Había tenido un día simplemente terrible...
Un joven de 30 años, alto que atraía miradas a su paso no solo por su porte que denotaba su buena posición social sino también por ser demasiado atractivo, hombros anchos, músculos trabajados que invitaban a comprobar si eran reales pero lo que más llamaba la atención era sus grandes y expresivos ojos, unos bellos ojos que en esos momentos mostraban su enfado
¿Por qué lo ponía en esa incómoda situación?; había planeado pasar la tarde junto a ella, buena comida, buen vino una agradable conversación e incluso por que no ¿Sexo? Todo iba de maravilla hasta que su conversación tomo ese rumbo…
¿Era tan complicado de entender acaso?
El en estos momentos él no deseaba tener más compromisos de los que ya tenía. Suficiente era ya con dirigir la multinacional empresa de tecnología que en la actualidad era una de las líderes en su área, eso ya le producía muchos dolores de cabeza y entonces porque ella le agregaba un problema más haciendo esas preguntas incomodas…
¿Porque deseaba casarse tan pronto?; Sulli era el nombre de la causa de sus problemas, había sido su amiga desde que tenía uso de razón y en la actualidad tenían una relación estable pero entonces ¿El problema? su pareja ya no se conformaba y quería más…
La pregunta era ¿Quería él más?
Nuevamente suspiro y se dedicó a observar el paisaje a su alrededor; disfrutaba mucho ir a ese parque y sentarse ahí donde nadie esperaba algo de él, no tenía obligaciones que cumplir, simplemente sentarse y ver a los infantes jugar, observar a las parejas alimentar a los patos del lago pero sobretodo observar a ese chiquillo que se sentaba a las afueras del parque a limpiar los zapatos de los transeúntes.
De cabellos rubios y piel pálida; delicadas facciones que parecían esculpidas por el propio Miguel Ángel; un poco delgado para su gusto pero con una sonrisa que inconscientemente alegraba su día
Podría parecer acosador ¿Seguramente? Más aun así lo estuvo mirando durante un rato más, notando la hermosa sonrisa con la que agradecía, la forma tan peculiar en que se limpiaba sus manos después de lustrar los zapatos de algún cliente pero también notaba las miradas lujuriosas que le dedicaban algunos de sus clientes, miradas las cuales el pequeño rubio no se percataba o fingía no hacerlo, le observaba fruncir su entrecejo cuando alguno de esos hombre le hacía un comentario fuera de lugar, simplemente ignorándolos. Ese muchacho era sencillamente hermoso y además de hermoso sabía también que era sumamente inteligente, en alguna de sus pláticas logro enterarse que él estudiaba becado en una prestigiosa universidad donde muy pocos lograban entrar, no obstante por diversas circunstancias había sido obligado a dejar sus estudios y encontrarse donde se estaba en la actualidad
Decidido a que era suficiente de verle a la distancia se acercó observándole guardar sus cosas en el degastado cajón
-Tienes tiempo para un cliente más Key- pregunto con una sonrisa, misma que fue correspondida dejándole embobado por un momento
-Claro que sí señor Choi – respondió incitándole a tomar asiento en la banca frente a él - Ha tenido un mal día ¿Cierto?- interrogo mientras iniciaba con su trabajo
-Eres muy perspicaz chiquillo- dijo a la vez que desordenaba los rubios cabellos
-No haga eso- se removió intentando parecer molesto aunque siendo honesto sería difícil enfadarse con el hombre frente a él, desde que le había conocido le pareció extremadamente guapo pero lo que le conquisto en realidad fue su cálido ser, a pesar de su posición social era humilde y siempre se comportaba amablemente con las personas que le rodeaban, había notado también que tenía cierta debilidad por los infantes puesto que cada vez que un niño se acercaba a él no podía evitar jugar con él por unos minutos, pero lo que más le gustaba de él era el hecho que no lo veía como un objeto sexual como lo hacían la mayoría de los hombres. Lastimosamente nunca se fijaría en él, tal vez en otra vida podría nacer dentro del entorno social del mayor sin embargo por los momentos únicamente se quedaría como lo que era; un afecto imposible.
Un suspiro se escapó de los labios acorazonados
-¡Hey! ¿Qué pasa?- interrogo el mayor quien ya había notado que el menor parecía perdido en sus pensamientos
-Disculpe ¿Que me decía?-
-Sabes hermoso, no es nada halagador que mientras estés conmigo tu mente divague sabrá en qué lugares lejanos- bromeo causando un sonrojo en las pálidas mejillas
-Lo siento hoy estoy distraído- se justifico
-De eso me di cuenta sin que tengas que decirlo- volvió a reír intensificando el rubor en su acompañante
-Parece que ha dejado atrás el malhumor con el que se encontraba- hablo minutos después el rubio
-Según tú, que te hace pensar que yo me encontraba molesto- inquirió curioso puesto que muy pocas personas eran capaz de ver sus emociones
-Es fácil saberlo, traía un aura negra cubriéndole- bromeo antes de continuar- Cuando usted tiene un día pesado cierra sus manos en un puño además camina totalmente rígido únicamente observando hacia el frente respirando más rápidamente logrando que ambos lados de su nariz se muevan graciosamente y ni siquiera se inmuta cuando algún nene se acerca a usted- rio recordando ese último detalle -dejando momentáneamente sorprendido al mayor
-Eres muy observador pequeño Key-
-No me diga pequeño , señor Choi- dijo arrugando su nariz
-Eres un niño aun a penas cumplirás 22 años- respondió con un encogimiento de hombros y una bella sonrisa
-Aun así, no me llame pequeño- musito
-Eres un encanto, no sé cómo tu novio se permite dejarte solo tanto tiempo
-No tengo novio señor, dudo que a muchos les interese como pareja a un chico que no estudia, limpia zapatos para poder al menor comer y no olvidemos la hermosa residencia en la banca de este parque, soy un buen prospecto ¿verdad?- rio con ironía
-Key- musito el mayor – Lo siento no quería…
-No se preocupe- interrumpió al más alto – No es algo de lo que me moleste hablar, no me ha ofendido si es lo que le preocupa; esto será pasajero de alguna manera saldré adelante sé que volveré a estudiar y el mundo sabrá quién es Kibum- finalizó dejando sorprendido al mayor con la seguridad de sus palabras
-Key podrías trabajar para mi si lo deseas- volvió a recordarle, hacía tiempo atrás que le insistía en eso al rubio, en las primeras ocasiones que se lo ofreció el menor lo rechazó tajantemente no confiaba en él y se lo recalcaba frecuentemente: “No hay amor sin interés” decía
-En algún momento aceptare su propuesta pero por ahora intentare salir de este hoyo por mis propios méritos, pero prometo que si en algún momento necesito ayuda usted será el primero en saberlo- concluyo con una sonrisa –Ahora me dirá el ¿Porqué de su mal humor?- cambio de tema
-Alguna vez has tenido la sensación de que las personas esperan más de lo que tú puedes dar- inquirió
-Hace mucho tiempo que nadie guarda alguna ilusión para mi persona- respondió – Pero ¿Porque me lo pregunta?
-Hay una persona que es muy querida para mí, hemos sido amigos desde hace muchos años y hace algunos meses iniciamos una relación, ella es simplemente maravillosa y única pero sin embargo ahora quiere que formalicemos nuestras relación y yo…
-Y usted ama su libertad ¿Cierto?- interrumpió Key
-Exactamente no deseo casarme aun, siento que aún me falta más por experimentar solo
-Sabe usted es una persona compleja, no logro entender el problema usted aprecia a esa persona, además si da este paso estaría más cerca de tener su propio hijo y dejar de molestar a las niños en el parque- agrego con intensión de molestarle un poco
-Así es pero….
-¿Pero qué?- interrogó
-No sé si es lo que deseo-
-En algún momento tendrá que formar una familia y por lo que me acaba de contar ella es una muchacha excepcional y sobre todo lo quiere; entonces porque no arriesgarse
-No lo sé-
-Piénselo no tiene que tomar una decisión hoy pero al final tendrá que hacerlo; le recomiendo no prolongue algo que al final terminará haciendo- aconsejo
-Key yo no…- iba a agregar algo más fue interrumpido por el menor
-He terminado- finalizo haciendo un guiño coqueto que dejo momentáneamente aturdido al mayor
-Gracias Key, pensare en lo que me has dicho – dijo mientras extendía la paga por su servicio – Cuídate mucho pequeño- se despidió dirigiéndose a su lujoso automóvil. Key dejo escapar un suspiro mientras le observaba marchar, como le gustaría que un hombre como Minho se fijara en él; mas eso era simplemente un sueño.