
 
 
-Pero cuando ví, que a pesar de todo el daño que tenías en tu corazón, tus hermosos y brillantes ojos mostraban un pequeño pero significante brillo al ver a aquel varón, supe que ya no tenía nada más que hacer. -Maito pudo percibir una pequeña sonrisa en su rostro.
 
 
 
-Gracias. Muchas gracias Maito. -El varón acarició la mejilla del menor, sonrió suavemente al ver su leve ceño fruncido. -Cuando estuve en la clínica, soñe con Sakura, la esposa de Zen. Ella mw pidió que hiciera feliz a su familia.
 
 
 
El varón sonrió suavemente y atrajo el cuerpo del doncel sobre su hombro, dejando que Takafumi apoyara su cabeza ennsu hombro.
 
 
 
-Sabes que te quiero mucho
 
 
 
-Eres el hermano que siempre desee. -La risa del varón se escuchó suave y jovial, recordando los momentos incomodos que habían pasado adelante de algunas personas, incluso delante de Shon.
 
 
 
 
 
La pequeña Hiyo salió corriendo de la casa para atrapar al pequeño Yurishi entre sus brazos y riendo al sentir la pequeña y mal formada bola de nieve sobre su rostro, Hiyori tomó al pequeño Sora en sus brazos para sentarse sobre la pequeña escalinata dejando que su hermanito la siguiera.
 
 
 
-Se están volviendo buenos amigos.
 
 
 
-Estoy seguro que Sora terminá enamorándose de Yurishi. -Shon y Takafumi rieron librementes al ver el notable ceño fruncido de Maito.
 
 
 
-Nadie me quitara a mi bebé. -El varón tomó por la cintura a su doncel y lo sentó sobre sus piernas, escondiendo su rostro en el cuello del menor. -Aunque siempre podemos tener más hijos.
 
 
 
Yokosawa rió suavemente al ver las mejillas fuertemente sonrojadas por parte del doncel y golpeó ligeramente el brazo del varón para que dejara de sofocarlo. 
 
 
 
Sintió las suaves manos del castaño acariciar suavemente su cuello, mientras pasaba suavemente sus labios por toda aquella piel desnuda, sintió un leve escalofríos al sentir el suave respirar de su calido aliento sobre su piel.
 
 
 
-Feliz navidad. 
 
 
 
Los dos donceles sonrieron al ver los hermosos fuegos artifiales explotar en el gran cielo oscuro, el pequeño varoncito corrió a esconderse dentro los protectores y delicados brazos de su oto-chan, mientras que Hiyo le entregaba al pequeño Sora a los brazos de Shon .
 
 
 
Kirishima acarició los sedosos cabellos de su pequeña, besandolos en el proceso, sonrió suavemente agradeciendo a todo aquello que hizo posible tener una familia como aquella, la niña se sentó a los pies del doncel, viendo emocionada los hermosos castillos explotar, mientras que los pequeños niños aplaudían divertidos.
 
 
 
El castaño cerró lentamemte al sentir el viento cálido acariciar su rostro, pudo percibir el dulce aroma a lavanda de su esposa difunta, aquella mujer que le enseño a amar, aquella a quien gracias pudo darse cuenta del amor que le profesaba a aquel joven y hermoso doncel. Dandose cuenta que eran tres personas que necesitaban del afecto del amor.
 
 
 
Aprendiendo a que seguir con su vida, nones tan malo como había pensado.
 
 
 
-Siempre te amaré.
 
 
 
Yokosawa giró su rostro para ver la hermosa sonrisa que estaba mostrando el castaño, soltó un suave suspiro al tener que aprender a vivir con el recuerdo del primer amor de su ahora esposo.
 
Kirishima abrió lentamente sus ojos para observar el rostro agachado de su doncel, sonrió suavemente y con dos de sus dedos alzó el rostro del menor, besando suavemente sus labios y sonrió al ver las mejillas sonrosadas del menor.
 
 
 
-A veces puedes ser demasiado cursi. -El castaño sonrió al ver las mejillas sonrojadas de su doncel y cerró lentamente sus ojos al sentir los labios del doncel sobre los suyos. -Yo tambien te amo y siempre te amaré.
 
Notas finales:

FELIZ NAVIDAD (atrazada) Y FELIZ PROSPERO AÑO NUEVO 

2015!!!!!

 

Tan rapido se acabo el año T_T

 


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