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La única opción. por Lilium04

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Notas del fanfic:

Waaaaaaaaaahhhh... ya extrañaba escribir gore y creo que era el turno del Taoris agshgdsbbdchbc

A leer uwu

Sus ojos, adornados con sombras, se encontraban cerrados.

Había dos cuerpos sin vida en el lugar.

Manchas carmesí decoraban todo, las líneas no eran planeadas y las gotas dibujaban figuras irregulares.

Una pareja se encontraba sobre el sofá, ambos inmóviles pero enlazados. El cuerpo más pequeño era protegido por los brazos del otro. Delicadamente, el pequeño recorría la tersa y suave piel blanca con la yema de los dedos, sin importarle que esta se sienta un poco fría al tacto y este un tono más pálida de lo natural. La cara del mayor se encontraba apacible; es como si nunca hubiera vivido el horror de horas anteriores, el cual marco su destino y el de su pareja.

El pequeño sabía que lo tendría, era suyo y nadie más estaría en su camino para apartárselo.

 

– Kris... después de todo, estas a mi lado... – el pequeño habló pero su pareja no respondió – lo que tuve que hacer para que te dieras cuenta que yo siempre fui la mejor opción. - el pequeño se acurrucó en el formado pecho del mayor, haciéndose aún más pequeño entre sus brazos.

Pero el cuerpo del mayor no le otorgaba el calor que la fría noche recomendaba, este con cada minuto que pasaba, se volvía más rígido y helado, simplemente el tacto ya no era el mismo, porque la vida ya no habitaba en su cuerpo, esta se había escapado de la forma más rápida y cruel, y el corte a lo largo de la garganta contaba toda la historia.

 

 

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Conoció a Kris por equivocación.

El joven iba en dirección a su primera entrevista de trabajo. Tenía una semana de haberse graduado en puericultura y se encontraba buscando alguna escuela para poder empezar junto con el nuevo curso. Le gustaba cuidar niños, a pesar de no ser un trabajo exactamente famoso entre hombres, a él no le importaba. Su carisma y sensibilidad, le hacían agradable para las pequeñas personitas, quienes le aceptaban gustosos. Los niños lo aman.

El transporte que tomo hacia el lugar de la entrevista fue el equivocado, dejándolo en una zona que no conocía. Faltando solo quince minutos para su entrevista y notando que no llegaría, decidió llamar para rogar un cambio de fecha. Después de unos minutos, se le fue otorgado otro horario y prometió estar puntual.

Vagaba por las calles sin mirar y choco con otro ser, haciéndole caer al concreto. El golpe fue un poco doloroso para él.

 

– Deberías fijarte en tu camino. – La voz fue fría como para causar que los cabellos de la nuca del pequeño se erizaran.

– P-perdón. – Tartamudear ante un extraño le hizo sentirse estúpido.

– Como sea... – y el dueño de la voz emprendió de nuevo su ruta.

– ¡Espere! ¿Podría decirme en donde puedo tomar el transporte para ir al centro? – Realmente esperaba un poco de iluminación divina en forma de respuesta.

– ¿Vas hacía al centro? –

– Si no, no estaría preguntando. – y rodó los ojos, al extraño no le molesto ese gesto o su tono de respuesta, al contrario, le saco una sonrisa.

– Yo también iré hacia el centro, ¿quieres acompañarme? – Le pregunto sin borrar su ligera sonrisa. El pequeño solo asintió con la cabeza en respuesta. – Me llamo Kris. –

– Tao. –

– Bueno, Tao, tendremos que caminar un par de cuadras para tomar el transporte. – y ambos iniciaron el recorrido.

 

Tao le platico sobre sus estudios, su entrevista y como es que (por un error) se perdió, el llamado Kris le escuchaba con atención y también platico sobre él. El transporte llego a su última parada y ambos tuvieron que tomar distintas direcciones, no sin antes intercambiar números telefónicos.

Las llamadas y mensajes de texto se dieron, y no tardo mucho para que las citas también llegaran.

El pequeño nunca había tenido el sentimiento que ahora se encontraba en su pecho. Un sentimiento nuevo y cálido.

Luego de dos meses, el curso comenzó y con él una nueva relación.

 

– ¿Te dieron el puesto? – Kris se encontraba en departamento del pequeño que vivía solo; por sus estudios debió mudarse de donde sus padres, pero seguía en fiel contacto con ellos.

– Sí, ¿puedes creerlo? Claro, soy joven y sin experiencia, pero me dijeron que no era común que un hombre solicitara el puesto como maestro de kínder y sería un cambio. – El pequeño estaba feliz, Kris lo sabía por el brillo que presentaban sus ojos.

– Pero... me pondré celoso de esos niños, porque tú eres mi panda. – dijo Kris pero el otro no le escucho, ya que se había metido al cuarto de baño para lavar sus dientes. Un minuto transcurrió para que regresara.

– ¿Qué dijiste? – Tao limpiaba los restos del enjuague de sus labios.

 

Kris se acercó y tomo al pequeño de la cintura, la actitud del mayor era nueva para Tao pero no opuso resistencia. Kris unió más sus cuerpos, podía sentir el calor que ofrecía el cuerpo de Tao, su fragancia y el aroma del reciente enjuague de menta.

 

– Dije: me pondré celoso, ya que tú eres mi panda. – A Tao no le dio tiempo de reaccionar, unos suaves labios aprisionaron los suyos y se sentía bien. La esencia  de yerbabuena proveniente del aliento de Kris se mezclaba con su propia menta y la combinación era fantástica.

 

Esa noche, la ida al cine fue cancelada por planes de último minuto.

 

El curso comenzó y la aceptación de los niños hacia su nuevo maestro fue buena. Todos salían contentos y platicando con sus padres sobre todo lo que aprendieron con el maestro con cara de panda.

Cierto día, una niña pequeña de la clase, se acercó con su maestro y le pregunto sobre una marca ovalada que se dibujaba a un costado de su cuello, el maestro sintió sus mejillas arder y no pudo contestar a la inocente pregunta. La marca solo tenía un significado: tenía dueño y el mundo debía saberlo.

El joven era feliz. Sus mañanas eran bañadas por risas inocentes y sus tardes eran atrapadas por una sola sonrisa y la mirada felina de aquellos ojos marrones, como el primer día que los miró directamente cuando se encontraba en el concreto de una calle que no conocía.

 

Pero el tiempo transcurre y el destino cambia.

 

– ¿Se acabó? – El pequeño no podía dar crédito a lo que sus oídos escucharon.

– Lo lamento, Tao, pero ya no siento lo mismo. Es mejor terminarlo antes de lastimarte. – Momentos antes, Kris le había dicho que deberían separarse.

– ¿Y botar todo un año a la basura? – los ojos del pequeño comenzaron a nublarse por las gotas cristalinas.

– Fue un maravilloso año, el estar contigo fue maravilloso, pero ya no es lo mismo. Eres una excelente persona y sé que encontraras a alguien mejor que yo. Perdón, Tao. – Y Kris salió del departamento del pequeño.

 

Tao no lloró, quería hacerlo, pero las lágrimas eran obstinadas y se negaban en caer.

 

– No, Kris... no hay nadie mejor que tu... yo soy tu única opción. – y el sueño se encargó de taparlo en un manto cálido.

 

 

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Pareciera que nada perturbaba la vida del pequeño. Sus días, su rutina, todo era lo mismo, pero sentía la falta de ser que amaba. Su mirada no lo demostraba, pero extrañaba sentirse protegido por aquellos largos brazos, cada fibra de su ser lo suplicaba.

A dos meses de su ruptura, se entera que el ser que ama lo ha cambiado.

Solo puede conocer de lejos al extraño. Un joven de estatura más baja que la suya y una piel más clara, rasgos finos y delicados, una sonrisa que marca un hoyuelo y complexión ágil. El joven extraño sostiene la mano del ser que ama y le dedica una dulce sonrisa para ser correspondido de la misma manera.

El corazón del pequeño se estremece y quita la mirada de la dolorosa escena.

Esa noche tampoco derramó lágrimas.

 

 

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Investiga y descubre que la nueva relación de Kris ya tiene seis meses. Las cuentas no cuadran. Solo llevan dos meses que se separaron, ¿estaría equivocado?

Recuerda los últimos meses de su relación. El distanciamiento, las citas canceladas, la falta de tiempo, la reducción de los "Te amo" y el singular sabor amargo después de cada beso. Todo cobraba sentido.

Por primera vez, gotas cálidas rodaron por sus pómulos hasta perderse.

 

– Yo soy tu mejor opción, Kris. – Y el pequeño decidió dormir.

 

 

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Solo le llevo una semana conocer el domicilio del joven extraño. La pareja disfrutaba de la comodidad del sofá frente al televisor. El dueño de la casa era tan despistado que olvido pasar seguro a la puerta trasera. Entrando a la cocina, no tardó mucho en encontrar el objeto que traía en mente. Tomo el más grande cuchillo, el filo centello cuando dio con la luz de la lámpara al retirarse de su funda, en la hoja cromada se reflejaba la imagen de Tao y en sus ojos notaba los destellos plateados que recibía del filo. Sostuvo fuertemente el mango de madera e hizo uso de un sigilo que hasta un gato estaría celoso.

Un dios cruel le sonreía a Tao. Escucho unos suaves pies descalzos que iban a su dirección. El joven extraño no se dio cuenta en que momento, la hoja atravesó su esternón. Tao uso la fuerza de ambas manos para lograr que el filo bajara y marcara su camino del pecho hasta el abdomen del joven extraño. La sangre se hizo notar y baño las manos del pequeño que sujetaba el mango de madera.

El joven no emitió sonido alguno, ni cuando su cuerpo hizo contacto con las frías losas. Pareciera que dormía, su rostro no mostraba algún signo de sufrimiento, de no notar la increíble abertura en su cuerpo dejando ver algunos órganos internos, su cuerpo era bañado por una manta color carmesí.

 

– Tsk. ¿Hasta muerto te tienes que ver tan perfecto? – Tao repudiaba la presencia del ser, le hubiera gustado hacerle sufrir más, pero se conformaría por el momento.

 

Tomo de uno de sus brazos y lo arrastró consigo hasta la sala de estar, dejando un camino de rojo fresco detrás.

Kris al notar la presencia, volteo a ver, pero no esperaba encontrarse con Tao sujetando el cuerpo de su pareja con una mano y el objeto que le arranco la vida en la otra.

 

– Yo soy tu única opción, Kris. – Tao le miraba inocente y con una sonrisa tierna.

– Yixing... – Kris se encontraba en shock, no le quería dar crédito a la escena frente a él.

Se levantó con dudoso equilibrio, se acercó al cuerpo de su pareja y lo envolvió con sus brazos intentando lograr su despertar. Las lágrimas se escapaban de los ojos de Kris y caían, perlando el rostro pulcro de Yixing.

– Ya nadie podrá separarnos... solo seremos tu y yo, Kris... – la voz suave de Tao intento llegar al otro, pero este no escuchaba el exterior. Tao intento sujetar su hombro, pero recibió un manotazo de rechazo.

– Ya no hay "Tu y yo", Tao... – la voz de Kris temblaba y amenazaba con romperse – ya no hay un "nosotros"... – el tono de voz fue cruel y lágrimas amargas continuaban fluyendo.

– ¡Claro que si, Kris! Solo... solo estas confundido, pero volveremos a estar como antes... – Tao era inocente al guardar esperanza.

– ¡Jamás volverá a ser como antes! ¡¿Que no lo entiendes?! ¡TE ODIO, TAO! – Kris miro por primera vez al pequeño, en sus ojos se podía ver el dolor y la rabia mezclados. Tao proceso durante unos segundos la respuesta de Kris.

– ¿Sabes? No reconocerías una cosa buena ni aunque este enfrente y te corte la garganta... – La voz de Tao se volvió seria y su expresión cambio, ya no había amor en su mirada, esta se tornó de una manera que hizo estremecer a Kris. Desconocía completamente a este Tao. – Aunque... eso sería interesante... –  en el rostro del pequeño nació una nueva sonrisa, una hambrienta por ver correr sangre.

Una floritura de su muñeca basto para que el filo recorriera la garganta de lado a lado y una nueva cascada naciera. Llevándose las manos a la herida recién hecha, Kris trata de detener la hemorragia en intentos fallidos. Tao se apoyó en sus rodillas hasta quedar en su misma altura.

 

– Yo soy tu única opción, Kris. – y el pequeño deposito un casto beso en los pálidos labios del mayor, y en los ojos de este, se reflejaba la imagen del Tao que conocía, de su panda.

 

Ya no había vuelta de hoja y el arrepentimiento no existe.

 

 

Tao le quito la playera mojada por la sangre a Kris, para dejar al descubierto su torso claro. Sostuvo el peso de ambos y llego al sofá para acostarse. Acomodo a Kris y luego se envolvió en sus brazos. Una suave sonrisa perfilo sus labios mientras tenía los ojos cerrados.

 

– Yo soy  y siempre seré tu única opción. – y el pequeño entro en el mundo de los sueños mientras los largos brazos de su amante sin vida le brindaban protección.

Notas finales:

Y yyyyyyy??? Les gustó o no? 

Les invito a pasar por mi cuenta, si les gusta este género tengo algunos ya subidos y démas...

Saludoss!!! (/nwn)/


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